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Listado de la categoría: Noticias

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Noticias

Sexualidad y pareja

La sexualidad es una parte esencial de nuestras vidas, y especialmente de las relaciones de pareja. En sí, el término hace referencia tanto a aquellas variables fisiológicas, anatómicas y psicológicas que caracterizan a cada sexo, como al apetito o deseo sexual y a los factores conductuales y emocionales asociados a este. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la sexualidad incluye tanto las relaciones sexuales como la intimidad, el placer o el erotismo. De esta forma, debemos comprender que la conducta propiamente sexual puede suponer una expresión directa del grado de comunicación, pasión, confianza, deseo, amor…entre otros.

En este sentido, a pesar de que habitualmente ponemos el foco de atención en la persona que manifiesta un problema o síntoma específico, la afectación va mucho más allá del terreno individual, repercutiendo claramente a nivel interpersonal, y más concretamente, en nuestras relaciones de pareja.  Así, es sumamente importante atender a todas las variables, sean estas biológicas, sociales o psicológicas para determinar cuáles de ellas están repercutiendo de manera más significativa, teniendo claro que existirá, casi siempre, una repercusión a nivel conyugal.

Junto a esto, aunque existe un cierto estigma hacia algunos temas relacionados con este ámbito, debemos concienciarnos de la importancia de hacer frente y compartir las dificultades inmiscuidas en nuestras vidas sexuales. Ciertamente, aunque en ocasiones haya conciencia de problemática por parte de ambos miembros de la pareja, la incomodidad y la timidez pueden ser obstáculos a la hora de exteriorizar el malestar, lo cual puede actuar como factor de mantenimiento de la situación. En este sentido es importante establecer un hábito de comunicación (sexual) saludable y adecuada, el cual vaya acompañado de un análisis personal acerca de aquello que consideremos que pueda estar repercutiendo en el problema.

El tipo de educación sexual recibida, las necesidades personales, el estrés sufrido por ambos o por algún miembro de la pareja, la presencia de otras problemáticas como trastornos de ansiedad, depresión o abuso de sustancias, o el uso de medicamentos, son algunas de las variables que pueden repercutir en la situación, generando en ocasiones disfunciones sexuales específicas. Ante esto, será crucial indagar acerca de la interrelación entre todos los aspectos para averiguar si el tratamiento de alguno de ellos puede incidir de manera positiva en las dificultades relacionadas con el ámbito sexual.  Así, en muchas ocasiones la mejoría pasará por realizar un tratamiento psicológico específico encarado a mejorar ciertas actitudes, conductas, creencias y emociones relacionadas con el sexo. En otras, junto al seguimiento terapéutico puede ser recomendable colaborar con un profesional de psiquiatría para potenciar la mejora de la persona.

Lo más importante pero, y aunque cada uno de nosotros elegimos vivir nuestra sexualidad de una manera determinada, es adoptar un punto de vista global y asumir que la mejora de síntomas o dificultades específicas pasa, casi siempre, por escuchar y colaborar con la pareja, la cual además de estar sufriendo y viviendo la situación en primera persona, puede suponer una piedra angular para potenciar la mejora de la persona que exterioriza el problema con una dificultad específica.

En conclusión, la sexualidad supone un concepto amplio, complejo y dinámico, vivido, entendido y experimentado de maneras muy diversas y en el cual encontramos interrelacionados un conjunto diverso de componentes entre los cuales se encuentra el intercambio afectivo y la comunicación. Únicamente adoptando una mirada global seremos capaces de comprender cierta parte de este extenso terreno, y será más probable que consigamos brindar una ayuda óptima a las personas que sufren dificultades determinadas relacionadas con este ámbito.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/pareja-1845.jpg 417 626 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Sexualidad y pareja
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Señales de alerta en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno del desarrollo; es decir, una alteración o retraso en el desarrollo de funciones vinculadas a la maduración del sistema nervioso central que se inicia en la infancia y sigue un curso evolutivo estable.
Hasta hace relativamente poco tiempo, es el Trastorno del Espectro Autista tomaba diferentes nombres en función de su sintomatología:
•    Autismo, con tres áreas principales afectadas: la comunicación y el lenguaje, el área social y el área conductual.
•    Síndrome de Asperger: un tipo de TEA con menor afectación en el área del lenguaje y que no suele cursar con retraso mental.
•    Trastorno Generalizado del Desarrollo.

Sin embargo, en la última edición del DSM (DSM-5), el sistema clasificatorio de referencia para los trastornos mentales, se considera un trastono del neurodesarrollo en el que se ven afectados dos dominios principalmente: alteración en la comunicación  social y patrones repetitivos de conducta y intereses restringido; ) y se clasifican en función de su gravedad:

¿Qué señales pueden estar indicándonos que nuestro hijo/a puede presentar un Trastorno del Espectro Autista ?
Desde la Psicologia Infantojuvenil y la Psiquiatría el Trastorno del Espectro Autista se considera un trastorno espectral; es decir, que a pesar de manifestarse de forma diferente de una persona a otra, posee unas características comunes y una afectación en determinadas áreas del funcionamiento diario del niño. Sin embargo, sí que existen ciertas señales de alarma que nos pueden alertar de que el desarrollo de nuestro hijo no sigue los estándares esperados a su edad y que, por lo tanto, debemos buscar ayuda profesional para, así, iniciar una intervención lo más temprana posible.
En el área social o interpersonal, consideraremos como señales de alerta que:
•    no contacte visualmente o lo haga muy esporádicamente
•    prefiera jugar solo
•    no responda sonriendo a nuestra sonrisa (o a otras expresiones faciales) y/o sonidos a los 9 meses
•    no preste atención a las personas pareciendo que está en otro mundo
•    no señale objetos a los 14 meses
•    no muestre interés por otros niños
•    no muestre anticipación cuando va a ser cogido

