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Noticias

¿Qué es la reactancia psicológica?

Podemos definir la reactancia como aquel estado psicológico y emocional que surge ante la privación, o más bien, ante la sensación de amenaza de libertad de la conducta individual, produciendo un estado de exaltación que puede conducir a realizar diferentes intentos para restaurar la situación. Así, se podría considerar como la motivación que nos lleva a intentar estabilizar nuestra libertad, o aquella reacción “rebelde” que aparece cuando nos sentimos excesivamente presionados a realizar algún acto o a adoptar un punto de vista específico. En resumen, y en lenguaje vulgar, se considera como una negativa a realizar lo que los demás quieren, no tanto como un real desacuerdo, sino como forma de preservar nuestra autonomía.

Las principales variables que explican este proceso son, por un lado nuestra libertad a la hora de elegir tanto el momento como la manera de conducir nuestro comportamiento, el grado en que somos conscientes de esta libertad, y la capacidad para determinar las conductas necesarias que la satisfagan. Todo ello permanece en un estado subjetivo y latente, entremezclado con muchas otras variables, como rasgos de personalidad y experiencias vitales. Por ello, cada uno de nosotros poseerá un umbral más o menos elevado de activación de esta reactancia, siendo comunes sus características principales, pero específicos los momentos y la magnitud con la que se presenta. En concreto, se habla de tres parámetros característicos de la reactancia: la expectativa de libertad, la importancia de esta libertad, y la fuerza de la amenaza. El primero de ellos se experimentará dependiendo del grado en nos percibamos libres, apareciendo mayor reactancia cuanta más sensación de libertad poseamos. Junto a esto, cuanta más importancia le atribuyamos al sentirnos libres, más fácilmente percibiremos los acontecimientos externos como posibles amenazas. Y por último, cuanta más importante sea la amenaza, mayor reactancia se experimentará, siendo extrema cuando percibamos que nuestra libertad puede quedar totalmente suprimida.

Una vez activada, y siempre teniendo en cuenta la subjetividad y la variabilidad individual, la reactancia psicológica puede producir diferentes efectos: Puede aparecer una restauración directa, es decir, procurar recuperar la libertad realizando la conducta que ha sido amenazada (p.ej., cuando un chico decide pasar más tiempo con un grupo de amigos los cuales se le han prohibido). También resulta habitual la restauración indirecta, donde la persona realiza una conducta equivalente a la que ha sido amenazada (p.ej., se le prohíbe pegar a su hermano y en lugar de ello decide insultarlo). Por último, es posible que en lugar de actuar sobre los acontecimientos externos, nos centremos en modificar nuestro estado interno. Esto último se refiere al cambio en la interpretación del acontecimiento que activa el proceso de reactancia.

Finalmente, debemos tener en cuenta que este mecanismo psicológico, aunque es un aspecto universal y frecuente en todos nosotros, en ocasiones puede resultar problemático, e incluso patológico. Así, algunas veces la percepción de autonomía individual puede estar algo desviada de lo considerado normativo a nivel social. En estos casos, por ejemplo, el Trastorno Negativista Desafiante o TND, el Trastorno de Conducta, y algunos trastornos de la adultez como el Trastorno de Personalidad Antisocial reflejan déficits a la hora de regular este mecanismo. Además, las dificultades asociadas suelen ser más frecuente en las primeras etapas de nuestra vida, especialmente en la adolescencia.

Si estás interesado en conocer más sobre esto, o necesitas información sobre cualquier otra cuestión, estaremos encantados de atenderte. En Mataró, contamos con un equipo de profesionales de la salud mental que te ayudará a resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/reactancia-2151.jpg 284 423 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54¿Qué es la reactancia psicológica?
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Beneficios y utilidad del control de la activación

La activación del organismo ante ciertas situaciones puede considerarse una respuesta normal y adaptativa, no solo del ser humano, sino de muchas otras especies. Ésta nos ayuda, o mejor dicho nos prepara para afrontar y/o evitar algunos de los acontecimientos en nuestra vida cotidiana: la activación o preocupación ante los exámenes, una entrevista de trabajo, o en una primera cita. Ante estas situaciones, la activación no solamente es normal, sino que puede ser incluso beneficiosa al permitirnos anticipar y prepararnos para los diferentes sucesos. A pesar de ello, y como a continuación veremos, este sistema defensivo o de preparación del cuerpo puede tener diversas consecuencias negativas.

Los principales cambios que se producen en nuestro cuerpo durante este proceso se caracterizan principalmente por un aumento de la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea, tensión muscular, aumento de la respiración, enlentecimiento de la digestión, disminución de la producción de saliva, vasoconstricción arterial,  y disminución de la circulación sanguínea cerebral, entre otros. Así, cuando estos se ponen en marcha ante estímulos nada o débilmente amenazantes, o cuando se mantienen activos durante un periodo excesivo de tiempo, es probable que se originen problemas de ansiedad y/o de estrés respectivamente. Es importante tener en cuenta que existen diferentes propuestas que procuran determinar por qué sucede con más facilidad en unas personas y no en otras, o ante qué tipo de situaciones o acontecimientos. En este sentido, parece haber un acuerdo significativo a la hora de afirmar que son tres los principales sistemas involucrados en esta respuesta; el emocional, el cognitivo y el conductual, los cuales se encuentran íntimamente relacionados. El primero de ellos hace referencia al conjunto de emociones o sentimientos que experimentamos ante las diferentes situaciones, el segundo informa sobre las interpretaciones o pensamientos relacionados con el acontecimiento en sí, y el tercero lo constituyen las respuestas comportamentales (luchar, escapar, soportar) que emitimos para afrontarlo. De todos ellos, parece que el que ha recibido más atención es el segundo, la parte cognitiva, aunque las intervenciones diseñadas al respecto acostumbran a englobar los tres componentes.

