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Listado de la categoría: Noticias

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Noticias

El trastorno de apego reactivo: características y repercusión

Desde el momento en que nacemos nos encontramos inmersos en un mundo lleno de estímulos, cuyo aprendizaje y afrontamiento condicionarán nuestra forma de encarar y relacionarnos en las diferentes situaciones vitales futuras. Junto a esto, ciertamente nuestras características personales (predisposición biológica, rasgos de personalidad, etc.) actuarán como mediadoras y determinarán gran parte de las diferencias que nos caracterizan individualmente. Además pero, la cantidad y calidad de experiencias que obtengamos en nuestro desarrollo, constituyen un aspecto crucial para nuestro correcto funcionamiento personal y social. Entre ellas, y siendo esta quizás la más significativa, se encuentra las relaciones y el vínculo que establezcamos con nuestros progenitores.

Así, nuestra infancia estará principalmente marcada por la influencia de nuestros padres, cuyo vínculo afectivo supone un importante predictor de nuestra salud y bienestar psicológico. En este sentido, siguiendo los argumentos del DSM-5, podemos hablar de trastorno de apego reactivo cuando el niño exhibe un patrón de comportamiento inhibido y emocionalmente retraído hacia los cuidadores adultos. Concretamente, el niño pocas veces busca consuelo o se deja consolar cuando experimenta malestar. Además, se diagnostica cuando existe una alteración social y emocional donde aparecen síntomas como irritabilidad, tristeza o miedo incluso cuando las interacciones con los adultos no son amenazadoras. Cabe tener en cuenta, que las diferentes problemáticas psicológicas pueden manifestarse de formas muy diversas en la infancia y adolescencia. Por ello, el espectro de síntomas posibles debe ser amplio, procurando adoptar además una mirada flexible.

Algunas de las principales causas relacionadas con el inicio de este problema se enmarcan principalmente en el apego, o más específicamente en la falta de apego entre los padres y el niño. Así, puede aparecer ante un cuidado insuficiente donde el niño no llega a tener las necesidades emocionales básicas cubiertas para disponer de bienestar y afecto. Además de esto, los cambios repetidos de cuidadores (p.ej., cambios de custodia) promueven un apego inestable. Relacionado con este último punto, también puede favorecer un desarrollo emocional y social negativo el experimentar constantes cambios contextuales y especialmente educativos. Todo ello puede generar sentimientos diversos y confusos en el niño, el cual puede exteriorizarlos de maneras muy diversas: ansiedad, tristeza, ira, rabia, miedos o fobias específicas, baja autoestima, problemas alimentarios, entre otros. Es importante remarcar que el inicio de este trastorno puede presentarse en diferentes edades. La reexperimentación de ciertas experiencias “traumáticas” en algún momento puede desencadenar los problemas citados, activando emocionalmente al niño de tal forma que se empiecen a manifestar los diferentes síntomas.

Tal y como hemos remarcado, los niños muestran los mismos problemas de formas muy heterogéneas. Una de las principales dificultades con la que nos encontramos al tratar con este trastorno, es el solapamiento existente con el Trastorno del Espectro del Autismo. En este, al igual que en el expuesto, aparece un patrón de comportamiento emocional y social distante como principal característica. Junto a esto pero, existen características exclusivas como pueden ser los patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades (p.ej., movimientos estereotipados repetitivos). Además de en este particular problema, podemos encontrar síntomas muy parecidos al trastorno de apego reactivo en muchos trastornos psicológicos. Por ello, es crucial realizar un diagnóstico diferencial adecuado de cara a establecer unos objetivos de tratamiento concretos, y adaptados específica e individualmente al niño.

El apego o vínculo entre padres e hijos constituye uno de los aspectos más importantes de nuestro desarrollo vital. Ser padres no es una tarea fácil, y detectar las necesidades de los hijos en ocasiones es todavía más complicado. Debemos procurar dedicar y proporcionar tiempo de calidad, proporcionando afecto y comprensión con tal de favorecer una maduración y aprendizaje emocional positivo, el cual a su vez permita a nuestros hijos desenvolverse de manera óptima en un mundo social e interactivo.

Podrás obtener más información a través de nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró. Si tienes alguna pregunta al respecto, no dudes en llamarnos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/apego-1500.png 523 725 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53El trastorno de apego reactivo: características y repercusión
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Redes sociales y autoestima

Actualmente, y desde hace un tiempo más o menos breve, nos encontramos inmersos en un mundo en constante evolución, donde la proliferación de la tecnología forma parte de nuestro día a día. Los avances tecnológicos y especialmente, de aquellas plataformas dedicadas de forma exclusiva a la interacción social (redes sociales), representan uno de los puntos más álgidos de este progreso. Esto, como a continuación veremos, tiene una clara repercusión en nuestra calidad de vida.
En este sentido, la utilización de estos recursos posee efectos claramente positivos, aunque también puede repercutir negativamente, atentando contra nuestra autoestima y nuestro bienestar psicológico. Así, por un lado, facilita la creación y mantenimiento de vínculos, la interacción y contacto inmediatos, el conocimiento y acceso a información personal de manera más o menos extensa permitiéndonos compartir aficiones y gustos e identificarnos con una persona o grupo en concreto. Además, en ocasiones promueve la mejora de ciertas habilidades sociales, generando sentimientos de autoeficacia y aumentando la confianza en las relaciones. Junto a esto, permite estar en contacto continuo con la actualidad, y compartir opiniones, ideas, creencias e incluso sentimientos.
Por otro lado, pero, las redes sociales, y principalmente su uso inadecuado, muestra otra cara de la moneda, conllevando además importantes repercusiones negativas. En este sentido, en muchas ocasiones se utilizan para reflejar una vida poco realista, o mejor dicho, una falsa realidad. Es decir, se aprovecha para publicar y destacar un aspecto o aspectos concretos, especialmente “positivos”, enmascarando otros quizás menos atractivos a nivel social, pero igual o más significativos. Este dato está estrechamente relacionado con la comparación; buscamos ofrecer nuestra mejor cara y para ello nos fijamos y comparamos para determinar qué detalles, elementos, entornos, o complementos pueden favorecer y ampliar la aprobación y aceptación social. Esto tiene una clara repercusión en nuestro estado de ánimo, y principalmente en la autoestima, aumentando el nivel de autoexigencia y generando falsas creencias y distorsiones en la autoimagen y el autoconcepto. Junto a esto, también debemos destacar la utilización de falsas identidades, lo cual puede tener diferentes finalidades: una puede ser la conservación del anonimato, pero en otras ocasiones se utiliza para esconder ciertas características personales, o incluso con el objetivo de manipular o engañar. En esta línea, las plataformas ayudan a ocultar dificultades o problemas sociales, permitiéndonos mostrar unas habilidades que quizás no poseemos. Esto, aunque en ocasiones puede ser positivo, contribuye al retraimiento y a la inactividad social real, y favorece la dependencia.
Por todo ello, la mala utilización de estos potentes recursos tecnológicos puede ser el punto de partida o el factor de mantenimiento de diferentes problemas psicológicos. Entre ellos, y muchos relacionados con los déficits de autoestima, pueden encontrarse trastornos de la alimentación, trastornos del estado de ánimo y especialmente de ansiedad, adicciones, y por supuesto, y como ya hemos ido remarcando, la importancia de los déficits en habilidades sociales. Tendemos a pensar que estos pueden aparecer únicamente en adolescentes, y aunque suponen una muestra especialmente significativa por la cantidad de jóvenes que lo utilizan, también debemos tener presente el amplio uso existente de las redes sociales por parte de los adultos. Así pues, los problemas pueden aparecer en cualquier etapa del ciclo vital.
Finalmente pues, debemos considerar este tema como crucial y especialmente relevante, ya que forma parte de nuestro día a día. El uso adecuado, responsable y limitado junto al conocimiento de algunas de las trampas que esconden estas plataformas, debe formar parte de manera constante cuando nos conectemos e introduzcamos en la red. Además, es importante prestar atención a las leves señales que nos indiquen que quizás estamos o están utilizándolo inadecuadamente, fijándonos principalmente en la repercusión personal y social.
Como hemos indicado, las redes sociales pueden originar y mantener ciertos desajustes psicológicos. Si deseas ampliar tu información o crees que puede beneficiarte nuestra ayuda, no dudes en contactar con nuestro equipo de psicólogos situados en Mataró.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/redes_sociales-2501.jpg 670 960 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Redes sociales y autoestima
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Los prejuicios: características y repercusión

Podemos definir prejuicio como una opinión, valoración o crítica acerca de algo o alguien de manera anticipada. Es decir, se trata de una evaluación preconcebida, generalmente negativa, acerca de una persona o aspecto en concreto sin tener, a priori, datos suficientes que corroboren esa información. Allport (1965), en su libro The Nature of Prejudice, lo define como la etiquetación que hacemos de manera negativa, sobre la base de una forma de pensar que adoptamos desde pequeños. Esta manera de pensar aparece como resultado de la necesidad que tiene el ser humano de tomar decisiones firmes y concretas de forma rápida, recogiendo información generalizada de la que se tiene hasta el momento para emitir juicios, y sin contrastar su veracidad.
Las personas emitimos juicios y valoraciones constantes acerca de todo lo que nos rodea. Actuamos como científicos procurando proporcionar explicaciones aparentemente plausibles acerca de lo desconocido. En muchas ocasiones, la poca tolerancia a la incertidumbre es la variable que actuará como principal motivador. Junto a esto, nuestro sistema de creencias y el abanico de experiencias que hayamos tenido ante situaciones o estímulos similares durante nuestro recorrido vital precipitarán que se emita una valoración u otra acerca de lo que tenemos delante. Además, existen problemáticas psicológicas específicas que se ven acompañadas especialmente de estos sesgos de interpretación, tales como dificultades relacionadas con la autoestima o los trastornos del estado de ánimo como la depresión, donde los sesgos cognitivos pueden aparecer de forma más frecuente. Uno de los aspectos clave a tener en cuenta, es que los prejuicios, fruto principalmente del aprendizaje, acostumbran a ser automáticos e inconscientes, condicionando constantemente nuestra forma de actuar ante diferentes situaciones. Además de estas cabe tener en cuenta otras características importantes:
–    Subjetivos: La información en la que se basan tiende a ser, además de escasa, muy poco objetiva y fiable. Aunque tendemos a aceptar esta valoración y a darla casi por segura, ésta se basa en muy pocos datos los cuales ni siquiera han sido contrastados. Debemos considerar que podemos estar equivocados y flexibilizar nuestra forma de interpretar las variables del entorno.

–    Generalizados: Tras haber experimentado, presenciado y/o conocido situaciones, personas o estímulos similares, acostumbramos a realizar comparaciones entre estos, buscando similitudes que nos ayuden a lidiar con la falta de información y la incertidumbre. A partir de aquí, ante eventos nuevos, pero con cierta similitud, nos basamos en la información recogida previamente para encararlas. Ejemplos de generalización serían: He conocido a varias personas de barrios pobres, y casi todos han robado alguna vez; por lo tanto, los pobres son unos ladrones. O me ha mordido un perro, por lo tanto, todos los perros son agresivos y muerden.

–    Connotación negativa: Una de las principales limitaciones de los prejuicios es que acostumbran a estar cargados de negatividad. Así, las valoraciones previas parecen buscar más aquello que nos puede perjudicar, y no tanto los aspectos que pueden favorecer la proximidad y la consideración positiva. Es cierto que parecemos estar programados para evitar el peligro o el daño, y así afrontar mejor posibles situaciones conflictivas; pero debemos ser conscientes de que en muchas ocasiones, nuestra evaluación crítica y negativa está considerablemente distorsionada.

–    Firmes y rígidos: Los acostumbramos a poseer y considerar como verdades absolutas acerca del otro o de lo que nos rodea. Se tratan de afirmaciones profundas difícilmente cambiables a no ser que nos acostumbremos a cuestionar nuestras valoraciones y creencias acerca del mundo y de los demás. El hecho de ser tan inflexibles (considerarlos como inamovibles e irrefutables) promueve que las otras características se vean fortalecidas y se perpetúen. Dicho de otra manera, el tener la creencia de que “esto es así invariablemente” permite que la subjetividad, la generalización, y el carácter negativo ante estímulos parecidos, aparezcan con más facilidad.

Existen otros aspectos importantes a tener en cuenta en relación a estas opiniones preconcebidas. Aun así, debemos tener en cuenta la clara repercusión que poseen en nuestras vidas sociales, familiares, laborales y/o académicas. Aunque es inevitable poseer una tendencia automática a la evaluación de lo que nos envuelve, sí que está en nuestra mano cuestionarlo y considerar alternativas plausibles y objetivas que favorezcan una actitud exploratoria hacia nuestro entorno. El hecho de abrir y flexibilizar la mente, siendo conscientes en parte de nuestro sistema de creencias, puede acercarnos al otro, permitiendo aceptar ciertas características, y refutar o invalidar otras que a priori dábamos por absolutamente ciertas y verdaderas.
Si estás interesado en ampliar la información acerca de este u otros temas, en Mataró, nuestro equipo de psicólogos te proporcionará la ayuda que necesites. Contacta con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/prejudici-5442.jpg 933 1400 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Los prejuicios: características y repercusión
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La importancia del seguimiento y la prevención de recaídas

En todo tipo de intervención, sea psicológica, médica (entre estas la psiquiátrica) o de cualquier otra modalidad, existen diferentes fases cuya variabilidad en cuanto a importancia se refiere, es mínima. Junto a esto, cualquier problemática o enfermedad posee igualmente su curso particular, requiriendo por lo tanto, un tratamiento específico, con la aplicación de estrategias concretas, y con aproximadamente un numero de sesiones determinado. Además pero, para facilitar el mantenimiento de los resultados a largo plazo es imprescindible dedicar una cierta cantidad al trabajo de la prevención de recaídas, junto al seguimiento de la evolución de la persona tras la finalización del tratamiento.

Así pues, la prevención de recaídas se centra en identificar, analizar y discutir con la persona, las posibles dificultades y contratiempos que podrían entorpecer la evolución adecuada de su problemática. En este sentido, se busca fortalecer al paciente con estrategias específicas para afrontar posibles situaciones difíciles. Para ello, independiente del motivo de consulta presentado (sea este un problema adaptativo, dificultades para gestionar la ansiedad, problemas de autoestima, problema de adicción, etc.) una parte importante consiste en concienciarnos y aceptar la posibilidad de encontrarnos con complicaciones. Aunque es relevante la consideración del profesional, el hecho de sufrir una pequeña recaída no significa que regresemos al punto de partida. Superar estos baches forma parte de la mejora y ayuda a fortalecer los mecanismos de afrontamiento aprendidos. Por esta razón, se considera en sí un aprendizaje. Por otro lado, deberemos estudiar aquellos aspectos que han permitido o facilitado que la persona mejorara, procurando desglosar y especificar todos sus componentes, y asegurándonos de que el paciente haya comprendido y aplicado correctamente los métodos propuestos. Entre estos se encuentran los recursos de la propia persona y de su entorno: la colaboración y comprensión de los allegados, la predisposición personal o la resiliencia son aspectos cruciales a tener en cuenta. Sin embargo, no debemos olvidar detectar y trabajar las limitaciones de todos los ámbitos.

