Modelos y conceptos transdiagnósticos: hacia una nueva concepción de la psicopatología
El concepto transdiagnóstico representa un enfoque que formaliza o define los trastornos mentales sobre la base de un conjunto de procesos y factores etiológicos, cognitivos y conductuales, que son compartidos por grupos de trastornos. Es decir, se trata de una concepción de las patologías desde el punto de vista de que muchas de ellas comparten variables y características de base, que pueden explicar buena o la mayor parte de síntomas. Esto supone un claro avance, ya que en lugar de fomentar la proliferación de categorías diagnósticas, muchas veces generando cierta confusión tanto a la población general como a los propios profesionales, busca simplificar, unificando características y conceptos que no solamente faciliten la comprensión y el acotar las problemáticas, sino también crear tratamientos útiles y eficaces para más problemas.
Este nuevo planteamiento nace, en buena parte, de haber observado que existe un gran solapamiento de síntomas entre varias patologías. En este sentido, por ejemplo, la ansiedad o el estrés son aspectos que aparecen en la mayoría de patologías. Junto a esto, además, en la mayor parte de ocasiones las personas acostumbran a cumplir criterios para dos o más diagnósticos. Por ello, cada vez son más las propuestas que apuestan por un enfoque común. Así, a continuación se exponen algunos de los conceptos que se han visto implicados en diferentes trastornos, y los cuales pueden explicar el inicio y el mantenimiento de muchos de ellos:
- Sensibilidad a la ansiedad: Se definiría como la tendencia a experimentar miedo ante los síntomas de ansiedad. Es decir, ante la aparición de palpitaciones, sudoración, mareo, visión borrosa…entre otros., la persona reacciona negativamente, considerando que estos pueden representar señales, por ejemplo, de que algo anda mal en su cuerpo, o de que pueden perder el control. Representa un factor de vulnerabilidad hacia los trastornos de ansiedad en general.
- Intolerancia a la incertidumbre: Supone la tendencia a considerar inaceptable la posibilidad de que ocurra un suceso negativo, con independencia de la probabilidad que tenga de ocurrir. Y se ha relacionado con la preocupación excesiva, la rumiación y los estados de ansiedad. Además, ha resultado ser una de las variables que mejor predicen el miedo al COVID-19. Principalmente se ha vinculado con la etiología del trastorno de ansiedad generalizada, aunque también con el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y la depresión.
- Tolerancia al estrés: Representa la capacidad que tiene la persona para experimentar y soportar estados psicológicos negativos, y se ha relacionado con las evaluaciones y las expectativas que poseemos de esos estados. Se ha relacionado con síntomas de ansiedad y depresión, con los trastornos alimentarios y con el trastorno límite de la personalidad.
- Sensibilidad al asco: Este concepto implica el rechazo de la ingesta oral de alimentos que son posiblemente contaminantes, y se ha sugerido que juega un papel protector de la salud. Ha sido vinculado a ciertas fobias (p.ej., sangre y animales relevantes para el asco), al TOC y a ciertos trastornos alimentarios.
Todos estos conceptos pueden entenderse como variables cognitivas consistentes en creencias personales o expectativas sobre los síntomas emocionales que experimentamos o de las situaciones asociadas. Además, se han relacionado causalmente con el afecto negativo.
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