De esta forma, las técnicas de control de la activación suponen una de las estrategias más utilizadas (y probablemente las que más) en las distintas orientaciones terapéuticas. Su objetivo general recae en reducir la activación fisiológica facilitando la recuperación de la calma, el equilibrio mental y la sensación de paz interior. Para ello, existen diferentes procedimientos que, mediante técnicas o pautas distintas, procuran conseguir la meta explicitada. Entre ellas, a nivel general,  se encuentran la Relajación Muscular Progresiva, la cual busca potenciar el estado de relajación mediante ejercicios en los que debemos discriminar la tensión y relajación de diferentes partes del cuerpo; la Respiración Controlada o Diafragmática donde se establece una pauta de respiración lenta, progresiva y pausada; o el Entrenamiento autógeno, en el que se incita a la persona a representar mentalmente una serie de sensaciones (peso, calor…) en diferentes partes del cuerpo. Junto a éstas, existen otras como el Mindfulness y otras prácticas de meditación en las que se busca fortalecer la parte mental o más cognitiva, y que también han demostrado eficacia.

La relevancia de estas propuestas recae principalmente en el hecho de que parecen ser útiles para casi todos los problemas psicológicos, generando significativamente pocos efectos negativos. Así, aunque su principal utilidad se ha visto en problemas de ansiedad (principalmente fobias), depresión, trastornos psicosomáticos, control de impulsos o de la ira, o las adicciones, la investigación sobre otros problemas está obteniendo resultados prometedores. El control de la activación proporciona una base sobre la que construir y trabajar diferentes aspectos, y facilita la sensación de control y los sentimientos de autoeficacia en la persona que lo sufre.

En caso de estar interesado en este o cualquier otro tema, puedes contactar con nuestro equipo de profesionales. Estamos situados en Mataró. Llámanos sin compromiso y te ayudaremos a resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/control_impulsos-1814.jpg 399 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54Beneficios y utilidad del control de la activación
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La indefensión aprendida

Podemos definir la indefensión aprendida como aquel fenómeno psicológico en el que una persona o animal desarrolla una actitud de pasividad e inhibición ante situaciones aversivas o dolorosas que percibe como incontrolables e inmodificables. En este sentido, las acciones que se llevan a cabo para intentar evitar o suprimir el estímulo doloroso o aversivo no son fructíferas, lo cual lleva a disminuir progresivamente  los intentos y a resignarse ante la situación. Como podemos ver, se trata de un aprendizaje en el que se construye la percepción subjetiva de no poder hacer nada para modificar el entorno.

Fue Martin Seligman, en 1967, el primero en estudiar este curioso proceso al intentar dar una explicación alternativa sobre la depresión. En sus experimentos, descubrió que si impedía a un animal escapar (en su caso perros), mientras le aplicaba una serie choques eléctricos, este terminaba por no hacer nada para escapar. Posteriormente, algunos autores reportaron estos resultados en seres humanos. Trasladándolo a ejemplos de la vida cotidiana, podemos encontrar este fenómeno en diferentes situaciones, siendo algunas de las más evidentes la violencia familiar o de género, el moobbing laboral, bullying escolar… Ello refleja que puede aparecer en cualquier ámbito de nuestra vida, y además, en cualquier etapa. Los principales problemas o síntomas asociados, aparte de los depresivos mencionados, se relacionan principalmente con ansiedad y pérdida de autoestima. Pero para poder entender este efecto, debemos tener en cuenta que el proceso afecta principalmente a tres ámbitos; el motivacional, el emocional y el cognitivo. En cuanto al primero, se observa progresivamente una disminución de respuestas voluntarias. A nivel emocional, aparecen los desórdenes emocionales comentados. Y finalmente la persona se llega a percibir como incapaz de resolver o afrontar el problema.

En relación a lo último comentado, recientes investigaciones han descubierto que no todo el mundo desarrolla indefensión aprendida, y que sus efectos, aunque tienden a ser comunes, también pueden variar. Así, uno de los hallazgos más sobresalientes es que la interpretación que realiza la persona sobre la situación y sobre sus propios recursos de afrontamiento juegan un papel crucial a la hora de explicarlo. Por ello, se han propuesto distintos mecanismos o alternativas de prevención y afrontamiento en caso de que aparezca:

Análisis objetivo de la situación: Debemos procurar no magnificar la situación. Valorarla de manera realista implica tener en cuenta toda la información disponible, y analizar los datos por igual. Si rápidamente aparecen pensamientos absolutistas o dicotómicos especialmente negativos, puede dificultarnos todavía más el afrontamiento del problema.