Es cierto que las características de la persona y de las dificultades presentadas suponen aspectos cruciales a tener presentes de cara a la planificación de objetivos específicos a conseguir, sean estos durante o al final del tratamiento. A pesar de ello, resulta especialmente útil aprender a no minimizar los logros conseguidos y adoptar una mirada realista cuando el estado de ánimo o la situación empeore. Se recomienda también el uso de autorregistros tanto durante, como al final del tratamiento ayudan a la persona a observar y valorar su progreso, permitiendo además facilitar al profesional el análisis de los momentos y circunstancias de los empeoramientos en caso de existir estos. En esta misma línea, cada cierto tiempo es útil administrar aquellos cuestionarios o pruebas utilizadas al inicio de la intervención, de tal manera que obtengamos una medida estandarizada del progreso del paciente en diferentes momentos.

Cabe remarcar, que siempre que sea posible debe facilitarse un teléfono de contacto a la persona para resolver posibles contratiempos. Esto a su vez permite realizar el seguimiento sin necesidad de acudir presencialmente, aunque en ocasiones puede resultar beneficioso realizar las sesiones cara a cara.  Adoptemos una forma u otro, el objetivo siempre es asegurarnos de mantener el bienestar del individuo.

De esta forma, el seguimiento a corto, medio y largo plazo junto al trabajo centrado en la prevención de recaídas supone un componente crucial de cualquier tratamiento, ya que permite no solamente observar la evolución de la persona, sino dotar a esta de recursos y estrategias específicas para encarar situaciones futuras que puedan entrometerse entre ella y su bienestar psicológico.

Si quieres profundizar acerca de este u otros temas que consideres importantes, nuestros profesionales situados en Mataró procurarán resolver todas tus inquietudes. Ponte en contacto con nosotros, te ayudaremos.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/prevencion-0433.jpg 422 583 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La importancia del seguimiento y la prevención de recaídas
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La negociación familiar

A menudo hemos oído hablar de la importancia de la negociación familiar, pero a la vez, nos vienen dudas que hacen plantearnos preguntas como; ¿qué es exactamente? ¿Cuándo la tenemos que utilizar? ¿De qué manera? ¿Nos aportará beneficios?

En este breve artículo queremos aclararle todas estas preguntas frecuentes que pueden haber surgido alguna vez.

La negociación familiar trata de restablecer la comunicación entre los diferentes miembros que forman la familia en cuestión. Deberíamos utilizarla siempre, cualquier situación puede generar diferencias entre miembros que, hablando, se podrán solucionar.
Los beneficios principales que nos aportará será fomentar actitudes de colaboración entre los y las miembros (no de competición entre diferentes opiniones), y ser capaces entre todos y todas de encontrar nuevas maneras de solucionar un mismo conflicto. Es importante que negociamos intereses en el ámbito familiar y no posiciones personales concretas de un / a miembro. Debemos tener en cuenta que en la negociación se trata de situar a todos y todas en el mismo bando y crear nuevas formas de consenso tomando propias decisiones. Se trata de conseguir de crear un espacio neutral, tranquilo y confidencial donde poder lleva a cabo esta actividad.
La metodología que hemos de emplear consta de cuatro pasos a seguir:

1. Exposición del problema. Que servirá para obtener toda información de la situación problema e interpretarla haciendo participar a la totalidad de miembros implicados / as.
2. Búsqueda de acuerdos para llegar a un consenso que nos llevará a la solución del problema.
3. Elección de la solución que nos parezca más efectiva y eficaz consensuada entre todos y todas las miembros.
4. Poner la solución elegida en práctica. Es necesario que también tengamos presente que condiciones básicas deben darse para una buena conciliación: que todas las partes estén «en frío» y puedan hablar y escolar con calma, saber pedir perdón y hacerlo si es conveniente, evitar malos modos a la hora de dirigirse a los demás miembros y está dispuestos / as a ceder, sino no estamos negociando.
Nuestro equipo de profesionales situado en Mataró, te ayudará y facilitará información en caso de querer profundizar sobre esta temática. No dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/familia-2936.jpg 294 441 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La negociación familiar
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La Teoría de la Mente

La Teoría de la Mente o Cognición Social se entiende como la capacidad o habilidad para comprender, atribuir y predecir conductas, pensamientos, emociones e intenciones en los demás. El concepto, actualmente crucial para explicar ciertos problemas psicológicos, tiene su origen a finales de los años ochenta, obra de Premack y Woodruf quienes introdujeron el término a partir de diversos estudios experimentales donde intentaban demostrar que los chimpancés podían poseer cierta comprensión de la mente humana.

Cuando hablamos de este particular mecanismo, debemos tener en cuenta que se trata de un conjunto complejo de habilidades metacognitivas. La metacognición alude a la capacidad para comprender y reflexionar sobre los propios procesos mentales, es decir, tener la habilidad de “pensar que pensamos”. Así, a partir de la psicología y especialmente de las aportaciones de la neuropsicología, se han encontrado áreas cerebrales y mecanismos específicos que pueden ayudar a detectar déficits más o menos graves relacionados con la Cognición Social. Entre ellos se encuentran los siguientes:

–    El reconocimiento facial de emociones: la detección de tristeza, rabia y especialmente del miedo, a través de gestos faciales específicos supone una habilidad muy característica de las personas que tienen desarrollada de manera adecuada esta habilidad. La amígdala es la principal responsable de este complejo proceso.
–    Detección de creencias falsas: La comprensión de creencias falsas es otro aspecto importante. Para evaluarlo existe el ejercicio de “Sally y Ana”, donde la persona, o en este caso el niño ve a Sally (una muñeca) escondiendo una canica en su cesta y se va; seguidamente Ana cambia la canica a su propia cesta. Posteriormente se le pregunta dónde buscará Sally la canica. Se ha encontrado evidencia a favor de que las personas afectadas de autismo poseen un claro déficit en este mecanismo. En el caso del Síndrome de Asperger la repercusión es menor.
–    La ironía y la mentira: la interpretación no literal o la capacidad de detectar el discurso metafórico es clave para relacionarnos a nivel social. El desarrollo de estos dos componentes es un importante indicador del funcionamiento de esta teoría.
–    La empatía: El saber comprender los estados emocionales de los demás y transmitirlo de manera adecuada mediante escucha y atención supone un elevado nivel de cognición social.

Además de estos existen otros subprocesos que nos pueden ayudar a identificar las alteraciones que impiden una buena ejecución de este recurso. Junto al autismo, otra de las patologías en las que se ha encontrado una clara deficiencia de esta habilidad, es la esquizofrenia. Además de la afectación de la amígdala, las funciones ejecutivas y especialmente el área frontal del cerebro se encuentran especialmente deterioradas en esta enfermedad. Justamente estas áreas facilitan mucho el desarrollo de nuestras habilidades de comprensión y juicio social.  

Nuestro cerebro parece encaminado a combatir la incertidumbre que generan ciertas situaciones del entorno. La Teoría de la Mente supone una habilidad clave para paliar con este factor. Su afectación puede aparecer en edades muy diversas y por causas igualmente variables. Si quieres ampliar la información sobre este u otro aspecto, ponte en contacto con nosotros. Nuestro equipo de psicólogos situado en Mataró resolverá las dudas e intereses que tengas.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/ment-4057.jpg 409 540 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53La Teoría de la Mente
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Qué son y cómo podemos detectar alumnado con altas capacidades?

El alumnado con altas capacidades obtienen respuestas notablemente por encima de la media de otros individuos de la misma edad, experiencia o entorno. No solo es en el área cognitiva donde obtienen resultados muy satisfactorios sino que pueden destacar en otros ámbitos como en el artístico/creativo, deportivo…
Las altas capacidades se pueden encontrar en niños y adolescentes de todos los grupos culturales, en todos los niveles sociales y en todos los ámbitos de la actividad humana.
Dentro de la familia de las altas capacidades, a nivel psicológico, podemos hacer tres tipos de diagnósticos diferentes:

– La precocidad intelectual: nos referiremos a aquellos alumnos que, por una cuestión evolutiva únicamente, aprenden más rápido que los otros alumnos de la misma edad. Por tanto, no estaría indicando niveles superiores de inteligencia. Con el tiempo, a medida que el niño va madurando, estos niveles se equilibran y / o estabilizan obteniendo resultados dentro de la normalidad.

– La superdotación: sólo a partir de los 12 años podríamos hablar de un posible caso de superdotación. En edades más tempranas, nos podríamos confundir con un caso de precocidad. El alumnado con sobredotación presenta niveles por encima del promedio de alumnos de su edad en todas las áreas. Por tanto, no sólo nos fijaremos en el nivel de inteligencia sino también en otras áreas como la creatividad, la gestión de emociones o la resolución de problemas.

– El talento: el alumnado que presenta un talento hace referencia a niños que tienen una aptitud muy notoria en algunas áreas concretas. Hablaríamos de talento simple cuando sólo presenta aptitud en un área específica y, con respecto a las otras áreas, obtienen resultados dentro de la normalidad. Y en cambio, hablaríamos de talento complejo cuando fueran dos o más áreas específicas las que presentaran valores por encima de la media. Debemos tener en cuenta que se puede tener un talento tanto a nivel artístico, como espacial, como social ..

