La Teoría de la Mente
La Teoría de la Mente o Cognición Social se entiende como la capacidad o habilidad para comprender, atribuir y predecir conductas, pensamientos, emociones e intenciones en los demás. El concepto, actualmente crucial para explicar ciertos problemas psicológicos, tiene su origen a finales de los años ochenta, obra de Premack y Woodruf quienes introdujeron el término a partir de diversos estudios experimentales donde intentaban demostrar que los chimpancés podían poseer cierta comprensión de la mente humana.
Cuando hablamos de este particular mecanismo, debemos tener en cuenta que se trata de un conjunto complejo de habilidades metacognitivas. La metacognición alude a la capacidad para comprender y reflexionar sobre los propios procesos mentales, es decir, tener la habilidad de pensar que pensamos. Así, a partir de la psicología y especialmente de las aportaciones de la neuropsicología, se han encontrado áreas cerebrales y mecanismos específicos que pueden ayudar a detectar déficits más o menos graves relacionados con la Cognición Social. Entre ellos se encuentran los siguientes:
– El reconocimiento facial de emociones: la detección de tristeza, rabia y especialmente del miedo, a través de gestos faciales específicos supone una habilidad muy característica de las personas que tienen desarrollada de manera adecuada esta habilidad. La amígdala es la principal responsable de este complejo proceso.
– Detección de creencias falsas: La comprensión de creencias falsas es otro aspecto importante. Para evaluarlo existe el ejercicio de Sally y Ana, donde la persona, o en este caso el niño ve a Sally (una muñeca) escondiendo una canica en su cesta y se va; seguidamente Ana cambia la canica a su propia cesta. Posteriormente se le pregunta dónde buscará Sally la canica. Se ha encontrado evidencia a favor de que las personas afectadas de autismo poseen un claro déficit en este mecanismo. En el caso del Síndrome de Asperger la repercusión es menor.
– La ironía y la mentira: la interpretación no literal o la capacidad de detectar el discurso metafórico es clave para relacionarnos a nivel social. El desarrollo de estos dos componentes es un importante indicador del funcionamiento de esta teoría.
– La empatía: El saber comprender los estados emocionales de los demás y transmitirlo de manera adecuada mediante escucha y atención supone un elevado nivel de cognición social.
Además de estos existen otros subprocesos que nos pueden ayudar a identificar las alteraciones que impiden una buena ejecución de este recurso. Junto al autismo, otra de las patologías en las que se ha encontrado una clara deficiencia de esta habilidad, es la esquizofrenia. Además de la afectación de la amígdala, las funciones ejecutivas y especialmente el área frontal del cerebro se encuentran especialmente deterioradas en esta enfermedad. Justamente estas áreas facilitan mucho el desarrollo de nuestras habilidades de comprensión y juicio social.
Nuestro cerebro parece encaminado a combatir la incertidumbre que generan ciertas situaciones del entorno. La Teoría de la Mente supone una habilidad clave para paliar con este factor. Su afectación puede aparecer en edades muy diversas y por causas igualmente variables. Si quieres ampliar la información sobre este u otro aspecto, ponte en contacto con nosotros. Nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró resolverá las dudas e intereses que tengas.