La Reestructuración Cognitiva (RC)
La forma en que interpretamos y almacenamos los diferentes acontecimientos posee una influencia directa en el modo en que nos sentimos y actuamos. El ser humano se encuentra continuamente emitiendo juicios acerca de las diferentes experiencias que se van sucediendo a lo largo de su vida, y estas, con el tiempo se arraigan en forma de supuestos y creencias más o menos generales acerca de sí mismos y del mundo.
De esta forma, el componente cognitivo juega un papel crucial en la explicación de muchas alteraciones emocionales tales como los trastornos de ansiedad, la baja autoestima o la depresión. En esta línea, aunque existen acontecimientos potencialmente negativos (p.ej; muerte de un ser querido) los cuales pueden facilitar la aparición de ciertos desordenes emocionales, la técnica se enmarca dentro de la teoría según la cual no son los eventos en sí mismos los responsables de generar una respuesta emocional y conductual específica, sino las interpretaciones y anticipaciones que hacemos de dichos sucesos junto a las creencias asociadas a estos. Por ello, este procedimiento emerge como una alternativa altamente eficaz para reducir el malestar asociado a muchos problemas psicológicos.
La RC consiste en aprender a detectar, analizar y cuestionar los pensamientos desadaptativos, de tal manera que se sustituyan por otros más adecuados y generalmente objetivos, reduciendo y/o eliminando así la perturbación conductual y/o emocional producida por los primeros. Para ello, se parte de la premisa según la cual nuestras interpretaciones iniciales son hipótesis, y el cliente, con la ayuda del terapeuta, buscará recoger datos para determinar si estas son útiles o correctas. Así, formulando ciertas preguntas y diseñando ejercicios específicos, buscaremos evaluar y someter a prueba los diferentes pensamientos negativos para llegar a una conclusión lo más objetiva posible acerca de su validez y utilidad.
Los principales objetivos recaen en: Identificar los pensamientos desadaptativos que provocan una respuesta conductual y emocional específica. Profundizar en la comprensión del impacto que estas cogniciones pueden tener sobre estas respuestas. Aprender a considerarlas como hipótesis que deben ser sometidas a prueba y discutidas. Cuestionarlas de manera conductual y verbal manteniendo una actitud abierta y neutra. Y modificarlos o sustituirlos por otros más objetivos, realistas y útiles para nuestro estado emocional.
Finalmente es importante tener en cuenta que aunque el sistema cognitivo resulta crucial para comprender muchos problemas, en ocasiones este componente puede no ser siempre el principal encargado del malestar. En este sentido, aunque la RC ha demostrado eficacia para diversas problemáticas, esta deberá adecuarse a las características de la persona y combinarse con las técnicas necesarias encaradas a trabajar aquellos aspectos que se consideren importantes, lo cual facilitará y asegurará una mejoría mayor y más prolongada.
En caso de querer recibir más información al respecto, nuestros profesionales, situados en Mataró, procurarán ayudarte y resolver todas tus dudas.