Este alumnado, junto con su familia, debe recibir unas orientaciones específicas en el aula y también a nivel psicológico. Es por este motivo que es tan necesario acudir a un / a profesional especializado / a (psicólogo / a) si se detecta cualquier síntoma que pueda relacionarse con las altas capacidades para poder hacer un diagnóstico preciso. Asimismo, también es esencial que hacer las coordinaciones pertinentes con el centro educativo al que asista el alumno con el fin de ajustar al máximo una adaptación curricular que incluya las adaptaciones flexibles necesarias para optimizar al máximo el rendimiento de estos alumnos aceptando su ritmo de aprendizaje, teniendo en cuenta sus intereses, velando por su motivación e inclusión en el aula en todo momento. Nuestro equipo de profesionales situado en Mataró, te ayudará y facilitará información en caso de querer profundizar sobre esta temática. No dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/alt._cap-0927.jpg 420 630 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Qué son y cómo podemos detectar alumnado con altas capacidades?
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Cómo encarar la vuelta a la rutina

Tras un periodo más o menos prolongado de relajación, tranquilidad y en definitiva, de desconexión, el regreso a los hábitos rutinarios puede resultar complicado e incluso provocar ciertas alteraciones físicas y emocionales. En este sentido, aunque existe mucha variabilidad en función de la persona, existen algunos síntomas o problemas que pueden aparecer fácilmente en esta época del año. Por ello, es importante tomar conciencia de nuestro estado y de los factores que alteran nuestro equilibrio vital para poder combatirlos de una forma más eficiente.

La irritabilidad, la fatiga, la apatía, el estrés, la ansiedad o los problemas de sueño son algunos de los ejemplos que pueden configurar lo que algunos conocen como “síndrome post-vacacional”. Estos pueden estar asociados a diferentes áreas; aunque tienden a estar vinculadas al área laboral, también pueden aparecer asociadas al área familiar, social o académica. Es importante tener en cuenta que el hecho de sufrir un cierto malestar o desajuste en este periodo de transición es totalmente normal, e incluso en parte algo útil y necesario. En este sentido, si no genera una alteración significativa puede servir para adquirir una mayor conciencia sobre la necesidad de cambiar de rutina y focalizarnos en otro tipo de actividades, aunque a priori estas se presenten como más desagradables para algunos. Por otro lado, en algunos casos pueden existir dificultades importantes que impidan que se establezca una introducción adecuada y saludable al nuevo ritmo de vida, pudiendo aparecer problemas psicológicos específicos como trastornos del estado de ánimo o dificultades relacionadas con la autoestima.

A partir de lo comentado, a continuación te facilitamos algunas estrategias para ayudarte a encarar la vuelta a la rutina:

–    Periodo de adaptación: Tal y como hemos comentado, es importante concienciarnos de la necesidad de respetar un periodo de reintroducción a los hábitos “olvidados”. Así, aunque sea algo poco habitual y difícil de llevar a cabo, se aconseja planificar la vuelta unos días antes de esta para reducir el impacto repentino de la incorporación e ir preparándonos para el cambio.

–    Regular el sueño: Es importante descansar y respetar nuestras horas de sueño. Inicialmente puede ser complicado volver a acostarse y levantarse pronto, por lo que debemos ser pacientes, y tener presente que es importante conservar nuestro ritmo de sueño para que sea totalmente reparador y nos proporcione la energía necesaria para empezar el día.

–    Evitar el pensamiento dicotómico: Es habitual caer en la tentación de idealizar el periodo vacacional y denigrar el trabajo o las actividades más rutinarias. Todo posee un punto intermedio y es importante adoptar una mirada objetiva y realista, procurando cuestionar y positivizar los aspectos negativos que anticipemos.
–    Reforzamiento positivo: Relacionado con el punto anterior, debemos buscar y analizar las cosas positivas tanto de nosotros mismos como del entorno. Esto favorecerá que experimentamos un mejor estado de ánimo, y, por lo tanto, permitirá que tengamos un buen rendimiento.

–    De menos a más: Es recomendable que el nivel de actividad y de autoexigencia aumente de manera progresiva. En algunos casos puede ser complicado debido a las exigencias del entorno, pero aun así hay que tener presente la importancia de ir poco a poco y marcarnos objetivos paulatinamente más complejos.

Además de estas, existen otras recomendaciones que pueden resultar útiles para ayudarte a reincorporarte a tus hábitos rutinarios. Aunque en ocasiones es difícil de superar y sobrellevar, existen medidas encaradas a conseguir que sea más llevadero y a favorecer un mayor grado de motivación en esta importante época del año.

Si quieres recibir más información al respecto, no dudes en contactar con nosotros. Te proporcionaremos una atención personal y profesional.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/despertador-2902.jpg 565 849 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:46:282022-05-09 18:01:53Cómo encarar la vuelta a la rutina
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El Duelo: tipos y fases

Podemos definir el duelo como el conjunto de respuestas físicas, emocionales y conductuales que aparecen tras una pérdida. Este abanico de elementos, surge en el individuo para restaurar su equilibrio o bienestar psicológico. De esta manera, también lo podríamos entender como un proceso de adaptación. Por lo que respecta a la pérdida en sí, aunque comúnmente se habla de las relacionadas con los seres queridos, también pueden concernir a elementos u objetos significativos para la persona. En este sentido, y a pesar de que existen situaciones universales en las que surge el duelo con una elevada probabilidad (p.ej., la muerte de una persona próxima), cada uno de nosotros podremos experimentarlo en diferentes situaciones y de diferente manera, en función del significado emocional que atribuyamos a los elementos de nuestro entorno.

