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Noticias

La fobia específica

La fobia específica

Este tipo de trastorno se caracteriza por un miedo intenso y persistente a ciertos objetos o situaciones.
El hecho de tener que enfrentarse a estos estímulo fóbicos provoca una respuesta inmediata de ansiedad. Esta respuesta puede adquirir la forma de una crisis de angustia.
En muchos casos, los adolescente y adultos que padecen este trastorno si son capaces de reconocer que este temor es excesivo e irracional, cosa que no sucede a veces en el caso de los niños. En la mayoría de las ocasiones el afectado evita tener que enfrentarse a la situación temida, si bien a veces puede experimentarse, aunque con sumo terror.
Para poder hablar de Fobia Específica como tal, la problemática debe interferir significativamente con las actividades cotidianas del individuo, con sus relaciones laborales o sociales, y provocar un malestar evidente.
Aquellas personas afectadas, experimentan un terror marcado, persistente y excesivo o irracional cuando se encuentra en presencia del objeto o situación temido, o bien cuando anticipan su aparición. El objeto del miedo puede ser la propia anticipación del peligro o daño inherente al objeto o situación (ej. el individuo puede temer viajar en avión debido al miedo de estrellarse, puede temer a los perros por miedo a ser mordido o puede temer conducir un coche por miedo a tener un accidente).
Las fobias específicas también pueden hacer referencia a la posibilidad de perder el control, angustiarse y desmayarse al exponerse al objeto temido.?Por ejemplo, los individuos temerosos de la sangre y las heridas pueden estar preocupados asimismo por la posibilidad de desmayarse, los que tienen miedo a las alturas también pueden sentir inquietud por los mareos y los que tienen miedo a las aglomeraciones pueden preocuparse asimismo por la posibilidad de perder el control y empezar a gritar entre la gente.
La aparición de ansiedad al enfrentar a la persona a la situación u objeto temido es inmediata y casi?invariable, aunque el nivel de ansiedad o temor suele variar en función del grado de proximidad al estímulo fóbico  y al grado en que la huida se vea limitada.
Sin embargo, la intensidad del temor no siempre se relaciona de forma tan previsible con el estímulo fóbico.
Existen diferentes subtipos de fobias específicas, y la clasificación más frecuente de estos es:
TIPO ANIMAL: El miedo hace referencia a animales o insectos. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.
TIPO AMBIENTAL: el miedo hace referencia a situaciones relacionada con la naturaleza y los fenómenos atmosféricos como tormentas, precipicios o agua. Este subtipo suele iniciarse en la infancia.
TIPO SANGRE – INYECCIONES – DAÑOS: El miedo hace referencia a la visión de sangre o heridas, o a recibir inyecciones u otras intervenciones médicas de carácter invasivo. Este subtipo presenta una incidencia marcadamente familiar y suele caracterizarse por una intensa respuesta vasovagal.
TIPO SITUACIONAL: El miedo hace referencia a situaciones específicas como transporte públicos, túneles, puentes, ascensores, aviones, coche o recintos cerrados. El inicio de este trastorno sigue una distribución bimodal, con un pico de mayor incidencia en la segunda infancia y otro a mitad de la tercera década de la vida. Su incidencia en función del sexo, su patrón de incidencia familiar y su edad de inicio son similares a los de trastornos de angustia con agorafobia.
OTROS TIPOS: El miedo hace referencia a otro tipo de estímulos entre los que se incluyen las situaciones que pueden conducir al atragantamiento, al vómito, a la adquisición de una enfermedad; fobia a los espacios, a los sonidos altos o a las personas disfrazadas…

EN LA ACTUALIDAD SE ENCUENTRAN DESCRITOS MÁS DE 7000 TIPOS O FORMAS DE FOBIA ESPECIFICA

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/fobia-4536.jpg 319 480 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:50La fobia específica
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El niño que no quiere dormir, Pesadillas y Terrores Nocturnos

1) EL NIÑO QUE NO QUIERE ACOSTARSEUn niño se resiste a acostarse por diversos motivos. Puede tener miedo de la oscuridad o de no despertarse, o se siente inseguro cuando está solo. Indudablemente, le gustaría más jugar o ver la televisión y, en realidad, preferiría la compañía y atención de sus padres.
Cuando los niños se hacen mayores, su vida social adquiere preponderancia. No obstante, todos los niños deben tener su hora de acostarse y si se quiere paz en casa, los padres no pueden transigir en esta cuestión. Los padres que dicen «chicos, ¿no creéis que ha llegado el momento de acostarse?>>, han declinado su responsabilidad y sus hijos no se acostarán a la hora adecuada. Los padres que siempre permiten al niño permanecer levantado «sólo un poco más», tendrán siempre problemas con el momento de acostarse. De haber la menor posibilidad de transigir, los niños más nerviosos se agarrarán a ella. De ahí pues que para muchos padres, conseguir acostar a sus hijos es una más de las batallas al final de un largo día, justo en el momento en que ellos necesitan tiempo para sí mismos.
Para los padres novatos, seguir los consejos que se explican aquí, puede zanjar los problemas nocturnos antes de que empiecen. Si la hora de acostarse ya es un problema, será necesario planificar nuevas iniciativas para conseguir que el niño duerma. Es importante decidir lo que se hará, que el niño sepa que el cambio es inminente y que el día 1 hay que poner el plan en marcha.

Decidir cuando hay que acostarseSe debe decidir el momento preciso en que el niño debe acostarse y, una vez decidido, proceder con firmeza. Esto no significa que los padres deban ser absolutamente rígidos e insistir en que el niño debe estar siempre en la cama a las ocho en punto, aunque justo en aquel momento acabe de llegar papá o esté en casa el tío José. Sin embargo, cuanto más capaces sean los padres de concretar el momento de acostarse, más fácil será conseguir que el niño se duerma a una hora fija.
Importante: No utilice la palabra «oscuro» para indicar el momento de acostarse, porque en verano con la luz de día esto será causa de problemas.

Crear hábitos para ir a dormirLos niños encuentran seguridad en la rutina. Les gusta la seguridad de lo habitual y es importante disponer de ciertos objetos con los que pueden contar. Por ejemplo, tener su martillo azul en la cama, junto a él, cada noche. Besar a todo el mundo antes de irse a su habitación y después todo el mundo tiene que ir a darle un beso cuando ya está en la cama; a otros les puede gustar colocar todas sus muñecas bajo la manta, junto a ellos.
Tanto los rituales como los detalles reconfortantes de seguridad, tales como mantas viejas o perros de trapo, de los que dependen algunos niños, les sirven para separarse de los seres queridos y pasar del estado de vigilia al de sueño.
Los padres no deben reírse de los hábitos del niño, pero por otra parte, tampoco deben consentir que se vuelvan demasiado pesados. Se ha de limitar el número de juguetes que el niño se lleva a la cama, por ejemplo, se puede llevar un libro y un juguete, que escoja. Algunos niños alargan esto demasiado, lo que comporta quince minutos adicionales para conseguir que, por fin, se vayan a la cama.

Hábitos nocturnos regularesA los niños siempre les gusta saber lo que ocurrirá un instante después de ahora. Unos hábitos nocturnos regulares conseguirán que el niño sepa que el momento de acostarse se acerca y que ha llegado el momento de parar.
Se puede seguir esta guía para establecer una rutina nocturna.

– Simplificar: tomar en consideración el horario de la familia y las preferencias del niño. No comenzar con normas que después no se seguirán. La rutina de acostarse debe proporcionar una sensación de seguridad cálida, un final del día confortable. Se discutirán por encima las incidencias del día que termina y se planearán cosas para el día siguiente. Preparar sus ropas para el día siguiente, junto a los libros, será de utilidad para niños más crecidos. Leer un cuento o comer una galleta ayudará a otros niños a entender que ha llegado el momento de acostarse. Utilizar señales que hagan patente la rutina

– El niño debe saber cuándo empieza la rutina del momento de acostarse. Puede ser tan simple como decir «el momento de irse a la cama es el momento en que termina tal o cual programa de televisión».O se pueden intentar señales visuales. Por ejemplo, dibujar un círculo en una hoja de papel de color, dividirlo en secciones clasificadas como hora de jugar, hora de acostarse y hora de los cuentos. Hacer una flecha de papel y fijarla en el centro del círculo. Señalar con la flecha en la sección apropiada cuando llegue el momento. O se puede dibujar un reloj con las manecillas señalando el momento de acostarse y colocarlo cerca del reloj real. Cuando las manecillas del reloj real coincidan con las del reloj casero, el niño sabe que es el momento de irse a la cama.
  

– Mantener al niño calmado. Las peleas o los juegos muy activos inmediatamente antes de irse a la cama, no preparan al niño      para dormir.
Media hora antes de acostarse, el niño debe encontrarse relajado para cuando llegue el momento. Más que una guerra de almohadas o un juego de pelota serán unas costumbres sosegadas que incluyan la higiene habitual, la lectura, la narración de cuentos o la música. Todo esto, que suaviza el momento de acostarse, también debe seguirlo la persona que se ocupe del niño o la abuelita, cuando ponga al niño en la cama, o cuando es más tarde y el niño, agotado, precisa una ayuda adicional para conseguir una noche de calma.

