Expertos del Instituto de Neuropsiquiatría y Adicciones del Hospital del Mar de Barcelona han advertido del aumento de españoles que sufren el síndrome japonés Hikikomori de aislamiento social, un problema que han podido describir clínicamente a través de un estudio con 164 pacientes presentado este martes.El estudio, publicado en la revista International Journal of Social Psychiatry, constata que el síndrome Hikikomori se ha subestimado hasta ahora en España por la dificultad para acceder a estas personas y por la falta de equipos de atención especializada a domicilio, ha informado el centro en un comunicado.Las personas que sufren este síndrome se retiran completamente de la sociedad durante al menos seis meses y se recluyen en el hogar con el objetivo de evitar cualquier compromiso social, como la educación, el empleo y las amistades.Aunque se describió por primera vez en Japón e inicialmente se creía que estaba vinculado únicamente a la cultura japonesa, hay casos de Hikikomori reportados recientemente en otros países, como Omán, Italia, India, Estados Unidos, Corea y España, donde el Hospital del Mar ha centrado su estudio.Los expertos han evaluado 164 casos de españoles con un periodo medio de aislamiento de 39,3 meses el de mayor duración llevaba 30 años recluido, la mayoría de ellos con trastornos mentales asociados.Un 73,8% de los casos estudiados son hombres con una edad media de 36 años, mientras que la edad media de las mujeres es de 51 años: La creación en Barcelona de un servicio de atención domiciliaria para personas con trastornos mentales graves ha permitido sacar a la luz la verdadera dimensión de este síndrome, ha explicado el director del instituto y responsable del estudio, Víctor Pérez-Solà.La mayoría de los afectados viven con la familia y la mitad tiene estudios superiores, y los que llevan recluidos más de cuatro años tienen un trastorno psicótico, lo que demuestra que las personas con trastornos mentales graves son más propensas a estar un mayor tiempo aislados.Hemos detectado una alta convivencia del Hikikomori con patologías psiquiátricas como trastornos psicóticos (34,7%), ansiedad (22%) o trastornos afectivos (74,5% de), ha añadido Pérez-Solà, que ha destacado que también existe el síndrome en estados primarios cuando no se asocia a una patología mental, pero es mucho menos frecuente.INGRESO HOSPITALARIOEl estudio también ha puesto de manifiesto que un 39,3% de los pacientes ya ha requerido un ingreso hospitalario para atención psiquiátrica y que casi un 60% tiene una historia psiquiátrica de Hikikomori en la familia, con un 44,4% en parientes de primer grado.En el síndrome de aislamiento social cabe destacar el papel de las familias, ya que a pesar de ser las principales detectoras, se ha observado una dinámica familiar perturbada en muchas de las estudiadas.La violencia, la falta de habilidades en la resolución de problemas, las relaciones inapropiadas con la persona afectada y el miedo a la exacerbación de los síntomas son los elementos que dificultan las dinámicas familiares y favorecen el aislamiento del individuo.Para acceder al texto completo consulte las características de suscripción de la fuente original: http://isp.sagepub.com/
Listado mensual: marzo, 2019
A medida que la percepción pública sobre los peligros de la marihuana ha ido disminuyendo, las personas más jóvenes han comenzado a experimentar con la droga. Pero el abuso de la marihuana frecuentemente conduce al abuso de otras drogas más fuertes y hay una probabilidad mucho mayor de adicción cuando el uso se inicia en la adolescencia.
Para ayudar a los padres a educar y a proteger a sus hijos del abuso de una droga que puede parecer inofensiva, pero no lo es, se ha creado el librito de educación sobre las drogas 10 Cosas Que Los Padres Tal Vez No Sepan Acerca De La Marihuana. Los padres pueden utilizar esta guía para actualizar su propio conocimiento sobre los peligros del abuso de la marihuana y luego explicar los hechos sobre la marihuana a sus hijos.
Se incluyen en este folleto:
– La marihuana ha demostrado disminuir la capacidad de una persona para aprender y tener éxito.- Las toxinas residuales de la marihuana pueden permanecer en el cuerpo durante años.- La marihuana es mucho más potente que hace unas décadas.- El consumo de marihuana resulta en niveles más altos de comportamientos de riesgo, como conducir en estado de ebriedad o tener relaciones sexuales sin protección.
Descargue este librito gratis ahora y comience a tener conversaciones de sobremesa con sus hijos. Deles un dato a la vez y deje que ellos hagan preguntas. Al aumentar gradualmente su comprensión sobre los problemas derivados del consumo de marihuana, pueden tomar sus propias decisiones para mantenerse sobrios cuando alguien les ofrece la marihuana.
El Gabinet Psicològic Mataró ha creado la Unidad de Psicología Forense a disposición de nuestros clientes. La psicología forense, también llamada psicología legal, es una rama de la Psicología jurídica que se ocupa de auxiliar al proceso de administración de Justicia en el ámbito tribunalicio.
