Patología dual: conceptualización y alternativas de intervención
Los problemas psicológicos raramente se presentan solos. La coexistencia de dos o más patologías (p.ej., trastorno de ansiedad y depresión) constituye más la norma que la excepción en nuestra sociedad. A esto le denominamos comorbilidad. En este sentido, el Estudio Nacional de Comorbilidad en EU indica que aproximadamente el 14% de la población tiene una prevalencia de tres o más diagnósticos psiquiátricos en el transcurso de su vida, siendo los trastornos del estado de ánimo y los de ansiedad los más prevalentes.
Cuando coexisten un trastorno por uso de sustancias y otro trastorno mental, hablamos de patología dual (PD). Así, esta categoría seriviria para la combinación entre cualquier patología con cualquier adicción (p.ej., esquizofrenia-cannabis, alcohol-depresión, cocaina-juego patológico…etc.). Únicamente necesitamos la presencia e interrelación entre ambos. Recordemos que la adicción según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se define como aquella enfermedad física y emocional, caracterizada tradicionalmente por una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que esta causa a la persona. Así, se ha evidenciado una prevalencia de PD de entre el 15 y el 80%, siendo los trastornos de ansiedad, estado de ánimo, psicóticos y el trastorno de personalidad antisocial los más comunes. Y en cuanto a las sustancias, el alcohol, el cannabis y la cocaína despuntan por encima de las demás, especialmente en personas con patologías psiquiátricas.
En muchas ocasiones resulta difícil dilucidar la relación y mucho menos la causalidad entre una y otra patología, ya que ambos dependen de diferentes factores: genética, influencias familiares, entorno social, rasgos de personalidad… Lo que sí está claro es que su combinación presenta una dificultad añadida, ya que acostumbra a ir de la mano de un mayor número de ingresos hospitalarios y de urgencias, inestabilidad familiar, marginación social, conducta violenta o criminal y menor cumplimiento del tratamiento.
En cuanto a este último, habitualmente se prioriza conseguir la abstinencia de la sustancia para poder intervenir sobre la problemática psicológica, aunque en muchas ocasiones se realizan tratamientos combinados, es decir, psiquiátricos y psicológicos ya que en su mayoría, se potencian mutuamente sus efectos. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) incluyendo intervenciones familiares y especialmente Entrenamiento en Habilidades Sociales junto con medicación se han mostrado especialmente útiles para esta problemática.
Si deseas conocer más al respecto, o tienes cualquier otra pregunta, ponte en contacto con nuestro equipo de terapeutas, situados en el centro de Mataró. Te atenderemos encantados.
– Eric Badia.