– Hacerlo especial. Lo ideal sería que el momento de acostarse fuera cálido y acogedor. Tanto para los padres como para el niño es un momento de calor y de seguridad. A muchos niños les encanta escuchar una y otra vez el mismo cuento antes de irse a la cama. A otros les complace escuchar cuentos inventados, mientras que a otros les divierten las canciones infantiles como costumbre en el momento de acostarse.

–  No hay que pensar que los niños algo mayores no necesitan estos hábitos. Incluso a los preadolescentes les encanta que les lean o bien les gusta utilizar estos momentos para charlar de algo importante o preguntar algo antes de que se convierta en un problema. El momento de acostarse es una excelente oportunidad para los padres de acercarse a sus hijos. Los hábitos al acostarse, que comienzan en edad muy temprana ayudarán al niño toda su vida. Algunos niños adquieren el hábito de leer, otros escriben su diario o planifican el día siguiente. Otros hacen ejercicios de relajación.

– Se ha de ser flexible, pero también se ha de saber cómo terminar las costumbres rituales. Si no se sabe cómo tomar la decisión final cuando ha llegado el momento de apagar la luz y de dormir, la rutina nocturna puede convertirse en algo cansado o interminable. Los padres no deben permitir evasivas por parte del niño, ni dejarse convencer de seguir leyendo «un cuento más». En vez de esto, se ha de anunciar de antemano las historias que se leerán aquella noche y aferrarse a lo que se ha dicho. Si trazar límites es un problema para algunos padres, éstos pueden apoyarse en otras ayudas, como su propio reloj o un minutero. Hay que decir al niño que «cuando el reloj marque las 9:30, ha llegado el momento. Luces apagadas o en 15 minutos, el reloj sonará, lo que significa apagar la luz».

Hablar con el niño de sus miedos y angustiasCada individuo, incluyendo los niños, tiene temores que tienden a manifestarse de noche. Los padres deben animar al niño para que hable de sus problemas y preocupaciones, a fin de poderlos solucionar, ayudando a que se duerma, e intentar también, un ligero masaje en la espalda.

Hacer frente al hecho de levantarse continuamenteLos padres han seguido los hábitos v rituales del momento de acostarse. Cristina se ha metido en la cama hace unos instantes, pero ya no está en ella. Después de diez minutos, ya vuelve a estar en el salón, pidiendo un zumo. Los padres deben intentar seguir las técnicas descritas aquí. Para algunos niños, una puede bastar, para otros será necesario aplicarlas todas para conseguir que permanezcan en la cama.

– Llévele a la cama y ponga un despertador que suene al poco tiempo. Dígale que regresará a su habitación antes de que suene. Gratifíquele con un masaje en la espalda por permanecer en la cama. Gradualmente, alargue el tiempo que debe permanecer en la cama antes de obtener la recompensa, ya sea un masaje en la espalda o un helado para desayunar. Si es necesario, utilice de nuevo el minutero, y después siéntese v léale hasta que el niño se haya dormido.

– Enseñe al niño cómo irse a la cama. Algunos niños pequeños no consiguen relajarse lo suficiente par poder dormir, por lo que se les pueden enseñar las técnicas de respiración y de relajación. Los padres pueden acostarse un rato al lado del niño y hablarle de lo que hay que hacer para quedarse dormido. Dígale que cierre los ojos y en un tono de voz suave cuéntele el cuento de cómo las olas del mar se siguen unas a otras para jugar y vuelven a casa una y otra vez. Recuérdele que debe echarse y quedarse quieto y tranquilo, con los ojos cerrados y recordar las olas. También se puede usar la imaginación para pensar en sus propias escenas para quedarse dormido.

– Colocar junto al niño todo lo que se necesita para la noche: un vaso de agua, una cajita con una linterna, su juguete favorito y un cassette o la radio para escuchar antes de dormirse.

– Para los bebés que aún permanecen en la cuna pero son lo suficientemente mayores para hablar, los hábitos nocturnos, a menudo, requieren actos más definitivos que exigen decisión por parte de los padres. Supongamos que se les ha arropado y se les ha dado un beso de buenas noches por cuarta vez, mientras se abandona la habitación diciendo: «Buenas noches. Me voy a la cama>>. Se debe cerrar la puerta y no volver atrás, aunque el niño llore (a menos que se pueda pensar que el niño se encuentra realmente mal) durante veinte minutos. Si después de veinte minutos el niño aún llora, se ha de volver a su habitación indicándole que se duerma. Besarle y salir de nuevo durante otros veinte minutos. Si es necesario, hay que repetir esta rutina cada noche, hasta que el niño perciba que su táctica no da resultados. Importante:si el niño cesa de llorar, no regrese a su habitación para comprobar qué ocurre hasta estar seguro de que el niño está profundamente dormido o, de otro modo, el niño reincidirá.

– Utilizar un gráfico. Un gráfico del momento de acostarse es eficaz para los niños, permitiéndoles ganar puntos para alguna recompensa deseada. Al principio, los padres deben dar puntos por permanecer en la cama durante cinco minutos, después se ha de prolongar gradualmente el tiempo requerido para acumular los puntos necesarios.

– No discuta. Si el niño suele salirse con la suya, será preciso aplicar consecuencias negativas: pérdida de privilegios al día siguiente o acostarse más temprano la próxima noche.

Debemos reforzar la cooperación del niñoUtilizando palabras y acciones, hay que dar al niño respuestas positivas por su cooperación en el momento de acostarse. Planificar la rutina y llevar a cabo el plan completo a la vez. Puesto que a veces es difícil modificar comportamientos establecidos, se puede necesitar, de entrada, ofrecer recompensas, quizás utilizando el gráfico del momento de acostarse si este momento se ha convertido en la lucha de cada noche. Se pueden dar puntos por respetar las costumbres del momento de acostarse y porque el niño ha permanecido en la cama, antes de dormirse. Al principio puede darse al niño una recompensa cada noche. Las recompensas pueden incluir, por ejemplo, un programa extra de televisión la noche siguiente, sábanas especiales, chocolatinas debajo de la almohada o un caramelo antes de acostarse, al día siguiente. Entretanto el niño acumulará puntos para una recompensa mayor que le costará más esfuerzo ganarse. Las grandes recompensas se escogerán entre el «menú» de cosas o actividades que los padres saben que el niño quiere.

2) TERRORES NOCTURNOS Y PESADILLAS

LOS NIÑOS CON TERRORES NOCTURNOS
Las pesadillas y los terrores nocturnos son dos cosas distintas. Al contrario que las pesadillas, los terrores nocturnos no son sueños que produzcan miedo ni el resultado de la actividad del sueño. En su lugar, se cree que reflejan etapas inmaduras del sueño, en las que el niño tiene dificultad para hacer la transición del sueño profundo al sueño más superficial.
Aunque el niño con terrores nocturnos no los recuerde, estos episodios nocturnos pueden ser sumamente preocupantes para los padres. Muchos niños sollozan o gritan, se agitan o corren por toda la casa con los ojos abiertos, pero sin ver y sus oídos parecen no percibir las palabras tranquilizadoras de los padres.
Poco es lo que se puede hacer para ayudar al niño durante un terror nocturno. Se debe simplemente esperar a que cese y recordar que no ha sido causado por las tensiones y que no tendrá efectos traumáticos ni duraderos para el niño.

Tranquilizarle.Abrace al niño, cálmele y pásele una toalla refrescante por la cara. Los padres sentirán que están haciendo algo útil y esto tranquilizará al niño mientras pierde su mirada perdida y empieza a volver a la realidad, preguntándose qué pasa.

Regule los horarios de sueño.Para ayudar al niño a desarrollar un patrón de sueño más maduro. asegúrese de que tiene un horario regular de sueño y que descansa lo suficiente.

Consulte a un profesional.A pesar de que los terrores nocturnos no son en general significativos existe sin embargo la posibilidad de que sean síntomas de alteraciones neurológicas. Para verificar este extremo, al mismo tiempo que las pesadillas muy molestas, habría que comentarlo con el médico. Si los terrores se producen con mucha frecuencia, el médico puede sugerir aliviarlos con una medicación cuidadosamente controlada.