¿QUÉ TIPOS DE DUELO EXISTEN?

Aunque una amplia variedad de clasificaciones para delimitar este concepto, es importante establecer una diferenciación comprensiva, principalmente en función del malestar o deterioro personal asociado. En base a este criterio, a nivel general podemos hablar de los siguientes:

Duelo “normal” o no complicado: Resulta crucial tener en cuenta este subtipo. Como la propia palabra indica, se trata de la reacción psicológica normal tras la pérdida de alguien o de algo con lo que manteníamos un vínculo emocional significativo. El hecho de sentirnos mal, estar tristes, nerviosos o con menos ganas de hacer cosas, no indican de por sí la presencia de una enfermedad o patología en concreto. Todos sufrimos ante una pérdida importante para nosotros, y el conjunto de reacciones o síntomas que aparecen posteriormente pueden formar parte de un proceso de adaptación normal. Como a continuación veremos, deberá tenerse en cuenta el grado o nivel de malestar que supone para la persona y las limitaciones que esto supone en su día a día.

Duelo patológico o complicado: Cuando existe un sufrimiento acusado a través de la intensificación de los síntomas como la ansiedad, el estrés o la depresión que llegan a repercutir de manera significativa en la vida de la persona, podemos estar delante de un duelo patológico. La persona puede experimentar sentimientos de desesperación y acudir a conductas desadaptativas para afrontar el malestar. Un criterio también utilizado es el temporal, según el cual un duelo puede considerarse normal si dura entre 6 meses y un año. Aun así, deberemos siempre considerar el grado de malestar y deterioro que produce. Dentro de este subtipo, se han propuesto otras categorías como el duelo retrasado (aparece después de un tiempo tras la pérdida), enmascarado (la persona niega que las reacciones tengan que ver con la pérdida) o el exagerado (intensificación acusada de los síntomas). Todos ellos reflejarían una complicación en el proceso. En algunas ocasiones, es posible que el problema derive en algún trastorno específico, como puede ser el Trastorno Depresivo Mayor o el Trastorno de Pánico, los cuales estarían reflejando un empeoramiento de la sintomatología mostrada.

¿CUÁLES SON LAS FASES DEL DUELO?  

A parte de los diferentes subtipos, existe un cierto acuerdo en cuanto a las fases que aparecen en este proceso:

Negación: En esta primera fase la persona puede intentar negar la pérdida ignorando la información al respecto o evitando pensar en ello. Así pues, evitará y negará las pruebas o evidencias que confirmen que ha sucedido.

Enfado: También llamada de ira o indiferencia. La persona, al empezar a “ser consciente” de lo sucedido, puede reflejar malestar por no poder evitar la pérdida. Esta fase se caracteriza además por la tendencia a buscar posibles explicaciones, causas e incluso culpables que ayuden a comprender lo que ha pasado.

Negociación: La persona busca recuperar el control, y por ello intenta negociar consigo mismo o el entorno a través de procurar entender los pros y los contras de lo sucedido. Básicamente buscamos una solución a la pérdida a pesar de ser conscientes de la imposibilidad de hacerlo. Son típicas las frases como “si hubiéramos acudido antes al médico…” o “si hubiera estado all텔.

Dolor emocional o Depresión: Se experimentan sentimientos de tristeza y dolor con más o menos intensidad y recurrencia. En esta fase la reacción emocional se relaciona principalmente con una disminución del estado de ánimo.

Aceptación: Es la última fase del proceso, donde tras la resistencia empleada en las fases anteriores la persona asume que lo sucedido es inevitable. La visión sobre la situación cambia y la aceptación emocional suele ser más protagonista. A pesar de ello, esta fase no significa olvidar.

La presencia de estas fases no se da en todas las personas, y mucho menos con el orden expuesto. Además, aunque este proceso es el común, podemos saltar de una a otra o incluso situarnos al final o al principio del proceso en distintos momentos a lo largo del duelo. Estos “saltos” pueden tener que ver con el contexto que nos esté envolviendo en ese momento. De esta manera, si a este proceso le sumamos por ejemplo una situación estresante en el trabajo, podemos quedarnos anclados por más tiempo en alguna de sus fases, y mostrar un malestar más acentuado.

El duelo es un mecanismo o proceso que todos vivimos a lo largo de nuestras vidas. Afecta a todo tipo de población por lo que su abordaje desde los diferentes campos de la psicología resulta especialmente atractivo y relevante. Existen muchas alternativas a la hora de tratar este tema, las cuales han demostrado ser útiles para disminuir el malestar que genera.

