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Listado de la categoría: Noticias

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Noticias

Trastornos somatoformes: características y doctor shopping

Los trastornos somatoformes engloban aquellos desórdenes o problemas que se caracterizan por la presencia de síntomas físicos diversos en los que no es posible identificar una patología o disfunción orgánica aparente. Así, tras múltiples pruebas y exámenes médicos, se descartan causas físicas o biológicas que expliquen la aparición y exacerbación de los síntomas. En este sentido, además, un aspecto esencial lo constituye la somatización, la cual se entiende como la tendencia a experimentar y expresar malestar psicológico en forma de síntomas somáticos que el sujeto interpreta erróneamente como signo de alguna enfermedad física severa y, en consecuencia, solicita asistencia médica para ellos.

En cuanto a los síntomas o molestias expresadas, pueden ser diversas y variar de una persona a otra, siendo las más frecuentes el dolor en distintas partes del cuerpo, la debilidad, inflamación, vértigo, náuseas y/o la sospecha de diferentes lesiones. Por lo que respecta a los subtipos, siguiendo la clasificación del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), podemos distinguir diferentes categorías dentro de los trastornos somatoformes: el Trastorno de síntomas somáticos, el Trastorno de ansiedad por enfermedad (correspondería a la tradicional hipocondría), el Trastorno de conversión, un apartado para factores psicológicos que influyen en otras afecciones médicas, y el Trastorno facticio. Todos ellos comparten la característica de manifestar síntomas físicos/somáticos diversos los cuales se encuentran interrelacionados con factores psicológicos y emocionales diversos. La variabilidad pero, depende de su forma de presentación. Hay que tener en cuenta además, que dentro de la primera categoría citada (el Trastorno de síntomas somáticos), el manual también incluye los trastornos psicosomáticos, mencionados al inicio del artículo.

Por otro lado, y aunque la problemática se haya evidenciado más en mujeres, resulta especialmente complejo concretar datos epidemiológicos específicos. Esto es debido a que los pacientes que sufren este problema acuden, principal y casi exclusivamente, a servicios de atención médica en búsqueda de una explicación física/biológica, lo cual repercute en el hecho de que el trastorno sea infradiagnosticado. A este hecho se le conoce con el nombre de doctor shopping, ya que la persona, al no encontrar una justificación física que explique los síntomas físicos que está experimentando, recurre a seguir buscando y a cambiar de servicio médico con la creencia de que en alguno de ellos se encontrará una explicación plausible. Es cierto pero, que en algunas ocasiones se realzan diagnósticos o se proporciona información e incluso tratamiento médico parcialmente congruente con la problemática, lo cual a corto plazo puede tranquilizar a la persona y aminorar ciertos síntomas, pero difícilmente actuará como un supresor.

Por todo ello, y con tal de reducir la frecuencia de este curioso aunque legítimo fenómeno, es importante reconocer la importancia de los factores psicológicos y emocionales en los problemas físicos. En ese sentido, y aunque resulte complicado de comprender, y más aún de aceptar, la interrelación cuerpo-mente o emoción-físico es más estrecha de lo que imaginamos.

Así pues, el papel de los acercamientos e intervenciones desde el ámbito de la psicología resulta clave para este tipo de problemas. La Terapia Cognitivo-Conductual se presenta como un tratamiento eficaz y con resultados especialmente positivos. Los profesionales de nuestro centro, en Mataró, están especializados en este y otro tipo de intervenciones eficaces y útiles. Si deseas obtener más información no dudes en ponerte en contacto con nosotros, te ayudaremos. 

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/somatizacion-4050.jpg 549 732 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:472022-05-09 18:01:54Trastornos somatoformes: características y doctor shopping
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La Corea de Huntington: características y síntomas

Hoy en día es relativamente habitual entrelazar los términos envejecimiento y demencia, estableciendo en ocasiones relaciones causales erróneas. En este sentido, y aunque en muchas ocasiones resulta complicado diferenciar entre vejez “normal” y “patológica”, es importante remarcar que demencia no es sinónimo de envejecimiento. Así, aunque con el transcurso de la edad puedan aparecer ciertos problemas como olvidos, enlentecimiento y otras pérdidas a nivel cognitivo, únicamente podremos hablar de demencia cuando exista una pérdida o deterioro de las funciones mentales o cognitivas lo suficientemente grave como para interferir con la vida diaria de la persona, provocando una limitación tanto a nivel personal (cognitiva, emocional y conductualmente) como social, laboral y/o familiar.