LOS NIÑOS QUE TIENEN PESADILLAS
Las pesadillas, al contrario que los terrores nocturnos, pueden ser aterradoras para el niño y también para los padres v son resultado de sentimientos de inseguridad, ansiedades, miedos o preocupaciones. Son reacciones de miedo comunes y normales a los sueños desagradables que se inician normalmente a los tres años de edad, teniendo su punto máximo a las edades de cuatro y seis años.
Las niñas son susceptibles de padecerlas más tarde que los niños. Un 28% de los niños con edades comprendidas entre los seis y doce años, tenían pesadillas. Alrededor de los diez años, la frecuencia de estos sueños desagradables se incrementa otra vez, para remitir más tarde. Las pesadillas difieren de los terrores nocturnos en otros aspectos: mientras que el niño transpira, grita y respira agitadamente al experimentar una pesadilla puede ser despertado rápidamente y se acordará del sueño o de partes del sueño.
Los sueños pueden estar inducidos por enfermedades y por el dolor, sobreexcitación, miedo v ansiedad, programas violentos de televisión o por amenazas enfermizas por parte de los padres. Aunque el niño puede no ser capaz de indicar exactamente qué le está afectando, pueden sacarse algunas claves a partir de su comportamiento conversando con él. Cualquiera que sea la causa, los niños inseguros, preocupados o con ansiedad tienen más probabilidades de tener pesadillas.

Tranquilícele y déle seguridadLo que los padres pueden hacer por un niño que sufre pesadillas es despertarle, tranquilizarle y darle seguridad, decirle que todo va bien, que no ocurre nada. Acariciarle y mecerle, pero no dar demasiada importancia a la pesadilla, puesto que de otro modo podría aprender a utilizarla como mecanismo para atraer la atención. No es importante, en este momento, comentar el contenido del sueño.

Evite la excitación excesivaLos niños deben tener un periodo de calma v relajación antes de acostarse, no permitirles que vean programas de televisión violentos o de terror, no contarles historias de miedo ni permitir que realicen actividades físicas violentas. Las experiencias de muchos padres sugieren que es de gran ayuda limitar la TV.

Comente problemas, miedos y acontecimientos que produzcan tensión.Use la conversación v los sueños como datos de cualquier problema que esté sufriendo el niño. Háblele durante el día de sus pesadillas, e intente aliviar sus miedos e inquietudes. Sea previsor y prepare al niño con antelación para acontecimientos que sean susceptibles de causarle tensión, tales como la vuelta a la escuela después de las vacaciones o el salir de viaje. Los miedos en los niños son muchas veces causados por la falta de información.

Tome medidas para las pesadillas repetitivas.Si el niño tiene el mismo sueño una y otra vez, puede estar seguro de que siente ansiedad por algo. Anímele a que hable de su sueño y lo represente despierto, pero con un final feliz.

Prepare una estrategia nocturna.El saberse defendidos de la pesadilla ayuda normalmente a los niños más mayores. Proporciona seguridad el dejar la luz encendida por las noches. Algunos niños pueden luchar mejor contra sus pesadillas rezando una oración determinada cada noche pidiendo protección contra los monstruos; abrazar y dormir con el peluche favorito, etc.

3) ¿COMO AFRONTAR PROBLEMAS NOCTURNOS?.Permitir que el niño duerma regularmente en la habitación de los padres puede provocar problemas graves. En muchos casos, los padres lo consideran un hábito difícil de interrumpir cuando se ha iniciado.

Orientaciones para devolver al niño a su cama:Si el niño va hasta la habitación de sus padres, hay que hacerle volver a su cama y meterlo en ella sin demasiadas contemplaciones. Los padres han de ser firmes.
Se puede utilizar la «táctica de los apretujones», la finalidad es hacer que el niño se sienta incómodo en la cama ajena y que la suya vaya siendo más atractiva. Consiste en empujarle hacia fuera de la cama, dejándole cada vez menos espacio en la cama, apretujarle sin hacerle daño, etc.
Utilizar recompensas por el hecho de dormir solo o los progresos hacia esa meta. Asegúrese de expresar lo orgulloso que se está de él y que es un «chico mayor». Préstele una atención especial y sea cariñoso con él durante el día.
Hacer su habitación más atractiva, no significa redecorarla sino cambiar algunos aspectos y que el niño sea participe de ellos.
Establecer un horario regular de sueño.
Antes de dormir contarle algún cuento. Se le puede contar alguno relacionado con el problema.
Se puede utilizar un contrato en el que tendrá algún premio por dormir en su habitación, se marcará en un almanaque los días que ha tenido éxito, acordando previamente el premio a final de mes, si se comienza con refuerzos continuos pasar poco a poco a refuerzos intermitentes. 

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/insomnio_460-3741.jpg 283 457 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:50El niño que no quiere dormir, Pesadillas y Terrores Nocturnos
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El Trastorno Adaptativo

Los Trastornos Adaptativos (TA) son reacciones desadaptativas ante estresantes psicosociales identificables que ocurren en un corto espacio de tiempo desde el inicio del factor de estrés. Se manifiestan por deterioro funcional (social u ocupacional) o por síntomas como depresión o ansiedad que son reacciones que resultan excesivas para lo esperado como normal ante dicho estresante (American Psychiatric Association, 2000).

Los individuos con circunstancias vitales poco afortunadas experimentan una tasa elevada de estresantes y tienen un riesgo mayor de presentar este trastorno. En cifras aproximadas, el porcentaje de individuos tratados con este diagnóstico se sitúa entre el 5 y el 20 %. 

El malestar y los síntomas de esta falta de adaptación suelen mostrarse en una disminución del rendimiento laboral y en las relaciones sociales, así como en la propia salud física y mental.

Los trastornos adaptativos están asociados a un aumento del riesgo e intentos de suicidio. A su vez, pueden complicar el curso de una enfermedad médica padecida por el propio sujeto, ya que cualquier factor estresante puede impedir o dificultar en gran medida la sana recuperación de cualquier persona.

Tratamientos más indicados para el Trastorno Adaptativo

 De forma resumida y esquematizada, las pautas generales* a seguir ante un Trastorno Adaptativo serían las siguientes:  

Identificar los medios para eliminar o reducir el estresor, si esto fuera posible. Aumentar las habilidades de afrontamiento del paciente, especialmente si el estresor no puede ser eliminado. Clarificar e interpretar el significado que el estresor tiene para la persona y ayudarla así a encontrar un nuevo significado más adaptativo. Ayudar al paciente a tomar perspectiva en relación a la adversidad. Exponer y trabajar las preocupaciones y los conflictos que el paciente está experimentando. Ayudar al paciente a establecer un sistema de apoyo que maximice la adaptación. Trabajar la expresión y regulación emocional.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/Fotolia_40892077_XS-1658-2502.jpeg 283 425 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:49El Trastorno Adaptativo
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Tratamiento del TLP – Trastorno Límite de la Personalidad

Una de las primeras dificultades a las que se tiene que enfrentar el profesional a la hora de diseñar la intervención terapéutica para el trastorno límite de la personalidad es establecer prioridades, ya que este problema suele presentarse junto a otros trastornos psiquiátricos, especialmente acompañado de trastornos emocionales como la depresión mayor. Además, en el caso de que la persona presente adicción a drogas, habrá que tratarlo previamente.

A diferencia de otros casos, el trastorno límite de la personalidad produce gran sufrimiento psicológico a quien lo padece, así como a sus familiares y personas más allegadas; es por ello que la demanda de tratamiento suele iniciarse a petición del propio paciente, aunque en algunos casos es a requerimiento de su pareja o familiares. La cambiante sintomatología puede llegar a “desesperar” al demandante e incluso al especialista, frustrado por no poder alcanzar un diagnóstico claro.

Puede darse el caso de que un paciente esté yendo de consulta en consulta intentando saber lo que le pasa, y pueden pasar meses e incluso años antes de conseguir un diagnóstico adecuado a su trastorno, debido precisamente a su principal característica de cambio continuo de sintomatología; situación de incertidumbre que no hace sino agravar el sufrimiento personal y de los allegados, a la vez que se consolidan las consecuencias negativas en su vida académica, profesional y de relaciones sociales.

Una vez que se ha establecido el diagnóstico, y se ha determinado si existen otros trastornos concomitantes, se procede a establecer las prioridades del tratamiento, de forma que se comenzará por trabajar sobre aquellos síntomas que provoquen mayor malestar a la persona, o incluso que pongan en riesgo su vida, como es el caso de los intentos de suicidio. Será imprescindible realizar un tratamiento de desintoxicación previo cuando la persona sea consumidora habitual de sustancias ilegales, ya que estas van a interferir en el progreso esperado.
A continuación se describen algunos de los objetivos que se persiguen en el tratamiento del trastorno límite de la personalidad, con indicación de las técnicas empleadas en cada caso:
Independencia emocional. Se trabaja con la persona sus problemas de dependencia emocional para que aprenda a guiarse por sus propios valores y opiniones, y se le enseña que estos son tan válidos como los de los demás, para lo cual se le solicita que sea capaz de expresar y defender su opinión ante distintas situaciones.

Mejora de la comunicación, de forma que pueda establecer relaciones saludables con otras personas, sin idealizarlas ni demandarles más allá de lo que corresponde a la relación, empleando para ello técnicas de ‘role-playing’ propias de terapias de pareja, en donde se representan (realmente o en la imaginación) distintas situaciones para ver primero cómo se comporta el paciente y que luego aprenda cómo ser más eficaz en esas mismas situaciones.

