3 métodos eficaces contra la depresión
La depresión es un problema serio y de gran presencia entre la población. El trastorno depresivo mayor afecta alrededor del 6 por ciento de la población occidental adulta y es la principal causa de incapacitación laboral.
La depresión puede surgir de una combinación de susceptibilidad biológica, unida a las experiencias de la primera infancia que hacen a la persona más vulnerable, además de los acontecimientos vitales estresantes de mayor importancia.
Al igual que cualquier otra disfunción psicológica de importancia, la depresión requiere atención y tratamiento específico. Sin embargo , contrariamente a lo que a menudo se cree, la depresión debe ser vista como un trastorno eminentemente tratable.
Un método que ha mostrado un gran potencial para el tratamiento de la depresión es la terapia cognitiva basada en la atención plena o mindfulness.
El aprendizaje de habilidades de atención plena, a través de la meditación y de ejercicios de respiración, ayuda a las personas a desarrollar una relación diferente con sus sentimientos, lo que les permite regular y tolerar mejor sus emociones.
La atención plena puede ayudar a las personas a alcanzar un estado de calma, en el que son menos propensos a ser superados por sus emociones. Estas prácticas también les permiten estar más presentes en la experiencia de su aquí y ahora, en lugar de lamentarse por su pasado o elucubrar negativamente sobre su futuro.
En ese estado equilibrado, las personas son más capaces de combatir la ansiedad, el estrés y los sentimientos de depresión, y la investigación ha demostrado que la práctica de mindfulness puede ayudar a prevenir la recaída en pacientes recuperados que han luchado contra la depresión recurrente.
Otra terapia que puede ayudar a combatir la voz crítica interior que subyace a la depresión es la terapia de voz, una metodología afectiva de base cognitivo-conductual desarrollada por Robert Firestone.
Los cinco pasos de la terapia de voz tienen como objetivo vencer a la voz crítica presente en cada uno de nosotros en mayor o menor medida.
Esta voz representa un anti-yo que se forma a partir de las experiencias negativas de la vida temprana. El anti-yo puede alimentar la depresión, lo que lleva a la persona a experimentar un ciclo de autocrítica y una sensación de inutilidad. Los pasos de la terapia de la voz son los siguientes:
Paso 1: La persona debe identificar el contenido de su proceso de pensamiento negativo. Se anima a la persona a verbalizar el ataque como él o ella lo escucha o lo experimenta. Si la persona está frenando sentimientos, se le anima a expresarlos.
Paso 2: La persona trata de entender la relación entre los ataques de voz y las experiencias tempranas de la vida. El objetivo aquí es ayudar al paciente a desarrollar la compasión por sí mismo.
Paso 3: La persona debe responder a los ataques de su voz. Esta es a menudo una experiencia catártica. Después, es importante que la persona efectúe una declaración racional acerca de cómo él o ella realmente es, desde su propio punto de vista.
Pasoa 4: Se anima a la persona a explorar cómo los ataques de su voz están influyendo en sus comportamientos actuales.
Paso 5: La persona colabora con el terapeuta para planificar los cambios en estos comportamientos. Se le anima a resistir al comportamiento auto-destructivo dictado por sus pensamientos negativos y también aumentar los comportamientos positivos que estos pensamientos negativos desalientan.
Al tratar con la depresión, también es importante que las personas descubran cualquier enojo que podría subyacer a sus sentimientos de depresión. La ira puede llevar a la depresión cuando, al tratar de suprimirla, se vuelve en contra.
A pesar de que pueden sentirse incómodos al principio, quiénes sufren de depresión deben ser alentados a reconocer, explorar y expresar su ira en un ambiente sano, como el de la propia terapia.
Es importante aprender a tolerar estos sentimientos de ira, de otro modo se corre el riesgo de revertir estas emociones contra sí mismos, un proceso que fortalece la voz crítica interna y agrava su depresión.
Una manera también efectiva de enfrentar la depresión es el ejercicio físico. La actividad física ha demostrado ser muy beneficiosa para aquellos que sufren de depresión. Es una actitud proactiva que ayuda a mejorar los síntomas, incluso cuando la persona se siente sin esperanza acerca de su mejoría.
Estas acciones ayudan a romper esa sensación de desesperanza y a hacer frente de manera más efectiva al estrés en su vida cotidiana. El objetivo final en cualquier caso es ayudar a las personas a fortalecer el sentido real de sí mismos, lo que les permitirá llevar una vida más plena.
Fuente: www.psicopedia.org