Las causas de las demencias pueden ser diversas (trastornos psiquiátricos, infecciones, tumores, abuso de tóxicos…), e incluso dentro de ellas podemos encontrar subtipos muy diversos. Las más frecuentes son las que se deben a una enfermedad neurodegenerativa del propio cerebro, es decir aquellos procesos que implican una pérdida de neuronas sin una causa inflamatoria o vascular. Dentro de ellas encontramos, por ejemplo, la Enfermedad de Alzheimer (EA), la Enfermedad de Parkinson, la Esclerosis Múltiple, entre otras; y la que aquí comentaremos brevemente, la Enfermedad o Corea de Huntington. Ésta, es una enfermedad progresiva de carácter hereditario, debida a una alteración genética, concretamente a una mutación del cromosoma 4, el cual codifica la proteína huntingtina. Al ser neurodegenerativa, provoca el deterioro y destrucción de ciertas neuronas del sistema nervioso central. Se puede manifestar tanto en hombres como en mujeres, y se calcula que afecta aproximadamente a 1 de cada 10.000 habitantes. Su edad de aparición acostumbra a ser entre los 35 y los 55 años, aunque existen casos que la desarrollan antes de los 20 años. A continuación pues, se describirán los principales síntomas de este curioso fenómeno:

–    Síntomas motores y musculares: Uno de los síntomas más característicos de la enfermedad son los movimientos producidos al azar en forma de sacudidas de todo el cuerpo, denominados coreas. Este término deriva del griego y significa danza, y es por ello que la patología ha recibido este nombre. Éstos, aunque al inicio son menos perceptibles, se van haciendo evidentes a medida que la problemática avanza. Además, los pacientes acostumbran a mostrar bradicinesias, es decir, lentitud en los movimientos corporales; y distonía, que es la contracción exagerada y lenta de un músculo. Por todo ello, la persona sufre problemas cada vez más acentuados relacionados con la marcha, la postura y el equilibrio. A estos, también se le añaden las dificultades relacionadas con el lenguaje, donde la persona progresivamente tiene más problemas para articular las palabras correctamente.

–    Alteraciones afectivas y de la personalidad: Los síntomas psicológicos más característicos son los problemas de depresión y ansiedad, comportamientos obsesivo-compulsivos, apatía, problemas de sueño, disminución de la autoestima, aumento de la irritabilidad e impulsividad, y en ocasiones incluso ilusiones y/o alucinaciones. Conviene tener en cuenta pero, que muchos de estos problemas se enmarcan dentro de los problemas familiares y sociales que genera la enfermedad. Así, además del malestar emocional personal que conlleva, la estigmatización social o el sufrimiento de la gente cercana son variables importantes a considerar.

–    Problemas cognitivos: Las alteraciones cognitivas son muy frecuentes, siendo las dificultades de comprensión, memoria, juicio y razonamiento las más relevantes. Estos se manifiestan por una marcada lentitud, problemas de concentración, planificación y organización, y en la toma de decisiones. En ocasiones, la enfermedad se puede acompañar también de un deterioro en la capacidad intelectual global significativa.

Como vemos, la enfermedad de Huntington abarca una sintomatología muy diversa, la cual debemos comprender y enmarcar en un caso concreto, ya que cada persona puede manifestarla de formas diversas. A pesar de ello, la mayoría coinciden en acentuar el sufrimiento que conlleva y la baja comprensión y aceptación social existente. Así, neuropsicólogos, psiquiatras, y otros profesionales de la salud deberán trabajar en colaboración no solamente para atenuar y enlentecer el progreso de la enfermedad, sino para facilitar la adaptación del individuo a esta en su totalidad teniendo en cuenta todos los factores implicados expuestos.

Para más información, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos, en Mataró. Procuraremos resolver todas tus dudas y proporcionarte la ayuda que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/corea-1239.jpg 375 500 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:472022-05-09 18:01:54La Corea de Huntington: características y síntomas
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¿Estrés y vacaciones?

El verano, además de traer consigo la llegada del calor, está íntimamente relacionado con uno de los momentos más esperados del año, las vacaciones, y no tanto éstas en sí mismas, sino la necesidad de descansar o desconectar. Después de un periodo intenso de actividad en el que se han venido sucediendo diferentes preocupaciones, muchas de las cuales relacionadas con el ámbito académico o laboral, resulta relativamente sencillo experimentar la sensación de requerir un “parón”, tanto a nivel físico como mental. A pesar de ello, y como veremos a continuación, en ocasiones resulta difícil desvincularse del malestar, del estrés, o de las preocupaciones, perpetuando el estado de ánimo “negativo” y fomentando que, una vez terminado el periodo vacacional, tengamos la sensación de que no lo hemos aprovechado como queríamos o necesitábamos.

El estrés y la ansiedad son fenómenos comunes y frecuentes, tanto que pueden aparecer en situaciones inesperadas como durante las vacaciones. Su forma de presentación puede ser muy variable; pudiendo ser más o menos intenso, breve o prolongado. En este momento, se pondrán a prueba nuestras habilidades para afrontar el malestar y recuperar la estabilidad que nos permita seguir disfrutando de nuestro período de descanso. De entro los aspectos que pueden hacer que aparezcan o se mantengan éstas desagradables sensaciones, a continuación se citarán algunos de los más relevantes junto a algunas de las estrategias útiles para combatirlos:

–    Arrastre de un ritmo elevado: Tras un tiempo en el que hemos estado inmersos en una o unas actividades continuas e intensas (ya sean laborales, académicas o de cualquier otro tipo), es absolutamente normal que experimentemos un cierto periodo de desestabilización o intranquilidad. Aunque en ocasiones el primer día de vacaciones ya supone un antes y un después, precipitando un estado de relajación rápidamente, es muy habitual que necesitemos un cierto tiempo de adaptación. Por ello, debemos entender que el cambio puede no producirse de la noche a la mañana, y que los síntomas que continuamos experimentando pueden ser fruto simplemente de haber llevado a cabo un ritmo frenético.