En cuanto a la comunicación, consideramos señales de alterta que:
•    se inicie en el balbuceo o en algunas palabras pero deje de hacerlo
•    no balbucee a los 12 meses
•    no diga sus primeras palabras entre los 12 y los 24 meses.
•    no componga frases de dos palabras (éstas no deben ser imitaciones) a los 24 meses
•    a veces parezca que nos escucha pero otras veces no
•    no señale ni diga adios con la mano a los 12 meses
•    no siga indicaciones
•    no responda a su nombre  a los 12 meses
•    no sepa explicar lo que desea (no señala para pedir algo)
•    tengan un repertorio limitado o muy bajo de expresiones faciales que demuestren emoción
•    no mire hacia donde los otros señalan después de los 12 meses
•    no señale con el dedo para compartir un interés entre los 18 y los 24 meses

Por lo que se refiere al ámbito conductual, deberemos prestar atención a conductas como las que se detallan a continuación:
•    que se quede realizando la misma conducta una y otra vez
•    que no suelte un objeto aunque lleve mucho tiempo con él
•    que no demuestre entusiasmo ante objetos o lugares nuevos ni los explore
•    que jueguen con juguetes de forma extraña: por ejemplo, poner de forma sistemática los juguetes en fila
•    que no muestren sus juguetes al otro
•    que no demuestre interés en juegos interactivos simples
•    que no demuestre temor ante los extraños sobre los 9 meses
•    que no imite después de los 12 meses
•    que no realice juego simbólico (simular o “hacer como”) entre los 18 y 24 meses
•    que su juego es repetitivo y poco funcional
•    que camine de puntillas
•    que demuestre patrones de movimiento extraños, por ejemplo “aleteo” (mover las manos como si fuesen alas) cuando se siente excitado o contento
•    que demuestre alta sensibilidad ante los ruidos
•    que se interese sólo por ciertos temas, juguetes y/o objetos preferentemente y de forma acusada en detrimento de otros
Las conductas que aquí se señalan son de tipo genérico y no suelen presentarse aisladamente así que no debemos apresurarnos en “diagnosticar” a nuestro/a hijo/a. Ante la presencia de varias de estas señales de alarma, lo más indicado es dirigirnos a nuestro Pediatra y será él o ella quien nos oriente en cuanto a la necesidad de visitar a un especialista para que valore si nuestro hijo/a puede recibir o no algún diagnóstico.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/puzzle-1649.jpg 565 849 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Señales de alerta en el Trastorno del Espectro Autista (TEA)
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Mindfulness en el sistema educativo

El mindfulness o “conciencia plena”, es un término que, aunque posee sus raíces en la meditación, y concretamente del budismo, actualmente alude a un procedimiento o técnica psicológica encarada a que la persona adquiera la habilidad o capacidad de centrar la totalidad de su atención en el momento presente, adoptando una postura no interpretativa ni juzgadora, donde cada pensamiento, sentimiento o sensación que surjan sea reconocido y aceptado como tal. En este sentido, a pesar de haber sido cultivada durante años principalmente en oriente, hace un tiempo relativamente breve ha sido incorporada a diferentes ámbitos, entre ellos programas de promoción de la salud, como estrategia específica dentro de intervenciones psicoterapéuticas, y más recientemente en el ámbito educativo.
Este mecanismo ha demostrado efectos beneficiosos en una diversidad amplia de síntomas y espectros, reflejándose de forma más significativa en problemas de ansiedad, depresión y dolor crónico, donde acostumbra a estar inmiscuido en programas de orientación cognitivo-conductual, los cuales ya han demostrado su eficacia en estos y otros ámbitos. El mecanismo básico que subyace a esta técnica se centra en el entrenamiento de la habilidad metacognitiva; esto es, la habilidad de atender a la calidad de la atención con la finalidad de hacernos conscientes de las reacciones automáticas y de los procesos psicológicos que hemos sobre aprendido y que, con mucha frecuencia, contribuyen al desarrollo y/o mantenimiento del desequilibrio emocional y conductual. Además pero, cabe mencionar que su aplicación en grupo también ha resultado beneficiosa, por lo que su demanda desde diferentes servicios asistenciales cada vez es más pronunciada.
Junto a esto, y teniendo en cuenta lo expuesto hasta ahora, su aplicación ha ido más allá del terreno “clínico”, empezando a utilizarse en el sistema educativo. Su fácil aplicación, la rapidez con la que se aprende, sus efectos positivos no solamente en cuanto a salud y bienestar sino también en términos de coste-beneficio, y su rápida eficacia demostrada también a nivel grupal, han contribuido a que resulte una técnica atractiva y susceptible a ser aplicada en una multiplicidad diversa de ámbitos. Así, en escuelas y en institutos ha empezado a adquirir un papel significativo, presentándose en formato de taller entre los diferentes cursos de primaria y secundaria. Entre sus beneficios se empiezan a encontrar los siguientes:
–    Reducción del estrés y el malestar: Además de su potencial para reducir sintomatología ansiosa y depresiva en diferentes trastornos, el mindfulness parece estar demostrando eficacia para combatir el estrés y el malestar asociado a ciertos aspectos del ámbito escolar, como pueden ser la llegada de los exámenes o la sobrecarga de trabajo.

