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Nuestro equipo es experto en el tratamiento del trastorno del espectro autista, ofrecemos apoyo y orientación a nuestros pacientes y sus familias para ayudarles a manejar los síntomas del trastorno y mejorar su calidad de vida. Nuestro objetivo es proporcionar una atención personalizada y efectiva a cada uno de nuestros pacientes en el trastorno del espectro autista.
El trastorno del espectro autista es un trastorno del desarrollo cerebral. «Espectro» se refiere a los diferentes síntomas, niveles de discapacidad y severidad que pueden presentar los niños con autismo.
Cada niño presenta los síntomas de diferentes maneras pero siempre se encuentran dentro de las tres mismas áreas:
Los niños que sufren el trastorno autista no tienen patrones típicos al desarrollar sus habilidades de sociabilización y comunicación. Normalmente son los padres los que empiezan a detectar los primeros indicios de conductas inusuales en sus hijos.
Algunas conductas se vuelven más acentuadas cuando se comparan con niños de la misma edad. Los bebés con TEA se muestran diferentes precozmente en su desarrollo. Podemos detectarlos en bebés que todavía no han cumplido un año y ya presentan conductas como concentrarse mucho en ciertos objetos, no establecer contacto visual y no ser capaces de balbotear con sus padres.
En otros casos, hay niños que se desarrollan normal hasta que llegan a los dos o tres años de edad. Ahí empiezan a perder el interés y los notaremos más callados, introvertidos o que presentan indiferencia en las interacciones sociales. Esta inversión del desarrollo se llama regresión y suele pasar entre los niños con el trastorno de autismo.
Hay algunos grupos que tienen tendencia a presentar un trastorno de autismo:
Si se identifica algún problema con el desarrollo del niño debe consultarse con su pediatra. Él puede ser el primer paso para identificar un trastorno autista.
En la actualidad no hay tratamientos estandarizados para el autismo. Hay formas que sirven para minimizar los síntomas y desarrollar ciertas habilidades. Con ciertas terapias se puede ayudar al paciente a utilizar sus habilidades. Cada terapia debe ser adaptada a cada caso. Aún así, la mayoría de autistas responden bien a terapias muy estructuradas y especializadas.
Hay terapias que pueden ayudar a las personas con autismo para que puedan llevar una vida prácticamente normal. Un diagnóstico precoz e intervenciones tempranas, en la edad preescolar pueden tener efectos muy positivos en los sujetos. En el Gabinet Psicològic Mataró, detectamos desde el inicio los trastornos autistas con unas pautas estandarizadas que nos ayudan a identificar el problema del niño. Una vez identificado el problema, se creará la terapia adecuada para cada caso y así poder desarrollar esas habilidades que el niño no tiene. Es necesario darle herramientas para que pueda llevar una vida completamente normal y asegurar su felicidad y la de su familia.
El autismo entra en el grupo de trastornos del desarrollo cerebral. También es conocido por trastorno del espectro autista.
“Espectro” se refiere a los síntomas, niveles de deterioro o discapacidad y a los síntomas que puede presentar un niño con el TEA. Hay casos en los que los niños padecen un deterioro más leve por los síntomas pero hay otros casos en los que los niños se encuentran discapacitados. Actualmente se define el TEA en cinco trastornos generalizados del desarrollo:
Cada niño presenta los síntomas de distintos modos pero siempre se encuentran dentro de las tres mismas áreas:
Los niños que padecen el trastorno autista no tienen patrones típicos al desarrollar sus habilidades de sociabilización y comunicación. Normalmente son los padres los que empiezan a detectar los primeros indicios de conductas inusuales en sus hijos. Algunas conductas se vuelven más acentuadas cuando se comparan con niños de la misma edad. Los bebés con TEA se muestran distintos precozmente en su desarrollo. Podemos detectarlos en bebés que aún no han cumplido un año y ya presentan conductas como concentrarse mucho en ciertos objetos, no establecer contacto visual y no ser capaces de balbucear con sus padres. En otros casos, hay niños que se desarrollan normal hasta que llegan a los dos o tres años de edad. Ahí empiezan a perder el interés y los notaremos más callados, introvertidos o que presentan indiferencia en las interacciones sociales. Esta inversión del desarrollo se llama regresión y suele pasar entre los niños con el trastorno de autismo.