–    Anclaje en uno o varios temas: Este punto se refiere al hecho de que muchas veces, aunque ya no estemos realizando una tarea concreta, nuestra mente sigue conectada a esta por un cierto tiempo. Las razones de esto pueden ser varias: que exista algo que sabemos deberemos retomar después de las vacaciones, que querríamos haberlo realizado de otra manera, o que le atribuimos una gran importancia, entre otras. Todos estos argumentos fomentan que las preocupaciones sigan presentes, y que por tanto no consigamos disfrutar. En la medida de lo posible, deberemos procurar relativizar aquellos temas de los cuales no nos podamos ocupar en estos momentos. Junto a esto, el procurar disfrutar del “momento presente”, centrándonos en los aspectos positivos del ahora puede ser de gran utilidad para desviar la atención hacia el “aquí”.

–    Exigencia y autoexigencia: Este es uno de los aspectos clave. Puede que hayamos anticipado unas vacaciones muy específicas, e incluso que hayamos reflexionado mucho sobre el estado emocional que queríamos notar.  Así, el hecho de tener una visión inflexible sobre este periodo puede facilitar que ante pequeños cambios, o simplemente ante el no cumplimiento de nuestras expectativas, nos sintamos frustrados e incluso nos castiguemos por no alcanzar los objetivos previstos. Es importante adoptar una actitud flexible, tanto hacia el entorno o los demás, como hacia nosotros mismos. Resulta útil procurar valorar, ensalzar y respetar aquello que estamos experimentando y viviendo, y a nosotros mismos, procurando no minimizarlo o trivializarlo.

–    Acontecimiento/s inesperado/s: Nuestro merecido descanso puede verse más, o menos afectado por acontecimientos específicos, los cuales pueden poseer un nivel de importancia diversos. Posibles ejemplos son las discusiones, la impuntualidad, el retraso en medios de transporte, las cancelaciones de última hora, etc. Lo primero que debemos apreciar es que muy posiblemente, y comparado con otros momentos del año, tendremos más capacidad o habilidad para afrontarlos de manera exitosa debido a que estamos más relajados, o simplemente a que nuestra mente está menos ocupada en otros asuntos. En segundo lugar, su afrontamiento eficaz requiere atribuir a estos eventos la importancia que merecen realmente. Podríamos incluir también aquí, algunas condiciones ambientales como el calor, el cúmulo de gente, o por ejemplo, la lluvia. Concretamente ante esto, más o menos previsibles, y siempre en caso de que supongan una limitación, resulta beneficioso encontrar alternativas plausibles para acomodarnos y adaptarnos a las diferentes circunstancias.

Como vemos, son muchos y muy diversos los estímulos y situaciones que pueden hacer tambalearse nuestros momentos de desconexión. Es importante reconocerlos y encontrar la manera más eficaz para afrontarlos, procurando no juzgar ni engrandecer su repercusión. Además, junto a los comentados, pueden aparecer otros específicos para cada caso en particular.

Nuestro equipo está situado en Mataró y cuenta con diferentes profesionales de psicología y psiquiatría que te ayudarán a resolver todas tus dudas. Si necesitas más información al respecto puedes ponerte en contacto con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/vacaciones-5316.jpg 812 1200 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:472022-05-09 18:01:54¿Estrés y vacaciones?
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La obesidad infantil

La obesidad, y concretamente la obesidad infantil, supone uno de los problemas más graves de salud pública en nuestro país, calculándose que afecta a entre un 30 y un 50% de la población general occidental. Por otro lado, aunque tiende a confundirse con un exceso de peso, conviene especificar que se trata de una acumulación excesiva de grasa (tejido adiposo) en el cuerpo, cuya etiología se explica por múltiples factores, entre ellos físicos o biológicos, y psicosociales. Una vez instaurada, como veremos, puede ser responsable de diversas alteraciones psicológicas, emocionales y sociales.
 
En esta línea, y particularmente en los niños, la obesidad supone no sólo un problema de salud relacionado con el posible desarrollo de futuros problemas médicos (p.ej., diabetes o enfermedades cardiovasculares), sino también vinculado a todo un conjunto de trastornos psicológicos. Estos últimos además, pueden ser tanto causa como consecuencia de la obesidad. Así, el problema puede surgir como consecuencia de una alteración emocional previa, donde el niño, debido al malestar que sufre, recurre a la comida para suplirlo o erradicarlo. En este sentido, los problemas familiares, escolares y/o sociales pueden ser responsables de que el niño sufra problemas diversos como la ansiedad, o la depresión, cuyos síntomas se aprendan a mitigar acudiendo a la comida. En este sentido, no es infrecuente que la obesidad se encuentre ligada a trastornos de la conducta alimentaria, y especialmente al trastorno por atracón. Por otro lado, si invertimos la relación, la obesidad también puede ser la encargada de diversos problemas emocionales, principalmente relacionados con la autoestima. En relación a esto último, el niño con obesidad, además de poder tener dificultades para aceptar su propia imagen, acostumbra a sufrir conductas de rechazo (burlas, insultos…) por parte de sus compañeros, provocando graves problemas tanto emocionales como sociales y limitando su desarrollo afectivo.

Es preciso señalar además, que no solamente el grupo de iguales puede propiciar el empeoramiento de los síntomas del niño o adolescente, sino que la obesidad en sí misma, y de manera general, constituye uno de los problemas más estigmatizados por nuestra sociedad. Por ello, la persona que lo sufre se encuentra expuesta constantemente a la desaprobación y censura de esta problemática a una escala mucho más global, lo que conlleva un agravamiento de la situación. De esta forma, vemos como la obesidad conlleva problemas no sólo médicos, sino también psicológicos diversos e importantes. El niño deberá afrontar un proceso largo y costoso, en el cual la ayuda de los padres, y de profesionales de diferentes ramas resultará crucial para su mejora.

En relación a lo anterior, las estrategias e intervenciones encaradas a paliar esta situación deberán tener en cuenta tanto aspecto médico o nutricional, como los problemas psicosociales comentados. En el primer ámbito, las principales estrategias se relacionan con dietas, medicación, operaciones (p.ej bypass gástrico) y/o ejercicio físico. Por otro lado, desde la psicología infanto-juvenil, y especialmente desde la Terapia Cognitivo-Conductual, se han realizado propuestas que están resultando eficaces y útiles para mejorar el estado anímico tanto de niños y adolescentes, como de adultos con obesidad.

Si deseas conocer más acerca de estas o de cualquier otro aspecto, nuestro equipo de psicólogos te proporcionará toda la información que necesites. No lo dudes y llámanos, recibirás una atención individualizada y profesional.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/ob._infantil-4654.jpg 570 760 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:472022-05-09 18:01:54La obesidad infantil
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La Tolerancia/Intolerancia a la frustración

Podemos definir la frustración como la respuesta psicológica o emocional que se da ante la oposición, sea ésta real (objetiva) o subjetiva. La persona percibe una resistencia más, o menos acusada, al intentar cumplir con su voluntad. Por ello, cuanto mayores y más significativos sean estos dos componentes (voluntad y resistencia), mayor será la probabilidad de que desarrollemos frustración. Además, también es importante tener en cuenta que la causa de ésta puede ser interna o externa.

En la línea de lo último expuesto, una frustración extrínseca podría ser el encontrarnos ante una tarea muy difícil (p.ej., un examen), el estar bloqueados en un camino, o la limitación de tiempo. Por otro lado, las causas internas se relacionan principalmente con el hecho de poseer objetivos contrapuestos, los cuales se interfieren mutuamente, esto genera lo que denominamos disonancia cognitiva. Junto a esto, la interpretación de la propia persona jugará un papel clave. Es decir, en ocasiones (y sobre todo cuando la frustración es externa), la percepción de obstáculo es muy objetiva, pero en muchas otras, podemos sobrevalorar estas limitaciones, dudando incluso de nuestros recursos para afrontarlo. Por todo ello, podemos utilizar diferentes mecanismos de afrontamiento; algunas personas utilizan sobre todo la evitación, es decir el no planteamiento de alternativas y la no elección de ninguna solución, lo cual puede acentuar la frustración y la sensación de impotencia. Otras, en cambio, y no de un modo más acertado, pueden adoptar conductas desadaptativas como la agresividad con tal de disminuir el malestar que conlleva la percepción de un obstáculo. Ambas forman parte de un espectro poco beneficioso para la persona.

Los mecanismos citados son propios de personas con baja tolerancia tolerancia a la frustración o lo también denominado hedonismo a corto plazo, el cual podemos definirlo como la búsqueda de placer inmediato o la evitación del dolor. Este tipo de personas acostumbran a poseer una excesiva sensibilidad hacia lo desagradable, no soportan las circunstancias negativas y menos aún los contratiempos. Su origen, aunque se manejan diferentes hipótesis, puede encontrarse en la alta permisividad de los padres, y al hecho de haber brindado al niño todo aquello que deseaba sin implicarle ningún esfuerzo, lo cual puede hacer que se crean merecedores de todo lo que quieran. Por todo esto, resulta habitual que en este tipo de personas encontremos problemas de estrés, ansiedad o depresión, además de dificultades relacionadas con el autoconcepto y la autoestima, los cuales tienden a desvelarse en la adultez.

Es importante intentar identificar tanto a las personas que sufran estas dificultades como a aquellas conductas que puedan potenciar que aparezca la intolerancia a la frustración tanto en nosotros mismos como en los demás. Esto permitirá prevenir posibles problemas futuros de mayor gravedad (como los anteriores mencionados). Junto a esto, existen modos de afrontamiento que pueden resultarnos útiles para aumentar nuestra tolerancia: En primer lugar, identificar la emoción que nos genera el hecho que nos se cumplan nuestras expectativas (mayormente la frustración) y procesarla, es un primer paso para posibilitar el cambio. Además, la reevaluación de la situación, procurando valorarla de un modo realista también nos facilitará reducir el malestar asociado. Por último, debemos tomar conciencia de la importancia de reducir nuestro nivel de exigencia hacia el mundo, procurando demandar aquello que realmente sea posible que se nos brinde, y aceptando que en ocasiones existen impedimentos que nos dificultan conseguir lo que queremos.

Existen otros mecanismos y estrategias que pueden ayudarnos a luchar contra este fenómeno. Para ello, también se requerirá una evaluación y comprensión particular para cada caso en concreto. Nuestros profesionales, en nuestro centro de psicología de Mataró, se encargan de esto y otras funciones que te permitirán resolver o ampliar tu información acerca de aquello que consideres importante. No dudes en ponerte en contacto con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/frustracion-0433.jpg 333 500 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54La Tolerancia/Intolerancia a la frustración
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El apego y el trastorno de relación social deshinibida

El apego constituye uno de los mecanismos sociales más importantes en la vida de los seres humanos. A grandes rasgos, lo podemos definir como el vínculo conductual, emocional y cognitivo que establecemos con nuestros seres queridos, y que se desarrolla durante la primera infancia, especialmente dentro de los primeros tres meses. En este periodo el niño adquiere e internaliza un modelo de relaciones afectivas, es decir, una representación del mundo social e interpersonal que podrá verse modificada a través de las experiencias relacionales que vaya teniendo a lo largo del ciclo vital. De esta manera, contribuye significativamente a desarrollar una imagen de sí mismo y de los demás que será clave para facilitar una adecuada adaptación al medio.

En ocasiones, este puede verse truncado o deteriorado por diferentes circunstancias; problemas conyugales, presencia de psicopatología en los padres, desestructuración familiar, cambios de vivienda constantes, entre otros. Todo ello repercute negativamente en la crianza de los hijos, los cuales en un futuro pueden desarrollar problemas diversos, como trastornos de ansiedad o depresión, problemas de autoestima, o trastornos por consumo de substancias. De entre ellos, sobresale uno el cual aparece estrechamente relacionado con un pobre desarrollo del apego y con el cuidado insuficiente recibido durante la infancia; hablamos del trastorno de relación social deshinibida. Este cuadro se caracteriza por un patrón de comportamiento en el que el niño se aproxima e interacciona de manera activa y frecuente con adultos extraños, con los que debería, en principio, mostrar más resistencia o incomodidad. Así, manifestará una reducción o ausencia de reticencia a la hora de aproximarse o interaccionar con adultos extraños, utilizando un comportamiento verbal y/o no verbal demasiado familiar. Junto a esto, también puede observarse que raramente recurre al cuidador adulto después de salidas arriesgadas, incluso en contextos inusuales. Y puede reflejar una clara disposición a irse con personas extrañas manifestando poca o ninguna molestia.

Como hemos indicado, este problema se vincula especialmente con el hecho de haber sufrido un patrón de cuidado insuficiente, y esto puede ponerse de manifiesto a través de diferentes mecanismos, como son: la negligencia o carencia social donde hay una continua falta de tener cubiertas las necesidades emocionales básicas, cambios frecuentes de cuidadores primarios que disminuyen la oportunidad de elaborar un apego estable, y una educación en contextos poco habituales que reduce la oportunidad de construir y establecer un apego selectivo. De esta forma, la inestabilidad y falta de estructuración persistente experimentada en sus relaciones principalmente con los padres, facilita que desarrollen este patrón de interacción social, en el que se puede observar una clara falta de selectividad a través de acercamientos indiscriminados hacia los demás.

Un aspecto importante a tener en cuenta es que los signos de este trastorno a menudo persisten incluso después de que ya no existan signos de abandono. Este dato refleja la importancia de detectarlo e intervenir precozmente para prevenir el desarrollo de futuros problemas emocionales más graves, como el aquí expuesto.

Conocer las principales características de ciertas patologías puede ayudarnos a identificar diferentes situaciones problemáticas, además de permitirnos actuar rápidamente diseñando intervenciones adecuadas para cada caso particular. Si deseas obtener más información al respecto, contamos con un equipo de profesionales de la psicología y psiquiatría a tu servicio. Estamos situados en Mataró. Llámanos sin compromiso y te ayudaremos a resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/abandonado-1318.jpg 772 1000 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54El apego y el trastorno de relación social deshinibida
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Expresión emocional en las relaciones de pareja

Hoy en día, la creación de vínculos, y concretamente, las relaciones de pareja, suponen uno de los fenómenos más frecuentes y significativos de casi todas las sociedades, independientemente del territorio o cultura. Aunque es posible elaborar diferentes explicaciones para comprender por qué elegimos juntarnos con ciertas personas, lo cierto es que sentimientos como el afecto, el amor, el deseo, o la pasión, aunque en parte subjetivos, son elementos universales que en algún momento todos habremos podido experimentar, y que a su vez contienen mecanismos complejos que pueden manifestarse de maneras muy distintas en función de la persona. A pesar de ello, podríamos estar de acuerdo en afirmar que cuando esta experiencia es recíproca y compartida con alguien, se trata de algo positivo, placentero e incluso complementario.

También es importante tener en cuenta pero, que la mayoría de las relaciones íntimas sufren cambios, a los cuales deberemos hacer frente tanto individual como conjuntamente, reajustándo en ocasiones nuestras necesidades y preferencias para mantener una relación equilibrada y estable. En esta línea, frecuentemente somos capaces de identificar los detonantes de los malentendidos, o del malestar que estamos sintiendo, pero a veces, o bien no conseguimos encontrarlo, o si lo detectamos no nos atrevemos a manifestar lo que nos genera o remueve a nivel emocional. Estas dos últimas circumstancias tienen consecuencias diversas, tanto para nosotros mismos como para la relación: Por un lado, la dificultad en averiguar las causas facilita que elaboremos nuestras propias hipótesis, las cuales pueden llegar a alejarse mucho de la realidad, produciéndonos incluso más daño del que quizás debería. Por otro lado, y muy relacionado con el aspecto anterior, muchas parejas reflejan un déficit comunicativo a nivel emocional que puede venir dado por diferentes motivos (miedo al rechazo o al abandono, considerarlo poco relevante, haber perdido la esperanza…). Sea como sea, no cabe duda de que la manifestación abierta y adecuada de nuestros sentimientos (tanto positivos como negativos), supone un elemento fundamental para el correcto funcionamiento y desarrollo de nuestras relaciones. Por ello, a continuación se citan algunas de las recomendaciones para facilitar la comunicación emocional:

–    Énfasis en la relación: Este aspecto implica aprender a descentrarnos de la visión “egoísta” o hacia nosotros mismos, para empezar a conceber la relación como una cosa de dos. Nos referimos al hecho de confiar en que la relación puede ser más fuerte y/o potente que nuestro punto de vista o nuestro criterio. Supone confiar en la visión del otro, lo cual nos puede permitir abrirnos y expresar elementos que hasta ahora podían haber quedado ocultos.

–    Reducir o minimizar los miedos: Tal y como se ha citado con anterioridad, podemos experimentar miedo o verguenza a la hora de tener que demostrar ciertas emociones por diferentes motivos. En este punto, relativizar éstos haciéndonos las preguntas adecuadas y experimentando (poniendo a prueba nuestras anticipaciones) puede ser una herramienta particularmente útil.

–    Importancia de la comunicación no verbal: Aunque tendemos a minimizar o a ignorar su relevancia, aspectos como los gestos, la mirada, el tono de voz o la aproximación son claves para transmitir emociones. De esta manera, no solo dotamos al mensaje de más significado, sino que facilitamos al otro su comprensión, y por ende, que nos proporcione un feedback en el que nos sintamos realmente escuchados y entendidos.

–    Suprimir hábitos: Resultan especialmente comunes las quejas de que “el otro se ha distanciado”, o “todo se ha vuelto frío”. Muchas veces encontramos la raíz de estas expresiones en el hecho de que, con el tiempo, la falta de comunicación recíproca y sincera, ha provocado que se deje de confiar en su utilidad, y se construya una barrera cada vez más gruesa entre ambos, cayendo paulatinamente en esta tendencia negativa. Debemos ser conscientes de esta situación, focalizarnos en las consecuencias positivas de expresarnos emocionalmente, en las negativas de no hacerlo, y en aquellas ocasiones en las que nos ha sido útil adoptar esta postura más cercana.

Las emociones son un elemento básico para comprender nuestra conducta social. Tanto las positivas como las negativas, en gran parte, permiten comprender cómo interaccionamos con el mundo, y por qué lo hacemos de una determinada manera. Si echamos la mirada atrás, es posible que descubramos que algunos de los problemas que hemos tenido, o que incluso tenemos con nuestra pareja pueden situarse aquí, en la comunicación emocional. Además, muchos problemas psicológicos como la ansiedad, el estrés, o las dificultades relacionadas con la autoestima pueden explicarse por un déficit en este aspecto.

Así, junto a las estrategias citadas existen muchas otras que pueden resultar beneficiosas  para mejorar las situaciones o las dificultades relacionadas con este aspecto. Nuestro equipo de psicólogos, en Mataró, te facilitará toda la información que necesites en relación a este o cualquier otro tema que consideres importante. No lo dudes y ponte en contacto con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/pareja-3835.jpg 440 683 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54Expresión emocional en las relaciones de pareja
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¿Qué es la reactancia psicológica?

Podemos definir la reactancia como aquel estado psicológico y emocional que surge ante la privación, o más bien, ante la sensación de amenaza de libertad de la conducta individual, produciendo un estado de exaltación que puede conducir a realizar diferentes intentos para restaurar la situación. Así, se podría considerar como la motivación que nos lleva a intentar estabilizar nuestra libertad, o aquella reacción “rebelde” que aparece cuando nos sentimos excesivamente presionados a realizar algún acto o a adoptar un punto de vista específico. En resumen, y en lenguaje vulgar, se considera como una negativa a realizar lo que los demás quieren, no tanto como un real desacuerdo, sino como forma de preservar nuestra autonomía.