–    Mejora de procesos cognitivos: Junto a esto, no solamente se centra en atenuar o disminuir el malestar, sino que también puede ser beneficioso de cara a potenciar ciertas habilidades, y entre ellas la atención y la concentración. Algunos alumnos manifiestan estar mejorando su capacidad para focalizarse tanto en clase como en el estudio independiente. Esto además, se ve reforzado por el hecho de que en algunos institutos se reporta una mejora significativa en su rendimiento académico.

–    Cohesión grupal: Los beneficios parecen ir más allá del objetivo buscado inicialmente. Al ser presentado en formato taller y de forma lúdica repercute en la vinculación entre profesor y alumnos, y entre estos mismos. En este sentido, tras su realización se acostumbra a dejar un espacio para compartir la experiencia y analizar los efectos y las dificultades encontradas, lo cual permite fortalecer los mecanismos del ejercicio.
Existen otras consecuencias positivas vinculadas al mindfulness en la escuela, y algunas de estas todavía están por descubrir. Como se ha remarcado, está en vías de expansión, pero parece repercutir de manera significativamente positiva en un rango muy amplio de población. Es cierto pero, que su aplicación deberá adaptarse a las características del colectivo que tengamos delante, teniendo en cuenta por ejemplo la presencia o no de problemas psicológicos, la edad del sujeto, o el idioma. Aun así, al ser una estrategia cuyo aprendizaje y enseñanza son a priori, relativamente fáciles, posibilita reproducirlo en casi cualquier contexto.
Puedes ampliar la información de este u otros temas que te interesen asesorándote por nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró. Te proporcionaremos toda la ayuda que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/meditar-3520.jpg 262 362 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Mindfulness en el sistema educativo
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La Reestructuración Cognitiva (RC)

La forma en que interpretamos y almacenamos los diferentes acontecimientos posee una influencia directa en el modo en que nos sentimos y actuamos. El ser humano se encuentra continuamente emitiendo juicios acerca de las diferentes experiencias que se van sucediendo a lo largo de su vida, y estas, con el tiempo se arraigan en forma de supuestos y creencias más o menos generales acerca de sí mismos y del mundo.

De esta forma, el componente cognitivo juega un papel crucial en la explicación de muchas alteraciones emocionales tales como los trastornos de ansiedad, la baja autoestima o la depresión. En esta línea, aunque existen acontecimientos potencialmente negativos (p.ej; muerte de un ser querido) los cuales pueden facilitar la aparición de ciertos desordenes emocionales, la técnica se enmarca dentro de la teoría según la cual no son los eventos en sí mismos los responsables de generar una respuesta emocional y conductual específica, sino las interpretaciones y anticipaciones que hacemos de dichos sucesos junto a las creencias asociadas a estos. Por ello, este procedimiento emerge como una alternativa altamente eficaz para reducir el malestar asociado a muchos problemas psicológicos.

La RC consiste en aprender a detectar, analizar y cuestionar los pensamientos desadaptativos, de tal manera que se sustituyan por otros más adecuados y generalmente objetivos, reduciendo y/o eliminando así la perturbación conductual y/o emocional producida por los primeros. Para ello, se parte de la premisa según la cual nuestras interpretaciones iniciales son hipótesis, y el cliente, con la ayuda del terapeuta, buscará recoger datos para determinar si estas son útiles o correctas. Así, formulando ciertas preguntas y diseñando ejercicios específicos, buscaremos evaluar y someter a prueba los diferentes pensamientos negativos para llegar a una conclusión lo más objetiva posible acerca de su validez y utilidad.

Los principales objetivos recaen en: Identificar los pensamientos desadaptativos que provocan una respuesta conductual y emocional específica. Profundizar en la comprensión del impacto que estas cogniciones pueden tener sobre estas respuestas. Aprender a considerarlas como hipótesis que deben ser sometidas a prueba y discutidas. Cuestionarlas de manera conductual y verbal manteniendo una actitud abierta y neutra. Y modificarlos o sustituirlos por otros más objetivos, realistas y útiles para nuestro estado emocional.

Finalmente es importante tener en cuenta que aunque el sistema cognitivo resulta crucial para comprender muchos problemas, en ocasiones este componente puede no ser siempre el principal encargado del malestar. En este sentido, aunque la RC ha demostrado eficacia para diversas problemáticas, esta deberá adecuarse a las características de la persona y combinarse con las técnicas necesarias encaradas a trabajar aquellos aspectos que se consideren importantes, lo cual facilitará y asegurará una mejoría mayor y más prolongada.

En caso de querer recibir más información al respecto, nuestros profesionales, situados en Mataró, procurarán ayudarte y resolver todas tus dudas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/REESTRUCTURACIO-0351.jpg 230 410 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La Reestructuración Cognitiva (RC)
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¿Por qué se produce el fenómeno de Déjà vu?

