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Listado de la categoría: Noticias

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Noticias

Los prejuicios: características y repercusión

Podemos definir prejuicio como una opinión, valoración o crítica acerca de algo o alguien de manera anticipada. Es decir, se trata de una evaluación preconcebida, generalmente negativa, acerca de una persona o aspecto en concreto sin tener, a priori, datos suficientes que corroboren esa información. Allport (1965), en su libro The Nature of Prejudice, lo define como la etiquetación que hacemos de manera negativa, sobre la base de una forma de pensar que adoptamos desde pequeños. Esta manera de pensar aparece como resultado de la necesidad que tiene el ser humano de tomar decisiones firmes y concretas de forma rápida, recogiendo información generalizada de la que se tiene hasta el momento para emitir juicios, y sin contrastar su veracidad.
Las personas emitimos juicios y valoraciones constantes acerca de todo lo que nos rodea. Actuamos como científicos procurando proporcionar explicaciones aparentemente plausibles acerca de lo desconocido. En muchas ocasiones, la poca tolerancia a la incertidumbre es la variable que actuará como principal motivador. Junto a esto, nuestro sistema de creencias y el abanico de experiencias que hayamos tenido ante situaciones o estímulos similares durante nuestro recorrido vital precipitarán que se emita una valoración u otra acerca de lo que tenemos delante. Además, existen problemáticas psicológicas específicas que se ven acompañadas especialmente de estos sesgos de interpretación, tales como dificultades relacionadas con la autoestima o los trastornos del estado de ánimo como la depresión, donde los sesgos cognitivos pueden aparecer de forma más frecuente. Uno de los aspectos clave a tener en cuenta, es que los prejuicios, fruto principalmente del aprendizaje, acostumbran a ser automáticos e inconscientes, condicionando constantemente nuestra forma de actuar ante diferentes situaciones. Además de estas cabe tener en cuenta otras características importantes:
–    Subjetivos: La información en la que se basan tiende a ser, además de escasa, muy poco objetiva y fiable. Aunque tendemos a aceptar esta valoración y a darla casi por segura, ésta se basa en muy pocos datos los cuales ni siquiera han sido contrastados. Debemos considerar que podemos estar equivocados y flexibilizar nuestra forma de interpretar las variables del entorno.

–    Generalizados: Tras haber experimentado, presenciado y/o conocido situaciones, personas o estímulos similares, acostumbramos a realizar comparaciones entre estos, buscando similitudes que nos ayuden a lidiar con la falta de información y la incertidumbre. A partir de aquí, ante eventos nuevos, pero con cierta similitud, nos basamos en la información recogida previamente para encararlas. Ejemplos de generalización serían: He conocido a varias personas de barrios pobres, y casi todos han robado alguna vez; por lo tanto, los pobres son unos ladrones. O me ha mordido un perro, por lo tanto, todos los perros son agresivos y muerden.

–    Connotación negativa: Una de las principales limitaciones de los prejuicios es que acostumbran a estar cargados de negatividad. Así, las valoraciones previas parecen buscar más aquello que nos puede perjudicar, y no tanto los aspectos que pueden favorecer la proximidad y la consideración positiva. Es cierto que parecemos estar programados para evitar el peligro o el daño, y así afrontar mejor posibles situaciones conflictivas; pero debemos ser conscientes de que en muchas ocasiones, nuestra evaluación crítica y negativa está considerablemente distorsionada.

–    Firmes y rígidos: Los acostumbramos a poseer y considerar como verdades absolutas acerca del otro o de lo que nos rodea. Se tratan de afirmaciones profundas difícilmente cambiables a no ser que nos acostumbremos a cuestionar nuestras valoraciones y creencias acerca del mundo y de los demás. El hecho de ser tan inflexibles (considerarlos como inamovibles e irrefutables) promueve que las otras características se vean fortalecidas y se perpetúen. Dicho de otra manera, el tener la creencia de que “esto es así invariablemente” permite que la subjetividad, la generalización, y el carácter negativo ante estímulos parecidos, aparezcan con más facilidad.

Existen otros aspectos importantes a tener en cuenta en relación a estas opiniones preconcebidas. Aun así, debemos tener en cuenta la clara repercusión que poseen en nuestras vidas sociales, familiares, laborales y/o académicas. Aunque es inevitable poseer una tendencia automática a la evaluación de lo que nos envuelve, sí que está en nuestra mano cuestionarlo y considerar alternativas plausibles y objetivas que favorezcan una actitud exploratoria hacia nuestro entorno. El hecho de abrir y flexibilizar la mente, siendo conscientes en parte de nuestro sistema de creencias, puede acercarnos al otro, permitiendo aceptar ciertas características, y refutar o invalidar otras que a priori dábamos por absolutamente ciertas y verdaderas.
Si estás interesado en ampliar la información acerca de este u otros temas, en Mataró, nuestro equipo de psicólogos te proporcionará la ayuda que necesites. Contacta con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/prejudici-5442.jpg 933 1400 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Los prejuicios: características y repercusión
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La importancia del seguimiento y la prevención de recaídas

En todo tipo de intervención, sea psicológica, médica (entre estas la psiquiátrica) o de cualquier otra modalidad, existen diferentes fases cuya variabilidad en cuanto a importancia se refiere, es mínima. Junto a esto, cualquier problemática o enfermedad posee igualmente su curso particular, requiriendo por lo tanto, un tratamiento específico, con la aplicación de estrategias concretas, y con aproximadamente un numero de sesiones determinado. Además pero, para facilitar el mantenimiento de los resultados a largo plazo es imprescindible dedicar una cierta cantidad al trabajo de la prevención de recaídas, junto al seguimiento de la evolución de la persona tras la finalización del tratamiento.

Así pues, la prevención de recaídas se centra en identificar, analizar y discutir con la persona, las posibles dificultades y contratiempos que podrían entorpecer la evolución adecuada de su problemática. En este sentido, se busca fortalecer al paciente con estrategias específicas para afrontar posibles situaciones difíciles. Para ello, independiente del motivo de consulta presentado (sea este un problema adaptativo, dificultades para gestionar la ansiedad, problemas de autoestima, problema de adicción, etc.) una parte importante consiste en concienciarnos y aceptar la posibilidad de encontrarnos con complicaciones. Aunque es relevante la consideración del profesional, el hecho de sufrir una pequeña recaída no significa que regresemos al punto de partida. Superar estos baches forma parte de la mejora y ayuda a fortalecer los mecanismos de afrontamiento aprendidos. Por esta razón, se considera en sí un aprendizaje. Por otro lado, deberemos estudiar aquellos aspectos que han permitido o facilitado que la persona mejorara, procurando desglosar y especificar todos sus componentes, y asegurándonos de que el paciente haya comprendido y aplicado correctamente los métodos propuestos. Entre estos se encuentran los recursos de la propia persona y de su entorno: la colaboración y comprensión de los allegados, la predisposición personal o la resiliencia son aspectos cruciales a tener en cuenta. Sin embargo, no debemos olvidar detectar y trabajar las limitaciones de todos los ámbitos.

Es cierto que las características de la persona y de las dificultades presentadas suponen aspectos cruciales a tener presentes de cara a la planificación de objetivos específicos a conseguir, sean estos durante o al final del tratamiento. A pesar de ello, resulta especialmente útil aprender a no minimizar los logros conseguidos y adoptar una mirada realista cuando el estado de ánimo o la situación empeore. Se recomienda también el uso de autorregistros tanto durante, como al final del tratamiento ayudan a la persona a observar y valorar su progreso, permitiendo además facilitar al profesional el análisis de los momentos y circunstancias de los empeoramientos en caso de existir estos. En esta misma línea, cada cierto tiempo es útil administrar aquellos cuestionarios o pruebas utilizadas al inicio de la intervención, de tal manera que obtengamos una medida estandarizada del progreso del paciente en diferentes momentos.

Cabe remarcar, que siempre que sea posible debe facilitarse un teléfono de contacto a la persona para resolver posibles contratiempos. Esto a su vez permite realizar el seguimiento sin necesidad de acudir presencialmente, aunque en ocasiones puede resultar beneficioso realizar las sesiones cara a cara.  Adoptemos una forma u otro, el objetivo siempre es asegurarnos de mantener el bienestar del individuo.

De esta forma, el seguimiento a corto, medio y largo plazo junto al trabajo centrado en la prevención de recaídas supone un componente crucial de cualquier tratamiento, ya que permite no solamente observar la evolución de la persona, sino dotar a esta de recursos y estrategias específicas para encarar situaciones futuras que puedan entrometerse entre ella y su bienestar psicológico.

Si quieres profundizar acerca de este u otros temas que consideres importantes, nuestros profesionales situados en Mataró procurarán resolver todas tus inquietudes. Ponte en contacto con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/prevencion-0433.jpg 422 583 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La importancia del seguimiento y la prevención de recaídas
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La negociación familiar

A menudo hemos oído hablar de la importancia de la negociación familiar, pero a la vez, nos vienen dudas que hacen plantearnos preguntas como; ¿qué es exactamente? ¿Cuándo la tenemos que utilizar? ¿De qué manera? ¿Nos aportará beneficios?

En este breve artículo queremos aclararle todas estas preguntas frecuentes que pueden haber surgido alguna vez.