Las principales variables que explican este proceso son, por un lado nuestra libertad a la hora de elegir tanto el momento como la manera de conducir nuestro comportamiento, el grado en que somos conscientes de esta libertad, y la capacidad para determinar las conductas necesarias que la satisfagan. Todo ello permanece en un estado subjetivo y latente, entremezclado con muchas otras variables, como rasgos de personalidad y experiencias vitales. Por ello, cada uno de nosotros poseerá un umbral más o menos elevado de activación de esta reactancia, siendo comunes sus características principales, pero específicos los momentos y la magnitud con la que se presenta. En concreto, se habla de tres parámetros característicos de la reactancia: la expectativa de libertad, la importancia de esta libertad, y la fuerza de la amenaza. El primero de ellos se experimentará dependiendo del grado en nos percibamos libres, apareciendo mayor reactancia cuanta más sensación de libertad poseamos. Junto a esto, cuanta más importancia le atribuyamos al sentirnos libres, más fácilmente percibiremos los acontecimientos externos como posibles amenazas. Y por último, cuanta más importante sea la amenaza, mayor reactancia se experimentará, siendo extrema cuando percibamos que nuestra libertad puede quedar totalmente suprimida.

Una vez activada, y siempre teniendo en cuenta la subjetividad y la variabilidad individual, la reactancia psicológica puede producir diferentes efectos: Puede aparecer una restauración directa, es decir, procurar recuperar la libertad realizando la conducta que ha sido amenazada (p.ej., cuando un chico decide pasar más tiempo con un grupo de amigos los cuales se le han prohibido). También resulta habitual la restauración indirecta, donde la persona realiza una conducta equivalente a la que ha sido amenazada (p.ej., se le prohíbe pegar a su hermano y en lugar de ello decide insultarlo). Por último, es posible que en lugar de actuar sobre los acontecimientos externos, nos centremos en modificar nuestro estado interno. Esto último se refiere al cambio en la interpretación del acontecimiento que activa el proceso de reactancia.

Finalmente, debemos tener en cuenta que este mecanismo psicológico, aunque es un aspecto universal y frecuente en todos nosotros, en ocasiones puede resultar problemático, e incluso patológico. Así, algunas veces la percepción de autonomía individual puede estar algo desviada de lo considerado normativo a nivel social. En estos casos, por ejemplo, el Trastorno Negativista Desafiante o TND, el Trastorno de Conducta, y algunos trastornos de la adultez como el Trastorno de Personalidad Antisocial reflejan déficits a la hora de regular este mecanismo. Además, las dificultades asociadas suelen ser más frecuente en las primeras etapas de nuestra vida, especialmente en la adolescencia.

Si estás interesado en conocer más sobre esto, o necesitas información sobre cualquier otra cuestión, estaremos encantados de atenderte. En Mataró, contamos con un equipo de profesionales de la salud mental que te ayudará a resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/reactancia-2151.jpg 284 423 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54¿Qué es la reactancia psicológica?
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Beneficios y utilidad del control de la activación

La activación del organismo ante ciertas situaciones puede considerarse una respuesta normal y adaptativa, no solo del ser humano, sino de muchas otras especies. Ésta nos ayuda, o mejor dicho nos prepara para afrontar y/o evitar algunos de los acontecimientos en nuestra vida cotidiana: la activación o preocupación ante los exámenes, una entrevista de trabajo, o en una primera cita. Ante estas situaciones, la activación no solamente es normal, sino que puede ser incluso beneficiosa al permitirnos anticipar y prepararnos para los diferentes sucesos. A pesar de ello, y como a continuación veremos, este sistema defensivo o de preparación del cuerpo puede tener diversas consecuencias negativas.

Los principales cambios que se producen en nuestro cuerpo durante este proceso se caracterizan principalmente por un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, tensión muscular, aumento de la respiración, enlentecimiento de la digestión, disminución de la producción de saliva, vasoconstricción arterial,  y disminución de la circulación sanguínea cerebral, entre otros. Así, cuando estos se ponen en marcha ante estímulos nada o débilmente amenazantes, o cuando se mantienen activos durante un periodo excesivo de tiempo, es probable que se originen problemas de ansiedad y/o de estrés respectivamente. Es importante tener en cuenta que existen diferentes propuestas que procuran determinar por qué sucede con más facilidad en unas personas y no en otras, o ante qué tipo de situaciones o acontecimientos. En este sentido, parece haber un acuerdo significativo a la hora de afirmar que son tres los principales sistemas involucrados en esta respuesta; el emocional, el cognitivo y el conductual, los cuales se encuentran íntimamente relacionados. El primero de ellos hace referencia al conjunto de emociones o sentimientos que experimentamos ante las diferentes situaciones, el segundo informa sobre las interpretaciones o pensamientos relacionados con el acontecimiento en sí, y el tercero lo constituyen las respuestas comportamentales (luchar, escapar, soportar) que emitimos para afrontarlo. De todos ellos, parece que el que ha recibido más atención es el segundo, la parte cognitiva, aunque las intervenciones diseñadas al respecto acostumbran a englobar los tres componentes.

De esta forma, las técnicas de control de la activación suponen una de las estrategias más utilizadas (y probablemente las que más) en las distintas orientaciones terapéuticas. Su objetivo general recae en reducir la activación fisiológica facilitando la recuperación de la calma, el equilibrio mental y la sensación de paz interior. Para ello, existen diferentes procedimientos que, mediante técnicas o pautas distintas, procuran conseguir la meta explicitada. Entre ellas, a nivel general,  se encuentran la Relajación Muscular Progresiva, la cual busca potenciar el estado de relajación mediante ejercicios en los que debemos discriminar la tensión y relajación de diferentes partes del cuerpo; la Respiración Controlada o Diafragmática donde se establece una pauta de respiración lenta, progresiva y pausada; o el Entrenamiento autógeno, en el que se incita a la persona a representar mentalmente una serie de sensaciones (peso, calor…) en diferentes partes del cuerpo. Junto a éstas, existen otras como el Mindfulness y otras prácticas de meditación en las que se busca fortalecer la parte mental o más cognitiva, y que también han demostrado eficacia.

