¿Nos ayudan las emociones en nuestra vida o nos limitan? ¿Sería todo más fácil si no las tuviéramos? ¿Qué piensas? ¿Cuál es tu posición al respecto?
Las emociones se suceden diariamente, y están presentes en todos los ámbitos dónde nos movemos y relacionamos; en la familia, a través de nuestros padres, hermanos e hijos, y también en la pareja, a nivel social y en el terreno laboral.
¿Crees que sería mejor estar siempre content@s, felices y no pasar por momentos de tristeza, rabia, o frustración?
De entrada, la respuesta a esta pregunta evidentemente podría ser un SÍ enorme y rotundo; el problema es que sería un SÍ exento de la realidad en la que vivimos. Resulta imposible y digo imposible vivir sin que suceda algo que nos pueda molestar o dañar. Al fin y al cabo, no podemos evitar que algo nos pueda afectar de alguna manera. Desde esa total presencia en nuestra vida, se hace necesario poder gestionar adecuadamente esa afectación emocional. Se hace imprescindible poder gestionar nuestras emociones.
Cuando no gestionamos adecuadamente nuestras emociones, es cuando aparecen problemas tanto con nosotros mismos (ansiedad, síntomas depresivos, frustración, baja autoestima y autoconfianza, impulsividad, disminución de la capacidad de concentración…) como con los demás (conflictos interpersonales, conductas defensivas, agresivas o pasivas, evitación de los problemas, incumplimiento de responsabilidades, dificultades a la hora de afrontar los problemas…).
Las emociones son inevitables, y suponen un recurso adaptativo del ser humano, desde que existimos. Son herramientas que nos indican, que nos alertan de lo que nos conviene o no, son como nuestro ángel de la guarda o como nuestro guardaespaldas (cada uno que elija la analogía que prefiera), y cada una de elles tiene su función para ayudarnos a adaptarnos mejor al medio en el que nos encontramos. En definitiva, las emociones, absolutamente esenciales, nos ayudan a vivir.
Cuando aparecen, se desarrolla todo un proceso químico complejísimo en nuestro organismo, segregándose diferentes sustancias a nivel cerebral, y apareciendo cambios en nuestro cuerpo a nivel físico (ritmo cardiaco, tono muscular, respiración…), otorgándose diferente cantidad de energía en cada parte de nuestro cuerpo. En otro artículo de este blog explicaremos todos los cambios que sufre nuestro organismo con cada emoción, ya que resulta muy interesante y puede permitirnos comprendernos mejor.
Entre las principales emociones y sus funciones, podemos nombrar las siguientes: La alegría nos invita a compartir lo que nos ha hecho sentir bien, fomentando además las relaciones sociales (ya sabéis que el ser humano es un ser social, necesitamos a nuestros iguales). La sorpresa nos ayuda a disponer de un momento para integrar lo que ha sucedido. La rabia y el enfado, son señales que nos invitan a la defensa tras habernos sentido dañados. Merece la pena recordar que debajo de la rabia muchas veces hay dolor, y conectar con este puede permitirnos poner límites. El miedo nos facilita huir de los peligros, es una emoción que nos protege. Y nos quedaría la tristeza, que es una de las más evitadas, pero la cual nos ayuda a escuchar y abrazar lo que nos duele, con tal de poder aceptarlo e integrarlo.
Como veis, tenemos un sistema emocional bien completo, el cual nos ayuda en nuestro día a día. Se trata de un mecanismo integrado en nosotros del que podemos y debemos hacer uso, pero que en ocasiones puede resultarnos difícil de gestionar. Por ello, es importante cuidarlo y entrenarlo. ¡Y nunca es tarde para ello! ¡Las emociones son nuestras grandes aliadas!
En nuestro centro de psicología y psiquiatría, situado en el centro de Mataró, realizamos terapia presencial y online, e impartimos diferentes talleres y cursos, entre ellos sobre inteligencia y gestión emocional, los cuales pueden beneficiarte para trabajar este tema y muchos otros. Si tienes alguna pregunta, no lo dudes y contacta con nosotros, estaremos encantados de atenderte.
Raquel Martínez