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Somos profesionales especializados en trastornos de comunicación, ofrecemos evaluaciones precisas y tratamientos para ayudar a las personas a mejorar su capacidad de comunicarse y superar dificultades relacionadas con estos trastornos.
El lenguaje es un instrumento fundamental y básico de la comunicación y la relación entre los humanos. Los déficits o trastornos de la comunicación pueden ser los causantes de problemas psicológicos.
En los niños, los problemas de comunicación pueden ocasionar problemas de apego, problemas con su entorno social o llegar a provocar alteraciones neurocognitivas que suponen un déficit en las habilidades de análisis. El niño puede llegar a tener serios problemas para abordar distintas situaciones si no se le propone una terapia adecuada a su trastorno de comunicación. Los niños con trastornos de la comunicación tienen dificultades con la pragmática, es decir, las reglas no habladas del lenguaje oral que permiten la creación de relaciones entre personas.
Los niños con este problema no entienden la dinámica de la conversación y acaban monopolizando o interrumpiendo las conversaciones de forma constante. En otros casos el niño directamente no habla. Esto no es culpa de los padres ni de falta de educación. Las razones actualmente, no son claras pero para los niños con un trastorno de este tipo, usar el lenguaje de forma socialmente aceptada es muy complicado. En algunos casos es difícil diferenciar entre un autismo o un trastorno de la comunicación, ya que ambos presentan habilidades de comunicación social limitadas.
Es normal tener dificultades con algunas situaciones de la vida social. Aún así, para los niños con un TCS, las situaciones sociales son una causa de ansiedad diaria. Por ejemplo, para un niño que sufre un trastorno de este carácter, las situaciones son mucho más incómodas ya que interrumpe o dice cosas inapropiadas.
A los niños con TCS les cuesta mucho aprender las reglas básicas de las conversaciones: comenzar, escuchar, expresar preguntas, mantenerse en la línea temática o saber cuándo se acaba la conversación. Los síntomas aparecen durante la niñez en edades tempranas pero en algunos casos no se diagnostica hasta que el niño no empieza su escolarización. Los síntomas son los siguientes:
El Trastorno del lenguaje expresivo es uno de los llamados trastornos de la infancia, la niñez y la adolescencia, como la ansiedad infantil, la timidez, el trastorno bipolar, el mutismo selectivo, las fobias infantiles o el trastorno de ansiedad por separación, entre otros.
En este caso, se puede encuadrar dentro de los trastornos de la comunicación y consiste en problemas para adquirir un vocabulario normal, adecuado a la edad, y para la creación de oraciones complejas. También se manifiesta en dificultades para recordar palabras. Podemos decir que es un trastorno que se manifiesta en dificultades de expresión verbal y escrita. Así, el uso expresivo del lenguaje está muy por debajo de lo normal para la edad, pero existe una comprensión del lenguaje que se sitúa dentro de los límites normales. Es decir, el niño entiende el lenguaje pero tiene problemas en expresarlo.
Las causas del trastorno del desarrollo de la coordinación son difíciles de definir, ya que no existe una casuística clara para este problema. Sin embargo, es un trastorno relativamente habitual en niños en edad escolar. Aunque no está claro qué tipo de aspectos pueden motivar este trastorno, se cree que puede deberse a factores de tipo genético y también a problemas sociales, ambientales y físicos, como la desnutrición o un daño cerebral.
Los síntomas de este tipo de trastorno consisten principalmente en dificultades para utilizar y recordar palabras, así como en dificultades para formar oraciones de cierta complejidad. Entre la sintomatología más habitual podemos destacar:
Para el tratamiento psicológico del trastorno del lenguaje expresivo pueden existir diferentes métodos terapéuticos. En general, el abordaje dependerá de cada caso en concreto, así como de la edad del niño y de su nivel de lenguaje expresivo. El mejor método terapéutico más habitual para este tipo de trastorno es la terapia del lenguaje. El objetivo de esta terapia es incrementar el número de frases que un niño puede utilizar. Las técnicas de construcción en bloque y la logopedia son herramientas a tener en cuenta en estos casos.
El Trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo es uno de los llamados trastornos de la infancia, la niñez y la adolescencia, como la ansiedad infantil, la timidez, el trastorno bipolar, el mutismo selectivo, las fobias infantiles o el trastorno de ansiedad por separación, entre otros.
En este caso, se puede encuadrar dentro de los trastornos de la comunicación y consisten en dificultades para comprender tipos de palabras, tiempos verbales y determinadas formas gramaticales. Así como también en dificultades para expresar estas palabras. Es decir, a diferencia del trastorno del lenguaje expresivo, cuando el niño tiene problemas para expresarse pero no para comprender el lenguaje, en este caso sí que existen también dificultades de comprensión, además de dificultades de expresión. Se suele detectar a partir de los 4 años de edad, aunque en los casos más severos puede hacerse evidente a partir de los 2 años de vida del niño.
Las causas del Trastorno mixto del lenguaje receptivo – expresivo son difíciles de definir, puesto que no se ha determinado una casuística clara a la que se pueda atribuir directamente este problema. Sin embargo, es un trastorno relativamente habitual en niños en edad escolar y se calcula que pueden sufrirlo alrededor de un 3% de los niños en esta etapa. Aunque no está claro qué tipo de aspectos lo pueden motivar, se cree que puede deberse a factores de tipo genético y también a problemas sociales, ambientales y físicos.