La relevancia de estas propuestas recae principalmente en el hecho de que parecen ser útiles para casi todos los problemas psicológicos, generando significativamente pocos efectos negativos. Así, aunque su principal utilidad se ha visto en problemas de ansiedad (principalmente fobias), depresión, trastornos psicosomáticos, control de impulsos o de la ira, o las adicciones, la investigación sobre otros problemas está obteniendo resultados prometedores. El control de la activación proporciona una base sobre la que construir y trabajar diferentes aspectos, y facilita la sensación de control y los sentimientos de autoeficacia en la persona que lo sufre.

En caso de estar interesado en este o cualquier otro tema, puedes contactar con nuestro equipo de profesionales. Estamos situados en Mataró. Llámanos sin compromiso y te ayudaremos a resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/control_impulsos-1814.jpg 399 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54Beneficios y utilidad del control de la activación
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La indefensión aprendida

Podemos definir la indefensión aprendida como aquel fenómeno psicológico en el que una persona o animal desarrolla una actitud de pasividad e inhibición ante situaciones aversivas o dolorosas que percibe como incontrolables e inmodificables. En este sentido, las acciones que se llevan a cabo para intentar evitar o suprimir el estímulo doloroso o aversivo no son fructíferas, lo cual lleva a disminuir progresivamente  los intentos y a resignarse ante la situación. Como podemos ver, se trata de un aprendizaje en el que se construye la percepción subjetiva de no poder hacer nada para modificar el entorno.

Fue Martin Seligman, en 1967, el primero en estudiar este curioso proceso al intentar dar una explicación alternativa sobre la depresión. En sus experimentos, descubrió que si impedía a un animal escapar (en su caso perros), mientras le aplicaba una serie choques eléctricos, este terminaba por no hacer nada para escapar. Posteriormente, algunos autores reportaron estos resultados en seres humanos. Trasladándolo a ejemplos de la vida cotidiana, podemos encontrar este fenómeno en diferentes situaciones, siendo algunas de las más evidentes la violencia familiar o de género, el moobbing laboral, bullying escolar… Ello refleja que puede aparecer en cualquier ámbito de nuestra vida, y además, en cualquier etapa. Los principales problemas o síntomas asociados, aparte de los depresivos mencionados, se relacionan principalmente con ansiedad y pérdida de autoestima. Pero para poder entender este efecto, debemos tener en cuenta que el proceso afecta principalmente a tres ámbitos; el motivacional, el emocional y el cognitivo. En cuanto al primero, se observa progresivamente una disminución de respuestas voluntarias. A nivel emocional, aparecen los desórdenes emocionales comentados. Y finalmente la persona se llega a percibir como incapaz de resolver o afrontar el problema.

En relación a lo último comentado, recientes investigaciones han descubierto que no todo el mundo desarrolla indefensión aprendida, y que sus efectos, aunque tienden a ser comunes, también pueden variar. Así, uno de los hallazgos más sobresalientes es que la interpretación que realiza la persona sobre la situación y sobre sus propios recursos de afrontamiento juegan un papel crucial a la hora de explicarlo. Por ello, se han propuesto distintos mecanismos o alternativas de prevención y afrontamiento en caso de que aparezca:

Análisis objetivo de la situación: Debemos procurar no magnificar la situación. Valorarla de manera realista implica tener en cuenta toda la información disponible, y analizar los datos por igual. Si rápidamente aparecen pensamientos absolutistas o dicotómicos especialmente negativos, puede dificultarnos todavía más el afrontamiento del problema.

Centrarse y potenciar los recursos personales: Aunque en estas situaciones tienden a olvidarse e incluso a minimizarse, centrarnos en nuestras estrategias y habilidades de afrontamiento puede resultar especialmente útil. A pesar de la “incontrolabilidad” de la situación, es prácticamente seguro que podemos conseguir adoptar un afrontamiento más o menos eficaz.

Plantear alternativas: Es común considerar una o pocas opciones cuando algo nos genera malestar, y a partir de ahí considerar que no podemos hacer nada. Por ello, tener en cuenta alternativas tanto a la hora de interpretar como de intentar resolver el problema puede ayudarnos a amortiguar e incluso suprimir el impacto del suceso.

Así pues, el rol que adoptemos ante este fenómeno resulta clave para comprender el impacto que pueda llegar a tener. Jugamos un papel crucial en nuestro propio malestar, y somos en parte dueños y responsables tanto de lo que sentimos como de lo que pensamos.

Si deseas resolver cualquier duda, o consideras que puede beneficiarte nuestra ayuda, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos de Mataró. Llámanos sin compromiso y te proporcionaremos toda la información que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/indefension-4408.jpg 423 500 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54La indefensión aprendida
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