El Síndrome del Impostor
El síndrome del impostor, o fenómeno del impostor, también llamado síndrome del fraude, consiste en un proceso psicológico mediante el cual las personas, a pesar de poder considerar que tienen éxito, son incapaces de asimilar los logros. Por ello, es característico que se minimice, subestime o incluso se externalice la responsabilidad de haber conseguido un objetivo, atribuyendolo comunmente a la suerte, o a otras circunstancias que poco tienen que ver con las características personales positivas.
Este proceso, el cual se indica que tiene una prevalencia ligeramente superior en mujeres, se ha relacionado con distintas variables, como el perfeccionismo, la autoexigencia, o incluso la baja autoestima. Lo que está claro es que puede afectar de manera negativa a nuestra carrera profesional, ya que si estamos convencidos de que no estamos a la altura, esto puede suponer un obstáculo de cara a imponernos o enfrentar ciertas situaciones. Así, podemos encararnos más en no cometer un error y evitar el fracaso, en lugar de procurar ser proactivos y focalizarnos en conseguir nuevos retos. Todo ello puede llevar a deteriorar nuestra autopercepción, y a menguar nuestro estado de ánimo (p.ej., tristeza, ansiedad, frustración, impotencia…).
¿Cómo podemos combatirlo?
Observación y registro: Atender y hacer conscientes nuestros sentimientos y pensamientos de “impostor” cuando aparezcan puede romper con el círculo vicioso. Además, si lo escribimos podemos verlo desde otra perspectiva, alejándonos de su credibilidad e importancia.
Flexibilización: Una vez detectados los automensajes, seguramente seremos capaces de ver la rigidez y la magnificación inherente en cada uno. Reducir la autoexigencia y la perfección que nos imponemos es clave. Esto, además, puede facilitar que surjan alternativas más constructivas.
Listado de fortalezas: El paso anterior permite esta parte. Además de reducir la potencia de los mensajes negativos, conviene recordarnos todo aquello personal de lo que podemos confiar, y lo cual nos proporciona evidencias de que podemos confiar en nosotros mismos, y enfrentarnos a cualquier situación. Dedícate unos minutos y realiza un listado general de lo que consideras tus puntos fuertes, junto a uno diario de aquellas características positivas que hayas podido apreciar durante ese día.
Afrontamiento y exposición: Es importante no postergar las situaciones. Dejar las cosas para más adelante puede hacer que indirectamente reafirmes tu condición de “ineptitud” o “incapacidad”. Podemos enfrentar los problemas directamente y asumir los errores, si estos aparecen. Responsabilizarnos del proceso es una magnífica forma de fortalecer nuestra autoconfianza.
Modificar el lenguaje interno y nuestras creencias no es fácil, y menos en el ámbito laboral y cuando creemos que se espera mucho de nosotros. Este y otros fenómenos son recurrentes en nuestra sociedad actual. Si quieres conocer más, o tienes cualquier pregunta, nuestro equipo de psicólogos y psiquiatras, en Mataró, te proporcionará toda la ayuda que necesites. Acércate o llámanos, te atenderemos encantados.