Expresión emocional en las relaciones de pareja
Hoy en día, la creación de vínculos, y concretamente, las relaciones de pareja, suponen uno de los fenómenos más frecuentes y significativos de casi todas las sociedades, independientemente del territorio o cultura. Aunque es posible elaborar diferentes explicaciones para comprender por qué elegimos juntarnos con ciertas personas, lo cierto es que sentimientos como el afecto, el amor, el deseo, o la pasión, aunque en parte subjetivos, son elementos universales que en algún momento todos habremos podido experimentar, y que a su vez contienen mecanismos complejos que pueden manifestarse de maneras muy distintas en función de la persona. A pesar de ello, podríamos estar de acuerdo en afirmar que cuando esta experiencia es recíproca y compartida con alguien, se trata de algo positivo, placentero e incluso complementario.
También es importante tener en cuenta pero, que la mayoría de las relaciones íntimas sufren cambios, a los cuales deberemos hacer frente tanto individual como conjuntamente, reajustándo en ocasiones nuestras necesidades y preferencias para mantener una relación equilibrada y estable. En esta línea, frecuentemente somos capaces de identificar los detonantes de los malentendidos, o del malestar que estamos sintiendo, pero a veces, o bien no conseguimos encontrarlo, o si lo detectamos no nos atrevemos a manifestar lo que nos genera o remueve a nivel emocional. Estas dos últimas circumstancias tienen consecuencias diversas, tanto para nosotros mismos como para la relación: Por un lado, la dificultad en averiguar las causas facilita que elaboremos nuestras propias hipótesis, las cuales pueden llegar a alejarse mucho de la realidad, produciéndonos incluso más daño del que quizás debería. Por otro lado, y muy relacionado con el aspecto anterior, muchas parejas reflejan un déficit comunicativo a nivel emocional que puede venir dado por diferentes motivos (miedo al rechazo o al abandono, considerarlo poco relevante, haber perdido la esperanza…). Sea como sea, no cabe duda de que la manifestación abierta y adecuada de nuestros sentimientos (tanto positivos como negativos), supone un elemento fundamental para el correcto funcionamiento y desarrollo de nuestras relaciones. Por ello, a continuación se citan algunas de las recomendaciones para facilitar la comunicación emocional:
– Énfasis en la relación: Este aspecto implica aprender a descentrarnos de la visión egoísta o hacia nosotros mismos, para empezar a conceber la relación como una cosa de dos. Nos referimos al hecho de confiar en que la relación puede ser más fuerte y/o potente que nuestro punto de vista o nuestro criterio. Supone confiar en la visión del otro, lo cual nos puede permitir abrirnos y expresar elementos que hasta ahora podían haber quedado ocultos.
– Reducir o minimizar los miedos: Tal y como se ha citado con anterioridad, podemos experimentar miedo o verguenza a la hora de tener que demostrar ciertas emociones por diferentes motivos. En este punto, relativizar éstos haciéndonos las preguntas adecuadas y experimentando (poniendo a prueba nuestras anticipaciones) puede ser una herramienta particularmente útil.
– Importancia de la comunicación no verbal: Aunque tendemos a minimizar o a ignorar su relevancia, aspectos como los gestos, la mirada, el tono de voz o la aproximación son claves para transmitir emociones. De esta manera, no solo dotamos al mensaje de más significado, sino que facilitamos al otro su comprensión, y por ende, que nos proporcione un feedback en el que nos sintamos realmente escuchados y entendidos.
– Suprimir hábitos: Resultan especialmente comunes las quejas de que el otro se ha distanciado, o todo se ha vuelto frío. Muchas veces encontramos la raíz de estas expresiones en el hecho de que, con el tiempo, la falta de comunicación recíproca y sincera, ha provocado que se deje de confiar en su utilidad, y se construya una barrera cada vez más gruesa entre ambos, cayendo paulatinamente en esta tendencia negativa. Debemos ser conscientes de esta situación, focalizarnos en las consecuencias positivas de expresarnos emocionalmente, en las negativas de no hacerlo, y en aquellas ocasiones en las que nos ha sido útil adoptar esta postura más cercana.
Las emociones son un elemento básico para comprender nuestra conducta social. Tanto las positivas como las negativas, en gran parte, permiten comprender cómo interaccionamos con el mundo, y por qué lo hacemos de una determinada manera. Si echamos la mirada atrás, es posible que descubramos que algunos de los problemas que hemos tenido, o que incluso tenemos con nuestra pareja pueden situarse aquí, en la comunicación emocional. Además, muchos problemas psicológicos como la ansiedad, el estrés, o las dificultades relacionadas con la autoestima pueden explicarse por un déficit en este aspecto.
Así, junto a las estrategias citadas existen muchas otras que pueden resultar beneficiosas para mejorar las situaciones o las dificultades relacionadas con este aspecto. Nuestro equipo de psicólogos, en Mataró, te facilitará toda la información que necesites en relación a este o cualquier otro tema que consideres importante. No lo dudes y ponte en contacto con nosotros, te ayudaremos.