La rutina en la relación de pareja
LA RUTINA EN PAREJA Una relación de pareja es un nexo, un vínculo emocional de carácter romántico que se genera entre dos personas. Este se concibe como un espacio o ámbito de complicidad, de intimidad, de aprendizaje continuo e incluso de maduración psicológica. Ciertamente, aunque pueden identificarse ciertas características comunes, en cada una de las que se forman día a día, existen aspectos singulares que hacen de ellas algo único, no solamente por las diferencias entre los integrantes de la relación, sino por las particularidades que nacen y evolucionan en la esencia de todas ellas. A pesar de las diferentes concepciones y aspectos positivos que cada uno de nosotros puede destacar de su relación, actualmente existe una preocupación o miedo más o menos acentuado pero muy común y habitual; se trata de la rutina, o mejor dicho, el caer en la rutina. En este punto es importante señalar que hoy en día este concepto contiene en sí una cierta connotación negativa, pero lo importante es determinar si realmente supone un problema para la relación, es decir, si los hábitos establecidos o algunos de ellos se conciben de forma negativa y, por tanto, susceptibles a cambio o mejora. En ese caso, inicialmente es necesario identificar el grado de acuerdo existente entre ambos miembros de la pareja, especificando qué aspectos sobre la relación desean potenciar cada uno de ellos. Junto a esto, también resulta útil descubrir aquellas características individuales que gustan y se consideran atrayentes, facilitando de esta manera la atención hacia la parte positiva del otro y de la relación, reduciendo así el sesgo hacia lo negativo. A partir de aquí, te proponemos algunas estrategias generales para fortalecer tu relación: – Saber escuchar: Este es un aspecto básico, aunque en muchas ocasiones menospreciado. Implica estar atento a las demandas tanto implícitas como explícitas, comprender los sentimientos y pensamientos del otro, y saber transmitirle esta comprensión mediante hechos específicos que consideremos gratificantes en base a nuestras experiencias con ella. – Demostrar y recibir afecto: No basta con decir te quiero, aunque a veces estas palabras no sean recurrentes y puedan ser en sí potencialmente útiles. Debemos asegurarnos de que la persona recibe e interioriza nuestros esfuerzos, y para ello es necesario ir un poco más allá, ya que de esta manera muy posiblemente seremos nosotros los que nos veremos recompensados. – Cuidar los detalles: Un buena forma de encontrar los puntos que marquen la diferencia ante la otra persona es atender bien y ser minucioso con los detalles que el otro considera importantes. De esta manera podemos conseguir anticiparnos a ciertas demandas y facilitar el acercamiento. – Atención hacia lo positivo: Resulta inútil focalizarnos y resaltar únicamente los aspectos negativos del otro y de nuestra relación, dedicándonos a reprochar aquello que no nos gusta en lugar de resaltar lo que nos agrada. Así pues, suele ser mucho más eficaz remarcar lo positivo, que a priori parece escondido, para conseguir de esta forma que se establezca como hábito. A parte de los destacados, existen muchos mecanismos que se pueden utilizar para evitar establecer una rutina negativa, los cuales si consideras necesarios en tu relación, no dudes en contactar con nuestro centro de psicología en Mataró. En este los mejores especialistas en terapia de pareja procurarán ayudarte de una forma profesional y en base al conocimiento existente acerca de tu problemática.