Es una división de la psicología aplicada relativa a la recolección, análisis y presentación de evidencia psicológica para propósitos judiciales. Por tanto, incluye una comprensión de la lógica sustantiva y procesal del Derecho en la jurisdicción pertinente para poder realizar evaluaciones y análisis psicológico-legales e interactuar apropiadamente con jueces, fiscales, defensores y otros profesionales del proceso judicial.
Un aspecto importante de la Psicología Forense es la capacidad de testificar ante un juzgado en condición de perito experto, reformulando hallazgos psicológicos en el lenguaje legal de los juzgados para proveer información al personal legal de una forma que pueda ser entendida y aprovechada.
En cada país, los psicólogos forenses deben entender la psicología, reglas y estándares sistema jurídico nacional para que sean considerados como testigos creíbles. Es fundamental el entendimiento del modelo acusatorio bajo el cual funciona el sistema. También existen reglas sobre la presentación oral de la pericia, e incluso, la falta de una comprensión firme de los procedimientos judiciales resultará en la pérdida de credibilidad del psicólogo forense en el juzgado y su eventual recusación para excluirlo del proceso.
Un psicólogo forense puede ser entrenado en psicología clínica, social, organizacional o cualquier otra rama de la psicología, sin embargo la adecuada comprensión teórica y experiencia práctica en evaluación psicológica a través de instrumentos psicométricos y proyectivos así como de la psicopatología son fundamentales para la práctica pericial.
Generalmente, las preguntas que se proponen a los psicólogos forenses en el tribunal no son relativas a cuestiones psicológicas, sino más bien legales; y la respuesta debe ser en un lenguaje que el tribunal comprenda. Algunos aspectos que comúnmente son objeto de interrogación del sistema judicial a los psicólogos forenses son la competencia del acusado para someterse a juicio y ejercer su legítimo derecho a la defensa, o que se dictamine el estado mental del procesado al momento de cometer el crimen por el que es acusado, de forma de conocer la comprensión de la criminalidad del acto punible y la capacidad del imputado para dirigir sus acciones al momento de la comisión del delito, lo que tiene una incidencia directa sobre la responsabilidad penal que se le pueda imputar.
También es función de los psicólogos forenses proveer recomendaciones con respecto al las condiciones de ejecución de la sentencia y al tratamiento que debe seguir el acusado, así como cualquier otra información que el juez requiera, como la referida a factores atenuantes, agravantes o eximientes, la valoración de la probabilidad de reincidencia y la evaluación de la credibilidad de los testigos. La Psicología Forense implica también capacitar y asesorar a policías, criminalistas u otro personal oficial de las fuerzas públicas de seguridad para proveer información psicológica relevante para el perfilamiento criminal de presuntos actores de hechos punibles.
Una nueva investigación de expertos de Suiza y Alemania revela que el uso de los dedos para manejar un teléfono móvil inteligente con pantalla táctil y, en especial, el pulgar, está alterando el cerebro de las personas, como se detalla en un artículo que se publica en Current Biology.
Cada región del cuerpo, desde los dedos hasta la mandíbula y la lengua, tiene un área de procesamiento particular en nuestro centro emocional del cerebro, la corteza somatosensorial. Estas áreas son flexibles y pueden cambiar. En el caso de los violinistas, por ejemplo, el área de representación de los dedos que guían el instrumento es mayor que en otras personas.
El científico Arko Ghosh, del Instituto de Neuroinformática de la Universidad de Zurich y la Escuela Politécnica Federal (ETH) de Zurich, en Suiza, decidió investigar el impacto que la destreza de los dedos de los usuarios de teléfonos inteligentes tiene sobre el cerebro y descubrió que la plasticidad diaria del cerebro humano podría ser investigado según el uso del smartphone.
Las grabaciones de los dispositivos digitales ofrecen una importante fuente de datos para este comportamiento. Los teléfonos inteligentes nos ofrecen la oportunidad de entender cómo la vida normal moldea el cerebro de la gente común, explica Ghosh.
LA FRECUENCIA DE USO INFLUYE EN LA ACTIVIDAD CORTICAL
Trabajando en equipo con colegas de la Universidad de Friburgo, en Alemania, analizó la activación en la corteza sensoriomotora desencadenada por movimientos de los dedos. Los científicos utilizaron electroencefalografía (EEG) para medir la actividad cerebral cortical en 37 personas diestras, de las cuales 26 eran usuarios de smartphone con pantalla táctil y 11 usuarios de teléfonos celulares antiguos.
Un total de 62 electrodos colocados en la cabeza del sujeto grabaron este potencial basado en los movimientos de los dedos pulgar, índice y dedo medio. Los resultados revelaron que la representación cortical en los usuarios de teléfonos inteligentes con pantalla táctil difería en comparación con las personas con teléfonos móviles convencionales.
Ghosh también demostró que la frecuencia de uso del smartphone influye en la actividad cortical. Cuanto más se había utilizado el smartphone en los últimos diez días, mayor era la señal en el cerebro. Esta correlación fue la más fuerte, en la zona que representa el pulgar.
