La fobia específica
La fobia específica
Este tipo de trastorno se caracteriza por un miedo intenso y persistente a ciertos objetos o situaciones.
El hecho de tener que enfrentarse a estos estímulo fóbicos provoca una respuesta inmediata de ansiedad. Esta respuesta puede adquirir la forma de una crisis de angustia.
En muchos casos, los adolescente y adultos que padecen este trastorno si son capaces de reconocer que este temor es excesivo e irracional, cosa que no sucede a veces en el caso de los niños. En la mayoría de las ocasiones el afectado evita tener que enfrentarse a la situación temida, si bien a veces puede experimentarse, aunque con sumo terror.
Para poder hablar de Fobia Específica como tal, la problemática debe interferir significativamente con las actividades cotidianas del individuo, con sus relaciones laborales o sociales, y provocar un malestar evidente.
Aquellas personas afectadas, experimentan un terror marcado, persistente y excesivo o irracional cuando se encuentra en presencia del objeto o situación temido, o bien cuando anticipan su aparición. El objeto del miedo puede ser la propia anticipación del peligro o daño inherente al objeto o situación (ej. el individuo puede temer viajar en avión debido al miedo de estrellarse, puede temer a los perros por miedo a ser mordido o puede temer conducir un coche por miedo a tener un accidente).
Las fobias específicas también pueden hacer referencia a la posibilidad de perder el control, angustiarse y desmayarse al exponerse al objeto temido.?Por ejemplo, los individuos temerosos de la sangre y las heridas pueden estar preocupados asimismo por la posibilidad de desmayarse, los que tienen miedo a las alturas también pueden sentir inquietud por los mareos y los que tienen miedo a las aglomeraciones pueden preocuparse asimismo por la posibilidad de perder el control y empezar a gritar entre la gente.
La aparición de ansiedad al enfrentar a la persona a la situación u objeto temido es inmediata y casi?invariable, aunque el nivel de ansiedad o temor suele variar en función del grado de proximidad al estímulo fóbico y al grado en que la huida se vea limitada.
Sin embargo, la intensidad del temor no siempre se relaciona de forma tan previsible con el estímulo fóbico.
Existen diferentes subtipos de fobias específicas, y la clasificación más frecuente de estos es:
TIPO ANIMAL: El miedo hace referencia a animales o insectos. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.
TIPO AMBIENTAL: el miedo hace referencia a situaciones relacionada con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos como tormentas, precipicios o agua. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.
TIPO SANGRE – INYECCIONES – DAÑOS: El miedo hace referencia a la visión de sangre o heridas, o a recibir inyecciones u otras intervenciones médicas de carácter invasivo. Este subtipo presenta una incidencia marcadamente familiar y suele caracterizarse por una intensa respuesta vasovagal.
TIPO SITUACIONAL: El miedo hace referencia a situaciones específicas como transporte públicos, túneles, puentes, ascensores, aviones, coche o recintos cerrados. El inicio de este trastorno sigue una distribución bimodal, con un pico de mayor incidencia en la segunda infancia y otro a mitad de la tercera década de la vida. Su incidencia en función del sexo, su patrón de incidencia familiar y su edad de inicio son similares a los de trastornos de angustia con agorafobia.
OTROS TIPOS: El miedo hace referencia a otro tipo de estímulos entre los que se incluyen las situaciones que pueden conducir al atragantamiento, al vómito, a la adquisición de una enfermedad; fobia a los espacios, a los sonidos altos o a las personas disfrazadas…
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