Centrarse y potenciar los recursos personales: Aunque en estas situaciones tienden a olvidarse e incluso a minimizarse, centrarnos en nuestras estrategias y habilidades de afrontamiento puede resultar especialmente útil. A pesar de la “incontrolabilidad” de la situación, es prácticamente seguro que podemos conseguir adoptar un afrontamiento más o menos eficaz.

Plantear alternativas: Es común considerar una o pocas opciones cuando algo nos genera malestar, y a partir de ahí considerar que no podemos hacer nada. Por ello, tener en cuenta alternativas tanto a la hora de interpretar como de intentar resolver el problema puede ayudarnos a amortiguar e incluso suprimir el impacto del suceso.

Así pues, el rol que adoptemos ante este fenómeno resulta clave para comprender el impacto que pueda llegar a tener. Jugamos un papel crucial en nuestro propio malestar, y somos en parte dueños y responsables tanto de lo que sentimos como de lo que pensamos.

Si deseas resolver cualquier duda, o consideras que puede beneficiarte nuestra ayuda, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos de Mataró. Llámanos sin compromiso y te proporcionaremos toda la información que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/indefension-4408.jpg 423 500 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:44:032022-05-09 18:01:54La indefensión aprendida
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La Mentira

Todos hemos oído hablar de la mentira, la hemos escuchado o experimentado, y si repasamos algún momento de nuestra vida, o incluso de los últimos días, es muy posible que incluso la hayamos utilizado en algún momento, bien sea hacia nosotros mismos (autoengaño) o hacia los demás. Así, constituye uno de los fenómenos o mecanismos más frecuentes del ser humano. Y aunque tiende a normalizarse o a legitimarse, como veremos a continuación en ocasiones puede estar reflejando problemas más profundos, e incluso suponer una gran dificultad en sí misma.

Esta primera distinción entre mentira “normal” y “no normal” o “patológica” resulta importante, ya que algunas veces nos parece necesario utilizarla para evitar o aminorar ciertos problemas. Cuando esto pasa, hablamos de la denominada “mentira piadosa”, es decir aquella afirmación falsa de la cual hacemos uso con una intención benevolente. Ésta, acostumbra a tener por objetivo el procurar hacer más digerible una información, intentando causar el mínimo daño. Además, es utilizada para evitar conflictos innecesarios o actitudes que puedan ser desagradables para las personas implicadas. Entre ellas, por ejemplo, el manifestar que una persona nos cae bien cuando en realidad no es así; el indicar que nos gusta la vestimenta del otro y no ser cierto, o el no querer aceptar una situación personal irreversible y mantener la esperanza son algunos ejemplos de mentiras. Todas ellas, como podemos ver, son de amplio uso por toda la población. La mayoría están socialmente aceptadas, por lo que explica, en parte, que sean altamente frecuentes.A pesar de ello, en muchas ocasiones podemos encontrarnos con un uso indebido de esta, e incluso con uno patológico. A este tipo de mentira se le denomina patológica o compulsiva. Ésta, acostumbra a estar asociada a ciertos déficits personales como la falta de asertividad, los problemas de autoestima, la necesidad de aprobación, o el no querer afrontar una realidad dolorosa. Además, pero, también se asocia a problemas específicos como los trastornos de personalidad (como el límite, el narcicista o el antisocial), y los trastornos de conducta. La podemos considerar patológica por el malestar que puede llegar a generar tanto a nivel personal, como al entorno que rodea a la persona. Cuando esto es así, puede observarse como su uso es excesivamente frecuente, lo cual posibilita que se automatice, y sobre todo, que se generalice a un amplio rango de situaciones y personas. De esta manera, además, la persona puede incluso llegar a creerse sus propias historias, quedando subsumidos a una realidad totalmente diferente a la verdadera.

En cuanto a sus consecuencias, es especialmente importante tener en cuenta su repercusión. Así, a nivel personal, en algunos casos se observan dificultades para definir su propia identidad, ya que esta ha quedado inmersa en esta realidad inventada. En otros, los problemas son derivados de la repercusión familiar y social del engaño. En este sentido, podemos ver como los diferentes entornos cada vez se alejan más de la persona. Principalmente cuando se encuentran evidencias de que la información que proporciona ésta no es real, familiares y amigos tienden a evitar el contacto con esta, o a ignorarla. Además, en caso de que algun dia sea cierta alguna parte de la información que proporciona, ésta es cuestionada rápidamente.

Junto a lo anterior, también debemos tener en cuenta que la mentira es utilizada por todos, y por lo tanto su afectación abarca tanto población adulta como infanto-juvenil. Por ello, los problemas mencionados con anterioridad, pueden afectar o verse representados en cualquier momento de la vida. En nuestro centro de Psicología de Mataró, estamos especializados en niños, adolescentes y adultos, por lo que si deseas recibir información o hay que te inquiete, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/07/la_mentida-2910.jpg 369 522 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 07:39:052022-05-09 18:01:54La Mentira
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El Autocastigo

Nuestras vidas se constituyen de un inmenso abanico de situaciones y experiencias diversas, cuyo afrontamiento y procesamiento nos ayuda a conformar nuestro autoconcepto y autoestima. Aunque entre muchos de nosotros éstas puedan ser parecidas e incluso idénticas (especialmente si compartimos una cultura, sociedad o espacio común), lo cierto es que se interpretaran y afectarán de manera muy diversa en cada individuo. Esta heterogeneidad, la cual se explica por múltiples causas (educación, experiencias tempranas, rasgos personales…), es clave para comprender que cada uno de nosotros desarrollará en consecuencia unas formas concretas de actuar, pensar y sentir. Y entre estos fenómenos se encuentra el autocastigo.

