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Como equipo de profesionales altamente cualificados en el tratamiento del maltrato de género, ofrecemos apoyo y orientación a nuestros pacientes para ayudarles a superar la violencia y el abuso de género y recuperar el control de sus vidas. Nuestro objetivo es promover el empoderamiento y la igualdad de género en todos nuestros tratamientos.
La violencia de género incluye maltrato por parte de la pareja, agresiones sexuales o físicas, y todas las formas de agresión verbal, mental, sexual o física y privación de libertad por motivos de género.
Las siguientes formas de violencia son consideradas Maltrato de género. Si identificas alguna de estas, es el momento de denunciar:
Muchas veces, implica una manipulación. El agresor es capaz de usar lenguaje no verbal como hacerle el vacío o mostrarle una indiferencia total para provocarle sentimientos de culpabilidad.
Actitudes, comentarios e incluso omisiones son expresiones de la violencia de género. Se considerará víctima del maltrato de género si la pareja o expareja desarrolla las siguientes actitudes:
Las relaciones saludables son aquellas en las que la confianza y el respeto mutuo son dos aspectos primordiales. Si en una relación los celos y el control se vuelven más que frecuentes es importante alertar y actuar. La dependencia emocional de una persona maltratada hacia su maltratador es muy frecuente, pero existen terapias para poder superar este problema. En muchas ocasiones, se recurren a informes periciales que ayudan a los jueces a vislumbrar los casos, sobre todo cuando hay por medio menores.
Apoyarse en otras personas puede ser una buena forma de construir relaciones y de generar lazos de confianza.
Sin embargo, cuando estas relaciones se caracterizan por ser inestables, destructivas y caracterizadas por un marcado desequilibrio es cuando hablamos de Dependencia Emocional.
Se trata de un estado psicológico que se da en las relaciones en las que el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro, por el que siente un apego excesivo, ya sea un amigo, un familiar o, especialmente, una pareja. La persona dependiente es incapaz de romper la relación, pese a que no se sienta feliz con ella y, además, ve afectada negativamente su autoestima.
Tanto es así que llega a tener pánico a la ruptura y, si esta se produce, puede experimentar síndrome de abstinencia, ansiedad e, incluso, depresión. En ocasiones, las personas con dependencia emocional quieren reiniciar la relación, aunque ésta les resulte dolorosa, pero en otras inician una nueva en la que siguen el mismo patrón.
Las causas deben buscarse en la historia afectiva primaria. En muchas ocasiones, las personas dependientes sufrieron vínculos distantes y ambivalentes durante su infancia. En otras ocasiones, sin embargo, el trastorno no puede atribuirse a estas causas.
Algunos de los principales síntomas de este trastorno son:
No existe una única terapia para este trastorno. Sin embargo, la dependencia puede tratarse abordando el problema. Es importante ponerse en manos de un profesional que determine que no existe un problema de maltrato de género y que ayudará a la persona dependiente a: