Solución a la anorgasmia femenina
La anorgasmia femenina, es un problema más común de lo que la gente puede pensar.
La anorgasmia femenina es la imposibilidad de alcanzar el orgasmo estando presente el deseo y excitación durante la relación sexual. Popularmente se le llama frigidez, concepto ya en desuso en sexología y no adecuado, ya que hace referencia a la falta de deseo y excitación, por lo que hablamos de términos diferentes.
Afecta al 10% de las mujeres y consiste en la ausencia del orgasmo en las relaciones sexuales, ya sean estas a través del coito con penetración o mediante la estimulación del clítoris.
A pesar de que la mujer alcanza niveles adecuados de excitación y presenta deseo sexual, el clímax no aparece en ningún caso.
Existen dos tipos de anorgasmia:
1- La anorgasmia primaria: La mujer no ha experimentado nunca un orgasmo, ni por penetración vaginal ni mediante la masturbación.
2- La anorgasmia secundaria: La mujer sí ha experimentado el placer de un orgasmo en algún momento de su vida sexual y lo ha dejado de experimentar más adelante.
Las causas más comunes de la anorgasmia son las siguientes:
– Recibir una educación que menosprecie la sexualidad y desapruebe el aprendizaje erótico.
– Tener una mala imagen de sí misma y de su cuerpo, falta de autoestima y confianza.
– Estimulación y caricias poco adecuadas, o demasiada fuerza por parte de la pareja.
– Rutina sexual y aburrimiento.
– Relaciones dolorosas (vaginismo, dispareunia).
– Eventos traumáticos durante la infancia (abusos sexuales, violaciones).
– Falta de deseo hacia la pareja.
– Dudas acerca de los sentimientos hacia la pareja.
Pero si nos centramos en las causas de origen psicológico, caben destacar las siguientes:
Obstáculos sociales: durante largo tiempo el placer femenino ha sido dotado socialmente de absurdas connotaciones nocivas, y relegado injustamente a un segundo plano. De esta manera, se ha ido reprimiendo de alguna forma el hecho de que la mujer disfrute plenamente de su sexualidad y se han ido tejiendo sentimientos de culpa capaces de obstaculizar e inhibir el logro del clímax en muchas de ellas.
Estados emocionales: diversos estados emocionales como la anseidad, la depresión o el estrés son malos compañeros también en esta ocasión. Así mismo, una excesiva autoexigencia a la hora de alcanzar el orgasmo puede ser altamente contraproducente. Para tratar de gozar al máximo de nuestra sexualidad y sacarle el mayor partido posible debemos estar relajados, cómodos y libres de presiones que puedan menoscabarla.
Inadecuada estimulación sexual: en numerosas ocasiones el problema se esconde tras unas prácticas sexuales inadecuadas dónde la falta de habilidades es evidente. El poco tiempo dedicado a los prolegómenos o la falta de comunicación en la pareja hace que aquellas prácticas que llevamos a cabo no sean las convenientes o las suficientes para alcanzar el objetivo deseado.
Falta de información sexual: una información sexual inadecuada o deficiente es portadora de falsas creencias que entorpecen y dificultan los encuentros íntimos. Un buen ejemplo de ello es la pérdida de control que se ha asociado en numerosas ocasiones erróneamente con la vivencia del orgasmo, instaurando así sentimientos de temor a experimentarlo.
Problemas de pareja: los problemas que pueda tener la pareja también se reflejan, entre otras situaciones, en la cama. Si no estamos a gusto con nuestro compañero sexual nuestras relaciones sexuales se van a ver influenciadas por este hecho.
Existen varias posibles soluciones para recuperar el placer sexual y poner fin a la ausencia de orgasmos, aunque cada caso es diferente y lo mejor es visitar a un psicólogo sexólogo espacializado que pueda estudiar el caso concreto.
En cualquier caso:
– Si el problema se debe a cuestiones orgánicas, se debe consultar al médico de cabecera o al ginecólogo para que aconseje y oriente hasta descubrir al origen del problema.
– Si las causas están relacionadas con el comportamiento, se debe consultar un sexólogo o psicoterapeuta para que ayude a aclarar las causas.
– También puede ser que el problema sea de pareja. En este caso la comunicación es esencial para mejorar la relación. El hecho de salir de la rutina en la que se pueda estar atrapado, ayudará a ver las cosas desde otra perspectiva. Se puede probar a descubrir posturas diferentes que puedan aportar esa chispa que se haya podido perder.
– En los casos de anorgasmia primaria, el objetivo consiste en ayudar a la mujer a alcanzar el orgasmo, asegurándose primero que no hay obsesión por conseguirlo. La estrategia más utilizada es la autoestimulación en la que la presión de la actuación ante la pareja pierde todo su peso, desapareciendo la ansiedad que esto puede provocar. Cuando aparecen los primeros orgasmos, la mujer adquiere tranquilidad y el tratamiento pasa a ser para la pareja.
– En la anorgasmia secundaria, el tratamiento está dirigido a la causa (o causas) que lo desencadenan y dependerá de su origen (alteración hormonal, medicamentos, problemas con la pareja, depresión ). En relación a la pareja debemos tener la seguridad y confianza suficientes para que decir qué y cómo nos gusta.
– Para las anorgasmias situacionales, se deben identificar las circunstancias en las que aparece esta disfunción y buscar una estrategia que permita hacerlas desaparecer.
Si sufres este problema, no dudes en contactar con en Gabinet Psicològic Mataró. Tenemos profesionales de la terapia sexual y de pareja ampliamente formados para ayudarte a solucionar este problema.
Cristina Martínez Viana
Psicóloga y directora del Gabinet Psicològic Mataró