La negociación familiar trata de restablecer la comunicación entre los diferentes miembros que forman la familia en cuestión. Deberíamos utilizarla siempre, cualquier situación puede generar diferencias entre miembros que, hablando, se podrán solucionar.
Los beneficios principales que nos aportará será fomentar actitudes de colaboración entre los y las miembros (no de competición entre diferentes opiniones), y ser capaces entre todos y todas de encontrar nuevas maneras de solucionar un mismo conflicto. Es importante que negociamos intereses en el ámbito familiar y no posiciones personales concretas de un / a miembro. Debemos tener en cuenta que en la negociación se trata de situar a todos y todas en el mismo bando y crear nuevas formas de consenso tomando propias decisiones. Se trata de conseguir de crear un espacio neutral, tranquilo y confidencial donde poder lleva a cabo esta actividad.
La metodología que hemos de emplear consta de cuatro pasos a seguir:

1. Exposición del problema. Que servirá para obtener toda información de la situación problema e interpretarla haciendo participar a la totalidad de miembros implicados / as.
2. Búsqueda de acuerdos para llegar a un consenso que nos llevará a la solución del problema.
3. Elección de la solución que nos parezca más efectiva y eficaz consensuada entre todos y todas las miembros.
4. Poner la solución elegida en práctica. Es necesario que también tengamos presente que condiciones básicas deben darse para una buena conciliación: que todas las partes estén «en frío» y puedan hablar y escolar con calma, saber pedir perdón y hacerlo si es conveniente, evitar malos modos a la hora de dirigirse a los demás miembros y está dispuestos / as a ceder, sino no estamos negociando.
Nuestro equipo de profesionales situado en Mataró, te ayudará y facilitará información en caso de querer profundizar sobre esta temática. No dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/familia-2936.jpg 294 441 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La negociación familiar
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La Teoría de la Mente

La Teoría de la Mente o Cognición Social se entiende como la capacidad o habilidad para comprender, atribuir y predecir conductas, pensamientos, emociones e intenciones en los demás. El concepto, actualmente crucial para explicar ciertos problemas psicológicos, tiene su origen a finales de los años ochenta, obra de Premack y Woodruf quienes introdujeron el término a partir de diversos estudios experimentales donde intentaban demostrar que los chimpancés podían poseer cierta comprensión de la mente humana.

Cuando hablamos de este particular mecanismo, debemos tener en cuenta que se trata de un conjunto complejo de habilidades metacognitivas. La metacognición alude a la capacidad para comprender y reflexionar sobre los propios procesos mentales, es decir, tener la habilidad de “pensar que pensamos”. Así, a partir de la psicología y especialmente de las aportaciones de la neuropsicología, se han encontrado áreas cerebrales y mecanismos específicos que pueden ayudar a detectar déficits más o menos graves relacionados con la Cognición Social. Entre ellos se encuentran los siguientes:

–    El reconocimiento facial de emociones: la detección de tristeza, rabia y especialmente del miedo, a través de gestos faciales específicos supone una habilidad muy característica de las personas que tienen desarrollada de manera adecuada esta habilidad. La amígdala es la principal responsable de este complejo proceso.
–    Detección de creencias falsas: La comprensión de creencias falsas es otro aspecto importante. Para evaluarlo existe el ejercicio de “Sally y Ana”, donde la persona, o en este caso el niño ve a Sally (una muñeca) escondiendo una canica en su cesta y se va; seguidamente Ana cambia la canica a su propia cesta. Posteriormente se le pregunta dónde buscará Sally la canica. Se ha encontrado evidencia a favor de que las personas afectadas de autismo poseen un claro déficit en este mecanismo. En el caso del Síndrome de Asperger la repercusión es menor.
–    La ironía y la mentira: la interpretación no literal o la capacidad de detectar el discurso metafórico es clave para relacionarnos a nivel social. El desarrollo de estos dos componentes es un importante indicador del funcionamiento de esta teoría.
–    La empatía: El saber comprender los estados emocionales de los demás y transmitirlo de manera adecuada mediante escucha y atención supone un elevado nivel de cognición social.

Además de estos existen otros subprocesos que nos pueden ayudar a identificar las alteraciones que impiden una buena ejecución de este recurso. Junto al autismo, otra de las patologías en las que se ha encontrado una clara deficiencia de esta habilidad, es la esquizofrenia. Además de la afectación de la amígdala, las funciones ejecutivas y especialmente el área frontal del cerebro se encuentran especialmente deterioradas en esta enfermedad. Justamente estas áreas facilitan mucho el desarrollo de nuestras habilidades de comprensión y juicio social.  

Nuestro cerebro parece encaminado a combatir la incertidumbre que generan ciertas situaciones del entorno. La Teoría de la Mente supone una habilidad clave para paliar con este factor. Su afectación puede aparecer en edades muy diversas y por causas igualmente variables. Si quieres ampliar la información sobre este u otro aspecto, ponte en contacto con nosotros. Nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró resolverá las dudas e intereses que tengas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/ment-4057.jpg 409 540 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La Teoría de la Mente
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Qué son y cómo podemos detectar alumnado con altas capacidades?

El alumnado con altas capacidades obtienen respuestas notablemente por encima de la media de otros individuos de la misma edad, experiencia o entorno. No solo es en el área cognitiva donde obtienen resultados muy satisfactorios sino que pueden destacar en otros ámbitos como en el artístico/creativo, deportivo…
Las altas capacidades se pueden encontrar en niños y adolescentes de todos los grupos culturales, en todos los niveles sociales y en todos los ámbitos de la actividad humana.
Dentro de la familia de las altas capacidades, a nivel psicológico, podemos hacer tres tipos de diagnósticos diferentes:

– La precocidad intelectual: nos referiremos a aquellos alumnos que, por una cuestión evolutiva únicamente, aprenden más rápido que los otros alumnos de la misma edad. Por tanto, no estaría indicando niveles superiores de inteligencia. Con el tiempo, a medida que el niño va madurando, estos niveles se equilibran y / o estabilizan obteniendo resultados dentro de la normalidad.

