La autoestima es un constructo psicológico de transcendental importancia para obtener el equilibrio mental que todos deseamos y buscamos. Es una experiencia íntima, personal e intransferible. Por tanto, Es lo que yo siento y pienso sobre mí mismo, no es lo que otros piensan o sienten sobre mí. Por ello, hemos elaborado un decálogo de uso personal con el fin de conseguir aceptarnos nosotros mismos, aceptar también a los demás, y de esta manera conseguir la cierta felicidad y estabilidad emocional. Este decálogo está basado fundamentalmente en nuestra observación clínica, en nuestra experiencia como profesionales de la salud mental y en el sentido común. Esperamos que te sea de utilidad: 1) Cuando en nuestras relaciones con los demás sentenciamos conductas, emitimos juicios o colocamos etiquetas, todo ello cae en saco roto. Las personas tienden a actuar en función de lo que se espera de ellas. Presta mucha atención a lo que dices. 2) No estamos todos igual de capacitados para todo. Hay cosas que hacemos mejor que otras. Es conveniente que las personas experimenten el éxito y nos cuesta relativamente poco favorecerlo. Refuerza las conductas positivas. 3) Resulta siempre agradable y útil escuchar palabras de aliento y afecto. No te escudes en que el otro ya sabe que le queremos, que le tenemos afecto e incluso admiración. Dilo, es importante escucharlo. 4) Lo que para nosotros es irrelevante y banal, puede ser muy importante e incluso llegar a convertirse en un grave problema para los otros. Tenlo siempre en cuenta y atiéndeles. 5) No te exijas ni exijas a los demás más de lo que pueden dar. Valora el esfuerzo y el trabajo invertido. Intenta conocer las aptitudes y actitudes propias y de los demás y pídete y pídeles responsabilidades en concordancia con ellas. 6) No es lo mismo decir: Esto lo has hecho mal que eres malo. En el primer caso, se critica al hecho, nada que objetar. En el segundo caso, se desvaloriza a la persona, grave equivocación. 7) Sé consecuente y no cambies cada día de criterios, el que te escucha no sabrá a qué atenerse y además de perder credibilidad, perderá eficacia tu mensaje. Crearás desconcierto en tu entorno. 8) Evita transmitir a los que te rodean tus propios miedos y angustias, es tan fácil hacerlo como inconveniente. No los limites ni atemorices. 9) Todos somos diferentes sin que ello implique nada positivo ni tampoco negativo. No hay razón para que nos gusten las mismas cosas a todos, se tolerante. Permite y permítete elegir. 10) No hagas aquellas cosas que sean responsabilidad y trabajo de otros. No estarás ayudando, les estás impidiendo madurar y crecer. Evita la hiperprotección.
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