Podemos conceptualizar este término entendiéndolo como el mecanismo según el cual, una persona, ante la percepción de haber cometido un error, y especialmente ante el surgimiento del sentimiento de culpa, se impone un castigo. Este puede traducirse a la utilización de críticas severas, la no realización de cosas que aporten gratificación personal, o incluso insultos. Como consecuencia de ello, podemos alimentar la culpabilización y hasta llegar a mermar la imagen que tiene de nosotros mismos, disminuyendo de esta manera nuestra autoestima. Por otro lado, existen diferentes propuestas que procuran determinar el origen de la aparición de este curioso fenómeno; entre ellas se citan principalmente un elevado perfeccionismo, la rigidez, la inseguridad, y poseer un bajo umbral de sensibilidad ante los diferentes acontecimientos. De esta forma, la persona, al cometer “errores”, por pequeños que sean aparentemente, puede interpretarlos como fracasos absolutos, de tal forma que progresivamente desarrolle más y más todos los rasgos citados, de tal manera que por una parte le ayuden a prevenir futuros baches, pero por otra, dificulten su funcionamiento cotidiano y le generen un malestar cada vez más acentuado.

Aunque su funcionamiento puede resultar relativamente sencillo de comprender, paradójicamente se observa como en muchas ocasiones es muy complicado dejar de utilizarlo y parar la rueda. En estos casos, se pueden desarrollar graves problemas tanto para la persona como para los que están a su alrededor. Algunos de ellos son, depresión (el principal), intentos de suicidio, ansiedad, problemas relacionales (al ser tan duros con nosotros mismos, todavía podemos serlo más con los demás), etc. Ante esto, también se proponen algunas alternativas que nos pueden ayudar a combatirlo: En primer lugar, debemos intentar atender a la responsabilidad de los actos, y no a la culpabilidad. Esto nos permitirá ser algo más realistas a la hora de valorar la situación, y alejarnos de algunas emociones negativas. En segundo lugar, es importante perdonarse; esto, a veces ya resulta complicado hacerlo con los demás, pero todavía más cuando es autoaplicado. Para ello debemos identificar los pensamientos y emociones que han llevado a este sentimiento, y asumir las responsabilidades reales de lo acontecido. Junto a lo anterior, resulta crucial aprender de los errores. Muchas veces únicamente nos quedamos con el resultado negativo de lo que hemos hecho o dejado de hacer, dejando de lado el esfuerzo u otras consecuencias más positivas. En este sentido, debemos ser críticos pero de manera realista, analizando tanto lo que no ha salido como esperábamos, como lo que sí lo ha hecho o lo que lo podría haber hecho. Por último, las autoverbalizaciones positivas también pueden facilitar que salgamos de la espiral de negatividad. No se trata de ensalzarnos con comentarios extremadamente positivos, ya que tampoco serían realistas y por lo tanto poco útiles, sino de considerar aquello que sí nos funciona, que nos hace sentir bien, y con lo que nos identificamos. Esto nos permitirá no rendirnos, y seguir esforzándonos para superar los momentos difíciles.

En resumen, es evidente que en muchas ocasiones somos nuestros peores jueces, nos mutilamos y castigamos hasta sentirnos realmente mal y hasta incluso considerarnos malas personas o inferiores a los demás. Es importante identificar cuándo pasa esto, y comprender por qué lo estamos haciendo. De esta manera, podemos prevenir que aparezcan problemas como los aquí comentados, y gozar de una salud tanto física como psicológica plena. Si deseas obtener más información, o crees que te puede beneficiar nuestra ayuda, ponte en contacto con nuestro equipo de profesionales de Mataró, te ofreceremos una atención profesional e individualizada.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/autocastigo-3207.jpg 400 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-08 00:00:002022-05-09 18:01:55El Autocastigo
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Las Neuronas de Von Economo

Las neuronas son células que se encuentran repartidas por todo nuestro organismo. Éstas, nos permiten interaccionar con estímulos tanto del interior del cuerpo (p.ej., dolor), como del exterior o entorno (p.ej.,frío, calor, textura, aroma…). Para ello, envían la información al cerebro, y será desde éste órgano (y por medio de las vías eferentes o motoras) por donde se transmitirá una respuesta específica para cada elemento percibido. Así, y como habremos podido intuir, resultan claves para el aprendizaje, la memoria y el conocimiento. Cuando este circuito de transmisión falla, pudiendo ocurrir en cualquier punto o área, pueden producirse diferentes alteraciones, tanto a nivel cognitivo (p.ej., la Enfermedad de Alzheimer o EA), como motor (p.ej., Parkinson). Un grupo específico de éstas, son las que aquí comentaremos, las neuronas de Von Economo, descubiertas en 1920 por Constantin Von Economo, y las cuales se encuentran vinculadas a diferentes funciones cruciales para el desarrollo humano.