– La superdotación: sólo a partir de los 12 años podríamos hablar de un posible caso de superdotación. En edades más tempranas, nos podríamos confundir con un caso de precocidad. El alumnado con sobredotación presenta niveles por encima del promedio de alumnos de su edad en todas las áreas. Por tanto, no sólo nos fijaremos en el nivel de inteligencia sino también en otras áreas como la creatividad, la gestión de emociones o la resolución de problemas.

– El talento: el alumnado que presenta un talento hace referencia a niños que tienen una aptitud muy notoria en algunas áreas concretas. Hablaríamos de talento simple cuando sólo presenta aptitud en un área específica y, con respecto a las otras áreas, obtienen resultados dentro de la normalidad. Y en cambio, hablaríamos de talento complejo cuando fueran dos o más áreas específicas las que presentaran valores por encima de la media. Debemos tener en cuenta que se puede tener un talento tanto a nivel artístico, como espacial, como social ..

Este alumnado, junto con su familia, debe recibir unas orientaciones específicas en el aula y también a nivel psicológico. Es por este motivo que es tan necesario acudir a un / a profesional especializado / a (psicólogo / a) si se detecta cualquier síntoma que pueda relacionarse con las altas capacidades para poder hacer un diagnóstico preciso. Asimismo, también es esencial que hacer las coordinaciones pertinentes con el centro educativo al que asista el alumno con el fin de ajustar al máximo una adaptación curricular que incluya las adaptaciones flexibles necesarias para optimizar al máximo el rendimiento de estos alumnos aceptando su ritmo de aprendizaje, teniendo en cuenta sus intereses, velando por su motivación e inclusión en el aula en todo momento. Nuestro equipo de profesionales situado en Mataró, te ayudará y facilitará información en caso de querer profundizar sobre esta temática. No dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/alt._cap-0927.jpg 420 630 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Qué son y cómo podemos detectar alumnado con altas capacidades?
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Cómo encarar la vuelta a la rutina

Tras un periodo más o menos prolongado de relajación, tranquilidad y en definitiva, de desconexión, el regreso a los hábitos rutinarios puede resultar complicado e incluso provocar ciertas alteraciones físicas y emocionales. En este sentido, aunque existe mucha variabilidad en función de la persona, existen algunos síntomas o problemas que pueden aparecer fácilmente en esta época del año. Por ello, es importante tomar conciencia de nuestro estado y de los factores que alteran nuestro equilibrio vital para poder combatirlos de una forma más eficiente.

La irritabilidad, la fatiga, la apatía, el estrés, la ansiedad o los problemas de sueño son algunos de los ejemplos que pueden configurar lo que algunos conocen como “síndrome post-vacacional”. Estos pueden estar asociados a diferentes áreas; aunque tienden a estar vinculadas al área laboral, también pueden aparecer asociadas al área familiar, social o académica. Es importante tener en cuenta que el hecho de sufrir un cierto malestar o desajuste en este periodo de transición es totalmente normal, e incluso en parte algo útil y necesario. En este sentido, si no genera una alteración significativa puede servir para adquirir una mayor conciencia sobre la necesidad de cambiar de rutina y focalizarnos en otro tipo de actividades, aunque a priori estas se presenten como más desagradables para algunos. Por otro lado, en algunos casos pueden existir dificultades importantes que impidan que se establezca una introducción adecuada y saludable al nuevo ritmo de vida, pudiendo aparecer problemas psicológicos específicos como trastornos del estado de ánimo o dificultades relacionadas con la autoestima.

A partir de lo comentado, a continuación te facilitamos algunas estrategias para ayudarte a encarar la vuelta a la rutina:

–    Periodo de adaptación: Tal y como hemos comentado, es importante concienciarnos de la necesidad de respetar un periodo de reintroducción a los hábitos “olvidados”. Así, aunque sea algo poco habitual y difícil de llevar a cabo, se aconseja planificar la vuelta unos días antes de esta para reducir el impacto repentino de la incorporación e ir preparándonos para el cambio.

–    Regular el sueño: Es importante descansar y respetar nuestras horas de sueño. Inicialmente puede ser complicado volver a acostarse y levantarse pronto, por lo que debemos ser pacientes, y tener presente que es importante conservar nuestro ritmo de sueño para que sea totalmente reparador y nos proporcione la energía necesaria para empezar el día.

–    Evitar el pensamiento dicotómico: Es habitual caer en la tentación de idealizar el periodo vacacional y denigrar el trabajo o las actividades más rutinarias. Todo posee un punto intermedio y es importante adoptar una mirada objetiva y realista, procurando cuestionar y positivizar los aspectos negativos que anticipemos.
–    Reforzamiento positivo: Relacionado con el punto anterior, debemos buscar y analizar las cosas positivas tanto de nosotros mismos como del entorno. Esto favorecerá que experimentamos un mejor estado de ánimo, y, por lo tanto, permitirá que tengamos un buen rendimiento.