Este término, traducido como “ya visto”, fue introducido por Emile Boirac durante el siglo XIX, y se utiliza para designar al fenómeno según el cual tenemos la sensación de que la situación que estamos experimentando, ya la hemos vivido o presenciado en alguna ocasión. Así, cuando esto ocurre, es típico que nos venga a la mente una frase similar a “esto yo ya lo he visto”, aun sabiendas de que es la primera vez que lo vemos. Aunque seamos parcialmente conscientes de que se trata de una situación nueva, no podemos evitar la sensación de familiaridad, e incluso en ocasiones podemos tener un cierto convencimiento de que nos podemos anticipar a lo que va a ocurrir o a lo que nos van a comunicar.
Se han proporcionado distintas teorías para explicar esta curiosa experiencia, desde las más subjetivas como las clarividencias, hasta explicaciones neurológicas específicas.  Así, en un primer momento, el propio autor atribuyó su causa a la existencia de vidas anteriores, que la persona recordaba súbitamente. Otros, como Pierre Janet (1905) cuya teoría fue inicialmente muy aceptada, lo atribuían a una posible anomalía de la percepción. Según este, es posible que al experimentar esta sensación de familiaridad, lo que reconocemos no sea el estímulo en sí mismo, sino el proceso perceptivo que en otra ocasión ya elaboramos. Por ello, el problema no consistiría tanto en cómo es posible que recordemos una situación que sabemos que no hemos vivido, sino en cómo percibimos la presente, analizando los mecanismos utilizados para estructurarla. Desde esta postura el déjà vu se explicaría como una negación de la presencia actual del suceso, siendo el modo de percibir la situación más que la situación misma la que puede explicar esta experiencia.
Las explicaciones más recientes, y las que han recibido mayor apoyo empírico, se han centrado en analizar una posible alteración de alguna función específica de la memoria. En este sentido, existe un cierto consenso a favor de que el concepto debe incluirse dentro de las paramnesias, es decir, distorsiones de memoria donde se incluyen detalles falsos o donde aparece una referencia temporal incorrecta. Dentro de estas, se han distinguido dos tipos, las anomalías en el recuerdo, y las de reconocimiento. La aquí descrita entraría en el segundo subtipo. En esta línea, los neurocientíficos y neuropsicólogos lo atribuyen a un cierto solapamiento entre los procesos de memoria a corto plazo (aspectos que son percibidos como del momento presente) y los pertenecientes a la memoria a largo plazo (aspectos percibidos como referentes al pasado). Por ello, una de las hipótesis que ha recibido cierta aceptación es la de una posible desconexión entre las señales que percibe una parte del cerebro encargada del procesamiento de imágenes y recuerdos, donde estas llegan con cierto retraso y producen así esta extraña sensación. En este sentido, lo que ocurriría es un ligero lapsus o retraso cuando percibimos el estímulo externo, dando lugar a la sensación de que estamos ante un suceso ya vivido. Por otro lado, y más específicamente, se ha propuesto la alteración en una parte concreta del cerebro denominada lóbulo temporal, área principalmente encargada del reconocimiento. Así, se ha demostrado que las personas que padecen epilepsia, frecuentemente experimentan este mecanismo antes de que sufran un ataque.
El déjà vu puede aparecer en personas que padecen algún problema psicológico o alguna alteración neuroanatómica. En este sentido, aparte de en la epilepsia y en lesiones del lóbulo temporal, como ya hemos comentado, también suele aparecer en algunos cuadros de ansiedad, siendo más o menos frecuente en el fenómeno de despersonalización (sentimiento de extrañeza o de irrealidad hacia uno mismo y el entorno). Aun así, como ya se habrá podido intuir, no es exclusivo de este colectivo, ya que aproximadamente el 90% de la personas lo han experimentado en alguna ocasión durante sus vidas.
Como podemos observar, existen diferentes argumentos que procuran explicar y definir esta experiencia de la forma más objetiva posible. En algunos casos contribuyen a generar cierta confusión, pero otros aportan luz a este y otros mecanismos que experimentamos en muchas ocasiones los seres humanos. Aunque es necesaria más investigación, los datos reflejados nos acercan a lo que quizás sean datos más o menos concluyentes acerca de estos interesantes procesos.
En nuestro centro de psicología situado en Mataró podemos ayudarte a resolver las preguntas que tengas sobre este u otros temas que sean de tu interés. No dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/dejavu-3503.jpg 273 450 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53¿Por qué se produce el fenómeno de Déjà vu?
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La importancia del entorno

En la gran mayoría de problemáticas en las que nos encontramos a lo largo de toda nuestra vida, además de existir una evidente repercusión personal, podemos identificar una clara trascendencia a diferentes niveles dentro de nuestro entorno. De esta forma, para comprender adecuadamente las dificultades que presenta la persona, debemos analizar todos aquellos ámbitos que consideremos que puedan estar vinculados con el desarrollo y/o mantenimiento del problema, ya sea a nivel familiar, social, laboral o académico.

En ocasiones, podemos cometer el error de centrar nuestra mirada de manera única y exclusiva en la persona que manifiesta el malestar, ignorando el hecho de que este pueda ir mucho más allá de las limitaciones o síntomas puramente personales. En este sentido, además, si limitamos tanto nuestro campo de visión es probable que provoquemos sentimientos de incomprensión y desesperanza hacia esa persona, ya que estaremos minimizando factores interpersonales que pueden resultar claves para su mejoría. Así, debemos comprender que gran parte de los problemas psicológicos se mantienen, agravan e incluso se desarrollan a partir de la interrelación de factores personales (biológicos y psicológicos) y sociales.

