¿Qué son las neuronas espejo?
Los avances y descubrimientos promulgados por la ciencia para conocer el funcionamiento de la mente humana son cada vez más notorios y significativos. Uno de ellos son las neuronas espejo o neuronas especulares. Desde cómo aprendemos a hablar o escribir, hasta el desarrollo de las habilidades necesarias para relacionarnos con los demás, parecen jugar un papel principal estas peculiares células cerebrales. Fueron descubiertas accidentalmente por el neurocientífico Giacomo Rizzolatti en los años 90. Junto a su grupo, mediante una serie de experimentos con monos, observaron que ciertos grupos de neuronas se activaban no sólo cuando el animal realizaba una acción, sino también cuando éste observaba a otro realizarla. De esta forma, al ver la acción, la activación neuronal se producía como si la estuviera haciendo él mismo.
Actualmente se definen como el grupo o subtipo de neuronas que se activan cuando estamos realizando una acción y cuando vemos a otro haciéndola, relacionándose con los comportamientos sociales, empáticos e imitativos, y constituyendo una herramienta crucial para el aprendizaje. En un sentido más informal, se consideran como la red invisible que une a todos los seres humanos, permitiendo la conexión entre las mentes y la transmisión de cultura y conocimiento mediante el aprendizaje. Su utilidad pues, reside especialmente en la imitación y el aprendizaje. Desde la neuropsicología, estudios realizados con técnicas de neuroimagen han permitido esclarecer algunas de las principales áreas donde actúan estos elementos. En esta línea, mediante Estimulación Magnética Transcraneal (EMT), se descubrió que el área de Brocca era uno de los departamentos clave; lo que se hizo fue inhabilitar temporalmente esta área, descubriendo que los participantes perdían la facultad para imitar acciones. Así mismo, poco a poco se ha ido descubriendo su papel en diferentes facetas de nuestra vida cotidiana. Entre estas, se evidenció que poseen una importancia crucial en el desarrollo del lenguaje, y especialmente en la comunicación no verbal. La copia y moldeamiento de gestos, expresiones y procesos de interacción son claves para establecer y mantener los lazos afectivos. Por otro lado, son las encargadas de que nos identifiquemos y emocionemos en diferentes situaciones cotidianas, por ejemplo al ver una película, o al presenciar o escuchar algo con una gran carga emotiva. Por ello, este tipo de neuronas son las principales encargadas de permitir que estos mecanismos de aprendizaje se produzcan, ya que al observar la forma en que los demás se relacionan y reaccionan, recogemos y asimilamos diferentes patrones de conducta.
Un punto importante a tener en cuenta, es que este proceso de adquisición de habilidades dependerá mucho del contexto social y cultural en el que estemos inmersos. Por ejemplo, en nuestra cultura solemos saludarnos mediante un apretón de manos o besos, pero en Japón suele utilizarse la inclinación hacia delante. De esta forma, nuestros comportamientos deberán amoldarse a la realidad contextual que nos rodee.
Ahora bien, ¿todos nosotros poseemos esta capacidad? ¿Tenemos la misma cantidad y nivel de desarrollo neuronal? Seguro que conocemos a personas que son más hábiles para detectar o interpretar ciertos estados mentales o emocionales, considerándolas más intuitivas o incluso más empáticas. Es probable que su red de neuronas espejo sea más amplia y eficiente. Por otro lado, desde el mundo de la psicología se ha descubierto que existen algunas patologías en las que este grupo de neuronas parecen estar particularmente disminuidas o alteradas. Los niños con Trastorno del Espectro del Autismo y el Trastorno de Asperger muestran claras dificultades a la hora de comprender y desarrollar comportamientos sociales tanto verbales como no verbales, por lo que su red de neuronas espejo suele estar menos desarrollada. Otro caso lo constituye la psicopatía y algún trastorno de personalidad como por ejemplo el narcisista. En ambas problemáticas, vulgarmente se indica que no tienen empatía ni remordimientos. Desde la explicación que procuramos exponer, podemos entenderlo como una deficiencia a la hora de entender el sufrimiento y dolor ajenos, y sobre todo, como un déficit a la hora de experimentar algún tipo de reacción emocional por ello.
Así pues, no todos tenemos la misma facilidad para intuir, atribuir y/o interpretar los estados mentales y emocionales de los demás. La sociabilización y la interacción continua favorecen el desarrollo de estos mecanismos, por lo que es importante tener presente su importancia, no solo en personas con claros déficits para relacionarse, sino también para ampliar y fortalecer las relaciones personales.
Las neuronas espejo pues, te sitúan en el lugar del otro. El sistema de espejo nos permite comprender y hacer propias las sensaciones, acciones y emociones de los demás. Y aunque ciertamente queda mucho por saber, este descubrimiento ha supuesto un antes y un después en la psicología.
En caso de querer obtener más datos en relación a este tema, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró. Te responderemos de forma profesional e individualizada.