Tratamiento de Maltrato de género

Tratamiento de Maltrato de género

Como equipo de profesionales altamente cualificados en el tratamiento del maltrato de género, ofrecemos apoyo y orientación a nuestros pacientes para ayudarles a superar la violencia y el abuso de género y recuperar el control de sus vidas. Nuestro objetivo es promover el empoderamiento y la igualdad de género en todos nuestros tratamientos.

La violencia de género incluye maltrato por parte de la pareja, agresiones sexuales o físicas, y todas las formas de agresión verbal, mental, sexual o física y privación de libertad por motivos de género.

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¿Cuáles son las expresiones de maltrato de género?

Las siguientes formas de violencia son consideradas Maltrato de género. Si identificas alguna de estas, es el momento de denunciar:

  • Violencia física: Desde empujones, pellizcos, mordiscos, patadas, quemaduras a puñetazos. El individuo ejerce su fuerza sobre el maltratado con sus propias manos o algún objeto o arma. Es la expresión de violencia más visible.
  • Violencia psicológica: La violencia psicológica existe siempre que haya otro tipo de violencia. Son todo el seguido de amenazas, vejaciones, insultos, desprecios… hacia la víctima. La violencia psicológica desvaloriza al usuario, supone criticar su trabajo, sus ideologías, sus opiniones, su forma de vestirse y todo lo que la constituye como a individuo independiente.

Muchas veces, implica una manipulación. El agresor es capaz de usar lenguaje no verbal como hacerle el vacío o mostrarle una indiferencia total para provocarle sentimientos de culpabilidad.

  • Violencia económica: El agresor controla todos los gastos de la víctima y el acceso al dinero. No quiere que trabaje, la obliga a entregarle el dinero que gana, se lo gasta en lo que quiere. En algunas ocasiones la víctima acaba solicitando préstamos a familiares o servicios sociales para poder afrontar los gastos de su agresor.
  • Violencia sexual: Imponer relaciones sexuales mediante la intimidación, la coacción y la amenaza.

    Los signos para detectar el maltrato de género

    Actitudes, comentarios e incluso omisiones son expresiones de la violencia de género. Se considerará víctima del maltrato de género si la pareja o expareja desarrolla las siguientes actitudes:

    • Desprecia, ridiculiza o ignora los sentimientos de su pareja.
    • Insulta y desprecia a las mujeres globalmente.
    • Si ejerce humillaciones, gritos, insultos tanto en privado como en público.
    • Amenazas tanto a la víctima como a su familia.
    • Realiza acciones de violencia física.
    • Aísla a la víctima de familiares y amigos.
    • Fuerza a mantener relaciones sexuales.
    • Controla el dinero y las tomas de decisiones importantes.
    • No le permite trabajar.
    • Amenazas constantes en dejarlo.

    Las relaciones saludables son aquellas en las que la confianza y el respeto mutuo son dos aspectos primordiales. Si en una relación los celos y el control se vuelven más que frecuentes es importante alertar y actuar. La dependencia emocional de una persona maltratada hacia su maltratador es muy frecuente, pero existen terapias para poder superar este problema. En muchas ocasiones, se recurren a informes periciales que ayudan a los jueces a vislumbrar los casos, sobre todo cuando hay por medio menores.

    Tratamiento Dependencia Emocional

    Apoyarse en otras personas puede ser una buena forma de construir relaciones y de generar lazos de confianza. 

    Sin embargo, cuando estas relaciones se caracterizan por ser inestables, destructivas y caracterizadas por un marcado desequilibrio es cuando hablamos de Dependencia Emocional.

    Se trata de un estado psicológico que se da en las relaciones en las que el dependiente se somete, idealiza y magnifica al otro, por el que siente un apego excesivo, ya sea un amigo, un familiar o, especialmente, una pareja. La persona dependiente es incapaz de romper la relación, pese a que no se sienta feliz con ella y, además, ve afectada negativamente su autoestima.

    Tanto es así que llega a tener pánico a la ruptura y, si esta se produce, puede experimentar síndrome de abstinencia, ansiedad e, incluso, depresión. En ocasiones, las personas con dependencia emocional quieren reiniciar la relación, aunque ésta les resulte dolorosa, pero en otras inician una nueva en la que siguen el mismo patrón.

    ¿Cuáles son las causas de la dependencia emocional?

    Las causas deben buscarse en la historia afectiva primaria. En muchas ocasiones, las personas dependientes sufrieron vínculos distantes y ambivalentes durante su infancia. En otras ocasiones, sin embargo, el trastorno no puede atribuirse a estas causas.

    ¿Cuáles son los síntomas de la dependencia emocional?

    Algunos de los principales síntomas de este trastorno son:

    • Miedo a la soledad: la persona dependiente tiene terror a ser abandonada y siente ansiedad ante la posibilidad de una separación.
    • Estado de ánimo disfórico: ansiedad, depresión, sensación de culpa, miedo…
    • Autoanulación: las personas con este trastorno tienden a anularse a si mismas con el fin de agradar a su pareja.
    • Déficit de habilidades sociales: la persona dependiente se cierra en su relación de pareja (o de amistad) y no establece vínculos ni se relaciona con otras personas.
    • Pérdida de autocontrol: incapacidad para ponerse límites a uno mismo.
    • Otorgar a la relación un lugar prioritario en su vida: se suele anteponer la relación de pareja a las familiares y se le suele dar un lugar preponderante en su vida.
    • Necesidad de agradar: las personas con dependencia tienen una marcada necesidad de agradar a los demás. Por este motivo, suelen estar muy preocupados por posibles críticas o por el rechazo de otras personas. La necesidad de agradar no se centra exclusivamente en la pareja o los amigos, sino que se hace extensiva también a los desconocidos.
    • Síndrome de abstinencia: cuando se rompe la relación, la persona dependiente experimenta una serie de síntomas que se asemejan a los de un adicto cuando sufre síndrome de abstinencia (angustia, pensamientos obsesivos, necesidad de contactar con la persona con la que se ha roto, tristeza, ganas de llorar, insomnio…).
    • Depresión: la depresión puede ser una de las consecuencias del síndrome de abstinencia cuando el dependiente ha roto la relación.

    ¿Cuál es el tratamiento para la dependencia emocional?

    No existe una única terapia para este trastorno. Sin embargo, la dependencia puede tratarse abordando el problema. Es importante ponerse en manos de un profesional que determine que no existe un problema de maltrato de género y que ayudará a la persona dependiente a:

    • Aceptar que nada es para siempre y las relaciones pueden romperse.
    • Generar resistencia frente a los apegos.
    • Aprender a afrontar el duelo que se produce cuando una relación llega a su fin.
    • Diferenciar el ser del tener: valorarnos por lo que somos antes que por lo que tenemos.
    • Mejorar la autoestima: aprender a valorarse, quererse y respetarse independientemente de si se tiene o no pareja o del tipo de relaciones que se tenga.