–    De menos a más: Es recomendable que el nivel de actividad y de autoexigencia aumente de manera progresiva. En algunos casos puede ser complicado debido a las exigencias del entorno, pero aun así hay que tener presente la importancia de ir poco a poco y marcarnos objetivos paulatinamente más complejos.

Además de estas, existen otras recomendaciones que pueden resultar útiles para ayudarte a reincorporarte a tus hábitos rutinarios. Aunque en ocasiones es difícil de superar y sobrellevar, existen medidas encaradas a conseguir que sea más llevadero y a favorecer un mayor grado de motivación en esta importante época del año.

Si quieres recibir más información al respecto, no dudes en contactar con nosotros. Te proporcionaremos una atención personal y profesional.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/despertador-2902.jpg 565 849 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Cómo encarar la vuelta a la rutina
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Sexualidad y pareja

La sexualidad es una parte esencial de nuestras vidas, y especialmente de las relaciones de pareja. En sí, el término hace referencia tanto a aquellas variables fisiológicas, anatómicas y psicológicas que caracterizan a cada sexo, como al apetito o deseo sexual y a los factores conductuales y emocionales asociados a este. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad incluye tanto las relaciones sexuales como la intimidad, el placer o el erotismo. De esta forma, debemos comprender que la conducta propiamente sexual puede suponer una expresión directa del grado de comunicación, pasión, confianza, deseo, amor…entre otros.

En este sentido, a pesar de que habitualmente ponemos el foco de atención en la persona que manifiesta un problema o síntoma específico, la afectación va mucho más allá del terreno individual, repercutiendo claramente a nivel interpersonal, y más concretamente, en nuestras relaciones de pareja.  Así, es sumamente importante atender a todas las variables, sean estas biológicas, sociales o psicológicas para determinar cuáles de ellas están repercutiendo de manera más significativa, teniendo claro que existirá, casi siempre, una repercusión a nivel conyugal.

Junto a esto, aunque existe un cierto estigma hacia algunos temas relacionados con este ámbito, debemos concienciarnos de la importancia de hacer frente y compartir las dificultades inmiscuidas en nuestras vidas sexuales. Ciertamente, aunque en ocasiones haya conciencia de problemática por parte de ambos miembros de la pareja, la incomodidad y la timidez pueden ser obstáculos a la hora de exteriorizar el malestar, lo cual puede actuar como factor de mantenimiento de la situación. En este sentido es importante establecer un hábito de comunicación (sexual) saludable y adecuada, el cual vaya acompañado de un análisis personal acerca de aquello que consideremos que pueda estar repercutiendo en el problema.

El tipo de educación sexual recibida, las necesidades personales, el estrés sufrido por ambos o por algún miembro de la pareja, la presencia de otras problemáticas como trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias, o el uso de medicamentos, son algunas de las variables que pueden repercutir en la situación, generando en ocasiones disfunciones sexuales específicas. Ante esto, será crucial indagar acerca de la interrelación entre todos los aspectos para averiguar si el tratamiento de alguno de ellos puede incidir de manera positiva en las dificultades relacionadas con el ámbito sexual.  Así, en muchas ocasiones la mejoría pasará por realizar un tratamiento psicológico específico encarado a mejorar ciertas actitudes, conductas, creencias y emociones relacionadas con el sexo. En otras, junto al seguimiento terapéutico puede ser recomendable colaborar con un profesional de psiquiatría para potenciar la mejora de la persona.

Lo más importante pero, y aunque cada uno de nosotros elegimos vivir nuestra sexualidad de una manera determinada, es adoptar un punto de vista global y asumir que la mejora de síntomas o dificultades específicas pasa, casi siempre, por escuchar y colaborar con la pareja, la cual además de estar sufriendo y viviendo la situación en primera persona, puede suponer una piedra angular para potenciar la mejora de la persona que exterioriza el problema con una dificultad específica.

En conclusión, la sexualidad supone un concepto amplio, complejo y dinámico, vivido, entendido y experimentado de maneras muy diversas y en el cual encontramos interrelacionados un conjunto diverso de componentes entre los cuales se encuentra el intercambio afectivo y la comunicación. Únicamente adoptando una mirada global seremos capaces de comprender cierta parte de este extenso terreno, y será más probable que consigamos brindar una ayuda óptima a las personas que sufren dificultades determinadas relacionadas con este ámbito.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/pareja-1845.jpg 417 626 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Sexualidad y pareja
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Señales de alerta en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del desarrollo; es decir, una alteración o retraso en el desarrollo de funciones vinculadas a la maduración del sistema nervioso central que se inicia en la infancia y sigue un curso evolutivo estable.
Hasta hace relativamente poco tiempo, es el Trastorno del Espectro Autista tomaba diferentes nombres en función de su sintomatología:
•    Autismo, con tres áreas principales afectadas: la comunicación y el lenguaje, el área social y el área conductual.
•    Síndrome de Asperger: un tipo de TEA con menor afectación en el área del lenguaje y que no suele cursar con retraso mental.
•    Trastorno Generalizado del Desarrollo.