Hay algunos grupos que tienen tendencia a presentar un trastorno de autismo:
Si se identifica algún problema con el desarrollo del niño debe consultarse con su pediatra. Él puede ser el primer paso para identificar un trastorno autista.
En la actualidad no hay tratamientos estandarizados para el autismo. Hay formas que sirven para minimizar los síntomas y desarrollar ciertas habilidades. Con ciertas terapias se puede ayudar al paciente a utilizar sus habilidades. Cada terapia debe ser adaptada a cada caso. Aún así, la mayoría de autistas responden bien a terapias muy estructuradas y especializadas. Hay terapias que pueden ayudar a las personas con autismo para que puedan llevar una vida prácticamente normal. Un diagnóstico precoz e intervenciones tempranas, en la edad preescolar pueden tener efectos muy positivos en los sujetos. En el Gabinet Psicològic Mataró, detectamos desde el inicio los trastornos autistas con unas pautas estandarizadas que nos ayudan a identificar el problema del niño. Una vez identificado el problema, se creará la terapia adecuada para cada caso y así poder desarrollar esas habilidades que el niño no tiene. Es necesario darle herramientas para que pueda llevar una vida completamente normal y asegurar su felicidad y la de su familia.
El trastorno de personalidad antisocial, también llamado sociopatía, es uno de los llamados Trastornos disruptivos, del control de los impulsos y de la conducta.
Las personas que lo padecen pierden la noción de la importancia de las normas sociales, como son las leyes y los derechos individuales. Por eso, pueden realizar actos que implican una violación de los derechos de los demás. Por eso, resulta importante un correcto diagnóstico y una detección precoz. Se cree que los síntomas se podrían empezar a detectar durante la adolescencia, aunque el diagnóstico suele realizarse a partir de los 18 años como norma general.
El trastorno de la personalidad antisocial suele implicar un incumplimiento de las normas preestablecidas. Las personas con esta afección suelen rehuir las normas, incumplirlas o ser incapaces de adaptarse a ellas. Así, aunque saben que están haciendo un mal, actúan por impulso para alcanzar lo que desean, pudiendo incluso llegar a cometer delitos graves. Por eso, suele ser habitual que exista confusión y este trastorno se confunda con otras patologías parecidas, como podrían ser la conducta criminal o la psicopatía. Sin embargo, son trastornos, aunque relacionados, de diferentes características, y con otros tratamientos.
Las causas no son del todo claras. Se cree que este tipo de trastorno puede ser motivado por un conjunto de factores, tanto de tipo genético o hereditarios como social y familiar, así como el consumo de estupefacientes. Además, la ciencia ha determinado que existen factores biológicos que pueden contribuir en su progreso. La manifestación de procesos químicos anormales en el sistema nervioso y posibles daños en las partes del cerebro que atañen a la toma de decisiones pueden llegar a despertar un comportamiento impulsivo y agresivo.
Los síntomas de este tipo de trastorno consisten principalmente en un incumplimiento reiterado de las normas sociales preestablecidas, así como también la incapacidad de adaptarse a ellas. Podríamos definir como principales síntomas los siguientes:
El tratamiento para este tipo de trastornos suele requerir una correcta detección de los síntomas para un diagnóstico acertado y una posterior intervención temprana y multimodal de los síntomas. De esta manera, se consigue evitar que el trastorno se agrave o que la persona afectada pueda provocar situaciones complejas derivadas de la falta de control de sus impulsos y de su incapacidad para cumplir con las normas.
El síndrome de Asperger es uno de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) y se enmarca dentro de los trastornos generalizados del desarrollo.
Se considera de carácter severo y crónico y se caracteriza por una significativa limitación de las capacidades de la persona afectada para relacionarse y comportarse socialmente. Así, la persona afectada muestra dificultades en la interacción social y en la comunicación, que pueden ser de gravedad variable. Sin embargo, no hay que confundirlo con otros problemas, como el trastorno autista, ya que en este caso no existe un retraso significativo en el desarrollo del lenguaje. La edad de aparición del síndrome se suele situar en la primera infancia, pero muchos de los síntomas de Asperger van apareciendo después, a medida que se produce el desarrollo del niño y éste empieza a poner en marcha sus habilidades sociales y de relación con los demás.
No existen unas causas a las que pueda atribuirse directamente este trastorno. La comunidad científica parece estar de acuerdo en el hecho de que se trata de una alteración neurobiológica y que puede tener un fuerte componente genético. No obstante, también se ha apuntado a la influencia de factores medioambientales en su desarrollo.
Cuando se realiza el diagnóstico suelen converger una serie de síntomas propios de la enfermedad. Aunque no en todos los casos se da toda esta sintomatología, sí que pueden citarse una serie de comportamientos entre los más habituales. Son los siguientes:
El síndrome de Asperger puede ser tratado de diferentes formas, ya que no existe un único tratamiento que se considere el mejor en todos los casos.
Las primeras muestras del trastorno negativista desafiante se ven en niños que se consideran difíciles, que se enfadan fácilmente y tienen problemas con los adultos.
Esta situación acaba siendo muy complicada y provoca mucho sufrimiento entre los implicados. Puede llegar a tener consecuencias muy duras tanto dentro del entorno familiar como en el entorno social y académico. Este trastorno es uno de los más frecuentes entre niños y adolescentes con Trastorno por déficit de atención o TDAH. Este diagnóstico se acostumbra a realizar en la edad escolar, en primaria, aún así hay manifestaciones en pre-escolar.
El trastorno negativista desafiante (TND) se caracteriza por pautas de conducta inapropiadas para el nivel de desarrollo del individuo y por el contexto social y cultural. Se presentan conductas negativistas, desobedientes, rebeldes, desafiantes y hostiles hacia figuras de autoridad. Estos comportamientos acaban afectando a su vida social, académica y a su futuro profesional si no se reconducen las conductas.
Normalmente, se presenta en niños y puede acompañarles durante toda su escolarización. Sin embargo, con una terapia adecuada, el 70% de los casos tienen buenos pronósticos. El TND afecta a entre el 3 y el 8% de niños. Y además, entre el 30 y el 50% de niños que tienen déficit de atención mostrarán el TND.
Tanto el TND como el TDAH son más frecuentes en niños que en niñas.
Esta afección tiene causas muy variadas y se atribuye generalmente a una combinación de factores psicológicos, sociales y biológicos. Es común encontrarlo entre niños con temperamentos difíciles o con TDAH. También se presenta en niños con dificultades de aprendizaje relacionadas con el desarrollo de habilidades autónomas.
Otros causantes:
Para que se considere trastorno debe haber un comportamiento hostil y negativo por lo menos seis meses en el que se presente un cuadro igual o muy parecido al siguiente:
Si el niño presenta estas conductas junto con los tests desarrollados por el psicólogo se podrá definir el trastorno. Además, en algunos casos se diagnostican otros trastornos:
No existe un tratamiento rápido y sencillo. Debe ser personalizado, se estudia el caso del paciente y su entorno, las necesidades del sujeto y a partir de aquí se establecen unas pautas para el tratamiento. Es necesario crear una relación de confianza con la familia y el niño juntamente con el psicólogo para abordar la situación. Los padres se sienten desesperados, frustrados y cansados con lo que debemos reforzar las conductas positivas.
Tratar el problema lo antes posible asegurará un pronóstico fácil y sencillo y evitará otros trastornos vinculados. Los psicólogos infantiles del Gabinet Psicològic Mataró son los profesionales que ayudarán a los padres y a sus hijos a afrontar este tipo de trastorno y volver a llevar una vida feliz y estable.