La Terapia Interpersonal: contextualización y componentes
Desde el nacimiento, e incluso antes de este, desarrollamos vínculos. Las relaciones, inicialmente con las figuras paternas, y posteriormente con amigos, compañeros, pareja…entre otros, constituyen uno de los pilares fundamentales de nuestras vidas. Tanto es así, que gran parte de nuestra autoestima se explica por la visión que tenemos de nosotros mismos, y por la que creemos que tienen los demás de nosotros. En este sentido, también en buena parte, el malestar que podemos sufrir puede explicarse muchas veces por conflictos con los demás. Por ello, se han desarrollado propuestas como la aquí presentada, la Terapia Interpersonal de Klerman.
Así pues, se trata de un tipo de intervención, que, como su propio nombre indica, se centra en analizar y trabajar las relaciones entre la problemática del paciente y el contexto psicosocial e interpersonal en el que vive, es decir, cómo se relaciona con los demás. Para ello, esta orientación da mucha relevancia a las experiencias actuales de la persona, a los principales vínculos de ésta, y a su repertorio de habilidades sociales para adaptarse a un mundo en constante interacción. En este sentido, aunque no elude el análisis del pasado, da mucho énfasis al presente, y considera el ambiente social como potenciador tanto de síntomas, como de cambio y mejoría. Además, se considera una terapia breve, y en la que el paciente juega un papel activo. Las principales áreas que aborda son las siguientes:
- Duelo: en el caso de haber perdido a algún ser querido, se trabaja la pérdida.
- Las disputas interpersonales: se refiere a los conflictos pasados y que puedan surgir con los demás a lo largo de la intervención.
- La transición de rol: se trabajan las dificultades para pasar de un rol “biográfico” a otro (p.ej., de estudiante a profesional, de hijo a padre, jubilarse…). Se considera que su afrontamiento adecuado ayuda a estabilizar y aumentar la autoestima.
- Los déficits interpersonales: aquí se analizan y trabajan los recursos y habilidades verbales y no verbales de la persona, y su capacidad para crear, mantener y resolver tanto vínculos como conflictos con los demás.
Aunque inicialmente fue creada como terapia de mantenimiento para la depresión, actualmente se utiliza para diferentes problemáticas, como la Bulimia Nerviosa, el Trastorno Bipolar, o el Trastorno Adaptativo, entre otros. Además, se puede aplicar tanto a adultos como a adolescentes.
Si deseas obtener más información acerca de esta intervención o de cualquier tema que te interese, estamos a tu disposición. En nuestro centro de psicología, situado en Mataró, contamos con profesionales experimentados que te proporcionarán toda la ayuda que necesites. No lo dudes y llámanos.