Aumento de la autoestima y de la identidad personal, un trabajo cognitivo por el que se trata de afianzar la identidad que le hace único y diferente al resto, a la vez que aprende a valorarse con sus virtudes y sus defectos.

Control del estrés y de la frustración: la comprensión de su trastorno y de las consecuencias que este provoca son un primer paso para liberarse de ese sufrimiento psicológico que implica el desconocer qué le pasa y la frustración de no saber si puede cambiar. El hecho de observar el progreso en otras áreas, como la independencia o la comunicación interpersonal, le ayudará a reducir su frustración y, junto con técnicas de relajación, a controlar el estrés.

Control de la impulsividad y la ira, enseñándole a detectar cuándo se está tensando y, con ello, el momento en que puede surgir ese estallido de ira. Una vez detectado deberá de aplicar técnicas de visualización positiva (donde se imagine lo más vívidamente posible en un lugar tranquilo y calmado alejado de cualquier problema) y de relajación (con tres respiraciones profundas, en el que se inspire por la nariz y expire por la boca lentamente el aire mientras se cuenta hasta diez), que le devuelvan la tranquilidad necesaria para superar dicha situación.

Combatir las ideas suicidas y los intentos de autolesión, a través de acuerdos establecidos entre paciente-terapeuta en los que se busca una mayor comprensión de sí mismo y su trastorno, a la vez que se observan progresos en otras áreas en las que se trabaja, a cambio de una reducción hasta su desaparición de conductas de autoagresión e intentos de suicidio.

Disminución de determinados síntomas agudos, para lo que se emplearán psicofármacos específicos que ayuden a controlarlos cuando surjan.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/bipolar-3050.jpg 183 275 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:49Tratamiento del TLP – Trastorno Límite de la Personalidad
Noticias

¿Qué es la anhedonia?

¿Qué es la anhedonia?
Es la incapacidad para disfrutar de las cosas agradables y sentir placer.
Algunas personas que padecen anhedonia son incapaces de experimentar placer y disfrute en ninguna circunstancia, mientras, en otros casos, el problema se reduce a aspectos concretos, como el apetito por la comida, las relaciones sexuales, las relaciones sociales o las actividades de ocio, situaciones que antes les resultaban placenteras. De cualquier forma, existen grados, por lo que hay quienes sufren una incapacidad total de disfrutar y obtener placer y otros sólo un descenso en dicha capacidad.
Algunas personas que padecen anhedonia son incapaces de experimentar placer y disfrute en ninguna circunstancia, mientras, en otros casos, el problema se reduce a aspectos concretos, como el apetito por la comida, las relaciones sexuales, las relaciones sociales o las actividades de ocio.
Por ejemplo, una madre con anhedonia no disfruta acariciando a su bebé; un adolescente no disfruta saliendo con sus amigos, o un jugador de fútbol no está alegre cuando su equipo gana un partido.
El término «anhedonia» fue descrito, por primera vez, por el psicólogo francés Ribot en 1986, cuando publicó su libro sobre la psicología de los sentimientos.
¿Quiénes padecen de anhedonia?
Padecen de anhedonia personas con enfermedades como la esquizofrenia y los adictos a las drogas durante la abstinencia de las mismas. Pero la situación más frecuente es la anhedonia que se da en la depresión. Hemos de tener en cuenta que unos dos millones de españoles padecen depresión, y que seis millones de españoles la padecerán a lo largo de su vida. También es interesante recordar que muchos casos de depresión no son diagnosticados, a menudo porque quienes la sufren sienten reparos a la hora de admitir su condición.
Cuando una persona sufre una depresión profunda, nada le motiva ni le alegra o le hace disfrutar. La persona deprimida se queda «congelada» emocionalmente, incluso respecto a las personas que más quiere o las actividades que más le hacían disfrutar.
La anhedonia de la depresión aparecerá, más frecuentemente, tras situaciones estresantes y disgustos. Según desaparezcan los síntomas de la depresión, también irá desapareciendo la anhedonia.
La anhedonia también puede darse en los adictos a las drogas y en los enfermos con trastornos de ansiedad.
¿Cuáles son sus causas?
Los investigadores creen que es debido a una alteración del sistema dopaminérgico, que es el mecanismo por el que la dopamina (una sustancia química que se encuentra en el cerebro) produce sensaciones de placer y satisfacción al comer, al tener relaciones sexuales o al cuidar de un hijo recién nacido.
Al parecer, este sistema dopaminérgico no es capaz de producir placer, satisfacción y bienestar, en situaciones como la depresión, la esquizofrenia y la abstinencia del adicto a las drogas.
En el caso de la pérdida de deseo sexual o el placer sexual, es preciso señalar que puede ser causado por medicaciones utilizadas contra la depresión (algunos antidepresivos), para combatir la esquizofrenia (los antipsicóticos) y otras medicaciones (como las benzodiacepinas y los estimulantes).
¿Cómo se puede tratar la anhedonia?
En primer lugar, hay que destacar la importancia de diagnosticarla y conocer sus causas. Hemos de saber que, en la mayoría de los casos, se da como consecuencia de enfermedades o abuso de sustancias.
Cuando la anhedonia está causada por la depresión, la esquizofrenia, los trastornos de ansiedad o el abuso de drogas, al mejorar estas enfermedades también irá desapareciendo la anhedonia.
En situaciones en que la causante sea una medicación se podrá mejorar modificando las dosis, retirándola o cambiándola por otra.
En todos los casos, resulta de gran ayuda poder comentar este problema, tanto con profesionales como con los familiares o personas con síntomas similares, para aliviar el malestar que ocasiona.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/Anhedonia-4419.jpg 373 560 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:50¿Qué es la anhedonia?
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Cómo crear un buen apego

 EL VÍNCULO AFECTIVO: EL APEGO
Introducción
La capacidad y el deseo de formar relaciones emocionales están asociados a la organización y funcionamiento de partes especificas del cerebro humano, así como del equilibrio de los neurotransmisores. El cerebro es el órgano que nos permite oler, ver, gustar, pensar y movernos, pero también nos permite amar o no amar.
Estos sistemas cerebrales que nos permiten formar y mantener relaciones se desarrollan durante la infancia y las experiencias de estos primeros años influyen sobre el moldeado de las capacidades para construir relaciones íntimas y emocionalmente saludables. La empatia, el afecto, el deseo de compartir, la capacidad de amar y un sin número de características de una persona asertiva y feliz, están asociadas a las capacidades medulares de apego formadas durante la infancia y niñez temprana.
Se puede definir al Apego como a la relación emocional especial y específica que se establece entre el niño y la persona que lo cuida, a la que quiere. Es una relación recíproca, afectuosa y fuerte. Puede ser evidente a partir del primer mes de vida y obedece a una necesidad vital de reducir la ansiedad que le permite afrontar las situaciones que la generan. El apego se caracteriza por ser perdurable con una persona, producir sentimientos positivos (seguridad, consuelo, agrado, etc.) y su pérdida, o la amenaza de la misma, genera en la persona una gran ansiedad. Esta relación ofrece el andamiaje funcional para todas las relaciones subsecuentes que el niño desarrollará en su vida. Un apego seguro se asocia con una alta probabilidad de crear relaciones saludables con otros, mientras que su ausencia parece estar relacionada con problemas emocionales y conductuales a lo largo de la vida.
Teoría del Apego. Tipos de Vinculación Afectiva
La teoría del apego nace en los años cincuenta siendo sus principales exponentes J. Bowlby y M. Ainsworth. Es una teoría de filiación etológica, de adaptación, pero maneja muchos conceptos psicológicos y de cualificación de la relación e investiga la perspectiva evolutiva del apego.
La relación entre la madre y su hijo ha sido estudiada a lo largo de la historia por muchos investigadores. En 1935 R. Spitz observó el desarrollo de niños abandonados por sus madres en centros de huérfanos, concluyendo que la madre era la representante del mundo externo y a través de ella el niño podría comenzar a construir la objetividad de éste. Bowlby, en 1958, plantea una hipótesis que difiere por completo de la anterior. Para él, el vínculo que une al niño con la madre es producto de una serie de conductas que tienen como objetivo el aproximarse a la madre, surgiendo así su Teoría del Apego.
La teoría de apego investiga la ontogenia de las respuestas a la separación y su relación con el desarrollo cognitivos del bebé. La separación se hace más evidente en la segunda mitad del primer año Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 3
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ya que el bebé empieza a tener concepto de sí mismo y ve el exterior como un objeto, algo real, independiente de sí mismo y es cuando puede iniciar su búsqueda. Este objeto se hace en primer lugar con referencias a personas físicas y posteriormente a objetos inanimados. Así pues, el bebé intenta mantener la proximidad con una persona diferenciada de sí mismo considerada por él como más fuerte o de más poder que el mismo, por lo que busca la proximidad con su cuidador. Creándose un vínculo entre bebé y cuidador. La calidad de este vínculo es lo que Bowlby identificó como modelos operantes internos o modelo representacional (internal working model): expectativas que tiene el bebé acerca de sí mismo y de los demás, experiencias presentes y pasadas integradas en esquemas cognitivos y emocionales que formarían la base de la propia identidad y autoestima. En su libro, «Una base segura» (1996), Bowlby define el apego como una disposición preprogramada a la tendencia y no como un instinto. Esta tendencia depende de las experiencias, las cuales se modifican en función de las condiciones ambientales (Oliva, A.) es decir, en función de la retroalimentación. Ainsworth y Bell (1970) estudiaron los distintos tipos de apego basándose en la técnica llamada «situación extraña» (strange situation), consistente en episodios de interacciones y separaciones del niño, siempre menor de dos años, con su cuidador y con extraños. Dicha situación consta de 8 etapas:
? La madre y el bebé entran en un cuarto desconocido,
? La madre se sienta y el bebé queda en libertad para explorar la habitación,
? Un adulto desconocido entra,
? La madre sale y deja el bebé solo con el extraño,
? La madre regresa y el extraño sale del cuarto,
? La madre sale y deja al bebé solo,
? El extraño regresa en lugar de la madre,
? La madre regresa y el extraño se marcha. Los diferentes comportamientos de los niños sometidos a esta técnica permitieron a Ainsworth distinguir tres patrones de conducta que eran representativos de los tipos de apego establecidos: apego seguro, evitativo y ambivalente.
Los niños con apego seguro (madre suficientemente buena) tienden a mantener relaciones estables y relaciones íntimas satisfactorias, en el dominio intrapersonal tienden a ser mas positivos y coherentes consigo mismos, y presentan menor índice de ansiedad y stress. Diferentes autores (Kobak y Sceery en 1988, y Mikulincer, Shaver y Pereg en 2003) han confirmado que en este estilo existe menor ansiedad y evitación, así como mayor seguridad en el apego, comodidad con la cercanía y con la interdependencia y confianza en la búsqueda de apoyo y otros medios constructivos en el asentamiento del stress. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 4
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Los niños con apego de evitación o inseguro-evitativo, por el contrario, tienen poca confianza en que serán ayudados, poseen inseguridad hacia los demás y prefieren mostrarse indiferentes e independientes. Mikulincer (2003), enfatiza que en el estilo no hay seguridad en el apego, se produce una autosuficiencia compulsiva y existe preferencia por una distancia emocional de los otros. Sin embargo, aunque parecen despreocupados por las separaciones, muestran signos fisiológicos que denotan la presencia de ansiedad y esta activación se mantiene por mucho más tiempo que en los niños seguros (Byng-Hall, 1995). Los resultados de Kobak y Sceery (1988) indican que aunque los sujetos con estilo evitativo no reflejaban sentir afecto negativo ni síntomas de estrés, los padres los consideran ansiosos y con un predominio de la hostilidad. Los autores conceptualizan esta incongruencia como un sesgo hacia el no reconocimiento de afecto negativo. Mikulincer (1998) señala que el estilo evitativo se inclina a la ira pero, aunque presenten intensos episodios de enojo con alta hostilidad, tienden a esconder esta emoción a través de la negación o la demostración de positividad. Por su parte, los niños con apego inseguro-ambivalente se corresponden con cuidadores que no actúan de forma consistente en todas las ocasiones. Los niños no tienen seguridad sobre su comportamiento y se muestran ambivalentes, entre la ira y el deseo de contacto y protección. No tienen expectativas de confianza respecto al acceso y respuesta de sus relaciones. A estas tres categorías se les ha añadido más recientemente (Main y Solomon, 1986) una cuarta: el
apego desorganizado-desorientado. Se trata de niños que se comportan con características de las dos últimas categorías anteriores de tipo inseguro. Muestran comportamientos contradictorios e inconscientes. Saludan a la madre cuando regresa pero después se alejan o se acercan sin mirarlas. Parecen confundidos o temerosos, alternando momentos de tranquilidad con otros de alteración. Estos diferentes tipos de vínculos condicionarán la forma de relación en el futuro. Feeney y Noller (1990) han comprobado la importancia del apego para el establecimiento de relaciones amorosas en la vida adulta. Fonagy et al. (1995) señala que a partir de experiencias repetidas con sus figuras de apego los niños desarrollan expectativas en cuanto a la naturaleza de las interacciones. Así, las relaciones tempranas de apego poseen amplia influencia en la capacidad para regular el estrés, en la regulación de la atención y en la función mentalizadora de los sujetos (Fonagy y Target, 2002).
Es evidente de todo lo anterior, que las características del cuidador contribuyen en gran medida a la calidad del apego. Así, en el apego seguro el cuidador es capaz de animar e interactuar con el niño, y muestra sensibilidad a las señales emocionales y tiene habilidades para apaciguar y modificar conductas en respuesta a las señales del niño (Perris, 2000).
En los niños con apego evitativo las madres, de algún modo, han rechazado las señales afectivas, lo que se convierte en un castigo para el niño, quién aprende a inhibir las respuestas castigadas. Si el niño protesta por el rechazo de la madre, ésta responde con la emoción de rabia; así, el niño inhibe su respuesta lo que evita el rechazo y la rabia de la madre y, a la vez, el niño aprende Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 5
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que la expresión de afectos es contraproducente (Crittenden, 1995). En cuanto a los padres de niños con estilo evitativo, se señala que giran en torno al castigo físico y la retirada del amor (Magai et al. 2000).
En el caso del apego ambivalente, la conducta afectiva de los cuidadores es errática, cambiante o inconsistente, ya que la mayoría de las veces no responden en forma adecuada a las necesidades del niño, pudiendo producirse una sobre o sub-responsabilidad. Así, el niño no logra predecir cómo responderán sus cuidadores, lo que le genera rabia y ansiedad (Crittenden, 1995). Son cuidadores que se caracterizan por la intermitencia en su capacidad de responder con sensibilidad, inaccesibles en lo emocional y con mezclas impredecibles de respuestas que no satisfacen de modo consistente las necesidades de apego del niño (Perris, 2000). En relación con la teoría del aprendizaje esto se explica a través del condicionamiento operante, donde la conducta de la madre se estructura en un programa de reforzamiento impredecible, lo que aumentaría la tasa de respuesta del niño; éstos experimentan la asociación temporal de su deseo y satisfacción, con emociones de rabia, miedo e incertidumbre (Crittenden, 1995).
Como consecuencia de estos tipos de vínculos establecidos, el niño adquirirá ideas distintas sobre sí mismo y los demás, que se pueden resumir en los cuatro puntos siguientes:
? Apego seguro: idea positiva de uno mismo y de los demás.
? Apego evitativo: idea positiva de uno mismo y negativa de los demás.
? Apego ambivalente: idea negativa de uno mismo y positiva de los demás.
? Apego desorganizado: idea negativa de sí mismo y de los demás. Crear un buen vínculo es de vital importancia para la persona, cómo ya fue demostrado por los resultados de diversos experimentos realizados en la década de 1970. Las diversas expectativas referentes a la accesibilidad y capacidad de respuesta de la figura de apego forjados por diferentes individuos durante sus años inmaduros, constituyen un reflejo relativamente fiel de sus experiencias reales.
Es conocido que cuando un individuo confía en contar con la presencia o apoyo de la figura de apego siempre que la necesite, será mucho menos propenso a experimentar miedos intensos o crónicos que otra persona que no albergue tal grado de confianza. Esta confianza se va adquiriendo gradualmente durante los años de inmadurez y tiende a subsistir por el resto de la vida.
Formación y Desarrollo del Vínculo Afectivo.
Como se ha visto, la formación del vínculo afectivo depende en gran medida de las características del cuidador, aunque no de manera exclusiva. En la interacción madre-hijo, el temperamento del niño también tiene su importancia, aunque sea de menor índole, puesto que en caso Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 6
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de irritabilidad también condicionara estímulos inadecuados del cuidador. Las acciones maternas de vinculación (coger, mecer, cantar, besar, etc.) son el precedente o el consecuente en el bebé del llanto, la sonrisa, la succión, etc.
Esta acción-respuesta forma parte del establecimiento del vínculo. Es multidimensional (Wolff e Ijzendoorn, 1997) al incluir, en el contexto global y ambiental, todas las interacciones posibles entre la sensibilidad materna, la acumulación de estresantes, los factores de riesgo, los sistemas familiares y eventos vitales. Esto ya ha sido incorporado en investigaciones actuales, en que se han integrado otras posibles figuras de apego como la presencia de abuelas en el caso de madres adolescentes (Carrillo et al., 2004).
Los científicos consideran que el factor más importante en la creación del apego es el contacto físico positivo, ya que estas actividades causan respuestas neuroquímicos específicas en el cerebro que llevan a la organización normal responsable del apego.
Durante el primer año de vida el bebé va a ir formando este vínculo en etapas diferenciadas. Así, en sus primeros dos meses responderá de manera indiscriminada ante cualquier persona. Sobre el segundo-tercer mes lloran, sonríen y balbucean más ante la madre que ante cualquier otra persona, aunque pero todavía responden ante los demás.
A partir de los seis-siete meses muestran vínculo afectivo claro con la madre y disminuyen su expresión de amistad hacia los demás, y a partir de los ocho-nueve meses aparece el miedo a los extraños.
Es importante, por lo tanto, que los cuidadores primarios conozcan las pautas adecuadas para la estimulación y respuesta a su bebé, que permitan el mejor desarrollo del vínculo entre ambos. Por supuesto, este conocimiento debe ser extensivo al resto de personas de su entorno con el que el bebé desarrolla vínculos afectivos (padres, hermanos, abuelos, etc.).
CREANDO UN BUEN VÍNCULO: GUÍA PARA MADRES
En este punto se describe de manera resumida el desarrollo evolutivo del bebé en sus distintas etapas a lo largo del primer año de vida, como si fuese una guía de orientación destinada a sus madres o cuidadores primarios, utilizándose estos dos términos indistintamente. Por este motivo se ha elegido una redacción dirigida a la madre, en primera persona, para que quién pudiera estar interesada en su lectura se sienta receptora de esta información, haciendo más amable su comprensión.
La guía se ha dividido en un apartado para cada uno de los doce primeros meses de vida de un bebé, en los que se recogen los aspectos diferenciales más significativos de cada uno de ellos. Se ha añadido un punto inicial dónde se incluye la toma de contacto materno con su nueva situación y otro punto final dedicado a la madre. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 7
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La llegada a casa. Ideas generales para conocer y tratar a tu bebé.
La Madre.
Ante todo, la madre debe estar en las mejores condiciones posibles para atender a su bebé, y por ello tiene que encontrarse bien consigo misma. Has de saber que algunas madres experimentan lo que se conoce como la depresión postparto. Esto sucede porque el cuerpo pasa por muchos cambios hormonales y físicos durante el embarazo. Sentimientos de melancolía pueden surgir antes o después de que nazca el bebé. Puede que te sientas desanimada o tensa, o que tenga ganas de llorar por cosas insignificantes que normalmente no te molestarían. No te preocupes, estos sentimientos son comunes y son temporales, no duran para siempre.
Puede que también tengas problemas para dormir. Si es así, por lo menos trata de descansar. Estás pasando por una etapa de mucho estrés, de adaptación a tu bebé y tu bebé a ti y a su nuevo entorno.
Puede serte útil hablar con otras personas sobre tus sentimientos. Habla con tu familia y tus amigos. También puedes consultar a tu médico. Si tienen familiares o amigos que te puedan ayudar con las comidas, la limpieza o las compras, éste es el momento para pedirles ayuda. También es un buen momento para dejar que el padre tome protagonismo respecto a su hijo.
El llanto. Cómo tranquilizarlos.
Todos los bebés lloran porque es el único medio de comunicación de un recién nacido. Lloran para decirte que quieren o necesitan algo cómo:
– tiene hambre,
– siente dolor (cólico, gases),
– tiene miedo,
– está molesto porque necesita que le cambies el pañal,
– o porque no se siente bien.
Si pones atención cuándo quiere comer y cuándo no, aprenderás a distinguir entre el llanto que significa que tiene hambre y el que significa que está incómodo o que quiere atención. A veces, querrá que lo cojas, otras querrá que le cambies el pañal y otras solo estará cansado o aburrido.
Atender al bebé cuando llora no es malcriarlo, le ayuda a sentirse amado y seguro. Sonríele, tócalo y háblale todo el tiempo que puedas. Hazlo cuando le das de comer, cuando le cambias el pañal o cuando le das un baño. Aprenderá a confiar en que tú lo vas a cuidar.
Si llora porque necesita consuelo, cógelo en brazos. Los estudios demuestran que los bebés que se cogen con más frecuencia no lloran tanto como el resto. Pero recuerda que cada bebé es diferente y hay distintas maneras para tratarlo, intenta buscar el motivo de su llanto: Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 8
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? Dale de comer.
? Revisa el pañal.
? Envolverlo en un arrullo no muy apretado, para que se encuentre cobijado.
? Mécelo en brazos o en una mecedora.
? Intenta que expulse los gases. Dale palmaditas muy suaves. Acarícialo.
? Susúrrale sonidos suaves para hacerle saber que estás ahí y que te importa lo que siente.
? Háblale.
? Cántale o ponle música suave. Si después de intentarlo todo el bebé sigue llorando, mantén la calma. Ellos perciben tu nerviosismo. No debes dejarlo solo cuando está llorando. No siempre podrás consolar a tu hijo y eso no significa que no sepas cuidarlo. Si el llanto del bebé aumenta sin razón durante mucho tiempo y ningún método es eficaz para tranquilizarlo, llévalo a su pediatra para descartar alguna enfermedad.
No importa qué estés muy estresada o agotada, nunca maltrates a tu bebé. Pegarle puede ocasionarle daños irreversibles como ceguera, daño cerebral o incluso la muerte. Si necesitas descansar, llama a un familiar, a un amigo o a un vecino para que te ayude.
Reflejos del recién nacido.
Los bebés tienen reflejos especiales que duran sólo unos meses. Es bueno conocerlos para que no te asustes cuando los veas:
•Reflejo de Moro o de sobresalto: este reflejo ocurre cuando la cabeza del bebé cambia de posición rápidamente, cuando la cabeza se cae hacia atrás o cuando el bebé se asusta debido a un ruido fuerte. El bebé reacciona extendiendo los brazos y las piernas y estirando el cuello. Luego, une los brazos rápidamente. Puede que llore cuando lo hace. Este reflejo debe desaparecer después de dos meses.
•Reflejo de búsqueda: es el reflejo que usa el bebé para buscar el pecho de su madre. Si tocas suavemente su mejilla con el dedo, el bebé girará la cabeza hacia tu dedo. Este reflejo se mantiene de tres a cuatro meses.
•Reflejo de prensión: el bebé agarra cualquier cosa que se le ponga en la palma de la mano y aprieta el puño. Este reflejo desaparece al cabo de cinco o seis meses.
•Reflejo de marcha: si sostiene al bebé por debajo de las axilas y lo mantiene parado sobre una superficie dura, dará pasitos en el aire. Esto sucede aunque todavía falte mucho para que aprenda a caminar. Este reflejo generalmente dura un par de meses.
No dudes en consultar a tu pediatra si tienes alguna duda o si observas algo anómalo. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 9
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Conociendo a tu bebé.
Se conoce como periodo sensible-materno al breve espacio de tiempo inmediatamente después del nacimiento. Es justo ahora cuando aflora el apego, vínculo materno filial, al niño. Axial pues los bebés muestran abiertamente y de manera regular a los siete minutos del nacimiento un vivo interés y alto grado de atención de lo que ocurre a su alrededor, manteniéndose por un periodo de aproximadamente una hora, pasado este tiempo el niño no alcanza tal grado de atención hasta pasado ocho o diez días, por lo que es fundamental el contacto inmediato con tu hijo. Tu hijo te reconocerá por tu olor. Es muy importante el contacto con la piel madre-hijo. Como ves, aunque tu bebé no pueda hablar, ha empezado a comunicarse contigo. Ya habrás notado que si le sonríes él te sonríe, significa que le gusta que le prestes atención. Está aprendiendo a reaccionar ante otras personas y a comunicar lo que le gusta y lo que no.
Al mismo tiempo está aprendiendo a esperar su turno, lo cual es una parte muy importante en la comunicación entre las personas.
También sabe mostrar sentimientos de malestar o incomodidad. Préstale atención cuando esté inquieto. Esto le enseña que puede comunicarse para obtener la atención que necesita.