Si quieres recibir más información o tienes alguna pregunta, nuestro equipo de psicólogos te proporcionará toda la atención que necesites.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/duelo-4749.jpg 425 697 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:53El Duelo: tipos y fases
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Factores de riesgo asociados al estrés y la ansiedad

Actualmente, la ansiedad se define como una respuesta de carácter más o menos inmediato al peligro o amenaza. En términos científicos es denominada como la reacción de lucha o huida que permite a la persona enfrentarse a la situación o escapar. Ésta, habitualmente va acompañada de una serie de sensaciones como sudoración, mareo, palpitaciones, visión borrosa, entre otras., los cuales a pesar de no ser nocivas, en ocasiones producen un gran malestar.  Por otro lado, el estrés es considerado como el proceso mediante el cual la persona realiza una infravaloración de sus recursos personales para afrontar una demanda externa. Dicho de otra manera, este fenómeno aparece cuando percibimos un acontecimiento o situación específica como desbordante y que excede a nuestros propios recursos. Comúnmente aparece ante ciertos cambios, los cuales pueden exigir un sobresfuerzo y poner en peligro nuestro bienestar.
Así, tal y como puede derivarse de ambas definiciones existen diferencias sutiles tanto a nivel cualitativo como cuantitativo entre ambos términos; principalmente, se habla de que el estrés es un estado más o menos prolongado el cual tiende a desaparecer cuando la demanda externa se soluciona o termina. La ansiedad, en cambio, acostumbra a ser un estado emocional más repentino asociado a un peligro real o imaginario, y sus reacciones fisiológicas suelen ser más intensas, pudiendo confluir en un ataque de pánico. A pesar de ello, los términos suelen utilizarse como sinónimos, ya que producen síntomas muy similares y pueden llegar a limitar mucho a la persona que los sufre. Además, afectan tanto a población adulta como infanto-juvenil, y aunque es inevitable experimentarlos, es importante aprender a gestionarlos para que no nos impidan llevar un estilo de vida adecuado y óptimo.
En cuanto a los posibles factores que pueden contribuir y precipitar estos estados, resulta útil distinguir entre variables personales y variables externas o ambientales:
Factores personales
Entre ellos, pueden encontrarse evidentemente el sufrir ciertos problemas de salud que conlleven síntomas de estrés o ansiedad, los cuales son los primeros que deben descartarse de cara a determinar la adecuación de un tipo de tratamiento u otro (farmacológico o psicológico). Además pero, ciertos rasgos y características de personalidad como la obsesividad, la rigidez, la sensibilidad, la mala regulación emocional o la irritabilidad pueden favorecer un estado de ánimo primordialmente ansioso. Junto a estos, el poseer un locus de control primordialmente interno (tendencia a atribuir tanto los éxitos como los fracasos a uno mismo) puede llevar consigo, en ocasiones, este tipo de sintomatología.
Relacionado con el último aspecto, de entre las principales características individuales, merece la pena destacar el estilo cognitivo. En este se encuentran inmiscuidos nuestros pensamientos, creencias e interpretaciones acerca de nosotros mismos y el mundo. Así, el adoptar un punto de vista poco objetivo, a través de una visión sobre las cosas principalmente dicotómica (blanco o negro), absolutista o generalista puede resultar especialmente negativo.
También es importante remarcar el establecimiento de hábitos inadecuados, como dedicar poco tiempo al ocio o a uno mismo, lo cual confluye poco a poco en un ritmo de vida progresivamente más acelerado.
Del análisis de este tipo de variables se deriva la importancia que juega nuestras características, siendo especialmente relevante la manera en que afrontamos las diferentes situaciones. Además, de ello se deduce que los diferentes acontecimientos que expondremos a continuación pueden afectar en mayor o menor grado en función de los factores comentados anteriormente.
Factores externos
En este apartado se incluyen todas aquellas situaciones o circunstancias que habitualmente, de por sí, poseen un carácter potencialmente negativo y amenazante para el bienestar de la persona. Así, principalmente hablamos de aspectos relacionados con cambios bruscos y/o repentinos que vulneran el estado de salud, como pueden ser el fallecimiento de un ser querido, la pérdida o el cambio de trabajo, el embarazo, la detección de una enfermedad, etc.
Junto a estos, que habitualmente generan un estado inicial de gran malestar, también es importante resaltar aquellos eventos “menores” que contribuyen a perpetuar este estado. Algunos posibles son: discusiones o conflictos familiares, laborales o sociales, el llegar tarde, conducir bajo condiciones ambientales complicadas, exceso de obligaciones, entre otros.

Así pues, es importante detectar aquellas fuentes que nos están generando estos y otros síntomas, procurando además, analizar si nuestra interpretación está siendo la adecuada teniendo en cuenta la situación y sus características. El estrés y la ansiedad forman parte de nuestro día a día, y existe evidencia de que no solo son dos de los problemas más prevalentes, sino que con el tiempo parece que su incidencia está incrementando.
En nuestro centro de psicología, situado en Mataró, recibirás toda la información y ayuda que necesites. Si tienes alguna pregunta al respecto, no dudes en contactar con nosotros.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/ansiedad-3616.jpg 380 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:45:312022-05-09 18:01:54Factores de riesgo asociados al estrés y la ansiedad
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