La catarsis: qué es y en qué consiste
En nuestro día a día, es común escuchar términos relacionados directa e indirectamente con el mundo de la psicología para referirnos tanto a problemáticas como a diferentes fenómenos. Por ejemplo, “creo que soy un poco bipolar”, o “tengo TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo)”, o “esta persona me está psicoanalizando”… En la mayoría de ocasiones, aunque estas palabras puedan guardar cierta relación con lo que queremos describir, van mucho más allá de lo que pensamos, constituyendo patologías o procesos más significativos y complejos de lo que pensamos.
Este es el caso de la catarsis. Seguramente habremos utilizado en algún momento esta palabra, o habremos oído hablar de su importancia o aparición en terapia. Pues bien, este término tiene su origen ya en la antigua Grecia, y era utilizado en la literatura para describir la liberación emocional de un personaje a través de una experiencia transformadora. En psicología, de la misma forma, se refiere a la liberación emocional de una persona a través del proceso terapéutico. Así, se basa en la idea de que nosotros, los seres humanos, tenemos emociones reprimidas que es importante liberar para sanar. Y esta liberación, puede permitirse o darse de diferentes maneras, como pueden ser la meditación, la expresión artística, el llanto, y por supuesto, la terapia. Dependiendo del tipo de orientación terapéutica, se hará más o menos énfasis en su importancia, siendo el psicoanálisis su principal precursor.
De esta forma, desde sus orígenes con Breuer y su método catártico como principal artífice, se sugiere que liberar estas emociones reprimidas puede llevar a un alivio emocional y, por tanto, a una reducción del malestar y el estrés, fomentando la sanación emocional. En cada paciente deberán adecuarse las técnicas y herramientas para permitirle desbloquearse y exteriorizar, siendo clave la adaptación a sus características.
Junto al psicoanálisis, este método ha sido adaptado por otras orientaciones, como por ejemplo la Terapia Humanista, entre las que se encuentra la Gestalt. Además, se ha utilizado con pacientes que sufren diferentes patologías: trastornos de ansiedad, estado de ánimo (p. ej., depresión), o incluso abuso de sustancias. Así, constituye un objetivo que puede ser de por sí terapéutico, aunque no supone una condición imprescindible. Para cada persona será importante plantear unos objetivos adecuados a su caso.
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– Eric Badia.