Estrategias de intervención para la dependencia emocional
La forma en la que nos relacionamos deja entrever cómo nos sentimos y percibimos, y cómo lo hacemos con los demás. La dependencia emocional se refiere a aquella forma de vincularse en la que existe una necesidad, y la persona siente que difícilmente puede vivir sin el otro. Busca continuamente la aprobación y el refuerzo, y exigiendo ciertas muestras de afecto para sentirse tranquila, valorada, y a gusto consigo misma. Se genera así una relación asimétrica, donde una de las partes acostumbra a mostrarse sumisa y obediente, y la otra tiende a tomar las decisiones importantes y a responsabilizarse.
Las personas dependientes tienden a compartir una serie de rasgos o características que merece la pena remarcar. Presentan una baja autoestima, viéndose inferiores a los demás. Pueden tener una historia vital complicada en la que se observe una familia desestructurada o negligencia parental, haber vivido situaciones negativas principalmente a nivel social (p. ej., rechazo, bullying…). Lo que está claro, es que la dependencia emocional conlleva malestar tanto para la propia persona como para los demás. Y, en este sentido, es común la aparición de ansiedad (puede llevar o concurrir con el Trastorno de Ansiedad por separación), depresión, miedos, o consumo de sustancias.
Por ello, a continuación se especifican algunas de las principales herramientas utilizadas en terapia para trabajar esta dificultad:
- Gestión emocional: El malestar suele aparecer en forma de ansiedad y angustia ante la separación, o cuando se prevé esta. También en momentos donde no se recibe lo que se espera por parte del otro. Esto lleva a acentuar comportamientos para acercar y recibir del otro, no sentirse abandonado, y aliviar de esta forma el malestar. Por ello, es útil aportar herramientas que permitan a la persona identificar tanto las situaciones de dependencia, sus emociones y las interpretaciones que activan ese estado, juntamente con potenciar mejores maneras de canalizarlo.
- Reestructuración cognitiva: La dependencia emocional afecta al sistema de creencias de la persona, pudiéndose apreciar que esta puede tener una visión muy distorsionada de sí misma y de la relación. A partir de aquí, puede autosabotearse sometiéndose a mucha presión y juzgándose de manera negativa. Por ello, detectar las creencias limitantes y sustituirlas por otras más adaptativas puede ser una herramienta muy eficaz.
- Entrenamiento en asertividad: Suele haber problemas para expresar emociones, deseos e intereses, priorizando el punto de vista del otro. Para mejorar este punto, la psicoterapia se centra en lograr que el paciente consiga decir lo que piensa, procurando encontrar el equilibrio entre el respeto al otro, y el respeto a uno mismo.
- Autofocalización y fortalecimiento de la autoestima: Aunque este componente se encuentra implícito en todas las técnicas anteriores, conviene trabajarlo y tenerlo presente como tal. Definir objetivos y proyectos personales, fomentar el autocuidado, observar y detectar aspectos positivos de uno mismo. También disminuir el autocastigo e inculpación, suponen elementos imprescindibles para mejorar la dependencia emocional.
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