Beneficios de la psicoterapia en la autoestima
Podemos definir la autoestima como la consideración o el aprecio que tenemos de nosotros mismos. Esta engloba el conjunto de emociones y autopercepciones que poseemos respecto a nosotros, y cómo esto nos facilita conformarnos una imagen de quienes somos. Es nuestro centro, la piedra angular alrededor de la cual se conforman nuestras percepciones, emociones, pensamientos y comportamientos tanto con nosotros mismos como con los demás. Supone además uno de los grandes retos en nuestra sociedad actual, ya que cada vez son más las personas que ven vulnerado este importante aspecto directa e indirectamente.
En este sentido, las personas con una baja autoestima suelen tener un conocimiento deficiente respecto a sí mismas, ya que se focalizan sobre todo en lo negativo, ignorando y dejando de iluminar aspectos positivos y constructivos. Además, acostumbran a engrandecerlos de tal forma que ganan mucha importancia. Junto a esto, suele apreciarse un desconocimiento respecto a sus fortalezas y sus necesidades, y les cuesta conocer cuáles son los límites y cómo ponerlos a los demás.
Algunas de las señales que pueden evidenciar una baja autoestima pueden ser la inseguridad y falta de confianza en nosotros. También la presencia de autocastigo, el excesivo perfeccionismo y autoexigencia, la exageración de la importancia del físico, un déficit de asertividad, el miedo al fracaso, la dificultad para tomar decisiones… Estas características pueden aparecer solas, o (y lo más habitual) acompañadas e inherentes a otras problemáticas como por ejemplo la depresión, los trastornos de ansiedad o los trastornos de la conducta alimentaria.
Por todo ello, cuidarla y trabajarla es esencial, y en caso de ser ya positiva, mantenerla y potenciarla. Aunque acudamos a terapia por alguna otra razón, nuestra autoestima se verá beneficiada directa e indirectamente por las herramientas que nos proporcione nuestro terapeuta. Así, algunas de las señales que indican que la estamos mejorando son las siguientes:
- Cambios en la autopercepción. Lo primero que podemos apreciar son cambios en la manera de vernos, y sobre todo, de valorarnos. La terapia nos brinda un espacio de seguridad para explorar nuestros sentimientos y pensamientos. Nos permite desafiar nuestras creencias autodestructivas, y desarrollar una imagen más objetiva, realista y compasiva respecto a nosotros mismos. Así, la autocrítica y la comparación con los demás disminuye, y aumenta la autoconfianza y el reconocimiento de nuestros logros.
- Resiliencia y habilidades de afrontamiento. Conlleva un beneficio claro en nuestra capacidad para hacer frente a la adversidad, fomentando un mejor manejo de nuestras emociones, una mayor confianza a la hora de tomar decisiones, y por ende, en una menor evitación.
- Aumento de la autoaceptación. Los dos primeros puntos derivan progresivamente en este. Sustituimos el autocastigo y la autoexigencia por la aceptación de lo que sentimos, lo que pensamos, y sobre todo, de lo que somos. En este sentido, nos permitimos ser más compasivos con nosotros mismos, reconocemos y aceptamos nuestros límites, y se disminuye significativamente la necesidad de aprobación.
- Relaciones saludables. Por último, y no menos importante, todo ello repercute en los vínculos que creamos con los demás, facilitando que estos sean significativos, sanos, estables y duraderos.
Estar bien y en equilibrio con nosotros mismos es el primer paso para estarlo con nuestro entorno. Todo empieza en nosotros. Si ignoramos su importancia, dejándolo pasar, podemos vernos cada vez más limitados, y por tanto, sufrir un mayor malestar. Debemos cuidarnos y sobre todo tratarnos bien.
En nuestro centro de psicología y psiquiatría, situado en el centro de Mataró, contamos con especialistas que te facilitarán toda la información y ayuda que necesites. Además, realizamos terapia presencial y online. Si tienes alguna duda al respecto, puedes llamarnos o acudir directamente. Será un placer atenderte.
– Eric Badia.