Terminología asociada a las adicciones
El consumo de casi todos los tipos de substancias no ha dejado de incrementar año tras año. Se calcula que aproximadamente el 5% de la población mundial adulta ha consumido drogas alguna vez en la vida, y de estos, el 0,6% padecen algún tipo de trastorno asociado al uso de éstas, lo cual significa que el consumo puede ser perjudicial hasta el punto de poder sufrir una drogodependencia o un trastorno mental asociado a ésta, y por lo tanto necesitar tratamiento. Como vemos, la situación posee una clara relevancia, tanto por sus repercusiones a nivel personal, como social y cultural. Por ello, conviene tener claros algunos de los conceptos asociados a este tema.
Por adicción, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se entiende la enfermedad física y emocional que se caracteriza por una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación debido a la satisfacción que causa a la persona. Acotando un poco más la definición, podemos añadir que se trata de una actividad la cual el individuo es incapaz de controlar, que lo lleva a conductas compulsivas y que perjudica su calidad de vida; como lo pueden ser la adicción al sexo, al juego (ludopatía), a la pornografía, a las nuevas tecnologías (tecnofilia) y a las comidas rápidas. En este mismo plano se encuentra el alcoholismo, la adicción a la comida (comedores compulsivos), el tabaquismo y la drogodependencia. Todos ellos conducen a un estado psicofisiológico caracterizado por la modificación del comportamiento, a causa de un impulso irreprimible por realizar una acción o consumir una determinada sustancia.
Dentro de este primer amplio concepto encontramos fenómenos específicos, los cuales vamos a ir desgranando para facilitar su comprensión. Por un lado, aunque en la literatura acostumbran a aparecer entremezclados, por uso se entiende el consumo de una substancia que no acarrea consecuencias negativas en la persona, y por abuso cuando existe el consumo sin tener en cuenta estas consecuencias aún estando presentes. Habitualmente se tiende a indicar que entre uso y abuso existe un continuo de gravedad, en lugar de aparecer como dos categorías totalmente separadas. Junto a éstos, la dependencia se definiría como aquel fenómeno que se produce cuando hay un uso excesivo el cual provoca consecuencias negativas significativas a lo largo de un amplio periodo de tiempo. En este punto nos encontramos con dos subtipos, la dependencia física (equivalente al síndrome de abstinencia) y la dependencia psíquica o psicológica. El primero de ellos se refiere al estado de adaptación en el que aparecen importantes trastornos físicos cuando se interrumpe la administración de la droga o se influye en su mecanismo de acción administrando una substancia específica antagonista. Y el segundo, la dependencia psicológica, se refiere al sentimiento de satisfacción y el impulso psíquico que requiere o exige la administración regular o continua de la substancia para producir placer o evitar el malestar.
Además de las características expuestas, conviene tener en cuenta que para existir dependencia, se ha venido afirmando la necesidad de que exista tolerancia junto a los síntomas de abstinencia expuestos. Así, la tolerancia se define como el proceso según el cual, ante la administración repetida de la droga o substancia, ésta produce menos efecto, es decir, que en ocasiones futuras se necesitará más dosis para producir el mismo efecto.
Todo lo expuesto pues, conforma una parte significativa de la conceptualización del mundo de las adicciones. Aunque el leerlo resulta prácticamente inevitable asociar los conceptos con substancias específicas como el alcohol, el cannabis, o la cocaína, conviene tener presentes las primeras líneas expuestas, donde se introduce que estos particulares fenómenos también pueden aparecer en las denominadas adicciones comportamentales, siendo el juego patológico el máximo exponente. Además, estos pueden y de hecho acostumbran a aparecer interrelacionados muy frecuentemente a otras patologías, como los trastornos de personalidad, problemas de autoestima, o ciertos problemas del estado de ánimo (depresión, ansiedad, trastorno bipolar ), entre otros. Y manifestándose como causa, consecuencia o de manera concurrente.
Existen otros aspectos y mecanismos asociados a las conductas adictivas y a muchas otras situaciones. Si deseas conocer más acerca de ellos, nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró te proporcionará toda la información y ayuda que necesites. Llámanos, te ayudaremos.