Este grupo de neuronas, se podría decir a nivel general que hacen que nuestro cerebro sea especial y único. De los aproximadamente 100 billones de neuronas que poseemos, únicamente entre 200 y 400 son de este tipo. Además, son hasta tres veces más grandes que los otros tipos, y mucho más rápidas. En cuanto a su localización, se encuentran en la corteza cingulada anterior y en la ínsula, zonas del cerebro que se relacionan muy estrechamente con el procesamiento de los sentidos y emocional. Un dato curioso en relación a esto, es que muchos componentes psicoactivos como las drogas, reducen la densidad y la actividad de las neuronas en estas zonas, dando lugar a síntomas tan aparatosos como las alucinaciones, donde existe una incapacidad para diferenciar lo originado fuera y dentro de nosotros. En cuanto a sus funciones, las neuronas de Von Economo, aunque se encargan de múltiples aspectos, se han vinculado especialmente con la empatía, el sentido de identidad, la capacidad para supervisar y organizar otras áreas cerebrales, y con la creación de vínculos sociales.

En la línea de lo último comentado, estudios recientes han evidenciado que las personas que cuentan con una buena conexión social, tienen una mayor esperanza de vida y son más resistentes a diferentes enfermedades. Así, estas neuronas desempeñan un papel crucial en este sentido, habiéndose encontrado también en otras especies que establecen relaciones de cooperación y que además socializan (p.ej., grandes simios y mamíferos como los elefantes o las ballenas). De esta forma, y aunque es necesaria la interacción entre lo biológico, lo psicológico y lo ambiental/social para un adecuado desarrollo, vemos como no debemos infravalorar ninguno de los componentes, siendo la parte más interna o biológica la que aquí remarcamos. En este sentido, y trasladando el tema al terreno de la psicopatología, se ha visto como en ciertas enfermedades existe un claro déficit de este tipo de neuronas. Entre ellas se encuentran la demencia fronto-temporal, en la que el paciente se vuelve insensible, irresponsable y errático, perdiendo la capacidad para empatizar; y en algunas patologías mentales como el Autismo o la Esquizofrenia.

En resumen, lo aquí comentado realza la importancia por un lado de mantener nuestros vínculos sociales y potenciar nuestras relaciones interpersonales. Junto a esto, además, nos hace conscientes de la relevancia que tiene para la salud física y psicológica conocer las diferentes problemáticas a través de una mirada multidisciplinar. Así, áreas como la neurología, la psicología, y la psiquiatría resultan especialmente importantes para comprender e intervenir sobre estas situaciones.

En nuestro centro, situado en Mataró, contamos con profesionales de la salud mental que se encargan día a día de trabajar sobre estos y otras muchas dificultades. En caso de necesitar más información, te animamos a que te pongas en contacto con nosotros. Te ayudaremos en todo lo que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/von-economo-1510.jpg 700 992 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-02-08 00:00:002022-05-09 18:01:55Las Neuronas de Von Economo
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Redes Sociales y Autoestima

Nuestro mundo se encuentra en constante crecimiento y evolución. La renovación y sofisticación de antiguas y nuevas tecnologías es constante, y por ello, la informatización de lo que nos rodea es cada vez más amplia. Este hecho permite mantenernos conectados con los demás en todo momento, y casi desde cualquier lugar, facilitando la comunicación e interacción constante. Por otro lado, pero, existe otra realidad, o mejor dicho, otra repercusión de estos importantes avances donde quedan reflejadas diferentes problemáticas, que lamentablemente, suceden casi paralelamente a su extraordinario crecimiento.

Los humanos somos seres sociales, y como tales, una parte de nosotros y de la construcción que realizamos sobre nuestra identidad y nuestro autoconcepto se basa en la reciprocidad con el ambiente externo. Desde pequeños, y a lo largo de nuestro desarrollo, utilizamos mecanismos de imitación y comparación tanto con nuestros padres y personas más cercanas, como con los iguales, de tal manera que nos ayuda a definirnos en un contexto sociocultural específico. A casi todos nos sienta bien un elogio, un comentario de aprobación, o ciertas muestras de aceptación, especialmente de aquellos a quienes consideramos más importantes en nuestro día a día. De esta forma, aunque los recursos existentes crean la oportunidad de construir o mejorar nuestros vínculos con los otros (p.ej., facebook, whatsapp, twitter, instagram…), en muchos casos generan el efecto contrario además de otros muchos problemas.  Así, y especialmente en niños y adolescentes, aunque también en una parte muy importante de personas adultas, el uso (y el mal uso) de las redes sociales puede precipitar la aparición de síntomas y trastornos del espectro de la ansiedad, la depresión, trastornos adictivos, y el más prevalente, las dificultades relacionadas con la autoestima. Aunque son muchas y variadas las diferentes situaciones que se encuentran relacionadas con estas categorías, a continuación se especifican algunos de los principales mecanismos que ayudan a entender tanto su aparición como su mantenimiento:

Comparación y necesidad de aprobación: El uso continuado de estos recursos puede evidenciar e incluso precipitar una clara falta de recursos personales para sentirnos bien con nosotros mismos, dependiendo así (y casi exclusivamente) de las muestras y opiniones de los otros. Esto queda reflejado a través de la comparación constante, donde incluso podemos llegar a calcular el número de likes o de comentarios que ha recibido una imagen. En su forma grave, es posible que se desarrollen serios problemas, entre ellos la adicción.