A primera vista, este descubrimiento parece comparable a lo que sucede en los violinistas, explica Ghosh. Sin embargo, los investigadores fueron capaces de hallar dos distinciones: en primer lugar, que el tiempo que los usuarios de teléfonos inteligentes han poseído y utilizado un dispositivo no influye, mientras que, en el caso de los violinistas, la actividad en el cerebro depende de la edad a la que comenzaron a tocar.
En segundo lugar, hay una conexión lineal entre la activación en el cerebro y el uso más reciente de un teléfono inteligente, mientras que no hubo evidencia de esto para los violinistas en estudios anteriores. La tecnología digital que utilizamos a diario moldea el procesamiento sensorial en el cerebro y en una escala que nos sorprendió, concluye el neurocientífico.
Para acceder al texto completo es necesario consultar las características de suscripción de la fuente original: http://www.cell.com/current-biology/home
DESARROLLAR LA AUTOESTIMA Y LA CONFIANZA EN SÍ MISMO
¿Qué es la AUTOESTIMA? Es lo que cada persona piensa que es y la medida en que le agrada su propia persona; por tanto, se refleja en las ideas que tenemos sobre nosotros mismos (autoconcepto) y en la forma en que nos valoramos (autovaloración). Es un silencioso respeto por uno mismo, … la sensación del propio valor.
Algunas definiciones importantes…
– …evaluación que hace el individuo en referencia a sí mismo, expresando una actitud de aprobación/desaprobación (M. Rosenberg, 1965) … e indica la medida en que el individuo se cree capaz, significativo, con éxito y merecedor (S. Coopersmith, 1967)- …cuenta con dos aspectos interrelacionados: sentido de eficacia/competencia personal y sentido de merecimiento personal; por tanto, constituye la suma integrada de auto-confianza y auto-respeto… (N. Branden, 1969)- …la autoestima surge de la discrepancia entre el sí mismo percibido (autoconcepto: lo que la persona piensa que es) y el sí mismo ideal (lo que a la persona le gustaría ser)… (Pope, McHale & Craighead, 1988)
La autoestima genuina no es comparativa ni competitiva, y esto quiere decir que no se establece en comparación con otros ni se asienta en la falta de cualidades ajenas. El principal obstáculo para la autoestima es la comparación, tanto con otras personas con cualidades más desarrolladas como con nuestra propia imagen ideal; de forma que en ambos casos se condiciona el valor personal a la semejanza con los modelos. La autoestima se asienta en el valor como persona y en el derecho a recibir amor por el hecho de estar vivo, independientemente de los resultados o de las cualidades de los que nos rodean.
El cometer equivocaciones es humano, lo importante es reconocerlos y crecer. Lo fundamental sería el no autodevaluarnos como entidades totales, sino evaluar las propias características y actuaciones, rectificar si es necesario, a la vez que valorar las cualidades y actuaciones exitosas.
El peor de los males que le puede suceder al hombre es que llegue a pensar mal de sí mismo (Goethe)
¿Qué factores han podido contribuir a disminuir su autoestima?? Credibilidad disminuida? Sentimiento negativo sobre sí mismo? Sensación de ser diferente a los demás ? Percepción de fracaso en la mayoría de las cosas? Desempeño afectado adversamente? Miedo a interactuar con los demás? Incapacidad para alcanzar objetivos? Incapacidad para completar algo? Estándares perfeccionistas (tendencia a poner el listón muy alto)? Desaprobación continua? Insatisfacción corporal? Rabietas y caprichos que causan autoaversión? Culpa y vergüenza como consecuencia de acciones? Incapacidad para confiar en mis propias percepciones/opiniones? Incapacidad para comprometerme? Dificultades en el cuidado de uno mismo/a? Sensación de no ser tan bueno como los demás? Pérdida de confianza en la capacidad para llevar a cabo hasta las tareas más pequeñas? Culpa por lo que los demás tienen que sufrir a causa de mis cambios de estados de ánimo
PROCESO PARA SANAR LOS COMPLEJOS Y AUMENTAR LA AUTOESTIMA: Los complejos son conclusiones irracionales acerca de quién es uno y lo que vale. Estas conclusiones, aunque se han venido extrayendo a lo largo de toda la vida y constituyen un sistema relativamente estable, son susceptibles de modificación.
Pasos del proceso:
? Darse cuenta (RECONOCER):- del contenido de los pensamientos irracionales- de cómo afectan estos pensamientos a las emociones y se manifiestan en la vida cotidiana- de la idea base común de la que parten los pensamientos desvalorativos (no soy adecuado, no valgo, soy malo, no merezco, no puedo, etc)
? Aceptar (ACEPTACIÓN INCONDICIONAL):- La aceptación es un resultado y a la vez una elección. Aceptarse es una opción. Uno puede elegir consciente y voluntariamente el aceptarse en todo momento y en toda situación. – Fijar ese pensamiento de forma que quede bien grabado e interconectado con nuestro sistema de creencias hasta que actúe semiatuomáticamente (recordarse a menudo este pensamiento; escribirlo de forma repetida; visualización: imaginarse a uno mismo instalado en un estado de aceptación incodicional; …)
? Valorar las cualidades que se poseen (VALORACIÓN POSITIVA):- Así como la aceptación incodicional produce solidez de la autoestima y un sentido de autonomía e independencia personal, la valoración de las propias cualidades produce confianza en las propias capacidades para afrontar los retos de la vida. – El bienestar y la satisfacción derivadas del propio reconocimiento constituyen la mejor motivación para seguir desplegando cualidades, afrontar los retos vitales y apoyar el desarrollo hacia nuevas metas.
Posibles estrategias/actitudes que puede utilizar para intentar elevar su autoestima. Marque las que le gustaría o podría probar (poner aspa en recuadro). Indique, al final de la frase, si ha utilizado alguna vez alguna de ellas.
? Cambiar mis procesos de pensamiento? Calibrar y centrarme en mis éxitos del pasado? Creer en mí mismo/a? Concederme reconocimiento por los logros? Hacer cosas que me resulten temibles o difíciles? Determinación de aprovechar más la vida? Autoafirmación? Autoaceptación? Hacer todo lo que pueda en cualquier momento? Autodisciplina? Bajar mis estándares perfeccionistas? No inquietarme por las cosas? Centrarme en lo positivo? Vivir el día a día? Creer a los demás que afirman mi valor? Darme cuenta de que no he desistido, que me he esforzado para resolver mis problemas? Distanciarme de los malos recuerdos del pasado? Saber que soy igual que los demás ? Aceptar/tolerar las frustraciones (como p.e. no conseguir rápidamente mis objetivos)? Pensar en mí mismo/a como una persona buena y positiva en general
Indique cuál de estas acciones quiere emprender con el objeto de aumentar su autoestima:
? Desarrollar un fuerte sistema de apoyo? Ser un buen amigo/a? Brindar apoyo a los demás? Escuchar a otros que afirman mi valor? Tomar clases, aprender nuevas habilidades? Trabajar duro, esforzarme? Dedicar más tiempo a mis aficiones: música, manualidades, lectura, cine…? Utilizar la expresión creativa: dibujar, pintar, escribir, bailar, teatro…? Hacer ejercicio físico para mantenerme en forma? Tomar parte en actividades comunitarias? Trabajar como voluntario? Asociarme a clubs de interés especial? Vestir bien, cuidar mi aspecto? Utilizar autoafirmaciones de forma cotidiana, practicar el autodiscurso positivo de manera consistente? Hacer trabajos/actividades que considero que hago bien? Hacer ejercicios de relajación, meditación…? Cuidar de animales domésticos? Estar orientado/a hacia un objetivo? Intentar obtener éxito en ciertas áreas de mi vida? Estar dispuesto/a a correr más riesgos, y concederme reconocimiento cuando tengo éxito (valorar los logros)? Analizar mis cambios de ánimo, descubrir por qué estoy mal y hacer algo al respecto? Aprender a relacionarme con los demás de manera más efectiva? Hacer una lista de las cosas positivas que tienes, como persona y a tu alrededor, valorándolas, y leerla todos los días? Intentar ser más positivo (ver el lado positivo a las cosas; no centrarme sólo en lo negativo)? Guardar tarjetas, retratos de amigos y notas positivas, teniéndolas cerca para cuando lo necesite? Tomar nota de lo que es bueno para mí (cualidades, logros, pensamientos positivos,…) y leerlas diariamente? Antes de ir a dormir recordar lo que he llevado a término durante el día, y valorarlo
CONTROL DE LA IRA La escalada de la ira La ira al igual que el resto de las emociones- puede aumentar o disminuir en intensidad. Cuando la ira aumenta en intensidad, se trata de una escalada. Hay personas que se vuelven furiosas y se calientan rápidamente. A pesar de ello, este subidón de la ira no es instantáneo. La ira comienza habitualmente con unos niveles bajos de malestar o de irritación y poco a poco, va aumentando hasta que en algunos casos estalla de forma explosiva. No hay aparatos que midan el nivel de ira o de mala leche que tiene una persona. Por ello, lo mejor es que la persona se mida a sí misma en una escala imaginaria que va de 0 (nada de ira) a 10 (máximo de ira). El secreto para aprender a controlar la ira es conocer qué es lo que hace que, a partir de una pequeña molestia o irritación inicial, se llegue a una expresión de cólera explosiva y descontrolada. Para ello, es imprescindible averiguar el camino ascendente que sigue la ira. El proceso de escalada responde a estas 4 fases: A à B à C à D; en el que: Aà Suceso negativo B à Pensamiento agresivo (es lo que nos decimos a nosotros mismos ante A). C à Ira excesiva D à Conductas violentas El error de muchas personas es creer que un suceso negativo provoca el malestar o la ira excesiva directamente. Sin embargo, la realidad es muy distinta. Lo que de verdad nos enfada es lo que ha ocurrido (suceso) y lo que hemos interpretado (pensado) acerca de ello. EJERCICIOS CONTROL DE LA IRA El objetivo principal de estos ejercicios es que aprendas a canalizar la tensión (problemas, discusiones, estrés, tristeza, etc) sin que la ira se descontrole. Tiempo muerto (parada de emergencia) Esta técnica consiste en alejarse de la situación física y psicológicamente. Es algo tan sencillo y tan difícil (debido al enfurecimiento) como irse del lugar donde está el conflicto. Podríamos compararlo con lo que se utiliza en los deportes colectivos (futbol, balonmano…) en el que si un jugador se enfada mucho y agrede a otro o si le hace una falta sucia, el árbitro le saca tarjeta roja y le expulsan por no saber controlar la ira. Pero hay dos diferencias importantes en nuestro caso: primero, no se trata de un castigo sino de una medida de prevención; y segundo, la persona que está en una situación conflictiva, al notar su enfurecimiento, tiene que hacer a la vez de jugador y árbitro, tiene que expulsarse del terreno de juego. Cuando detectes que tu nivel de ira supera los 3 puntos, en una escala imaginaria que va de 0 (nada de ira) a 10 (máximo de ira), es un buen momento para hacer un tiempo muerto. Una vez que nos hemos apartado físicamente del lugar del conflicto, también nos interesa alejarnos psicológicamente. Para ello, conviene no realizar conductas que nos pongan más enfadados, como marcharnos dando un portazo, golpear a un objeto, irnos refunfuñando o diciendo tacos. Y tampoco interesa dejar que los pensamientos agresivos nos quemen aún más. Si una persona tiene dificultades en controlarlos, puede utilizar la técnica denominada parada de pensamiento. El objetivo de ésta es frenar el ataque de pensamientos agresivos y poner en su lugar pensamientos que enfríen el ánimo o, al menos, que no enfurezcan más. También pueden ser palabras sencillas pero contundentes como ¡ basta!, ¡ alto!, ¡no!… que hacen que la mente no esté recalentándose todo el tiempo. En resumen, à Cosas que sí pueden hacerse para alejarse de un conflicto: – Realizar alguna actividad física: correr, pasear… – Hablar con algún amigo – Dedicarse a algún hobbie à Cosas que no pueden hacerse en estos casos: – Realizar alguna conducta que nos enfade más (golpear objetos, portazos…) – Permitir que los pensamientos agresivos nos invadan del todo – Tomar decisiones importantes en esas circunstancias – Beber alcohol o consumir drogas al alejarse – Conducir o realizar actividades peligrosas (deportes de riesgo, etc). o Distracción del pensamiento Esta técnica es muy útil para desconectar los pensamientos agresivos de las sensaciones corporales asociadas a la ira. Saber distraer a la mente es muy costoso de entrenar pero muy útil. Si se consigue no prestar atención a los síntomas derivados de la ira (sensaciones corporales, pensamientos agresivos), éstos desparecerán por sí solos en el transcurso del tiempo. Para ello es necesario decidir no pensar ya en ellos, así como después conseguir distraerse con otras actividades.
Qué hacer para distraer la mente en otra cosa: Concentrarse en lo que está pasando alrededor. Al pasear, fíjate en las otras personas y presta atención a algún aspecto de ellas: si tienen bigote o no, si tienen gafas… Practicar alguna actividad mental. Cuenta despacio de 1 a 50. O cuenta en voz alta de 0 a 100 de atrás para delante y de 2 en 2 (100, 98, 96 ,94…). O tararea una canción. O resuelve un crucigrama, sopa de letras… Hacer ejercicio físico. Pasea, corre, haz flexiones… Realiza respiraciones lentas y profundas. Sigue estos pasos: aguanta la respiración, sin coger mucho aire y cuenta hasta 10; al llegar a 10, expulsa el aire y di la palabra tranquilo, por ejemplo; y respira en ciclos de 6 segundos ( 3 para coger aire y otros 3 para expulsarlo). o Autoinstrucciones positivas Lo que pensamos y nos decimos a nosotros mismos influye en nuestro ánimo (ira, tristeza, alegría, nerviosismo) y en lo que hacemos más tarde. Así, alguien que salga de una situación conflictiva y se vaya a dar un paseo para tranquilizarse no lo logrará si se da autoinstrucciones negativas como: él /ella nunca cede, ya estoy harto/a, se acabó, cuando regrese al trabajo, se va a enterar,,, ; este tipo de frases hacen que la persona se enfade más todavía y que llegue al lugar del conflicto con pocas ganas de resolverlos por las buenas. Lo que hay que hacer es cambiar las autoinstrucciones negativas por otras más positivas. Como este problema puede solucionarse si los dos ponemos de nuestra parte, sé que si se soluciona vamos a estar mejor todos lo ha hecho sin querer… Una secuencia de autoinstrucciones encadenadas podría ser la siguiente: estoy furioso/a, ¿por qué me siento así? estar enfadado/a no me ayuda nada, no es positivo voy a esforzarme por tranquilizarme. Para eso, voy a respirar despacio, con calma. tengo pensamientos agresivos, pero no me voy a dejar vencer por ellos. Los voy a parar: ¡alto!, ¡basta!, ¡no! muy bien, soy un buen cazador/a de pensamientos agresivos, les voy a dar caña y a eliminarlos. me voy encontrando mejor. ¡voy a romper los pensamientos negativos y a cambiarlos por positivos! estoy más tranquilo/a, creo que el paseo me está sentando muy bien pensándolo bien, el problema no es para tanto. Voy a pensar en una solución lo más positiva para ambas partes. en el fondo estoy orgulloso de mí mismo/a, he sabido rebajar mi malestar ahora estoy en condiciones de dialogar y de tratar de llegar a un acuerdo.
CÓMO REACCIONAMOS ANTE EL ESTRÉS
El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. No puede evitarse, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Sin embargo, al pensar en hechos estresantes, siempre acuden a la mente sucesos negativos como daño, enfermedad, separación, muerte de un ser querido, sin darnos cuenta de que un suceso positivo puede llegar a ser igualmente estresante (por ejemplo cambiar de casa o ascender en el trabajo representan el estrés de un nuevo status y de nuevas responsabilidades, incluso enamorarse puede representar, para algunas personas, el mismo grado de estrés que romper una relación).
Nuestras experiencias estresoras provienen de tres fuentes básicas: nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestros pensamientos.
1º) NUESTRO ENTORNO: continuamente tenemos que estar adaptándonos a todo lo que sucede a nuestro alrededor, las normas de conducta, los horarios rígidos, las relaciones interpersonales
etc.
2º) NUESTRO CUERPO: lo que nos sucede también afecta a nuestro organismo. Pasamos a lo largo de nuestra vida por momentos difíciles como la adolescencia, el envejecimiento, la enfermedad, los accidentes, los trastornos del sueño, entre otros.
Nuestra forma de reaccionar ante los problemas, las demandas y los peligros viene determinada todavía por una actitud innata de lucha o huida heredada de nuestros antepasados más primitivos. Nuestros predecesores, a través de un proceso de selección natural, fueron transmitiendo todas aquellas características físicas que pudieran representar, en un mundo competitivo y hostil, una ventaja sobre sus enemigos. Como resultado de este proceso, poseemos dentro de nuestro entramado bioquímico la tendencia innata a prepararnos para luchar o para huir siempre que nos sentimos amenazados.
Cada vez que se produce una respuesta de este tipo, tienen lugar en nuestro organismo, de modo esquemático, los siguientes cambios: cuando los estímulos que nos llegan son interpretados como amenazantes, los centros de regulación dan al organismo la información que le conducirá a enfrentarse o a escapar de la amenaza. Este proceso se traduce en una serie de cambios físicos observables, por ejemplo, las pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza. Los músculos se tensan para responder al desafío, la sangre es bombeada hacia el cerebro para aumentar la llegada de oxígeno a las células y favorecer así los procesos mentales que están ocurriendo. Las frecuencias cardíaca y respiratoria aumentan, y como la sangre se desvía preferentemente hacia la cabeza y hacia el tronco, las extremidades, sobre todo las manos y los pies, se perciben como fríos y sudorosos.
Si no se libera al organismo de estos cambios ocurridos durante la fase de reconocimiento y consideración de la amenaza, se entra en un estado de estrés crónico
3º) NUESTROS PENSAMIENTOS: el modo de interpretar y catalogar nuestras experiencias y el modo de ver el futuro pueden servir tanto para relajarnos como para estresarnos. Por ej.: si nuestro jefe nos mira con cara seria, podría entenderse como una señal de que algo hemos hecho mal y provocar, por tanto ansiedad, o simplemente podría interpretarse como un signo de cansancio porque ha pasado una mala noche y entonces no ser motivo de temor.
Pensar sobre los problemas produce tensión en el organismo, lo cual crea a su vez, la sensación subjetiva de intranquilidad, que provoca pensamientos todavía más ansiosos.
No se puede escapar de todas las situaciones estresantes que hay en nuestra vida ni evitar completamente nuestra respuesta innata a las amenazas, pero sí podemos aprender a contrarrestar nuestras reacciones habituales al estrés, aprendiendo a relajarnos. Los distintos centros del cerebro que aceleran nuestros procesos bioquímicos cuando estamos en estado de alerta pueden, de igual modo, ser estimulados para que enlentezcan dichos procesos.
La respuesta de relajación es la opuesta a la respuesta del organismo ante una amenaza, y es la que devuelve al organismo a su estado natural de equilibrio. Así, las pupilas, el oído, la presión de la sangre, los latidos del corazón, la respiración y la circulación, vuelven a la normalidad y los músculos se relajan.
La respuesta de relajación tiene un efecto de recuperación y representa una tregua para el organismo a los estímulos externos, evitando utilizar toda nuestra energía vital en reaccionar de forma excesiva ante estos estímulos, lo que nos llevaría a un punto en que nos veríamos desbordados por ellos. La relajación normaliza nuestros procesos físicos, mentales y emocionales.
Los adultos jóvenes desempleados tienen tres veces más riesgo de depresión, en comparación con sus pares empleados, halla un estudio reciente.
El desempleo y la depresión se relacionan de forma significativa entre los adultos jóvenes, dijo la autora líder, Robin McGee, de la Facultad de Salud Pública Rollins de la Universidad de Emory, en Atlanta.
Según los resultados, no sabemos si el desempleo contribuye a la depresión o la depresión al desempleo, dijo McGee. Los adultos jóvenes desempleados son una población que podría beneficiase de intervenciones de salud mental y enfocadas en el empleo. Si esas intervenciones se proveen pronto, quizá podamos enseñar a las personas habilidades que podrían tener un impacto para toda la vida.
Para el estudio, McGee y su colaboradora Nancy Thompson, profesora asociada de la Emory, usaron datos del Sistema de Vigilancia de los Factores de Riesgo Conductuales de 2010, una encuesta nacional que evalúa las conductas sanitarias de riesgo. Observaron en específico a personas de 18 a 25 años de edad, para determinar el grado de depresión entre los adultos jóvenes desempleados.
Hallaron que casi el 12 por ciento de los jóvenes adultos estaban deprimidos, y alrededor del 23 por ciento estaban desempleados. El riesgo de depresión fue tres veces más alto entre los jóvenes adultos desempleados que entre los empleados, según el estudio.
Los autores especulan que el vínculo entre el desempleo y la depresión podría ser resultado de factores del desarrollo, como la incertidumbre que sienten los adultos jóvenes al pasar a la adultez, y los cambios en sus relaciones sociales y en su red de respaldo.
Además, la depresión entre los adultos jóvenes desempleados podría relacionarse con el estrés debido a los retrasos en alcanzar las metas vitales. Algunos adultos jóvenes podrían experimentar un estrés similar a los adultos mayores, como el estigma relacionado con el desempleo.
Desde el Gabinet Psicològic Mataró te proponemos un ejercicio para mejorar tu autoestima. Si tienes problemas de autoestima, ponte en contacto con nosotros. Somos psicólogos especialistas en mejorar la autoestima en pocas sesiones.
La autoestima es una experiencia íntima, es lo que yo pienso y siento sobre mí mismo.Nuestra capacidad para desarrollar la autoestima es innata, ya que estamos dotados de pensamiento y tenemos derecho a esforzarnos por conseguir el bienestar propio.
¿Qué grado de autoestima crees que posees? ( Valora de 1 a 10) ¿Qué grado de autoestima crees que puedes conseguir? ( Valora de 1 a 10) Cada uno de nosotros buscamos la autoestima constantemente. Unas veces de forma adecuada, otras no. ¿Dónde buscas tú tu autoestima?o ( Haz 5 anotaciones breves) Imagínate ahora contemplando una foto tuya de la que te sientes satisfecho, reconoce con satisfacción los aspectos positivos. Escribe un slogan publicitario sobre ti mismo. Describe aquellos aspectos de tu persona que te desagradan. Revélaselos a una persona próxima. Dialogad sobre ellos y fijate si: Son percepciones propias, o es algo que los demás opinan de ti. Son determinantes o sólo son defectos comunes Si los conoces, qué puedes hacer para modificarlos Si no se pueden modificar, ¿qué actitud tomarás ya que debes convivir con ellos? Todos, en ocasiones, cometemos errores. Cuando cometas un error y te sientas mal, prémiate haciendo algo que te guste. No se trata de reforzar una conducta inapropiada, sino de reforzar tu sentido de dignidad personal a pesar de lo inapropiado de tu conducta. Házlo sobre todo si después del error te sientes inclinado a autorreprocharte. Describe alguna situación en la que no te perdonaste un error, explica cómo te sentiste Describe una situación en la que fuiste comprensivo contigo mismo después de haber cometido un error. Mírate en tu interior e identifica qué características de las aquí expuestas no posees. Anota los cambios que estás dispuesto/a a realizar para mejorar tu autoestima:
A) Te aprecias y te respetas como persona.B) Te aceptas a pesar de tus limitaciones. Tienes deseos de mejorar y te esfuerzas pero sin angustiarteC) Te quieres y aceptas tus pensamientos y sentimientos. Te miras con humor y con amorD) Te cuidas y atiendes tus necesidades reales, sean de carácter físico, psíquico, intelectual…E) Te conoces y vives dándote cuenta de tu mundo interiorF) Te relacionas con los demás y respetas a quienes te rodean.
Si ya has localizado aquellos aspectos personales que desearías adquirir o mejorar, y has anotado los cambios que estás dispuesto/a a realizar en términos generales, ahora debes concretar. Anota paso a paso la conducta a seguir y tus objetivos (recuerda que deben ser funcionales y concretos).
PAUTAS PARA HACER FRENTE AL PROBLEMA DEL JUEGO
Para resolver y superar un problema con los juegos de azar, hay que tener voluntad firme de cambiar el comportamiento. Esta sección os ofrece algunas claves y recomendaciones para mantener el problema a raya.