Pronto sabrás cómo se encuentra al mirarle a la cara. También sabrás lo que siente por la postura, los movimientos y los sonidos que haga.
Habla con él mucho antes de que pueda entender el significado de tus palabras. Cuando le hables usa solamente un par de palabras u oraciones cortas y repítelas varias veces, hazlo más despacio de lo que harías con un adulto. Pronuncia algunas palabras suavemente y otras con mucha emoción, usa tonos un poco más altos, a ellos les gusta que les hablen de esta manera. El bebé presta atención porque sabe que le están hablando solamente a él, le gusta oír su nombre, escuchar tu voz, oír cosas que le hacen sonreír y reír. Más adelante le gustará hablar contigo.
El desarrollo del cerebro. Cómo estimularlo. El cerebro crece más rápidamente durante los primeros tres años de vida de un ser humano. Por eso se ven tantos cambios en los niños pequeños.
Desde el día en que nace el cerebro del bebé está listo para absorber todo tipo de información. Cada día su cerebro crece y cambia de manera significativa. Las experiencias que viven son esenciales para su desarrollo. Aprende de lo que observa, escucha, huele y toca y esto estimula su interés por los objetos de alrededor.
Cada bebé es único, crece de forma diferente y aprende a su propio ritmo, a su manera. Unos son más rápidos, otros más lentos. Si te preocupa algo, habla con tu pediatra. Debes ser su maestra en este proceso de aprendizaje. Por ejemplo: Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 10
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? Háblale y cántale. Es bueno hacerlo mucho antes de que él pueda hablar, porque esto le ayuda a desarrollar las habilidades del lenguaje. Háblale en todo momento: cuando lo lleves a caminar, cuando le cambies el pañal, cuando lo alimentes, etc.
? Anima a tu bebé cuando trata de aprender algo. Emociónate con él y repite la actividad varias veces para que le resulte divertido y lo asimile, así se atreverá con nuevos retos. Se sentirá bien.
? Hasta en esta edad tan pequeña, el niño se da cuenta cuánto lo quieres. Es un hecho que aprenden mejor cuando se le trata con atención y cariño.
? Proporciónale una variedad de experiencias que le ayuden a explorar su mundo de manera segura, ellos no distinguen el bien del mal y no saben lo que es peligroso.
? Protégelos de críticas y burlas.
? Muchos bebés y niños pequeños tienen problemas con los cambios repentinos, así pues trata de darle tiempo para adaptarse a lugares y personas nuevas.
? Léele a tu hijo desde los primeros días de vida y síguelo haciendo mientras crece. Por último, recuerda que debes afrontar este proceso con paciencia y perseverancia.
Inteligencia emocional. Los bebés también tienen habilidades sociales.
El primer contacto social será contigo. Desde el principio al bebé le interesa mucho la cara de su mamá. Nota tus expresiones y el tono de tu voz. Reacciona a tus emociones. Se ha comprobado que los bebés muestran emociones desde el primer mes de vida y que los bebés felices aprenden mejor.
La manera como lo coges y le hablas hace que se relaje y se sienta más seguro y feliz. En esta situación el bebé está más despierto, atento y receptivo y se acuerda mejor de las cosas. Tiende a mirar, explorar y jugar más. Por ejemplo, trata de hacer cosas nuevas con los juguetes o de hacer sonidos a las personas. Esto les ayuda a aprender y recordar cosas nuevas.
Por supuesto, pasará por momentos de dificultad y angustia, pero esto no lo dañará, es más, sentir emociones negativas breves puede ser útil para tu hijo. Eso sí, debes actuar con rapidez para ayudarle a sentirse mejor. Así él sabrá que a ti te importa lo que trata de comunicarte. Una emoción negativa prolongada, como el llanto, sí puede hacer daño al niño.
La emoción negativa predominante es la angustia o la reacción al dolor. Más adelante, el bebé expresará tristeza y enojo, y luego miedo. Todas las personas tenemos estas emociones para protegernos, son mecanismos de defensa. Ayúdalo a reconocer, aceptar y controlar estas emociones reaccionando con mucho amor y ternura. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia | 11
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Ha cumplido un mes.
En esta época su nivel de desarrollo aún es muy grosero y se caracteriza por:
•Llora cuando tiene hambre, esta mojado, cansado o cuando quiere que lo cojas.
•En este mes aprenderá que le das de comer cuando tiene hambre.
•Le asustan los ruidos fuertes, las luces muy brillantes o que le agarren muy bruscamente.
•Con frecuencia se siente molesto por la tarde, los llamados cólicos del lactante, ( los cuales suelen durar hasta los tres meses).
•Prefiere ver figuras en patrones y en blanco y negro más que en color. Te mira a los ojos pero aún no mantiene la mirada por mucho rato
•Mantiene las manos y los dedos un poco abiertos la mayoría del tiempo.
•Cuando esta boca abajo, gira la cabeza a un lado. Casi puede girarse de lado cuando esta boca arriba.
•Necesita que le pongas la mano detrás de la cabeza y del cuello porque aún no controla su cabeza.
•Hace ruidos con la garganta y gorgojea.
•Cuando te vea o te oiga tal vez te sonría (sonrisa social), es ahora cuando comienza a tomar contacto con su entorno.
? Pautas que se aconsejan para dirigirte a tu bebe.
•Abrázalo y ponlo sobre tu pecho. Oír tus latidos le transmitirá seguridad.
•Conviene bañarlo a diario, terminando con un suave masaje mientras le aplicas una crema. Así también te comunicas con él.
•Diferenciales el día de la noche. Por el día ruidos normales de la casa. Por la noche ausencia de ruidos y luz.
•Procura que esté despierto cuando lo lleves a dormir, que aprenda a dormirse en la cuna.
Ha cumplido dos meses.
? Maduración Física.
A los dos meses de edad tu hijo ya tiene más control sobre el cuerpo y se observan cambios físicos: cuando era más pequeño, parecía que no podía coordinar muy bien los brazos y las piernas, ahora los puede mover con más uniformidad.
•Tiene las manos abiertas con más frecuencia.
•No puede alcanzar los objetos aún, pero si le tocas la mano con un juguete, mueve la mano hacia el juguete.
•Pone las manos arriba de la cabeza cuando juega. Puede girar el cuerpo y mover la cabeza de lado a lado. Se puede meter la mano o la sábana en la boca para chuparla, y lo hará con mucha desazón, es la forma de tranquilizarse.
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•Algunos niños hacen movimientos de gateo con las rodillas cuando están acostados boca abajo.
? Maduración Emocional.
•»Pedalea» con los pies cuando se emociona.
•Ríe y sonríe cuando se siente feliz.
•Llora cuando tiene hambre, miedo o cuando se siente incómodo.
•Se da cuenta de las voces y comienza a diferenciar a los extraños.
•Sonríe a otras personas, no sólo a su mamá.
•Se tranquiliza cuando se chupa los dedos, el biberón o el chupete.
? Maduración sensitiva.
•Se gira hacia el origen de los sonidos. Algunas veces deja de moverse hasta que descubre de donde procede.
•Se mantiene despierto durante el día, pero generalmente hace varias siestas, aunque sean breves.
•Susurra y dije «ajitos» o emite sonidos, así se comunica con su entorno más inmediato. •Empieza a mirarse las manos fijamente. Puede ver un objeto a varios centímetros de distancia.
•Te sigue con los ojos para verte mover. Le gusta hacerlo.
•Fija la vista en personas y objetos.
•Comienza a diferenciar entre lo duro y lo blando. Le gusta que le pongas algo suave en las manos.
? Pautas que se aconsejan para dirigirte a tu bebe.
? Míralo a los ojos cuando le hablas.
? Llámalo por su nombre.
? Dile cosas sencillas. «guapo, bonito…». Utiliza «mamá» y «papá» cuando le hables.
? Hazle gestos cuando le hables, cómo decirle «di adiós al perro» y moverle la mano con gesto de despedida.
? Hazle preguntas. «Carlos, ¿quieres leche?» «Carlos, ¿quieres salir?» Hazle preguntas aunque no te pueda contestar.
? Mientras estás haciendo cosas háblale sobre ello: cuando lo vistes, bañas, le cambias el pañal, etc.
? Léele, le gustan los cuentos y los poemas. Hasta puedes leerle de tu revista o libro favorito usando una voz animada.
? Cántale. Es importante mientras tu hijo aprende habilidades del lenguaje.
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? Observa las expresiones de tu hijo cuando le hablas y escucha tus sonidos. Imítalos cuando le respondas. Si él sonríe y mantiene contacto con los ojos, te está diciendo que quiere que sigas hablando, que le gusta. A los dos meses duermen mejor de noche. Es conveniente ir creando una rutina de sueño y de comidas, es el momento en que se le debe de ir diferenciando el día de la noche, así pues sólo se le alimentara de día, ya no es necesario que sea cada tres horas, se debe distanciar. A esta edad tiene capacidad suficiente para alimentarse solo durante el día, ya que la noche es para dormir, y así se le debe de hacer entender a él. Esta también es la forma de instaurar una rutina de sueño. Cada bebé es diferente, pero a esta edad generalmente duerme más de noche que un recién nacido.
Por la noche lo puedes acostar después de que se tranquilice, aunque no esté dormido. Puedes sentarte a su lado y acariciarlo o cantarle suavemente. Esto ayuda al niño nervioso a aprender a calmarse. Es posible que quiera usar un chupete o chuparse el dedo mientras se duerme. Repite siempre el mismo patrón de conducta, le ayudarás a relacionar ese patrón con el sueño y aprenderá a dormirse, este patrón puede ser diferente en cada niño, lo debes de crear a medias con el, ya que cada niño tiene sus cosas preferidas que le ayudan a dormirse.
Ha cumplido tres meses.
? Maduración Física.
•Puede controlar más su cabeza, mantiene la cabeza alienada al tronco. Puede levantar la cabeza por 10 segundos o más cuando le acuestas boca abajo.
•Tiene las manos abiertas la mayoría del tiempo, se toca la cara con sus manos.
•Mantiene los objetos en su mano, no los alcanza pero intenta alcanzar algunos juguetes que están cerca (móviles).
•Mueve mucho los brazos y las piernas.
•Puede apoyarse sobre las piernas cuando le sostienes de pie.
•Gira sobre su cuerpo.
? Maduración Emocional.
•Balbucea (combinación de sonidos), lloriquea y se ríe.
•No llora tanto como antes.
•Grita y hace otros sonidos cuando le hablas.
•Es posible que duerma toda la noche y tal vez necesite una siesta en la mañana y otra por la tarde.
•Gira todo el cuerpo para mirarte cuando te ve, cuando oye hablar o cantar.
Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psic

