Mindfulness en el sistema educativo
El mindfulness o conciencia plena, es un término que, aunque posee sus raíces en la meditación, y concretamente del budismo, actualmente alude a un procedimiento o técnica psicológica encarada a que la persona adquiera la habilidad o capacidad de centrar la totalidad de su atención en el momento presente, adoptando una postura no interpretativa ni juzgadora, donde cada pensamiento, sentimiento o sensación que surjan sea reconocido y aceptado como tal. En este sentido, a pesar de haber sido cultivada durante años principalmente en oriente, hace un tiempo relativamente breve ha sido incorporada a diferentes ámbitos, entre ellos programas de promoción de la salud, como estrategia específica dentro de intervenciones psicoterapéuticas, y más recientemente en el ámbito educativo.
Este mecanismo ha demostrado efectos beneficiosos en una diversidad amplia de síntomas y espectros, reflejándose de forma más significativa en problemas de ansiedad, depresión y dolor crónico, donde acostumbra a estar inmiscuido en programas de orientación cognitivo-conductual, los cuales ya han demostrado su eficacia en estos y otros ámbitos. El mecanismo básico que subyace a esta técnica se centra en el entrenamiento de la habilidad metacognitiva; esto es, la habilidad de atender a la calidad de la atención con la finalidad de hacernos conscientes de las reacciones automáticas y de los procesos psicológicos que hemos sobre aprendido y que, con mucha frecuencia, contribuyen al desarrollo y/o mantenimiento del desequilibrio emocional y conductual. Además pero, cabe mencionar que su aplicación en grupo también ha resultado beneficiosa, por lo que su demanda desde diferentes servicios asistenciales cada vez es más pronunciada.
Junto a esto, y teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, su aplicación ha ido más allá del terreno clínico, empezando a utilizarse en el sistema educativo. Su fácil aplicación, la rapidez con la que se aprende, sus efectos positivos no solamente en cuanto a salud y bienestar sino también en términos de coste-beneficio, y su rápida eficacia demostrada también a nivel grupal, han contribuido a que resulte una técnica atractiva y susceptible a ser aplicada en una multiplicidad diversa de ámbitos. Así, en escuelas y en institutos ha empezado a adquirir un papel significativo, presentándose en formato de taller entre los diferentes cursos de primaria y secundaria. Entre sus beneficios se empiezan a encontrar los siguientes:
– Reducción del estrés y el malestar: Además de su potencial para reducir sintomatología ansiosa y depresiva en diferentes trastornos, el mindfulness parece estar demostrando eficacia para combatir el estrés y el malestar asociado a ciertos aspectos del ámbito escolar, como pueden ser la llegada de los exámenes o la sobrecarga de trabajo.
– Mejora de procesos cognitivos: Junto a esto, no solamente se centra en atenuar o disminuir el malestar, sino que también puede ser beneficioso de cara a potenciar ciertas habilidades, y entre ellas la atención y la concentración. Algunos alumnos manifiestan estar mejorando su capacidad para focalizarse tanto en clase como en el estudio independiente. Esto además, se ve reforzado por el hecho de que en algunos institutos se reporta una mejora significativa en su rendimiento académico.
– Cohesión grupal: Los beneficios parecen ir más allá del objetivo buscado inicialmente. Al ser presentado en formato taller y de forma lúdica repercute en la vinculación entre profesor y alumnos, y entre estos mismos. En este sentido, tras su realización se acostumbra a dejar un espacio para compartir la experiencia y analizar los efectos y las dificultades encontradas, lo cual permite fortalecer los mecanismos del ejercicio.
Existen otras consecuencias positivas vinculadas al mindfulness en la escuela, y algunas de estas todavía están por descubrir. Como se ha remarcado, está en vías de expansión, pero parece repercutir de manera significativamente positiva en un rango muy amplio de población. Es cierto pero, que su aplicación deberá adaptarse a las características del colectivo que tengamos delante, teniendo en cuenta por ejemplo la presencia o no de problemas psicológicos, la edad del sujeto, o el idioma. Aun así, al ser una estrategia cuyo aprendizaje y enseñanza son a priori, relativamente fáciles, posibilita reproducirlo en casi cualquier contexto.
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