Los síntomas de este tipo de trastorno consisten principalmente en dificultades para utilizar y recordar palabras y también en dificultades de comprensión. Por eso podemos dividir los síntomas en dos categorías: Déficits expresivos:
Déficits comprensivos:
Además, este trastorno puede provocar problemas asociados, relacionados principalmente con la autoestima y la relación con los demás. Algunos síntomas en este sentido son:
Para el tratamiento psicológico del trastorno del lenguaje receptivo – expresivo pueden existir diferentes métodos terapéuticos. En general, el abordaje dependerá de cada caso en concreto, así como de la edad del niño y de su nivel de lenguaje. El mejor método terapéutico más habitual para este tipo de trastorno es la terapia del lenguaje. El objetivo de esta terapia es incrementar el número de frases que un niño puede utilizar. Las técnicas de construcción en bloque y la logopedia son herramientas a tener en cuenta en estos casos. Además, es importante que la familia se involucre activamente en la terapia, ya que a menudo se pueden requerir ejercicios para realizar en el ámbito del hogar y actividades para incrementar el uso del lenguaje en casa.
El Trastorno fonológico, también conocido como trastorno de la articulación, es un trastorno del habla.
Se trata de uno de los llamados trastornos de la infancia, la niñez y la adolescencia, como la ansiedad infantil o las fobias infantiles. Muchos niños tienen problemas para articular palabras cuando están aprendiendo a hablar. Sin embargo, a partir de los 3 años de edad, más de la mitad del discurso del niño debe ser inteligible para un extraño (alguien fuera del ámbito familiar). Mientras que a los cinco años, debe ser casi totalmente inteligible. Si no es así, es probable que el pequeño sufra un trastorno fonológico. En este caso, se puede encuadrar dentro de los trastornos de la comunicación y consiste en la no utilización de los sonidos del habla que se esperan para una determinada edad.
Las causas del Trastorno fonológico son variadas. En principio, no existe una única casuística a la que pueda atribuirse directamente este problema. Se cree que puede ser causado por factores genéticos o hereditarios, como por ejemplo, el hecho de que uno de los progenitores sufriera trastorno fonológico en su infancia. También se ha relacionado con problemas físicos, como cambios en la estructura o forma de los músculos y huesos que se usan para producir los sonidos del habla (paladar hendido…). Otra posible causa es el daño en las partes del cerebro o los nervios que controlan la forma como los músculos y otras estructuras trabajan para crear el habla. En caso de que no exista ningún problema físico ni haya un precedente familiar, se puede atribuir a factores sociales y ambientales, como la pobreza o la falta de atención paterna, el hecho de pertenecer a una familia numerosa, etc.
Los síntomas de este tipo de trastorno consisten principalmente en dificultades para hablar correctamente, así como también para expresar diferentes sonidos y fonemas. Algunos de los síntomas más habituales son:
Además, este trastorno puede provocar problemas asociados, relacionados principalmente con la autoestima y la relación con los demás.
Para el tratamiento fonológico pueden existir diferentes métodos terapéuticos. En general, el abordaje dependerá de cada caso en concreto, así como de la edad del niño y de su nivel de lenguaje. El mejor método terapéutico más habitual para este tipo de trastorno es la terapia del lenguaje. El objetivo de esta terapia es incrementar el número de palabras y sonidos que un niño puede utilizar. Las técnicas de construcción en bloque y la logopedia son herramientas a tener en cuenta en estos casos. Además, es importante que la familia se involucre activamente en la terapia, ya que a menudo se pueden requerir ejercicios para realizar en el ámbito del hogar y actividades para incrementar el uso del lenguaje en casa.
El Tartamudeo es un trastorno del habla que se engloba en los llamados trastornos de la infancia, la niñez y la adolescencia.
En este caso, se puede encuadrar dentro de los trastornos de la comunicación y consiste en interrupciones involuntarias del habla, que pueden acompañarse de tensión muscular en cara y cuello, estrés y miedo o ansiedad. Suele comenzar de forma habitual entre los dos y los cuatro años de vida, aunque se suele confundir con las dificultades propias de la edad a la hora de hablar.
¿Cuáles son las causas del Tartamudeo?
Neurofisiologicamente, el tartamudo tiene su explicación en un funcionamiento deficiente de los centros del habla del hemisferio izquierdo del cerebro, que se intenta compensar con un mecanismo propio del hemisferio derecho. Sin embargo, no existe una etiología única que explique la mayoría de casos del trastorno del habla. En general, se puede hablar de un problema multifactorial en el que pueden converger diferentes causas, tales como:
Los síntomas de este tipo de trastorno consisten principalmente en una interrupción involuntaria del habla, que se repite de forma constante durante la conversación. Puede ir acompañado de tensión muscular y ansiedad ante la respuesta de los demás. En general, podemos considerar como síntomas más habituales de la tartamudez los siguientes:
Además, este trastorno puede provocar problemas asociados, relacionados principalmente con la autoestima y la relación con los demás. Algunos síntomas en este sentido son: