Los problemas emocionales han recibido diferentes denominaciones y clasificaciones a lo largo de los años. Son muchas y diversas las propuestas realizadas para procurar cubrir toda la gama de alteraciones en este sentido. Así, aunque todos podemos hacernos una idea de lo que es y lo que implica la depresión (estado acentuado de tristeza, desmotivación, apatía…), es posible que nos sea menos común el concepto aquí propuesto, la depresión doble.
En primer lugar, el Trastorno Depresivo Mayor (TDM) se define como un estado de ánimo deprimido (en niños puede ser irritable) en el que predominan la disminución del interés o el placer, la pérdida o aumento significativo de peso, el insomnio o hipersomnia, la fatiga o pérdida de energía, los sentimientos de culpa o inutilidad, los problemas de concentración y las ideas de muerte o de suicidio. Estas características (un mínimo de 5 síntomas de los citados) deben estar presentes durante un mínimo de dos semanas, causar un malestar o deterioro significativos, y no estar producidos por los efectos de una sustancia o afección médica concreta.
Por otro lado, la Distimia o Trastorno Depresivo Persistente, es aquel cuadro en el que aparece un estado de ánimo depresivo durante un mínimo de 2 años, con síntomas como poco apetito o sobrealimentación, insomnio o hipersomnia, poca energía o fatiga, baja autoestima, problemas de concentración, y sentimientos de desesperanza. Algunos consideran esta problemática como una presentación algo más leve y persistente que el TDM, pero se ha evidenciado que puede llegar a resultar incluso más incapacitante que éste.
La Depresión Doble sería pues la combinación entre las dos patologías citadas, es decir, la presentación conjunta durante 2 años de un trastorno depresivo mayor y un trastorno distímico, y donde la persona no ha estado más de 2 meses sin presentar síntomas. Esta patología se asocia a un mayor grado de incapacitación y de ingresos hospitalarios, reflejando además, mayor resistencia a los tratamientos tanto psicológicos como farmacológicos. Además, todos ellos reflejan una prevalencia superior en el sexo femenino y en la mediana edad (25-35 años).
La Terapia Cognitivo-Conductual, la Terapia Sistémica o el EMDR se han mostrado altamente eficaces para este y muchas otras patologías, de las cuales cada vez existe un mayor conocimiento, reflejando incluso en algunos casos, una eficacia superior al tratamiento farmacológico. Si quieres recibir más información o te interesa cualquier otra cuestión, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos, en Mataró, te proporcionaremos toda la información y ayuda que necesites.