Aislamiento: Muy relacionado con el aspecto anterior, aquellas personas las cuales hagan un uso abusivo de estos, poco a poco verán reducido significativamente su círculo social, aunque puedan tener la sensación de todo lo contrario, ya que van ampliando sus “amigos virtuales”. En este sentido, debemos tener claro que la vida social no debemos medirla en función de la cantidad de relaciones que tengamos, sino de la calidad, y merece la pena luchar y mantener el contacto con aquellos que buscan nuestro bienestar y nos conocen adecuadamente.

Falsas expectativas y engaño: Internet, y en general las redes sociales, son un campo en el que el engaño y la venta de perfiles e imágenes falsas son una constante, y además ocupan una muy buena parte del uso que se hace de ellos. Así, cuando establecemos contacto con diferentes personas a través de este mundo virtual, todos nos construimos un perfil concreto tanto físico como personalmente en función sobre todo de la información que nos proporcionan. Aun así, pero, esta imagen o expectativa del otro puede distar mucho de la realidad. Además de esto, cuando hablamos de falsas expectativas también debemos referirnos a lo que ocurre cuando nos introducimos en alguna plataforma o aplicación, ya que en ocasiones anticipamos poder conocer o incluso conectar emocionalmente de forma rápida con otra persona. Aunque esto sea posible, nuestro deseo por precipitarlo no debe hacernos ignorar la importancia de ser precavidos.

Todos los factores mencionados, tanto conjunta como individualmente pueden ser responsables de diferentes problemas emocionales y comportamentales. Estos, y debido a su progresivo auge y uso precoz, van apareciendo cada vez a edades más tempranas, afectando sobre todo a niños y adolescentes. Por ello, debemos concienciarnos de la importancia de hacer un uso responsable y adecuado de todos estos métodos, no únicamente como intervención hacia ciertos problemas, sino como estrategia de prevención de posibles situaciones más graves.

En caso de querer obtener más información, los profesionales de nuestro centro de Psicología, situado en Mataró, pueden ayudarte a resolver las dudas que tengas. Disponemos de un equipo con una formación amplia y especializada en este y otros muchos ámbitos que te posibilitará conocer más sobre este o cualquier otro tema que consideres importante.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/redes_sociales-1643.jpg 450 715 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-01-11 00:00:002022-05-09 18:01:55Redes Sociales y Autoestima
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La sobreprotección: conceptualización y peligros asociados

El cuidado, crianza y educación de los hijos es un aspecto que, aunque en cierto modo es inevitable, es crucial para fomentar un adecuado desarrollo. En este sentido, no resulta fácil definir el modo, e incluso los ingredientes esenciales para garantizar que esto sea así, ya que cada uno de nosotros, según las experiencias y pautas educativas que hayamos recibido, adoptaremos un estilo u otro de crianza y vinculación con nuestros hijos. A pesar de ello, en ocasiones podemos identificar aquellos elementos que dificultan este proceso, siendo uno de los más comunes e importantes, la sobreprotección.

Todos nosotros, en algún momento de nuestra vida habremos oído hablar de este término, e incluso es posible que lo hayamos utilizado en más de una ocasión. Lo podemos definir como la tendencia a evitar que la persona asuma la responsabilidad y los deberes características de su fase de desarrollo, con la principal intención de que tengan una vida más cómoda, fácil y exenta de posibles riesgos, impidiendo así que el niño aprenda por sí mismo a desenvolverse con normalidad en las diferentes áreas y circunstancias vitales, y las cuales deberá afrontar necesariamente por sí mismo el día de mañana. Además, pueden existir otras intenciones o motivos que explican la adopción de este rol por parte de los padres. Por un lado, supone cierta comodidad eximir de riesgos a los hijos, ya que de esta forma no debemos estar pendientes ni preocuparnos por ellos. Junto a esto, a veces puede existir una dependencia patológica hacia el hijo en la cual no se acepta que este pueda desvincularse progresivamente y ganar autonomía, lo cual favorece que se impida un desarrollo independiente y saludable.

En un primer momento, la persona “víctima” de este tipo de cuidados, puede sentir cierta comodidad e incluso seguridad, aceptando la situación en ocasiones de manera consciente, y delegando su rutina diaria y sus quehaceres a los progenitores. Pero poco a poco, los déficits personales pueden ser más y más acentuados, haciéndose especialmente patentes durante la adolescencia. Entre ellos, a continuación vamos a exponer los más importantes:

Inseguridad y pérdida de autoestima: Es quizás la consecuencia más importante y desde la que se desarrollaran todos los demás problemas. La persona va quedando anulada tanto por la “información” que recibe a nivel externo, como por su interiorización, aceptación y acomodación. A partir de aquí, se irá percatando cada vez más de sus dificultades a la hora de hacer frente a las situaciones cotidianas, mermando cada vez más su autoconcepto y autoestima, y pudiendo aparecer problemas secundarios como ansiedad o depresión.

