El sueño supone no sólo un elemento inevitablemente frecuente en nuestras vidas, sino sumamente importante. Como tal, es una de las claves para regular nuestro organismo, mantener nuestra homeostasis y facilitar nuestro bienestar físico y emocional. Y es que cuando no dormimos bien, lo notamos casi al instante (fatiga, dolor de cabeza, irritabilidad, pérdida de apetito, falta de concentración…). Junto a estos, y si los problemas se prolongan en el tiempo, puede provocar problemas emocionales limitantes como síntomas depresivos o incluso patologías físicas.
Aunque todos tenemos una idea de lo que es el insomnio, se calcula que existen más de cien trastornos relacionados con el sueño, los cuales se pueden clasificar en las siguientes categorías:
- Disomnias: las cuales engloban problemas de la cantidad, calidad y horario del sueño. Aquí entrarían el insomnio, la hipersomnia (somnolencia excesiva), la narcolepsia, los trastornos del sueño relacionados con la respiración (apnea, hipopnea e hipoventilación), y los trastornos del ritmo circadiano sueño-vigilia.
- Parasomnias: engloban una serie de acontecimientos o conductas anormales que suceden durante el sueño. Se situarían aquí las pesadillas, los terrores nocturnos, el sonambulismo o el trastorno de conducta del sueño REM.
Estos serían los principales, o sobre los que existe un gran consenso. Junto a estos, o incluso dentro de algunos de ellos, puede haber especificaciones (p.ej., insomnio de conciliación o inicial, de mantenimiento o medio, y final o tardío). Así pues, como vemos, el sueño es un fenómeno complejo que engloba una gran cantidad de problemáticas relacionadas. Por ello, se han venido desarrollando diferentes alternativas que permiten abordarlo de una forma global:
- Técnicas de relajación: actúan sobre el estado de activación del organismo, procurando que este entre en modo reposo con mayor facilidad. La Relajación Muscular Progresiva, el Entrenamiento Autógeno, la Respiración Diafragmática o la Meditación y la Hipnosis se consideran alternativas útiles.
- Higiene del sueño: Se trata de un procedimiento educativo que intenta mejorar dos aspectos; por un lado condicionar y modificar los factores ambientales relacionados (luz, sonido, temperatura…), y por el otro los hábitos inadecuados, con recomendaciones como disminuir el consumo de cafeína, nicotina, alcohol, controlar la dieta o hacer ejercicio físico.
- Control de estímulos: Busca regular el horario de sueño de la persona y restringir la realización de actividades incompatibles en la conducta de dormir. Algunas de sus recomendaciones serían acostarse para dormir sólo cuando se tenga sueño, no permanecer despierto en la cama más de 15-20 minutos, mantener regulares los horarios de acostarse y levantarse, evitar dormir durante el día, o usar la cama y dormitorio exclusivamente para dormir.
Existen muchas otras alternativas y técnicas específicas que se han creado para problemáticas específicas, y las cuales han demostrado altamente su eficacia. La Terapia Cognitivo-Conductual se erige como una de las principales propuestas para los problemas de sueño. En nuestro centro de psicología y psiquiatría, en Mataró, estamos especializados en ésta y en otras orientaciones como la Terapia Sistémica o el EMDR. No lo dudes y contacta con nosotros, te ayudaremos.