Sin embargo, en la última edición del DSM (DSM-5), el sistema clasificatorio de referencia para los trastornos mentales, se considera un trastono del neurodesarrollo en el que se ven afectados dos dominios principalmente: alteración en la comunicación  social y patrones repetitivos de conducta y intereses restringido; ) y se clasifican en función de su gravedad:

¿Qué señales pueden estar indicándonos que nuestro hijo/a puede presentar un Trastorno del Espectro Autista ?
Desde la Psicologia Infantojuvenil y la Psiquiatría el Trastorno del Espectro Autista se considera un trastorno espectral; es decir, que a pesar de manifestarse de forma diferente de una persona a otra, posee unas características comunes y una afectación en determinadas áreas del funcionamiento diario del niño. Sin embargo, sí que existen ciertas señales de alarma que nos pueden alertar de que el desarrollo de nuestro hijo no sigue los estándares esperados a su edad y que, por lo tanto, debemos buscar ayuda profesional para, así, iniciar una intervención lo más temprana posible.
En el área social o interpersonal, consideraremos como señales de alerta que:
•    no contacte visualmente o lo haga muy esporádicamente
•    prefiera jugar solo
•    no responda sonriendo a nuestra sonrisa (o a otras expresiones faciales) y/o sonidos a los 9 meses
•    no preste atención a las personas pareciendo que está en otro mundo
•    no señale objetos a los 14 meses
•    no muestre interés por otros niños
•    no muestre anticipación cuando va a ser cogido

En cuanto a la comunicación, consideramos señales de alterta que:
•    se inicie en el balbuceo o en algunas palabras pero deje de hacerlo
•    no balbucee a los 12 meses
•    no diga sus primeras palabras entre los 12 y los 24 meses.
•    no componga frases de dos palabras (éstas no deben ser imitaciones) a los 24 meses
•    a veces parezca que nos escucha pero otras veces no
•    no señale ni diga adios con la mano a los 12 meses
•    no siga indicaciones
•    no responda a su nombre  a los 12 meses
•    no sepa explicar lo que desea (no señala para pedir algo)
•    tengan un repertorio limitado o muy bajo de expresiones faciales que demuestren emoción
•    no mire hacia donde los otros señalan después de los 12 meses
•    no señale con el dedo para compartir un interés entre los 18 y los 24 meses

Por lo que se refiere al ámbito conductual, deberemos prestar atención a conductas como las que se detallan a continuación:
•    que se quede realizando la misma conducta una y otra vez
•    que no suelte un objeto aunque lleve mucho tiempo con él
•    que no demuestre entusiasmo ante objetos o lugares nuevos ni los explore
•    que jueguen con juguetes de forma extraña: por ejemplo, poner de forma sistemática los juguetes en fila
•    que no muestren sus juguetes al otro
•    que no demuestre interés en juegos interactivos simples
•    que no demuestre temor ante los extraños sobre los 9 meses
•    que no imite después de los 12 meses
•    que no realice juego simbólico (simular o “hacer como”) entre los 18 y 24 meses
•    que su juego es repetitivo y poco funcional
•    que camine de puntillas
•    que demuestre patrones de movimiento extraños, por ejemplo “aleteo” (mover las manos como si fuesen alas) cuando se siente excitado o contento
•    que demuestre alta sensibilidad ante los ruidos
•    que se interese sólo por ciertos temas, juguetes y/o objetos preferentemente y de forma acusada en detrimento de otros
Las conductas que aquí se señalan son de tipo genérico y no suelen presentarse aisladamente así que no debemos apresurarnos en “diagnosticar” a nuestro/a hijo/a. Ante la presencia de varias de estas señales de alarma, lo más indicado es dirigirnos a nuestro Pediatra y será él o ella quien nos oriente en cuanto a la necesidad de visitar a un especialista para que valore si nuestro hijo/a puede recibir o no algún diagnóstico.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/puzzle-1649.jpg 565 849 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Señales de alerta en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)
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Diferencias y similitudes entre Anorexia y Bulimia

La detección y delimitación de los trastornos psicológicos casi nunca se encuentra exenta de complicaciones. En este sentido, existen muy pocas categorías (por no decir ninguna) que gocen de límites claros entre sus características y definiciones. Por ello, la mayoría de ellos muestra lo que se denomina comorbilidad, es decir, la ocurrencia de dos o más problemáticas en una misma persona. Este término también se utiliza cuando se detectan características comunes sobresalientes entre diferentes diagnósticos. Así pues, en los Trastornos de la Conducta Alimentaria, y especialmente en la Anorexia y la Bulimia (dos de los más prevalentes), aparecen síntomas y características que nos pueden hacer dudar en el proceso diagnóstico de uno u otro problema.

