Enuresis: características y estrategias de intervención
La emisión repetida de orina, en la cama o en la ropa, y de manera voluntaria o involuntaria, constituye lo que hoy en día denominamos Enuresis. Para constituir un trastorno pero, debe aparecer un mínimo de dos veces a la semana durante tres meses, o un deterioro y malestar importantes en los diferentes ámbitos de la vida. Además, la persona debe tener por lo menos 5 años de edad, y es importante que la incontinencia no se produzca bajo los efectos de una sustancia o enfermedad médica específica.
De esta primera definición cabe destacar diferentes aspectos importantes: En primer lugar, y casi como aspecto más relevante, es importante concebir el escape involuntario de orina como una situación habitual y frecuente en la población. Si lo pensamos, es bastante probable o bien que nosotros lo hayamos sufrido, o que algún familiar o conocido haya pasado por ello. En este sentido, se considera normal hasta la edad especificada. Junto a esto, es necesaria una frecuencia específica, debido a que los escapes puntuales también acostumbran a ser altamente prevalentes. Otro de los aspectos interesantes, es la voluntariedad o no del acto. Así, lo más frecuente es que este sea involuntario, ya que suele darse más en horas de sueño (subtipo enuresis nocturna o enuresis monosintomática). En este subtipo merece la pena mencionar, aparte de que se relaciona más con el sexo masculino, que no en pocas ocasiones la emisión se produce durante el sueño REM, en el cual el recuerdo es más probable y el/la niño/a puede recordar el sueño en el que se ha producido la micción. Por otro lado, la enuresis diurna (o incontinencia urinaria), más frecuente en el sexo femenino, es menos prevalente. En ésta acostumbra a haber una demora de la emisión hasta que aparece la incontinencia, a veces por reticencias a usar el baño por ansiedad social o por alguna inquietud relacionada con actividades escolares o lúdicas. También puede aparecer la enuresis tanto de manera nocturna como diurna, a la cual se le llama enuresis no monosintomática. Cuando se realiza de manera voluntaria, el problema se relaciona habitualmente con otros diagnósticos, como el Trastorno de Conducta o el Trastorno Negativista Desafiante. A pesar de ello, también se relaciona con llamadas de atención y problemas afectivos (ansiedad o depresión).
Además de los subtipos comentados, también resulta útil diferenciar entre incontinencia primaria y secundaria. La primera de ellas se refiere a cuando la persona nunca ha desarrollado la continencia, acostumbrando a aparecer esta hacia los 5 años. En cuanto a la secundaria, se produce después de haber alcanzado la continencia urinaria. Por lo que respecta a las posibles causas de la problemática, se ha citado el retraso o la laxitud en el aprendizaje para ir al baño, y principalmente el estrés. Se trata de una patología que no acostumbra a prevalecer hasta la infancia tardía o la adolescencia, y mucho menos hasta la adultez. Cuando esto pasa, pero, se puede producir un aumento en la frecuencia de escapes. Por todo lo comentado, y principalmente por su elevada frecuencia, la cual incrementa año a año, conviene disseñar y aplicar intervenciones específicas, eficientes y útiles para esta situación.
Entre ellas, podemos encontrar diferentes tipos que han demostrado eficacia para la enuresis: El primero de ellos es el método de la alarma o pipí-stop (considerado el más eficaz); consiste en un dispositivo que posee un sensor de humedad y un emisor de sonido, luz o vibración. Cuando este sensor, el cual se acostumbra a poner en la ropa interior, detecta la humedad, el emisor se dispara y provoca que el niño se despierte. Esto hace que la orina se retenga y/o que deba ir al baño. Además de este, existen otros tratamientos como el entrenamiento en cama seca, el entrenamiento en retención voluntaria, e incluso psicofármacos específicos como la desmopresina, o la oxibutinina (para la enuresis diurna). Se ha demostrado que potenciar un aprendizaje de ir al baño, cambiar la muda mojada, y de despertar y retener la orina, son factores de buen pronóstico en el tratamiento de la enuresis.
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