Problemas emocionales y síntomas subclínicos
Existen una gran variedad de problemas emocionales, desde trastornos concretos y bien acotados, hasta patologías más inespecíficas. Las situaciones que pueden desencadenar estos, son también múltiples, y es necesario tener una visión amplia y flexible para comprender el origen y mantenimiento de todas estas dificultades. En este sentido, existen síntomas, o compendios de ellos, que aunque no se puedan encasillar en patologías concretas, pueden generar un malestar y limitación significativos, y por ello, merecen igual o más importancia.
¡No es necesario poseer un trastorno concreto para pedir ayuda! En ocasiones buscamos información acerca de lo que nos está pasando, y lo encuadramos en un problema concreto, y esto, aunque puede aliviar el malestar por la incertidumbre que genera el no saber lo qué nos pasa, muchas veces fomenta el estigma y el autocastigo, y una percepción errónea de lo que nos sucede. Así, la característica de “subclínico” se reserva para aquellos problemas que implican un sufrimiento significativo para la persona, y que aparecen en una cierta frecuencia e intensidad, pero que debido a sus características no pueden terminar de encasillarse en una categoría o trastorno mental concreto. En este sentido, es importante recordar que para realizar un diagnóstico, actualmente es necesario cumplir con un número concreto de características y durante un cierto tiempo, pero es necesario tener presente que aunque esto no se presente, y por ejemplo sólo aparezca un único síntoma (p.ej., tristeza), este por sí mismo puede provocar una gran limitación en la persona que lo sufre.
La importancia del problema pues, vendrá determinada por la vivencia y el afrontamiento de la propia persona en sí, y/o por el malestar que genere en los demás. En esta línea, cada vez son más los autores que se decantan por una aproximación dimensional de las patologías, en lugar de una categorial. Esto implica entenderlas como espectros, en los que los síntomas pueden presentarse de formas muy diversas y combinadas, y en diferentes problemáticas (p.ej., el Trastorno del Espectro del Autismo). En el caso de la ansiedad y de la depresión, ya se lleva evidenciando desde hace tiempo que existe un claro solapamiento entre sus características. Así, cada vez hay más interés en encontrar aspectos comunes de las diferentes problemáticas con tal de diseñar intervenciones que sean útiles para abordar problemas diversos (p.ej., los programas transdiagnósticos).
Merece la pena mencionar, igualmente, que acudir a un terapeuta también puede ser con la finalidad de mejorar. Es decir, que aunque no exista un malestar acentuado, podemos estar interesados en realizar un crecimiento personal o potenciar nuestro autoconocimiento. Por todo ello, si te preocupa o genera malestar cualquier cosa, o simplemente te gustaría ahondar un poco más en ti misma para potenciar ciertos recursos o habilidades, no lo dudes y date la oportunidad de abrirte y encontrar herramientas para gestionarlo a través de un proceso terapéutico.
En nuestro centro de psicología, psiquiatría y neuropsicología de adultos e infanto-juvenil, situado en Mataró, encontrarás a profesionales que te ayudarán a recibir toda la información y atención que necesites. Llámanos sin compromiso, estaremos encantados de atenderte.