Un conflicto familiar, una discusión con nuestro jefe, la muerte de un ser querido, el aislamiento social, entre otros, son algunos ejemplos de situaciones que pueden generar y mantener un problema específico. Si atendemos por ejemplo a los Trastornos de Ansiedad, en muchos de ellos existe un claro componente social traducido en, por ejemplo; un miedo a ser criticado, rechazado o a verse expuesto en situaciones embarazosas o donde se sobreestima la probabilidad de que los demás reaccionen de una manera negativa para uno mismo, o que incluso les pase algo malo a personas cercanas. En problemáticas relacionadas con la autoestima también podemos encontrar aspectos parecidos junto a otros como una constante comparación. Este último concepto además, lo podemos identificar en múltiples trastornos psicológicos como los Trastornos de la Conducta Alimentaria, la Depresión o las Disfunciones Sexuales. A pesar de ello, no hace falta poseer una problemática específica para ser capaces de identificar la importancia del entorno en nuestros conflictos.

Así, la influencia que posee el contexto en nosotros es evidente. Por ello, la cooperación y colaboración con el medio más cercano de la persona pueden resultar claves para potenciar un mayor bienestar. Además, esto es especialmente relevante de cara a asegurarnos una continuidad más allá del trabajo realizado en sesión, enfatizando la importancia de generalizar los conceptos y estrategias aprendidas a las situaciones de la vida cotidiana.

De esta forma, algunas de las recomendaciones que pueden resultar útiles para las personas cercanas son: adoptar una actitud comprensiva y empática con su problemática, procurando reforzar los logros conseguidos por esta y los pequeños esfuerzos que vaya realizando. Fomentar la autonomía y disminuir la dependencia ya que en ocasiones las personas próximas son utilizadas para afrontar situaciones problemáticas. Informarse acerca de las características del problema por un profesional para así adoptar un punto de vista objetivo y poder ofrecer una ayuda más adecuada. Aunque es normal que existan conflictos, debemos procurar minimizar la repercusión emocional que estos puedan tener en la persona intentando gestionarlos de una forma más adaptativa.

Junto a estas, existen muchas otras pautas que pueden resultar útiles para un gran número de situaciones. Nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró, te proporcionarán la información que necesites y procurarán satisfacer tus necesidades de una forma profesional, rápida y eficaz.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/entorno3-5351.jpg 250 400 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La importancia del entorno
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El trastorno de apego reactivo: características y repercusión

Desde el momento en que nacemos nos encontramos inmersos en un mundo lleno de estímulos, cuyo aprendizaje y afrontamiento condicionarán nuestra forma de encarar y relacionarnos en las diferentes situaciones vitales futuras. Junto a esto, ciertamente nuestras características personales (predisposición biológica, rasgos de personalidad, etc.) actuarán como mediadoras y determinarán gran parte de las diferencias que nos caracterizan individualmente. Además pero, la cantidad y calidad de experiencias que obtengamos en nuestro desarrollo, constituyen un aspecto crucial para nuestro correcto funcionamiento personal y social. Entre ellas, y siendo esta quizás la más significativa, se encuentra las relaciones y el vínculo que establezcamos con nuestros progenitores.

Así, nuestra infancia estará principalmente marcada por la influencia de nuestros padres, cuyo vínculo afectivo supone un importante predictor de nuestra salud y bienestar psicológico. En este sentido, siguiendo los argumentos del DSM-5, podemos hablar de trastorno de apego reactivo cuando el niño exhibe un patrón de comportamiento inhibido y emocionalmente retraído hacia los cuidadores adultos. Concretamente, el niño pocas veces busca consuelo o se deja consolar cuando experimenta malestar. Además, se diagnostica cuando existe una alteración social y emocional donde aparecen síntomas como irritabilidad, tristeza o miedo incluso cuando las interacciones con los adultos no son amenazadoras. Cabe tener en cuenta, que las diferentes problemáticas psicológicas pueden manifestarse de formas muy diversas en la infancia y adolescencia. Por ello, el espectro de síntomas posibles debe ser amplio, procurando adoptar además una mirada flexible.

Algunas de las principales causas relacionadas con el inicio de este problema se enmarcan principalmente en el apego, o más específicamente en la falta de apego entre los padres y el niño. Así, puede aparecer ante un cuidado insuficiente donde el niño no llega a tener las necesidades emocionales básicas cubiertas para disponer de bienestar y afecto. Además de esto, los cambios repetidos de cuidadores (p.ej., cambios de custodia) promueven un apego inestable. Relacionado con este último punto, también puede favorecer un desarrollo emocional y social negativo el experimentar constantes cambios contextuales y especialmente educativos. Todo ello puede generar sentimientos diversos y confusos en el niño, el cual puede exteriorizarlos de maneras muy diversas: ansiedad, tristeza, ira, rabia, miedos o fobias específicas, baja autoestima, problemas alimentarios, entre otros. Es importante remarcar que el inicio de este trastorno puede presentarse en diferentes edades. La reexperimentación de ciertas experiencias “traumáticas” en algún momento puede desencadenar los problemas citados, activando emocionalmente al niño de tal forma que se empiecen a manifestar los diferentes síntomas.