Dependencia: Aunque resulta evidente, es importante remarcar que esta no solo aparece en relación a los progenitores o a los cuidadores, sino que puede generalizarse con mucha facilidad. Así, al empezar la escuela o incluso en el instituto, el niño puede buscar aprobación y ayuda constante, siendo incapaz de desenvolverse por sí mismo en los diferentes ámbitos.

Desvinculación: A veces, puede existir una clara evitación del contacto social, por miedo a no ser aceptado, o ser rechazado, debido a que no se ha posibilitado que la persona desarrolle adecuadamente sus habilidades interpersonales. Este aspecto estaría muy vinculado con el primero, ya que el individuo se consideraría incompetente para crear y mantener relaciones. Debemos tener en cuenta que este aspecto suele aparecer en etapas más tardías.

Creencias erróneas: Este también es uno de los aspectos más importantes. El haber experienciado todo lo comentado en los párrafos anteriores, precipita que el niño desarrolle unos pensamientos e ideas sobre el mismo, los demás y el mundo algo desviadas de la normalidad. En este sentido, puede creer que los otros están para cuidarle, y deben proporcionarle todo lo que necesite, o estar convencido de que por sí mismo no puede hacer nada. Esto, puede transformarse en excesiva exigencia tanto hacia los demás como hacia la propia persona.

Además de las comentadas, las consecuencias de la sobreprotección son muchas, y se deberá tener en cuenta la historia vital personal para entender adecuadamente las dificultades que presente el individuo. Junto a esto, y aunque nos hemos centrado en la afectación que supone en la infancia y adolescencia, como se habrá podido intuir, sus repercusiones pueden ir mucho más allá de esta etapa, persistiendo en la adultez e incluso en la vejez.

Finalmente, y con tal de prevenir que esto aparezca, resulta clave aprender a diferenciar entre un cuidado normal y saludable, y uno patológico. Para ello, y en caso de tener otras dudas sobre lo aquí escrito, te invitamos a que contactes con nuestro equipo de psicólogos de Mataró. Llámanos y te facilitaremos todo lo que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/proteccion-2932.jpg 627 960 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-01-03 00:00:002022-05-09 18:01:55La sobreprotección: conceptualización y peligros asociados
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La Depresión en la vejez: Características y factores de riesgo

A lo largo de la vida se suceden diferentes etapas, cambios, transiciones y situaciones que definen nuestro desarrollo y nos ayudan a comprender tanto el rol que desempeñamos en el mundo como nuestros aspectos más personales. En ocasiones, pero, esta evolución puede verse mermada por diferentes circunstancias, siendo los problemas psicológicos algunos de los más importantes. En relación a estos, debemos tener en cuenta que pueden aparecer en cualquier momento, por lo que, y aunque existe cierta tendencia a hacerlo, no debemos infravalorar su prevalencia e importancia en la última de nuestras etapas, la vejez. Además, parece que la aparición de estos en la senectud es cada vez mayor, siendo uno de los factores que lo explica el aumento en la esperanza de vida de la población.

Entre los trastornos psicológicos asociados a la tercera edad, siendo el más prevalente, se encuentra la depresión. Ésta, a nivel general, se define como el cuadro psicopatológico caracterizado por síntomas como profunda tristeza, apatía, sensación de desesperanza, pérdida de interés, baja autoestima, falta de concentración, y pérdida de energía. Todos ellos, junto a algunos otros, configuran los aspectos afectivos, cognitivos y conductuales del espectro. Así, aunque tienden a ser compartidos por la mayoría de personas, en cada caso predominan unos u otros, dependiendo principalmente de variables personales. En el caso de las personas mayores, existen una serie de peculiaridades que merece la pena mencionar:

Sufren episodios más largos y por lo general estos acostumbran a ser más resistentes al tratamiento tanto psicológico como farmacológico.
Acostumbran a verbalizar menos los sentimientos de inutilidad o culpa.
Alexitimia: definida como la dificultad o incapacidad para detectar y expresar las propias emociones.
Apatía: constituye el principal síntoma de la depresión en la vejez.
Más prevalencia de síntomas físicos y sensaciones corporales.
Sufren un mayor riesgo de suicidio, especialmente los hombres y cuando estos viven solos.
Presentan mayor irritabilidad, juntamente con trastornos del sueño como insomnio o hipersomnia.
Menos variaciones diurnas del humor.

Por otro lado, existen una serie de aspectos que pueden favorecer la aparición del trastorno en este sector de la población. Entre ellos se encuentran los siguientes:

Pertenecer al género femenino.
La pérdida de roles o los cambios de residencia.
Padecer un duelo por la pérdida de algún familiar o ser querido.
Sufrir enfermedades crónicas, especialmente si estas son incapacitantes o dolorosas.
Presencia de una discapacidad secundaria a una pérdida de visión o audición.
Haber sufrido el primer episodio depresivo en edad avanzada.
La aparición de un deterioro cognoscitivo de tipo amnésico.

Además de lo mencionado, es interesante destacar que los déficits cognitivos (especialmente en memoria y funciones ejecutivas) se relacionan con la intensidad de los síntomas depresivos y el número de episodios, siendo más acentuados en depresiones con ansiedad asociada. Por ello, a la hora de evaluar al paciente, es importante tener en cuenta que los problemas cognitivos pueden estar vinculados a la depresión, por lo que el diagnóstico de un trastorno cognitivo independiente deberá asegurarse y precisarse el máximo posible.