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/apego-5234.jpg 683 1000 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:50Cómo crear un buen apego
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Permisividad, control y afecto parental y consumo de drogas en adolescentes

Antecedentes: Los padres juegan un papel importante a la hora de determinar el riesgo del consumo de drogas de sus hijos. El objetivo de este estudio fue analizar cómo la permisividad hacia el consumo de drogas y control y afecto del padre y madre estaban relacionadas con el consumo de alcohol, tabaco y cannabis.

Método: La muestra estuvo compuesta por 1.428 jóvenes (51,8% varones) de entre 11 y 19 años de Mallorca.

Resultados: Aquellos jóvenes que percibían a sus padres más permisivos, con menor control por parte de la madre y mayores niveles de afecto tanto materno como paterno, tenían más probabilidades de consumir alcohol, tabaco y cannabis. Se encontraron diferencias en función del sexo dentro de este patrón. Las variables de afecto y control por parte de la madre no fueron influyentes en el caso de los varones, mientras que el patrón general se mantuvo en el caso de las mujeres.

Conclusiones: Este estudio resalta la importancia de la permisividad percibida y es necesario tener en cuenta el sexo de padres e hijos a la hora de proporcionar afecto y control, ya que son los padres los que influyen en los hijos varones y las madres en las mujeres.

Autor-es: Elisardo Becoña; Úrsula Martínez; Amador Calafat…(et.al)
Palabras claves: Permisividad, Control, Afecto, Drogas, Familia, Jóvenes.
Keywords: Permissiveness, Control, Affect, Drugs, Family, Young people.)

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/padr4es-1704.jpg 230 340 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:50Permisividad, control y afecto parental y consumo de drogas en adolescentes
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Separación de pareja sin perjudicar a los hijos

Presentamos un documento con finalidades esencialmente preventivas que busca orientar a las parejas en proceso de ruptura, porque esta sea lo menos traumática posible para los adultos y especialmente para los niños.

Habitualmente, se olvida que bajo el delicado proceso de la ruptura hay un componente emocional, psicológico y social que afecta tanto a la pareja y los hijos, como el resto de la sociedad. Por eso, este documento pretende abordar el tema del divorcio desde otra perspectiva, más allá del enfoque jurídico-legal.

Las claves para una separación no traumática
«Toda ruptura familiar compuerta además de un proceso legal, un proceso emocional, personal y psicológico que viven tanto los adultos como los hijos de la pareja». Se pretende orientar a los adultos porque el paso a la nueva etapa familiar no sea doloroso ni traumático.

Sin olvidarse de las cuestiones que surgen con más frecuencia en los divorcios, se recomienda fomentar el diálogo con los hijos o favorecer la relación entre los padres. Así mismo, apunta aquellas conductas que tienen que evitarse, como implicar a los menores en el proceso judicial o criticar al otro progenitor ante estos.

Esta es una de las patologías más habituales en los casos de divorcio, el síndrome de alienación parental. Según el psicólogo Benito Peral, «el peor que le puede ocurrir a un niño es que uno de los padres, consciente o inconscientemente, induzca al niño a odiar al otro».
Se tiene que hacer reflexionar a los adultos y explicarlos cuáles son sus responsabilidades hacia los hijos. Una custodia no implica únicamente dar de comer al hijo, sino también fomentar la figura del otro progenitor.

Los programas de mediación, un éxito

La mediación familiar intrajudicial es una alternativa a la vía judicial, y su fin es que la separación sea de mutuo acuerdo y el menos traumática para los hijos. Los padres tienen que fijar los puntos de la separación, con la ayuda de un mediador, siempre que estos se ajusten a las necesidades de los hijos.

Gracias a estas medidas, se evita a los menores un sufrimiento emocional, inseguridades o sentimiento de culpa habituales en las separaciones conflictivas. Pero sobre todo, y casi lo más importante, se garantiza a los niños su derecho y necesidad de tener a los dos padres.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/doc-0272-esg-2113.jpg 450 600 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:49Separación de pareja sin perjudicar a los hijos
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El sorteo de la lotería de Navidad, en directo en TV3 y 3/24 con la psicóloga Cristina Martínez

El domingo, a partir de las 8.45, Tv3 y el 3/24 emitirán conjuntamente el sorteo de la lotería de Nadal que se celebra en Madrid.
La conducción irá a cargo de Lídia Pràdanos y Josep M. Soro desde los estudios de Sant Joan Despí, y de Josep Capilla desde el Salón de Sorteos y Apuestas del Estado en Madrid.

Un amplio despliegue de reporteros y técnicos estará a punto para desplazarse y ofrecer, en directo, información desde las administraciones que hayan sido favorecidas con los premios más importantes.

El programa contará también con la colaboración de Emili Garcia, propietario de la administración de lotería La Bruixa de Drap de Barcelona, el economista Carles Torrecilla y la psicóloga especialista en patologías del juego Cristina Martínez Viana.

La transmisión está previsto que se alargue hasta las doce y media del mediodía, que es cuando según las previsiones se acabará el sorteo.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/Dibujo-5201.jpg 515 568 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:49El sorteo de la lotería de Navidad, en directo en TV3 y 3/24 con la psicóloga Cristina Martínez
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Las compras compulsivas

Durante las fiestas navideñas hay quien gasta más de lo que puede, pero existe una parte de la población para los que estas fechas sólo son una excusa perfecta para comprar de todo y a todas horas. El hecho de comprar un poco más de la cuenta es algo normal, dada la sociedad en la que nos movemos, pero esta actividad se puede convertir en algo peligroso e incluso patológico. Se entiende por compra compulsiva un trastorno que se caracteriza, básicamente, por una urgencia irresistible de compra masiva de objetos superfluos. Esta adquisición se acompaña de sentimientos de ansiedad, irritabilidad y nerviosismo. Tras un breve período de alivio temporal de la tensión, la persona experimenta un sentimiento de culpa que no le impide, sin embargo, volver a comprar, ya que no hay ningún control sobre los impulsos y no se distingue entre deseo y necesidad. La compra compulsiva la sufren aquellas personas que compran sólo por el placer de comprar, no porque necesitan lo que adquieren. El perfil de la persona que padece adicción a la compra es muy similar al del ludópata. Para muchos compradores compulsivos, la compra les otorga el poder de decisión negado en su entorno familiar o laboral.?El sector de la población que destaca como compradores compulsivos son mujeres jóvenes, con un nivel económico, cultural y profesional elevado. La compra compulsiva suele comenzar a los 18 años y se manifiesta como un problema entre 7 y 10 años más tarde, por las deudas acumuladas, sensación de ser rechazado, sentimientos de culpa, dificultades financieras, legales, problemas conyugales y familiares.? Por lo que respecta al origen o etiología de dicha problemática se desconoce la causa de la compra compulsiva, pero en el ámbito profesional se esgrime como razones que provocan este trastorno el tipo de vida de las sociedades consumistas y las posibles carencias afectivas y descompensaciones personales o profesionales, a las que se da salida con compras excesivas de objetos para uno mismo o para los demás.? Podría decirse, que las principales causas de la adicción al consumo son las siguientes:? a) Preexistencia de rasgos psicológicos específicos (ser caprichoso e impulsivo, un nivel alto de ansiedad en relación con la compra, etc.)
b) Insatisfacción personal?
c) Atracción por los estímulos de consumo ?
d) Mayor aceptación de valores consumistas y vulnerabilidad psicológica hacia los mensajes que relacionan el consumo con la felicidad y el éxito social
e) Bajo nivel de autoestima y desconfianza hacia las propias aptitudes o habilidades.? La compra compulsiva es como cualquier otro comportamiento obsesivo. Es un trastorno de una conducta normal que, en este caso, a fuerza de repetirse y de provocar una sensación agradable, pasa a ser buscada con ansiedad. ? El objetivo del tratamiento es lograr una conducta controlada. Para esto, inicialmente se toman una serie de restricciones, así por ejemplo, se impide el uso de tarjetas de crédito, o llevar efectivo, para gradualmente, permitir un acceso al consumo controlado. La intervención suele ser de tipo multidisciplinar y busca un enfoque integral de la problemática. En base a esto, el tratamiento puede contemplar tratamiento farmacológico, educación individual y familiar, terapia ocupacional, terapia familiar y psicoterapia con las variaciones necesarias según la gravedad del caso.

https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2019/03/compras-0754.jpg 300 452 admin https://gabinetpsicologicmataro.com/wp-content/uploads/2024/02/logo-100-2-300x138.png admin2019-03-22 10:51:212022-05-09 18:01:49Las compras compulsivas
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