La Anorexia se define como la restricción de la ingesta energética en relación con las necesidades, que lleva a un peso corporal significativamente bajo con relación a la edad, el sexo, el curso de desarrollo y la salud física. Esta restricción se asocia con un miedo intenso a ganar peso o a engordar, o comportamientos que interfieren con su aumento aunque ya se tenga un bajo peso. Además, acostumbra a aparecer una alteración en la forma en que uno se percibe en relación a la forma y al peso, y una clara falta de reconocimiento de la gravedad del bajo peso actual. Según los diferentes sistemas de clasificación, se diferencian dos subtipos, el restrictivo y el purgativo. En el primero de ellos la pérdida de peso se asocia a la realización de dieta, al ayuno o al ejercicio físico excesivo. En el segundo (purgativo), aparecen episodios recurrentes de atracones o purgas es decir, autoinducción del vómito o utilización de diuréticos o laxantes.

Por otro lado, la Bulimia se entiende como episodios recurrentes de atracones (al menos una vez a la semana durante 3 meses), seguidos de comportamientos compensatorios inapropiados recurrentes para evitar el aumento de peso; como el vomito autoinducido, el uso de laxantes, diuréticos u otros medicamentos, el ayuno o el ejercicio físico excesivo. El atracón tiene dos características básicas: la ingestión de una cantidad de alimentos claramente superior a la que la mayoría de personas ingerirían, en un periodo determinado. Y la sensación de falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio. Junto a estos, existe también miedo al aumento de peso corporal que aparece mediante una autoevaluación negativa influida por este y por la constitución.

Tras exponer las principales características de ambos, aunque cada uno se encuentra relacionado con unos síntomas específicos que facilitan el diagnóstico diferencial, podemos observar como aparecen elementos significativos muy parecidos, por no decir casi idénticos. El aspecto quizás más importante se sitúa en el miedo intenso a ganar peso y, por lo tanto, a la idea sobrevalorada que ambos poseen sobre la delgadez. Este miedo se puede observar mediante la valoración negativa que realizan sobre su figura y por las creencias erróneas asociadas al peso corporal.

En cuanto a las estrategias empleadas para afrontar el malestar que suponen las ideas y pensamientos asociados con la alimentación y el peso, podemos ver como en ambos se pueden utilizar mecanismos muy parecidos, tanto es así que hasta hace poco la distinción entre restrictivo y purgativo también se empleaba para diferenciar los tipos de Bulimia. De esta forma, la realización de atracones, el ayuno, la realización de ejercicio físico exagerado, la ingestión de laxantes o diuréticos, y la autoinducción del vómito pueden relacionarse con las dos categorías expuestas. En relación a los atracones, inicialmente se consideraba que eran exclusivos de la Bulimia, y aunque es más prototípico de esta, esto ha sido corregido, ya que como hemos visto también aparece en personas con Anorexia.

Es importante destacar también la presencia de síntomas específicos del estado de ánimo. En ambas problemáticas acostumbran a aparecer síntomas de ansiedad, tristeza y humor deprimido e irritabilidad, pérdida de apetito sexual, retraimiento social, problemas de concentración, y síntomas obsesivos. Algunos de estos (especialmente la preocupación por la comida, los episodios de comer en exceso, la irritabilidad y el retraimiento social), en el caso de la Anorexia se ha observado que remiten cuando se recupera el peso, es decir que se encuentran asociados al estado de desnutrición. Por otra parte, el retraimiento social, las dificultades de concentración y la sintomatología ansiosa y depresiva asociados a la Bulimia y a la Anorexia “purgativa” suelen ser más secundarios al malestar asociado con la pérdida de control sobre el comer. Por ello, estos síntomas mejoran cuando se emplean estrategias encaradas a restablecer este control.

Como podemos ver, ambos diagnósticos poseen casi más cosas en común que exclusivas o excepcionales. Una de las claves utilizadas en la práctica clínica para diferenciar ambas problemáticas reside en el peso y en la presencia de atracones. Cuando este es significativamente bajo (como se ha destacado, muy por debajo de lo esperado en relación a la edad, sexo y desarrollo), muy posiblemente nos encontramos con un caso de Anorexia. Y cuando existen episodios de ingesta voraz recurrentes, es más probable que estemos delante de un caso de Bulimia. A pesar de ello, tal y como se ha remarcado, esto no significa que ambas características no puedan estar presentes en una u otra patología.  

Los profesionales de nuestro centro te proporcionarán toda la información que necesites en relación a este tema. Si deseas conocer más al respecto, o tienes preguntas sobre cualquier otra cuestión, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró. Llámanos, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/t.alimentaris-2856.jpg 500 750 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:53Diferencias y similitudes entre Anorexia y Bulimia
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¿Cómo actúan los ansiolíticos y antidepresivos?

El tratamiento de los diferentes problemas psicológicos abarca un amplio abanico de estrategias, orientaciones y recursos encarados a mejorar el estado anímico y la adaptación del individuo a su entorno. Entre estos, la psicofarmacología resulta especialmente útil en aquellos casos en los que se considere importante reducir algunos de los síntomas mostrados por la persona mediante el uso de medicación. De esta intervención se encarga la psiquiatría, y aunque habitualmente (y preferentemente en la mayoría de trastornos) se utiliza de forma paralela al tratamiento psicológico, también puede llevarse a cabo en solitario.