Tal y como hemos remarcado, los niños muestran los mismos problemas de formas muy heterogéneas. Una de las principales dificultades con la que nos encontramos al tratar con este trastorno, es el solapamiento existente con el Trastorno del Espectro del Autismo. En este, al igual que en el expuesto, aparece un patrón de comportamiento emocional y social distante como principal característica. Junto a esto pero, existen características exclusivas como pueden ser los patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades (p.ej., movimientos estereotipados repetitivos). Además de en este particular problema, podemos encontrar síntomas muy parecidos al trastorno de apego reactivo en muchos trastornos psicológicos. Por ello, es crucial realizar un diagnóstico diferencial adecuado de cara a establecer unos objetivos de tratamiento concretos, y adaptados específica e individualmente al niño.

El apego o vínculo entre padres e hijos constituye uno de los aspectos más importantes de nuestro desarrollo vital. Ser padres no es una tarea fácil, y detectar las necesidades de los hijos en ocasiones es todavía más complicado. Debemos procurar dedicar y proporcionar tiempo de calidad, proporcionando afecto y comprensión con tal de favorecer una maduración y aprendizaje emocional positivo, el cual a su vez permita a nuestros hijos desenvolverse de manera óptima en un mundo social e interactivo.

Podrás obtener más información a través de nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró. Si tienes alguna pregunta al respecto, no dudes en llamarnos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/apego-1500.png 523 725 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53El trastorno de apego reactivo: características y repercusión
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Redes sociales y autoestima

Actualmente, y desde hace un tiempo más o menos breve, nos encontramos inmersos en un mundo en constante evolución, donde la proliferación de la tecnología forma parte de nuestro día a día. Los avances tecnológicos y especialmente, de aquellas plataformas dedicadas de forma exclusiva a la interacción social (redes sociales), representan uno de los puntos más álgidos de este progreso. Esto, como a continuación veremos, tiene una clara repercusión en nuestra calidad de vida.
En este sentido, la utilización de estos recursos posee efectos claramente positivos, aunque también puede repercutir negativamente, atentando contra nuestra autoestima y nuestro bienestar psicológico. Así, por un lado, facilita la creación y mantenimiento de vínculos, la interacción y contacto inmediatos, el conocimiento y acceso a información personal de manera más o menos extensa permitiéndonos compartir aficiones y gustos e identificarnos con una persona o grupo en concreto. Además, en ocasiones promueve la mejora de ciertas habilidades sociales, generando sentimientos de autoeficacia y aumentando la confianza en las relaciones. Junto a esto, permite estar en contacto continuo con la actualidad, y compartir opiniones, ideas, creencias e incluso sentimientos.
Por otro lado, pero, las redes sociales, y principalmente su uso inadecuado, muestra otra cara de la moneda, conllevando además importantes repercusiones negativas. En este sentido, en muchas ocasiones se utilizan para reflejar una vida poco realista, o mejor dicho, una falsa realidad. Es decir, se aprovecha para publicar y destacar un aspecto o aspectos concretos, especialmente “positivos”, enmascarando otros quizás menos atractivos a nivel social, pero igual o más significativos. Este dato está estrechamente relacionado con la comparación; buscamos ofrecer nuestra mejor cara y para ello nos fijamos y comparamos para determinar qué detalles, elementos, entornos, o complementos pueden favorecer y ampliar la aprobación y aceptación social. Esto tiene una clara repercusión en nuestro estado de ánimo, y principalmente en la autoestima, aumentando el nivel de autoexigencia y generando falsas creencias y distorsiones en la autoimagen y el autoconcepto. Junto a esto, también debemos destacar la utilización de falsas identidades, lo cual puede tener diferentes finalidades: una puede ser la conservación del anonimato, pero en otras ocasiones se utiliza para esconder ciertas características personales, o incluso con el objetivo de manipular o engañar. En esta línea, las plataformas ayudan a ocultar dificultades o problemas sociales, permitiéndonos mostrar unas habilidades que quizás no poseemos. Esto, aunque en ocasiones puede ser positivo, contribuye al retraimiento y a la inactividad social real, y favorece la dependencia.
Por todo ello, la mala utilización de estos potentes recursos tecnológicos puede ser el punto de partida o el factor de mantenimiento de diferentes problemas psicológicos. Entre ellos, y muchos relacionados con los déficits de autoestima, pueden encontrarse trastornos de la alimentación, trastornos del estado de ánimo y especialmente de ansiedad, adicciones, y por supuesto, y como ya hemos ido remarcando, la importancia de los déficits en habilidades sociales. Tendemos a pensar que estos pueden aparecer únicamente en adolescentes, y aunque suponen una muestra especialmente significativa por la cantidad de jóvenes que lo utilizan, también debemos tener presente el amplio uso existente de las redes sociales por parte de los adultos. Así pues, los problemas pueden aparecer en cualquier etapa del ciclo vital.
Finalmente pues, debemos considerar este tema como crucial y especialmente relevante, ya que forma parte de nuestro día a día. El uso adecuado, responsable y limitado junto al conocimiento de algunas de las trampas que esconden estas plataformas, debe formar parte de manera constante cuando nos conectemos e introduzcamos en la red. Además, es importante prestar atención a las leves señales que nos indiquen que quizás estamos o están utilizándolo inadecuadamente, fijándonos principalmente en la repercusión personal y social.
Como hemos indicado, las redes sociales pueden originar y mantener ciertos desajustes psicológicos. Si deseas ampliar tu información o crees que puede beneficiarte nuestra ayuda, no dudes en contactar con nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/redes_sociales-2501.jpg 670 960 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Redes sociales y autoestima
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La evitación como estrategia de afrontamiento

