Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Columbia, EEUU, han descubierto que muchos de los genes mutados en la esquizofrenia se organizan en dos redes principales, que participan en procesos claves, incluida la orientación del axón, la función de la sinapsis, la movilidad de la neurona y la modificación cromosómica.
Para descubrir las posibles conexiones entre los genes mutados en la esquizofrenia, el doctor Vitkup y su equipo desarrollaron un enfoque computacional, llamado NETBAG+, para identificar redes de genes susceptibles de ser responsables del mismo fenotipo genético. Después se analizaron las mutaciones más fuertes que se habían observado en la esquizofrenia por otros investigadores y las incluyeron en el programa.
El programa descubrió dos redes genéticas. Los genes en la primera red estaban involucrados principalmente en la orientación del axón, la función de la sinapsis y la migración celular. Los genes en la segunda red estaban involucrados en la organización cromosómica y la remodelación.
Corroboraron por tanto que, hay partes de ambas redes muy activas durante el desarrollo prenatal, lo que sugiere que los cambios en el cerebro que causan posteriormente la esquizofrenia se establecen muy temprano.
El estudio, publicado en la revista Nature Neuroscience, también reveló una intrigante relación entre la esquizofrenia y el autismo. «Si no hubiera sabido que se trata de dos enfermedades diferentes y hubiera puesto todas las mutaciones en un mismo análisis, habría obtenido redes muy similares», comenta Dennis Vitkup, profesor asociado en el Departamento de Informática Biomédica, de la Universidad de Columbia, e investigador principal del estudio. «Esto demuestra cuán estrechamente están relacionadas las redes genéticas del autismo y de la esquizofrenia», agregó.
Aunque se necesita tiempo para traducir los hallazgos en tratamientos prácticos, el estudio permite conocer las causas moleculares de la esquizofrenia. También sugiere que las mutaciones asociadas con la esquizofrenia, el autismo, y probablemente muchos otros trastornos psiquiátricos, probablemente convergen en un conjunto de procesos moleculares interrelacionados.