La terapia grupal ha demostrado ampliamente su eficacia en diferentes problemáticas. En esta, la cual es guiada por uno o dos profesionales, la escucha activa, la empatía, la participación y la retroalimentación conforman algunos de los principales aspectos los cuales han demostrado poseer en sí mismos un elevado potencial terapéutico.

Además de esto pero, la aplicación de técnicas y ejercicios específicos, adecuados siempre a las dificultades que presentan los miembros del grupo, resulta clave para facilitar y potenciar la mejora, y por lo tanto la eficacia del tratamiento.

Dependiendo de las necesidades de la persona y de la fase en la que se encuentre, la intervención grupal puede utilizarse tanto de forma exclusiva como paralelamente a la terapia individual. En cualquier caso, constituye un excelente complemento el cual permite fortalecer los conocimientos adquiridos y facilitar de esta manera que los resultados se mantengan a lo largo del tiempo.