Desde nuestros orígenes, entre muchas de las características, conductas y objetivos que nos definen como seres humanos, existe uno común a todo ser vivo; la supervivencia. Este mecanismo puede ser empleado de múltiples maneras dependiendo tanto del ser o persona, como del contexto en que nos veamos inmersos. Así, con tal de asegurarnos que esto se produzca y seguir manteniendo nuestra estabilidad vital, deberemos afrontar una serie de sucesos, sean estos positivos o negativos. En esta línea, en función de nuestras experiencias ante la misma u otras situaciones similares (es decir, de nuestro aprendizaje), de nuestros rasgos personales (impulsividad, sensibilidad…), de los elementos presentes en el contexto, y de los resultados anticipados, utilizaremos una estrategia u otra para “sobrevivir”, siendo estas el afrontamiento directo o la evitación.
Lazarus y Folkman (1984) nos ayudan a entender el término afrontamiento definiéndolo como el conjunto de estrategias cognitivas y conductuales que utilizamos para gestionar las demandas externas o internas que son percibidas como una amenaza teniendo en cuenta nuestros recursos personales. A partir de aquí, una de las formas más eficientes (en términos de coste “beneficio”) y en ocasiones menos útiles para solventar ciertas situaciones, es el escape o la evitación. Este, aunque se trata de un mecanismo de defensa y supervivencia innato y en muchas ocasiones muy eficaz; puede ser perjudicial si se emplea como estrategia principal. Así pues, será útil siempre que la situación o amenaza externa exceda real y objetivamente nuestros recursos personales y contextuales; por ejemplo: si nos encontráramos con un león en medio de la selva sin ningún elemento que nos ayudara, lo mejor y más posible es que saliéramos corriendo (evitáramos/escapáramos) de la situación. De la misma forma, si nos hemos despistado atravesando la calle y un coche se acerca a toda velocidad, emplearemos el mismo formato de afrontamiento. Ahora bien, existen momentos y situaciones cuya evitación no solamente es poco útil, sino que puede ser perjudicial.
Es cierto que su utilización y uso eficaz nos permite relajarnos y ahorrarnos algo anticipado como negativo, pero, ¿y si eso que anticipamos no es realmente tan negativo? El miedo o las consecuencias temidas pueden no ser del todo objetivas, y por lo tanto, la evitación no es útil. Un ejemplo ilustrativo lo encontramos en los problemas de ansiedad, y particularmente en las fobias. En estas, habitualmente existe una evitación persistente de la situación temida. Otro ejemplo lo podemos situar en los trastornos depresivos y en los problemas de autoestima, donde la persona tiende a interpretar negativamente el hecho de inmiscuirse en ciertas actividades, sobre todo cuando éstas son de carácter social, por miedo al rechazo o al posible escrutinio de los demás. Esto, a corto plazo produce relajación y bienestar subjetivo, ya que se ha conseguido ahorrar una situación valorada como embarazosa o peligrosa. Pero a largo plazo, no solamente limita nuestras vidas sino que nuestra mente aprende que esa situación (y en muchas ocasiones, situaciones similares), es peligrosa. Es decir, que por el hecho de habernos relajado al evitar esa situación cuya anticipación nos produce tanto malestar, “confirmamos” que muy posiblemente esta es perjudicial, y por lo tanto nos sale mucho más a cuenta no afrontarla. Por ello, la evitación se conforma como estrategia principal, y nuestros recursos y habilidades van quedando escondidos y empequeñecidos con el paso de los días. Además de esto, pero, en ocasiones esta constituye uno de los rasgos principales de la propia persona, conformándose el que se conoce como Trastorno de Personalidad Evitativo.
Como se habrá podido observar en los ejemplos citados, aparecen dos claros mecanismos; uno sería el físico o conductual (p.ej., no voy, no hablo, salgo de aquí…), y el otro sería el cognitivo, es decir, el conjunto de pensamientos e interpretaciones que realizamos acerca de lo que puede pasar. De esta forma, no solamente es importante encarar las diferentes situaciones, sino que deberemos entrenar a nuestra mente para que adopte una mirada algo más realista que la utilizada hasta el momento.
Una de las intervenciones más eficaces y con más evidencia empírica es la Terapia Cognitivo-Conductual. El mismo nombre indica los elementos que considera cruciales a trabajar, los cuales coinciden con los comentados. Así, mediante el uso de diferentes estrategias es posible revertir estas y situaciones similares, y por lo tanto salir de la espiral que poco a poco va limitando más nuestra vida.
El equipo de psicólogos de nuestro centro, situado en Mataró, trabaja con esta y otras intervenciones que han demostrado ampliamente su utilidad y eficacia. Si deseas conocer más acerca de estas, o crees que pueden beneficiarte, no lo dudes y contacta con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/evitar-4108.jpg 375 500 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:53La evitación como estrategia de afrontamiento
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La pérdida de memoria: repercusión, causas y recomendaciones

