Dentro del mundo de la psicología, existen constructos que van más allá de las patologías, y que definen perfiles y estilos de personalidad que nos ayudan a comprender la gran variedad y complejidad existentes en cada uno de nosotros. Este es el caso de la alta sensibilidad o de las personas altamente sensibles (PAS); un concepto que está en pleno proceso de estudio y evolución, el cual se dice, por el momento, que puede afectar hasta un 20% de la población.
Su aparición se sitúa en 1991, cuando la investigadora Elaine Aron propone el término “sensibilidad de proceso sensorial”, representando este a personas con un sistema nervioso más sensible, las cuales pueden percibir y ser conscientes de ciertas sutilezas en el entorno, imperceptibles para la mayoría, y que se abrume con facilidad cuando se encuentre en un contexto altamente estimulante. Así, estas personas acostumbran a sufrir un fuerte impacto emocional ante estímulos estresantes. Por ejemplo, una persona sensible se preocupa y empatiza por el dolor de los demás, mientras que una hipersensible llega a experimentar el dolor de los otros. De esta forma, estas personas procesan y perciben mucho más todo lo que les rodea, reflexionando, elaborando y haciendo asociaciones continuas. Y no por ser más débiles o inadecuados, sino por su genética.
A continuación se exponen las principales características de las personas altamente sensibles (PAS):
- Sobreestimulación y sensibilidad hacia sutilezas: Perciben una cantidad de estímulos mucho mayor dentro de cada ambiente, y además, lo hacen con más intensidad. Junto a esto, tienen facilidad para detectar detalles que pueden pasar desapercibidos para la mayoría de las personas.
- Procesamiento profundo: Estas personas no únicamente perciben y captan un mayor cantidad de estímulos, sino que llevan a cabo un procesamiento minucioso y profundo de la información. Evalúan y comparan escenas del pasado y presentes para tomar la mejor decisión.
- Alta emocionalidad y empatía: Conectan con facilidad con los estados emocionales propios y ajenos, y suelen sentirse identificados con la expresión “montaña rusa”, ya que viven tan intensamente los sentimientos, que suelen variar con facilidad. Además, se está evidenciando que poseen una mayor actividad en las zonas cerebrales donde se sitúan las neuronas espejo.
- Somatización o expresión física: Acostumbran a expresar sus estados emocionales a través del cuerpo, y además refieren una extrasensibilidad hacia ciertas texturas. Esto puede provocarles sentirse incómodos en algunas circunstancias, especialmente ante el exceso de estimulación (sobretodo ruidos) o ante reacciones emocionales intensas.
Inicialmente estas personas eran etiquetadas como tímidas, introvertidas o inhibidas, pero todo lo contrario. Se comenta que el 30% de ellas, son en realidad extrovertidas, y solo parecen inhibidos porque en realidad son muy conscientes de todas las posibilidades de cada situación. Por ello, se detienen antes de actuar, reflexionando y analizando experiencias anteriores.
Por último, cabe mencionar que el PAS no es un trastorno psicológico como lo pueden ser los trastornos de ansiedad o depresivos, sino un rasgo de personalidad, temperamental, el cual ayuda a comprender el funcionamiento de muchas personas en nuestra sociedad.
Si te sientes identificado y quieres conocer más, o te interesa cualquier otro tema, ponte en contacto con nuestro equipo de psicólogos, en Mataró, te brindaremos toda la información y ayuda que necesites.