Actualmente, existe un aumento progresivo de problemas relacionados con la ansiedad y la depresión. Los problemas económicos, familiares y sociales cada vez son más frecuentes, y especialmente los primeros fruto de los cuales acostumbran a aparecer todos los demás. Ante esto, el consumo y prescripción de fármacos  muestra un patrón claramente ascendente. Entre estos, son particularmente los ansiolíticos y antidepresivos los más utilizados y demandados. Pero, ¿cómo actúan en nuestro cuerpo estas sustancias? ¿De qué se encargan exactamente?

Ansiolíticos

En el caso de los medicamentos ansiolíticos, tal y como su nombre indica, buscan paliar o disminuir los síntomas de ansiedad del paciente. Esta sintomatología se encuentra asociada principalmente con un déficit del neurotransmisor GABA (ácido gamma-aminobutírico). Este, al igual que la serotonina o la dopamina, actúa enviando mensajes químicos por el sistema nervioso y el cerebro. En este caso, hablamos de uno de los neurotransmisores inhibitorios más importantes de nuestro organismo. Cuando este falla, y substancias como la noradrenalina, adrenalina o el glutamato (componentes excitatorios) siguen su curso, o muestran una actividad elevada debido a factores como el estrés, pueden crearse cuadros de miedo y ansiedad.

A partir de aquí, los fármacos ansiolíticos procurarán recuperar el equilibrio actuando sobre los receptores GABA y potenciando que estos sigan trabajando de manera adecuada e inhiban la activación fisiológica. De entre los más utilizados están las benzodiacepinas (Alprazolam, Loracepam, Diacepam…), las cuales actúan reduciendo los síntomas de ansiedad normalmente en corto periodo de tiempo, y disminuyendo la intensidad y frecuencia de los episodios de angustia. Aun así, y motivo por el cual es importante seguir las pautas del profesional, algunos de sus principales efectos adversos son: la somnolencia y las alteraciones de la memoria, concentración y atención. Junto a estos, si el consumo es prolongado pueden aparecer fenómenos como la dependencia (adicción) y la tolerancia (pérdida paulatina de efectividad de la medicación).

Antidepresivos

En la depresión, los principales déficits neuroquímicos se asocian con desequilibrios en la segregación y actuación de diferentes neurotransmisores. Especialmente, se ha remarcado que existe un desequilibrio de serotonina, dopamina y noradrenalina.  El primer componente se relaciona con el mantenimiento del equilibrio en relación a nuestro estado de ánimo, el deseo sexual, y la regulación de los ciclos de sueño-vigilia. La dopamina es considerada la substancia o el neurotransmisor del placer. Así, juega un papel clave en la motivación, la recompensa, la cognición, la actividad motora y el aprendizaje. La noradrenalina se encarga de la activación y preparación del organismo ante situaciones de estrés real o percibido. En la depresión se ha indicado que existe un déficit de ésta, lo cual puede producir cansancio, fatiga, desinterés o apatía.

De entre los fármacos más utilizados para esta problemática, y siguiendo las líneas expuestas, se encuentran los ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina), los cuales constituyen el tratamiento de elección primaria. Entre estos se encuentran la Fluoxetina, la Paroxetina, la Sertranlina o el Citalopram, entre otros. De forma específica actúan sobre la regulación de Serotonina, incrementándola. Además de estos, también se utilizan los antidepresivos tricíclicos, los cuales procuran aumentar la segregación de serotonina y noradrenalina. Algunos de sus efectos secundarios pero, se asocian con náuseas, ganancia de peso, cefaleas, pérdida de apetito o deseo sexual, etc.

La eficacia del tratamiento farmacológico dependerá tanto de la sintomatología presentada por el paciente, como de la adecuación por parte del profesional de la intervención seleccionada. Como podemos apreciar, existe un claro solapamiento entre los síntomas de ansiedad y depresión, lo cual se traduce en la elaboración de medicamentos que pueden poseer efectos combinados destinados a atacar ambos síntomas. De esta forma, existen antidepresivos con componentes específicos para paliar la ansiedad y ansiolíticos que disminuyen cierta sintomatología depresiva. Además, debido a esta interacción constante entre ambos tipos de sintomatología, el efecto de los fármacos puede variar en función de la persona.

Es importante adecuar los tratamientos, tanto psicológicos como psiquiátricos a las necesidades presentadas por la persona, procurando individualizar al máximo el tipo de intervención y las estrategias empleadas con tal de aumentar su eficacia. Junto a esto, además, debemos tener en cuenta que es información imprescindible tanto para la psicología y psiquiatría de adultos como infantojuvenil.

Si tienes dudas o simplemente quieres ampliar tu información en relación a este u otros temas, puedes contactar con el equipo de psicólogos de nuestro centro, situado en Mataró.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/depre-1500.jpg 338 507 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:53¿Cómo actúan los ansiolíticos y antidepresivos?
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