La memoria, a pesar de constituir un término muy amplio y general, es un almacén de capacidad limitada. La podemos definir como la función que nos permite almacenar, codificar y recuperar la información del pasado reciente y/o lejano. En esta línea, generalmente se diferencia entre memoria a corto y a largo plazo. La primera, también denominada memoria operativa, nos permite retener durante un periodo de tiempo breve una cantidad de información limitada (como mucho, 7 elementos o ítems durante unos 20 segundos). En el segundo caso, nos encontramos ante un almacenaje permanente cuya capacidad es prácticamente ilimitada. Esta, además, contiene nuestros recuerdos autobiográficos, el conocimiento del mundo, así como el lenguaje, sus reglas y los significados de los conceptos. Junto a esto, es importante remarcar que el mantenimiento de los recuerdos durante un periodo de tiempo prolongado depende del grado de profundidad con que se haya procesado la información, así como de las repetidas recuperaciones que se hagan periódicamente de los contenidos almacenados.

Así, la pérdida de memoria, es una alteración incapacitante que acostumbra a poseer un curso crónico y progresivo. La persona que lo padece puede ser consciente de su problemática o no. En el primer caso el impacto emocional en el propio individuo suele ser estar más patente, y este en el segundo es generalmente más acusado en los familiares. Por otro lado aunque acostumbra observarse en personas de edad avanzada, puede aparecer en diferentes momentos del ciclo vital, siendo sus causas muy diversas:

–    Cambios o pérdida de memoria relacionada con la edad: Es el más común, y está relacionado con la disminución fisiológica de las funciones cerebrales. Con el paso de los años los olvidos y las dificultades para recuperar un cierto tipo de información son frecuentes, ya que la eficiencia de la red neuronal disminuye. Aun así, la capacidad para pensar y realizar las distintas actividades diarias no acostumbran a verse afectados.

–    El Deterioro Cognitivo Leve (DCL): Distinguir este de la pérdida normal de memoria es una tarea complicada. Suele indicarse, que en este existe una alteración más pronunciada y significativa que en la pérdida normal, pero más leve en comparación con las demencias. Así, aunque la capacidad atencional y de realización de actividades habituales no suelen estar afectadas, puede existir olvido significativo en relación a eventos o información importante y/o situaciones recientes como conversaciones. Se dice que aproximadamente el 50% de las personas con DCL acaba desarrollando una demencia. 

–    Las Demencias: Estas son trastornos degenerativos del cerebro que producen un declive gradual y pronunciado en la función intelectual. Aquí los problemas de memoria aparecen como primer síntoma, y posteriormente se observa un deterioro significativo a nivel intelectual y emocional. Podemos incluir aquí la Enfermedad de Alzheimer (EA), la enfermedad de Pick, la demencia por cuerpos de Lewy, la Corea de Huntington, entre otras. Las personas que las sufren acostumbran a negar su enfermedad, a pesar de que la repercusión en su vida cotidiana es progresivamente más grave y evidente para los demás.

–    Problemas y trastornos psicológicos específicos: Este apartado merece especial atención, ya que cuando se produce una pérdida de memoria la mirada suele centrarse en detectar alguna de las enfermedades neurológicas citadas. Así, existen muchos problemas psicológicos que cursan con la dificultad para recordar y recuperar información, aunque merecen especial atención los cuadros de estrés y ansiedad, y los estados depresivos. En el primer caso suele haber un grado muy elevado de preocupación, el cual puede alterar los subprocesos inmiscuidos en las tareas de memoria (atención, procesamiento, organización, concentración…). En la depresión, resulta difícil definir en ocasiones si es la causa o la consecuencia del deterioro cognitivo. Un aspecto útil es que la persona suele ser consciente de su situación, siendo la pérdida de memoria uno de los justificantes del estado deprimido.

Como vemos, existen causas muy diversas para explicar el deterioro de esta importante función cerebral. Se requiere una evaluación minuciosa a todos los niveles que procure tanto confirmar como descartar hipótesis plausibles. En este sentido, la evaluación neuropsicológica puede ayudar mucho a esclarecer la situación, detectando además el grado de deterioro asociado. A partir de aquí, existen intervenciones para facilitar la mejora cognitiva y emocional de la persona. En el caso de que la alteración memorística sea consecuencia de un problema psicológico concreto, este deberá abordarse como prioridad, ya que muy posiblemente las funciones cognitivas se verán restablecidas con la mejora del estado anímico. Por otro lado, si el deterioro cognitivo es el principal problema, existen intervenciones como la Rehabilitación Cognitiva que poseen una elevada eficacia. En esta trabajan las dificultades específicas del paciente a través de una serie de ejercicios que promueven el entrenamiento, la estimulación y por lo tanto la recuperación o mejora de las funciones cognitivas.

Este es un tema muy amplio y de gran relevancia, si deseas conocer más sobre ello o crees que puede beneficiarte nuestra ayuda, puedes contactar con nuestro centro situado en Mataró. Llámanos y te atenderemos de una forma profesional e individualizada.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/memoria-4835.jpg 333 535 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:53La pérdida de memoria: repercusión, causas y recomendaciones
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