Consejos para mantener los juegos de azar bajo control
Adquirir ciertos hábitos saludables, adoptar determinadas actitudes o haceros algunas normas en relación con el juego os puede ayudar a mantener bajo control el comportamiento con los juegos de azar. Algunos de los consejos siguientes pueden seros útiles.
Sed sincero con vuestra familia y amigos sobre cuánto jugáis.
Poned un límite en la cantidad que queréis gastar en los juegos de azar, y mantenedlo.
Limitad cuánto de tiempo queréis pasar apostando en los juegos de azar.
Limitad la cantidad de dinero en efectivo que os lleváis cuando vais a apostar en juegos de azar.
Dejad las tarjetas de crédito, talonarios (y otros) a casa.
Recordad que los juegos de azar son un gasto en entretenimiento: el entretenimiento cuesta dinero y, por lo tanto, también los juegos de azar.
Recordad que las ganancias son vuestras: os los podéis poner al bolsillo y llevároslos en casa.
Antes de empezar a jugar, hablad con alguien durante media hora.
Mantened un registro de todo el dinero ganado y perdidos.
No jugéis nunca hasta que no hayáis pagado las facturas.
Nunca pedir dinero para jugar a juegos de azar.
No jugéis a juegos de azar si estáis enfadado, preocupado o deprimido.
Cuando sea que sentís el impulso de jugar a juegos de azar y a la vez realmente no lo queréis hacer, buscáis alguien en quien confiáis y con quién podáis hablar, y habláis del que sea, no necesariamente sobre juegos de azar.
Ponéis algunos objetivos para el dinero que utilizabais en el juego.
Recompensaos por todos los pasos que hacéis en la dirección deseada.
No intentéis cambiarlo todo en un periodo corto de tiempo. Es mucho mejor hacer pequeños pasos en la dirección correcta, que no pretender cambios inmediatos y radicales. Reflexionáis con sinceridad sobre vuestro comportamiento con los juegos de azar.
Control del dinero
Las consecuencias que el juego patológico tiene en la economía personal y familiar del jugador pueden ser graves. Por eso es importante tomar medidas para recuperar el control de las finanzas. A continuación se exponen algunas sugerencias para las personas que juegan y sus familias.
Para jugadores: controlad la deuda
Responsabilizaos de vuestra situación económica. Haced una propuesta a los acreedores y comprometeos a pagar la deuda pendiente, estableciendo un plan. Esto ayudará vuestras finanzas y también a reconstruir la autoestima.
No probéis de jugar para resolver vuestros problemas económicos.
Procuraos más trabajo, si es necesario, para ocupar el tiempo libre: os ayudará a evitar una nueva ocasión de juego. Puede ser llevar, pero a largo plazo será bueno para vuestra situación económica y os hará sentir mejor.
Designad alguien de confianza para hacerse cargo, al menos temporalmente, de vuestras tarjetas de débito y crédito, y de los talonarios; o destruidlos.
Proteged vuestros activos transfiriendo la titularidad a nombre de vuestro cónyuge o compañero. Haced que hagan falta dos firmas para sacar dinero, en lugar de sólo la vuestra. Un asesor financiero os puede ayudar en el proceso.
Evitad cobrar y pagar en efectivo: domiciliáis la nómina y las facturas a vuestra cuenta corriente.
Limitad la cantidad de efectivo disponible, en general.
Buscad ayuda profesional con especialistas en juego patológico y especialistas en gestión de finanzas.
Para familiares: proteged el dinero
Estéis al cabo de la calle de todo el dinero que se gastan y se deben de.
Proteged los activos. Consideráis cambiar cuentas bancarias, hipotecas y otros activos de forma que el jugador no pueda acceder. Un asesor financiero os puede ayudar en el proceso.
Negociáis el control de la gestión de las finanzas familiares. Intentáis asumir la responsabilidad sobre las tarjetas de crédito y débito del jugador. Dadlos dinero sólo para las necesidades diarias hasta que la situación mejore.
No rescatéis el jugador ofreciéndole dinero para pagar las deudas. Esto sólo alargaría el problema.
Buscad ayuda profesional, tanto para los consejos financieros como para el apoyo emocional.
Cambiar el comportamiento
Cambiar el comportamiento nunca es fácil, pero se puede hacer. Una de las claves es hacerlo a paso, sin pretender cambiarlo todo de golpe.
Señales de recaída
Es importante que podáis identificar una recaída cuando está pasando. Sólo si os dáis cuenta podéis elegir una opción diferente y sana.
Elecciones no saludables
Hacer una apuesta.
Hacer otra apuesta.
Perseguir las pérdidas.
Conseguir más dinero en efectivo (pedir, robar
).
Elecciones sanas
Afrontar las emociones propias (trucáis a un amigo, hablad).
Encontrar alguna otra cosa para hacer.
Parar las pérdidas: volvéis a casa y explicadlo a alguien.
Hacer algo: buscar ayuda.
Cuanto antes elijáis una opción saludable, más éxito tendréis a la hora de dejar el hábito de los juegos de azar.