El egocentrismo: rasgos característicos
La personalidad egocéntrica, o egocentrismo, puede definirse como aquel patrón de comportamiento y de percepción, en el que la persona se llega a creer el centro de todas o la mayor parte de preocupaciones y atenciones. El término deriva del latín, donde ego significa yo, y supondría una exagerada exaltación de la propia personalidad. Así, estas personas reflejan un pensamiento centrado en ellas mismas, y acostumbran a hablar mucho sobre aspectos personales, dejando de lado o quitando importancia a los demás. Junto a esto, exhiben una falta de escucha y empatía que puede llegar a generar incomodidad, rechazo, y por último, desvinculación de los más cercanos.
No debemos confundir el egocentrismo con el pensar y priorizarnos a nosotros. Aunque la línea puede parecer fina, una cosa es cuidarnos y priorizarnos, lo cual es sumamente importante para mantener una autoestima y una salud equilibrada, con creernos el centro de todo y de todos, y además carecer de habilidades de empatía y de comprensión interpersonal. Para dilucidar, comprender y detectar mejor lo que es una personalidad egocéntrica, a continuación se exponen algunos de los principales rasgos:
- Sentimientos de grandeza y exceso de autoestima: Estas personas se consideran poseedoras de grandes talentos o destrezas, los cuales solo pueden ser detectados o comprendidos por personas con cierta capacidad y prestigio.
- Falsa autoconfianza: A pesar de la imagen que puedan aparentar, en realidad son personas inseguras, vulnerables. Así, proyectan una autoconfianza artificial como mecanismo de defensa, ofreciendo la imagen de ser persuasivos.
- Distorsión de la autoimagen y de la realidad: se creen su propia versión tanto de sí mismos como de lo que les rodea. Por ello, tienden a no dar crédito o simplemente rechazan aquellos aspectos de la vida que ponen en tela de juicio su prestigio.
- Dificultad en las relaciones interpersonales: como hemos remarcado, reflejan falta de empatía, pocas habilidades de escucha y comprensión, les cuesta reconocer los sentimientos de los demás, y mucho más valorar las características de los otros.
- Sentimiento de tener derecho: se creen con derecho a recibir un trato preferente y hasta ciertos privilegios respecto a los otros. Esto se plasma en orgullo y vanidad.
- Hipersensibilidad a la crítica: reaccionan mal a las correcciones o a ciertos comentarios que no concuerdan con su ego, y además acostumbran a compararse a menudo con personas de su entorno.
Estos rasgos, en buena parte son aplicables a la personalidad narcicista y por ende, al trastorno de la personalidad narcicista, aunque existen algunos matices. En nuestro centro de psicología y psiquiatría, de Mataró, encontrarás a especialistas que te ayudarán a resolver las dudas que tengas. Ponte en contacto con nosotros por correo o llamándonos, será un placer atenderte.