Como vemos, los problemas pueden tener características específicas no sólo en función de la persona, sino incluso dentro del periodo vital en el que estemos inmersos. Conocerlas y estudiarlas nos puede ayudar a elaborar intervenciones concretas que potencien lo máximo posible la recuperación y el bienestar de los individuos.

Si deseas conocer más sobre lo expuesto, te animamos a que contactes con nuestro centro de Psicología, en Mataró. Allí encontrarás un amplio equipo de profesionales que te facilitarán todo lo que necesites. No lo dudes y llámanos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/vejez-1702.jpg 450 700 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-01-02 00:00:002022-05-09 18:01:55La Depresión en la vejez: Características y factores de riesgo
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¿Qué es el Trastorno de Ansiedad por Separación?

La prevalencia y repercusión de los problemas psicológicos es cada vez más frecuente y significativa, tanto en población adulta como infantil. Por ello, los profesionales de la salud mental trabajan para delimitar y esclarecer los límites entre todos ellos, creando para ello categorías diagnósticas concretas que faciliten no únicamente la comprensión de los diferentes cuadros, sino la creación de intervenciones útiles y eficaces que impidan su progreso y empeoramiento. Así, a continuación se describirá uno de los cuadros psicopatológicos más representativos entre población infantil y adolescente.

Las conductas de afiliación o apego hacia nuestros padres, constituyen uno de los aspectos más cruciales para nuestro adecuado desarrollo emocional, social y cognitivo. Por ende, cuando los niños responden de manera negativa ante la separación de las figuras importantes, tiende a interpretarse que poseen un vínculo positivo. A pesar de ello, en ocasiones, y especialmente cuando este es recurrente, y está caracterizado por una respuesta o malestar asociado, podemos empezar a sospechar de ciertos problemas subyacentes. De este modo, el Trastorno de Ansiedad por Separación o TAS se define como la experiencia de miedo o ansiedad excesiva/inapropiada teniendo en cuenta el nivel de desarrollo del individuo, la cual está provocada por la separación de aquellas personas por las que siente apego. Además, puede manifestarse de diferentes formas: con un malestar excesivo y recurrente cuando se anticipa o se experimenta separación del hogar o de las figuras con quien se tiene más vínculo; con preocupación elevada por la posibilidad de perder a alguna de estas figuras, o por que puedan sufrir algún daño; gran resistencia a salir de casa, ir a la escuela o a otro lugar por miedo a la separación; miedo a estar solo; problemas para dormir (especialmente pesadillas); y/o quejas repetidas de síntomas físicos como dolor de cabeza, de estómago, etc., cuando se produce o se prevé una separación.

Como vemos, la sintomatología que pueden presentar las personas con esta problemática es diversa, y a menos que se realice una evaluación adecuada, puede confundirse con otras categorías (p.ej., Fobia Escolar o Social, Autismo…). En esta línea, merece la pena remarcar que estas manifestaciones varían con la edad, siendo típicos los comportamientos de rechazo a ir a la escuela en niños pequeños y la concreción de miedos y preocupaciones en niños mayores. Además, aunque es especialmente característico en niños, siendo la edad de mayor prevalencia los 12 años, también puede aparecer en adultos, aunque tiende a disminuir con la edad. Así, a pesar de no ser frecuente su inicio en la adolescencia, siendo así puede ser un claro precursor de problemas más graves. Por otro lado, en población clínica, es decir, entre aquellos individuos diagnosticados y/o en tratamiento el problema posee una frecuencia similar entre chicos y chicas. En cambio, entre la población general se encuentra más asociado al sexo femenino. Es importante añadir que el curso del TAS está caracterizado por periodos de exacerbación y remisión, pero para la mayoría de niños no supone un precursor de trastornos de ansiedad más deteriorantes en un futuro. A pesar de ello, sí parece estar asociado a un riesgo mayor de suicidio (lo cual también aparece en varios trastornos de ansiedad).

Finalmente, en cuanto a los diferencias entre sexos, parece que las niñas muestran una mayor reticencia o evitación de la escuela que los niños, aunque la expresión indirecta del miedo a la separación parece ser más común entre los varones. En esta línea, consideramos importante tener presente que el rechazo al colegio, aunque es uno de los síntomas más característicos, no es necesario para realizar el diagnóstico. Esto se explica por el hecho de que no todos los niños con TAS muestran rechazo escolar.

Como se ha indicado inicialmente, los períodos de ansiedad elevada por la separación de las figuras importantes de apego forman parte del desarrollo normal, y pueden indicar que poseemos o que nuestros hijos tienen una relación de apego segura con nosotros. Para poder sospechar de un posible trastorno, deberemos tener en cuenta el malestar que produce tanto en el niño como en el entorno, la frecuencia con la que aparecen conductas disruptivas, y el grado de perturbación que suponen éstas.

Si te interesa éste o cualquier otro tema que consideres relevante, nuestro equipo de psicólogos, en Mataró, te proporcionará toda la información que necesites. Ponte en contacto con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/separacion-4405.jpg 400 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2018-11-10 00:00:002022-05-09 18:01:55¿Qué es el Trastorno de Ansiedad por Separación?
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