Señales de que estamos sanando
Acostumbramos a centrarnos y describir diferentes problemáticas emocionales, tanto en forma de patologías o trastornos concretos, como de dificultades y emociones que pueden presentarse a menudo en nuestro día a día. Y si bien es importante conocerlo, debemos atender también a nuestras potencialidades, y más aún a las señales de recuperación. Estas nos indican que estamos siguiendo el camino correcto.
Si bien es cierto que en función de la problemática, podemos hablar de ciertos criterios o aspectos que nos indican una clara mejoría o recuperación (p. ej., fobias – disminución o desaparición del miedo, depresión – disminución significativa de la tristeza, problemas de conducta – buen comportamiento…), existen señales que pueden generalizarse a casi cualquier situación o persona, y que no solamente debemos aprender a detectar, sino también a potenciar y sobre todo mantener. Algunas de ellas son las siguientes:
- Errores como aprendizajes: Uno de los primeros y más importantes es el cese del autocastigo por haber hecho o no hecho ciertas cosas. Cuando dejamos de autoinculparnos, y vemos esos actos (anteriormente vistos como errores) como aprendizajes, es un buen criterio de recuperación.
- Reconocimiento y expresión de emociones: Cuando estamos mal, difícilmente comunicamos lo que sentimos, bien por miedo o por vergüenza. Por el contrario, cuando mejoramos aparece la exteriorización de forma asertiva, y nos rodeamos de personas que nos suman, dejando de forzar aquellos lazos que no dan para más.
- Disminución de la comparación con los demás: Al mejorar, nos ponemos como prioridad, iluminándonos y aprendiendo a disfrutar de nuestra propia compañía. Así, el foco de atención deja de estar en los otros, en lo que tienen o no tienen, para centrarse en nosotros.
- No buscar respuestas en el pasado: Es frecuente tirar atrás para intentar comprender ciertas situaciones, tanto anteriores como actuales. Cuando dejamos de hacer esto, significa que estamos más conectados con el presente.
- Aceptación: Nos damos cuenta de que aceptar algo no significa estar de acuerdo, sino que dejamos de pelear contra ello. Esto nos sirve tanto para aspectos personales, como referentes a los demás. Así, cesamos los intentos por intentar cambiar cosas que escapan de nuestro control.
- Bienestar general: Finalmente, quizás el criterio más importante y el cual engloba todos los demás, es experimentar bienestar y tranquilidad en un sentido global, estando a gusto con nosotros mismos, con nuestro día a día, y con los demás.
Estas son algunas de las señales que nos indican que estamos en una buena tendencia, andando por un camino adecuado. Además, conviene recordar que esto no quita que podamos sentirnos tristes, ansiosos o preocupados de vez en cuando. Será el afrontamiento de estas situaciones el que marque la diferencia y siga potenciando los aspectos que hemos señalado.
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