Una persona sufre de dependencia emocional cuando su felicidad depende de la relación que tiene con otra persona o de la consecución de un determinado objetivo. Normalmente dicha persona no es consciente de que tiene un problema, sin embargo es algo que hay que abordar.
No podemos estar pendientes de que la persona de la cual dependemos emocionalmente tenga un buen día o nos haga caso para que nosotros estemos felices.
¡Ya está bien! Es hora de que nos pongamos manos a la obra y nos esforcemos por querernos un poco más y empecemos a ser más independientes, es decir, que no dependamos de nada ni nadie para ser felices. Parece algo difícil ¿verdad? Lo es, pero hoy te traigo los mejores consejos que he recopilado en la red para que dejemos de ser emocionalmente dependientes.
Antes de pasar a los consejos, vamos a enumerar una serie de síntomas para que puedas averiguar si eres una persona emocionalmente independiente.
Síntomas.
Tienes pensamientos obsesivos acerca de tu pareja y no puedes encontrar la satisfacción o alegría con otras personas.
Tienes ansiedad, insomnio, estrés o falta de concentración cuando esta persona está muy lejos de ti.
Tu felicidad depende de algo que está fuera de tu control.
Si tu pareja te deja, te sientes aniquilada/o y perdida/o.
Con estos 7 consejos que vas a leer a continuación, vamos a dejar de ser emocionalmente dependientes, o por lo menos lo vamos a intentar. Si conocemos bien al enemigo, podremos luchar mucho mejor contra él.
1) No temas a la soledad
Una de las razones principales de porqué las personas acaban dependiendo emocionalmente de otros es por su miedo a quedarse solas. Constantemente buscamos alguna forma de entretenimiento, o algún tipo de preocupación, solo para evitar estar a solas con nosotros mismos.
Cuida de tu hogar o de tu mascota, encuentra la belleza en lo ordinario, cuidado con los pensamientos rumiantes, crea algo de valor (inicia un blog), haz ejercicio, apúntate a clases de baile, haz algún tipo de cursillo en el que conozcas nuevas amistades
2) Ponte en los zapatos de la otra persona.
Imagínate que eres la persona de la cual dependes emocionalmente. Ponte en sus zapatos como si estuvieras sintiendo, oyendo y viendo desde su perspectiva.
Ponerte en esta posición y ver desde fuera tu relación con él o ella, te ayudará a obtener otra perspectiva diferente y podrás apreciar el problema que tienes: tu dependencia emocional. Quizás te sorprendas por lo ridícula/o que pareces y seguramente sientas pena por ti misma.
3) Reduce tu estrés a través de las técnicas de relajación.
Te puedo decir que usar cualquier tipo de técnica de relajación es la clave para superar muchos de los problemas que nos acucian en nuestro día a día.
4) Aprende más sobre la dependencia emocional, también llamada co-dependencia.
bibliografía al respecto:
Cuando amar demasiado es depender: aprende a superar la dependencia emocional, de Silvia Congost.
El Coraje de ser tú misma: una guía para superar tu dependencia emocional y crecer interiormente, de Sue Patton Thoele.
Aprender a querer: hacia la superación de la codependencia, de Lorraine C. Ladish.
5) Aprender a decir más frecuentemente la palabra no.
Los codependientes se pliegan constantemente a las peticiones de los demás. En realidad, al codependiente le resulta muy difícil negarse a hacer algo cuando alguien se lo pide. Tienden a decir sí a todo el mundo.
6) Aprende a cuidar de ti misma/o.
No puedes hacerte cargo de otra persona hasta que aprendas a cuidar de ti misma/o. Esto suena fácil, pero para un codependiente es misión casi imposible. Los codependientes a menudo se sienten culpables por cuidar de sí mismos.
Haz que tus deseos y necesidades sean algo prioritario. Al principio puede parecer incómodo, pero pronto podrás disfrutar de una sensación liberadora.
7) Deja que la persona de la que dependes emocionalmente aprenda a valerse por sí misma.
No se puedes obligar a que alguien deje de beber alcohol si la persona no quiere dejarlo. No puedes obligar a que tu hija adulta deje de salir con el tipo equivocado de hombre si ésta está enamorada. No puedes obligar a tu hermana, enferma mental, a que tome su medicación si ésta se niega a tomarla. Lo que puedes hacer es dar consejos e intentar que te hagan caso, pero no puedes perder tu salud en dicho esfuerzo.
A veces, lo mejor que puedes hacer por un ser querido es retroceder y dejar que la persona aprenda a valerse por sí misma, aunque ello conlleve que dicha persona se caiga.